Originalmente este era un solo capítulo, pero como que se me fue un poco la mano con las ideas y me vi obligada a hacerlo en dos partes. Pero no se preocupen haremos maratón. Así que siéntense y disfruten el drama con unas buenas palomitas, porque este capítulo contiene cosas muy importantes para el futuro desarrollo.

♦️1/2♠️

Todo se salió de control y ni siquiera yo lo provoqué esta vez.

Aunque bueno, para que lo vamos a negar, ustedes lo sabe y yo lo sé, lo disfruté como niña chiquita cuando le dicen que llevaran a Disneyworld. Nunca imaginé que cuando salí de la sala de arte más caliente que horno de pizzería quedaría para hablar con Dante en la biblioteca terminaría follada y devorada con la mirada por mi candente y sexy italiano mientras me embestían contra los estantes hasta terminar viniéndome entre los brazos de mi pelirrojo hermano.

Por una vez que no planeo las cosas y estas me salen de puta madre. Que buena suerte la que tengo, Jesús. Gracias por aumentar mis delirios de loca y alimentar los deseos de ese hombre que se moría por ser el que estuviera entre mis piernas.

Ahora, mientras me veo conduciendo a casa con mi bebé en el asiento trasero, lo único en lo que puedo pensar es en él, masturbándose con las escena que le regalé horas antes. Estoy tan feliz que no quepo de la dicha.

Abro la puerta principal de mi departamento después de subir 10 pisos en el ascensor que por suerte los de mantenimiento ya repararon porque no me veía usando las escaleras un día más. El ejercicio no es lo mío.

Suelto la correa de mi precioso Bulldog de dos años y lo veo correr como loco hasta la camita que tenían junto a la librería y que se encontraba junto a la chimenea del salón.

Mi precioso extrañaba su casa. Ya eran cinco días que estuvo en el veterinario por unos malestares extraños que esos ineptos podían haber controlado desde la primera vez que lo llevé, pero como ninguno tenía ganas de trabajar no pusieron empeño hasta que vieron que cada día se complicaba más y los amenacé con demandarlos. Demanda que haría porque a mi bebé no le puede pasar nada.

Voy hasta la cocina para darle su comida y en cuanto escucha el sonido de esta caer en el plato, viene corriendo hacía mi con la lengua fuera y moviendo la cola a los lados. Me arrodillo a su lado mientras lo veo comer, feliz por ya tenerlo en casa. Las noches de The Walking Dead, acurrucados en el sofá con la chimenea de fondo no eran los mismo sin él. Acaricio detrás de su oreja, allí donde tiene la única mancha marrón en su impecable pelaje blanco cuando escucho la notificación de mi celular.

Parque. 20 minutos

Ok.

Es todo lo que respondo al dueño de ese número del que hacía 3 semanas no me daba ni la hora y yo ya necesitaba material nuevo.

Después de comprobar que Sara, mi chica de la limpieza y mi cocinera particular me dejó la lasaña que le pedí en el horno. Solo necesitando concinarse por unos 30 minutos, dejo a Ossy comiendo tranquilo y subo a mi habitación para cambiarme de ropa.

No se puede decir que soy una mujer de vida sana. Odio los gimnasios. Aborresco las dietas. Lo que ves es lo que hay gracias a la genética, porque me alimento como camionera y la buena cerveza nunca podía faltar en mi refrigerador. Cosa que aunque no quieras te hace subir unos kilos. El único buen ejercicio que hacía sin quejarme durante una hora seguida, si tenía suerte era el sexo. Tal vez saltar sobre una o varias vergas, visto mi trabajo era la razón por la que mantenía mi hermosa figura.

El caso es que me debatía para saber que ponerme ya que la copertura era llevar a mi perro a pasear al parque y ya estaba comenzando a bajar la temperatura en las traes. El verano había acabado y aunque durante el día aún están alta la temperatura está caía en picado al atardecer.

Asi que el debate era encontrar algo cubierto porque no estaba para empezar con una crisis de asma por el cambio de tiempo.

Entre las opciones estaban unos leggins blancos de cuando mi madre nos inscribió a mi hermana y a mi a sus clases de yoga meses atrás y a la cual fui una sola vez porque esas jorobetas no eran para mi. Al menos me cogí al instructor en los vestidores cuando terminó la sesión, el sufrimiento no fue del todo en vano.

Me quito el vestido y me las coloco notando que se transparenta como el diablo, y como no tenía ropa interior y tampoco iba a buscar alguna decidí que el detalle de la transparencia no importaba. Un top negro de mangas largas y unos simples tennis terminarían por acompañarme.

Bajo y llamo a Ossy para ponerle su correa y salir a la calle. Suerte a Dios el parque estaba al frente porque no iba a caminar una sola cuadra, mi flojera no me lo permitía.

Primero soy vaga y luego persona.

Camino por el preciso parque al que únicamente visitaba cuando debía sacar a Ossy a caminar. Solo por vaga, porque es un lugar precioso. Un respiro de naturaleza entre tanto ladrillo y concreto que era la ciudad.

Veo a varios chicos correr. Unos paseando con sus parejas. Otros siguiendo mi ejemplo sacando a sus perros a caminar y los más pequeños en el área de juego mientras sus madres los veían desde los banquillos mientras chimeaban con las amigas.

Yo por mi lado me dejo llevar por el aire otoñal que ya se sentía en el ambiente mientras camino con calma. Las hojas estaban por cambiar de color, y la temperatura era notablemente baja comparada a semanas anteriores. Rodeo el gran estanque de patos que había en el centro de este fresco respiro natural hasta sentarme en el banquillo cerca de la plazoleta, siempre escogemos el mismo.

Apenas mi culo toca la madera del asiento lo tengo sentado a mi lado. No sé porque a él le encantaba fingir que estábamos dentro de una película de espías siempre que teníamos estos encuentros, cuando sería algo tan fácil como venir a mi departamento o yo ir a su estudio. Pero no, el niño tenía que venir con todo y capucha como si fuera un contrabandista porque le gustaba el drama.

-Dije 20 minutos- su voz es tosca.

-Hola a ti también, caranabo- los dos manteníamos la mirada al frente, y ni siquiera necesitaba mirarlo para saber que si su cabello continuaba sin visitar al barbero taparía sus lentes en cualquier momento.

-Sabes que odio que llegues tarde y ... - se interrumpe y enseguida sé porque- aleja a ese bicho pulgoso de mi.

-Cuidadito de como hablas de mi bebé. No vez que es un amor, con suerte y solo te arranque un dedo- me inclino hacía adelante y como si supiera lo que iba hacer sale corriendo en cuanto se siente libre de la correa- pero siendo tu ni lo regañaré. Te lo mereces, por gilipollas

-Hazlo. Te deseo suerte encontrando a alguien que haga tan bien mi trabajo como yo.

-Cuanta humildad- ruedo los ojos- no dilates más y suelta la sopa. Llevo semanas sin saber de ti.

-Si que te dió fuerte esta vez- por primera vez lo miro y esta vez enarcando una ceja. Él no es quien para decir misa de lo que hago, bastante bien le pago por lo que hace, que no joda- bien, bien. No me comas. Aquí tienes.

-Ya quisieras tu que te volviera a comer. Aunque si no estoy muy aburrida en estas semanas te puedo hacer un hueco en mi agenda para recordar viejos tiempos- le guiño un ojo con picardía.

Paso mis ojos de su pálido rostro tintado con un ligero sonrojo debido al frío. Sus ojos café que todo lo ve se esconden tras de sus lentes de marco cuadrado, dándole toda la pinta de nerd que si es. Su cuerpo delgado pero bien definido oculto como siempre con ropa negra. Y su lacio cabellos oscuro cae en cascada sobre su frente, confiriéndole, por increíble que parezca, la imagen del adolescente que no era. Sus rasgos asiáticos eran preciosos, un tanto aniñados pero hermosos al fin y al cabo.

Quién diría que el salta camas de Roger terminaría casado con una bella asiática cuando ella apareció años después de una de sus aventuras con un niño de 3 años en brazos que resultó ser suyo. En fin, un chisme para una tasa de café en otra ocasión.

A sus 24 años, Tyler era un informático estrella. No sé si fue un don que heredo de mi papi Roger-papá odiaba que llamara asi a su amigo, pero yo lo hacía en secreto- pero no había nada que le pidiera investigar que él no pudiera proporcionarme. A día de hoy desconozco si es hacker o trabajador encubierto del FBI, pero el jodido sabía hacer su trabajo como nadie

Tomo la carpeta negra que tiene en la mano. Esa misma que estaba llena de anillos de plata y pulseras anchas del mismo material. No la abro ahora. Por muy urgida que estuviera, esperaría para abrirla una vez este en casa. Por ahora solo me preocupaba un detalle.

-Dime lo que me interesa saber.

-Su madre sigue en coma. Los médicos han hecho pruebas durante la última semana pero sigue sin responder a los estímulos, el diagnóstico sigue siendo igual.

-¿Ya hiciste el pago?

-Lo tengo listo junto al correo que me pediste redactar para el doctor Torres, solo necesitaba la luz verde de tu parte.

-Hazlo, ni siquiera tienes que preguntarlo. Seguiré pagando el tratamiento y cuidados de la señora Cavalli hasta que salga de ese estado y de ese hospital por su propio pie- mi mirada se vuelve completamente amenazante- porque espero que hallas sido muy específico sobre mis demandas en ese correo. No permito que mi suegra se muera. Los demandare a todos por negligencia médica y mis abogados acabaran con su carrera al punto que no servirán ni para sacar órganos en el mercado negro. Pon cada una de esas palabras para que luego no digan que no se les advirtió.

Lo veo tocar varias veces su celular antes de decir un listo y volver a guardarlo. Es para comercelo, no se si es consecuencia de como me criaron pero me cumples y yo ya me mojo.

-Sino estuviéramos en medio de tanta gente te la chuparía en agradecimiento.

-Lo se, eres una maldita enferma sexual ¿por qué crees que siempre te pido vernos en lugares públicos? - esta vez es él quien levanta una ceja en mi dirección- sino lo hiciera me saltarías encima cada vez que cumplo una de tus pedidos y ya tuve que visitar al psicólogo por tu culpa y no pienso volver a poner mi estabilidad emocional en tus manos. Gracias.

-Eres un exagerado de mierda solo tuviste 12 sesiones de nada, pero igual te sigo queriendo... -dejo la frase a medias para inclinarme hacia él, morder su oreja y lamer desde esta hasta su mandíbula que estaba peligrosamente apretada como si le costara horrores tenerme tan cerca y no tocarme- de rodillas- me levanto de mi asiento y silbo, llamando la atención de mi pequeño bebé después de comprobar que no se comió a nadie y ponerle el collar. Por supuesto le dí una perfecta vista de mi culo que se transparentaba a la perfección cuando me incliné para ponerle el collar a Ossy- Nos vemos, mi suculento bocado exótico. Avisame si tenemos novedades.

Lo veo negar en mi dirección como si dijera en su mente que no tengo remedio y la verdad es que no lo tengo. Pero yo no tengo la culpa de lo que les pasa, yo dejo bien claro lo que quiero y lo que exijo cuando me enredo con alguien nuevo.

No te enamores de mi porque no obtendrás más que unos polvos, cuando quiero y donde quiero. Si ellos terminan deseando más ya yo no me hago responsable

Dicen por ahí que quien avisa no es traidor.

Me vuelvo por donde vine ansiosa por leer la información que me está llamando desde la carpeta que sostengo en la mano.

♠️

Dentro de un rato subo la segunda parte🙂