Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPÍTULO 16

-Doctora ¿Qué es lo que tiene mi mamá?- Estoy hecha un mar de lágrimas y a duras penas se me escuchó lo que dije.

-¿No lo sabes Abigail?

-¿Saber qué?

-Lamento ser yo quien te diga que tu madre tiene cáncer, tiene un tumor en el cerebro, le informamos a ella de eso hace poco más de un mes y en ese tiempo solo le quedaban dos meses de vida, ella no quiso seguir ningún tratamiento y quiso también seguir trabajando, el estrés pudo haber causado que su condición empeorara rápidamente.- No puedo más y me desmorono, caigo sentada en el suelo, quiero gritar pero el aire y la voz se atoran en mi garganta, la doctora se agacha para quedar a mi altura -Abigail tu madre llegó muy mal, debemos prepararnos para lo peor, lo siento mucho.- La llaman desde la recepción, se levanta y se va.

Me levanto de suelo y comienzo a caminar de un lado para otro sin poder parar, como mis uñas, rasco mi cabeza y miro para todos lados como si alguien me estuviese vigilando, me siento desorientada y tengo náuseas, Marcela que es la doctora y amiga de mi madre me ve y se acerca inmediatamente.

-Abigail ¿Estás bien? Tienes... las pupilas dilatadas, y ese comportamiento... ¿Estás consumiendo alguna sustancia psicoactiva?- Su ceño se frunce y detalla cada movimiento. -Acaso ¿Estás en abstinencia?

-Por supuesto que no, lo de mi madre me tiene muy nerviosa eso es todo, ¿Puedo pasar a verla?

-La tenemos en cuidados intensivos, no puedes verla ahora.

_Código azúl, código azúl_

-Mariana ¿Dónde es la emergencia que acaban de informar por el altavoz?- Preguntó Marcela a la enfermera que estaba en recepción, mientras yo escuchaba atenta y rogaba porque no fuese mi madre.

-Es en la habitación 14 doctora, en la UCI (Unidad de cuidados intensivos), me temo que Sandra se complicó.

Al escuchar esas palabras no lo pienso dos veces y corro hacia ella sin importarme nada, Marcela intenta detenerme pero no se lo permito, golpeo a algunos enfermeros y sigo corriendo hasta llegar a ella, por suerte he estado aquí antes y conozco dónde está ubicado casi todo.

Me quedo paralizada en el vidrio que da acceso visual a la habitación, una enfermera le da RCP a mi madre, mientras que el doctor junto con otro enfermero preparan el desfibrilador para tratar de reanimarla, ver cómo su cuerpo se estremece pero esta vez por las descargas eléctricas me parte el corazón, es muy doloroso.

Siento que alguien me toma de la cintura y me levanta para tratar de sacarme de allí, mientras yo grito y pataleo para que me suelte.

NOOOOOO! ¡Sueltame! ¡SUELTAMEEEE! Mamá resiste, vuelve por favor ¡MAMÁ NO ME DEJES! ¡MAMÁÁÁÁÁÁ!- El miedo se apodera de mí y un frío escalofriante me hiela hasta los huesos.

_¿Hora de muerte?

No la dejen morir por favor! ¡MAMÁ RESISTEEEE! Vuelve mamá.

_11:52pm_

-Llévela... a mi consultorio por favor, en la sala de espera alteraría a los demás familiares- le dice Marcela al enfermero que me tiene entre sus brazos, ya no me retorcía ni pataleaba, solo sollozaba y miraba a la nada.

El joven obedece a Marcela, me lleva hasta el consultorio y me recuesta en la camilla que ahí se encuentra. -Cierra la puerta- Le ordeno sentándome en la camilla, él me mira extrañado por mí cambio de actitud pero no se inmuta, a diferencia de él en mi mirada no hay más que vacío y un profundo deseo de hacerlo por primera vez... en un hospital. -¿Puedes obedecer las órdenes de Marcela pero no las mías? Créeme que esta orden te conviene más.- Lo tomo del suéter, lo atraigo hacia mí y lo beso descaradamente aunque la puerta no esté del todo cerrada.

-Espera por favor...- Dice al cortar el beso. -Yo.... No podría cumplir con tal tarea, soy gay.

-¿Qué?

-Lo que escuchaste y... Disculpa pero debo seguir trabajando.- Se va y cierra la puerta tras él, se marchó, me rechazó, no puedo creer que el muy maldito sea gay... Está buenísimo ¿Qué ha sido todo esto? Acabo de perder a mi madre, mi única familia y estaba pensando en comerme al enfermero, ¿Será normal algo así?

Comienzo a caminar de un lado a otro en el consultorio y las lágrimas comienzan a brotar de nuevo, el recuerdo de mi madre tratando de ser reanimada, la impotencia porque no pude hacer nada por salvarla y el rechazo del desconocido me enloquecen, tomo mi celular y decido llamar a Aarón, siento que lo necesito.

La primera llamada se fue al buzón de voz pero la segunda la responde al tercer tono.

Llamada a Aarón

-Mi princesa en este momento no puedo hablar, necesito decirte algo muy importante pero ahora no puedo hablar, te llamo mañana ¿Si?

-Espera no me cuelgues, necesi...


_¿Amor quién es? ¿A quién se le ocurre llamar a esta hora y más en nuestra luna de miel?_
Me veo interrumpida al escuchar a Mónica hablar a lo lejos.


-¿Qué? Aarón ¿Te casaste?
¿Te casaste con ella?-

-Sí Abi, de eso quería hablarte, quiero hablarte, necesito explicarte.-

-Tranquilo, no hay nada que explicar-

-Permíteme hablarte mañana por favor.-

-Tuviste un mes para decírmelo y no lo hiciste, Adiós Aarón.-

Fin de la llamada


Estoy horrorizada, todo este tiempo solo estuvo jugando conmigo, cada beso y cada te quiero fueron mentiras, dejé mi vida de lado por estar con él, que tonta fui, si lo que quería de mí era sexo no era necesario que me llenara de ilusiones y engaños, esta es la primera y última vez que hieren mis sentimientos, esto me confirma lo destructivo que puede llegar a ser el amor.

Esto ha sido la gota que rebosó la copa, la estocada final para terminar de hacer miserable mi vida y destrozar mi corazón, siento que ya no me cabe más dolor en el pecho y no conforme mi mente me tortura al recordar lo feliz que era mi vida hace solo unos días.

Al llegar Marcela me encuentra hecha un mar de lágrimas tirada en el suelo de su consultorio en posición fetal, inyecta algo en mi brazo, mis ojos comienzan a volverse pesados, no tengo control sobre mi cuerpo y hasta el día siguiente vuelvo a tener conciencia.

____________________________________________

Sacerdote: Dale señor el descanso eterno.

Todos: Y brille para ella la luz perpetua.

Sacerdote: Dale señor el descanso eterno.

Todos:  Y brille para ella la luz perpetua.

Mi alma ya no está dentro de mi cuerpo, el dolor ha consumido la poca cordura que me quedaba, ya no me importa nada, la vida es una mierda, hace dos días murió mi madre y junto con ella se fueron mis ganas de vivir, no tengo a nadie que me ame incondicionalmente como ella lo hacía, no tengo a nadie que pueda compartir conmigo mis alegrías y mis tristezas, no soy nadie si ella no está conmigo.

Dejé de llorar ayer cuando la vi acostada sin vida dentro del ataúd, justo en ese momento caí en cuenta de mi realidad, me di cuenta de que sus ojos ya no me mirarán, sus brazos no rodearán mi cuerpo para darme sus tiernos abrazos y que no escucharé jamás su dulce voz, ayer comprendí lo frágil que es nuestra naturaleza y lo corta que es la vida.

La culpa de no haber estado pendiente de ella me consume, la culpa de no haber compartido con ella los últimos momentos de su vida me desgarra, la culpa de no haberle sabido demostrar cuanto la amaba y la sigo amando acaba con mi alma, la culpa de que se haya ido furiosa conmigo me mata.

Estoy arrodillada a un lado de la tumba de mi madre y la palabra Perdón se repite una y otra vez en mi cabeza, está lloviendo y estoy totalmente sola, no le avisé a nadie de su muerte y sus compañeros de trabajo se han ido, el agua que corre por mi rostro simula las lágrimas que debería estar derramando en este momento tan doloroso pero no salen, ya no lloro, ya no hay nada.

Me levanto y comienzo a caminar sin rumbo fijo, sonrío sin gracia al pensar que tal vez al cielo también se le murió la mamá ya que tiene el mismo estado que yo.

____________________________________________
Narra Sara

Llamada telefónica a Fabián

-Hola Fabián ¿Cómo estás?

-Hola Sara bien ¿Y tú?

-Bien o bueno no tanto estoy preocupada por Abigail, desde el lunes que la vi en la U no he sabido nada de ella y ya estamos a jueves ¿Tú la has visto? ¿Has hablado con ella?

-No, yo también la vi el lunes, la encontré esperando transporte y la llevé a su casa, tampoco he vuelto a hablar con ella. ¿Por qué no vas a su casa? Si quieres voy contigo, ya me preocupaste.

-Sí, me gusta esa idea, no quiero ir sola, tengo un mal presentimiento de todo esto.

-¿Te parece si te recojo en una hora?

-Sí está bien, te espero Adiós.

Fin de la llamada

Fabián pasó a recogerme y ahora estamos de camino a casa de Abigail, tengo un nudo en el estómago y los nervios de punta, siento que algo no está bien, llegamos y al bajar del auto me percato de que las plantas que tiene la señora Sandra sembradas en pequeñas jardineras a cada lado de la puerta se están marchitando por falta de agua, eso sin duda es muy extraño, ella después de Abigail lo que más quiere son sus plantas.

Con mi mano temblorosa doy tres golpes a la puerta y no sucede nada, nadie abre, vuelvo a repetir mi acción y al ver que aún no abren Fabián sale del auto y se posiciona junto a mí, comienza a tocar más fuerte que yo pero nada pasa, vemos al señor Fonseca quién ha sido vecino de Abigail desde siempre y decido acercarme a preguntar por ellas.

-Señor Fonseca, buenas tardes, ¿Usted sabe si Abigail o su mamá se encuentran en casa?

-Buenos tardes, ellas no están ahí, el lunes por la tarde Sandra se puso muy mal, al parecer estaba convulsionando, Abigail vino a pedirme ayuda para llevarla a una clínica y así lo hice. Es la hora y no he visto que regresen, ni siquiera sé cómo ha seguido Sandra.

Sentí como si me hubiesen tirado un balde de agua helada encima, Abigail en este momento está sufriendo, su mamá puede estar grave en una clínica y sin nadie que la apoye o por lo menos le haga compañía, mis ojos se nublan y me invade la angustia y el desespero por no estar con ella.

-¿Usted puede decirme a qué clínica la llevaron?

-Allí dónde ella trabaja, creo que se llama Nuestra señora del Rosario.

-Sí, yo sé cual es, muchas gracias.

Salimos casi corriendo hacia el auto, al subir inmediatamente Fabián lo pone en marcha y dejó salir las lágrimas que estaba reteniendo, Fabián me mira con ojos de tristeza pero no se atreve a decir nada, él está tan preocupado como yo, al llegar corro hacia la urgencia de la clínica mientras Fabián busca donde parquear el auto.

Miro a todos lados y no veo a Abigail, busco también a alguien que me pueda dar información de ellas, seco mis lágrimas y me acerco a una especie de cabina con una muchacha dentro dispuesta para la atención al usuario, al parecer es la recepción.

-Buenas tardes señorita, podría decirme en qué habitación tienen a la señora Sandra Cardona por favor.

-¿Conoce el número de identificación de la persona?

-No, ¿Con el nombre no se puede buscar?

-Permítame un momento... Lo siento pero ese nombre no está registrado.

-¿Cómo que no si a ella la trajeron el lunes? Acabo de estar en su casa y allá no está, no es posible que le hayan dado de alta.

-Efectivamente hubo un ingreso el día lunes con una paciente llamada Sandra Cardona, pero...- La chica abre mucho los ojos y traga fuerte la saliva, cosa que me inquieta más. -La paciente murió el lunes en la noche.

Me sujeto del mostrador para no caer, no puedo creer que la señora Sandra esté muerta, me pregunto ¿Por qué Abigail no me lo dijo? Y peor aún ¿Dónde está Abigail?

El enfermero que rechazó a Abigail.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro