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🌜Capítulo 23🌛

Mierda me duele todo. Creo que si me hubieran atropellado no me hubiera dejado tan destruida como estoy ahora. Si que me encanta cuando saco a Klaus de sus casillas pero debería empezar a considerar las condiciones de como termino reducida cuando se transforma así.

Lo veo caer a mi lado igual de sudado que yo y no me atrevo a despegar la mirada de como su pecho sube y baja de forma irregular. Como los músculos de sus brazos se van relajando luego de acabar y succionarme hasta el alma y a mi me duelen hasta las amígdalas de todas las veces que me hizo gritar su nombre hasta dejarlo tallado en los ladrillos de las paredes.

Mierda ¿Cómo coño es que se caminaba? Mi culo late de tal forma que me cuesta hasta girarme hacía un lado quiero quedarme modo estrella de mar hasta el fin de los tiempos porque no tengo una pestaña que no me duela.

-¿Estás bien?- abro los ojos que no sé en que momento cerré para tratar de controlar mi respiración. Esto fue demasiado intenso joder, pero que rico. Repitámoslo, cuanto antes.

-Creo que si ¿Cómo entraste?- vuelvo a tratar de girarme y un gemido lastimero escapa de mis labios.

-Eso no es lo importante ahora- se gira hacia la mesita de noche y lo veo tomar su celular ¿en serio nos grabó? yo necesito ver ese video.

Se levanta de la cama y veo su escultural cuerpo a oscuras e iluminado únicamente por la luz de la luna que entra por las ventanas. Viene hacia mi lado de la cama y me levanta en brazos con una delicadeza tal que me siento tratada como una jarrón de algún preciosísimo cristal.

- Vamos a darte un baño y luego hablaremos. Me costó mucho venir aquí como para irme sin respuestas- yo me paralizo en sus brazos y escondo la cara en su cuello fingiendo que me desaparecí mientras lo veo trastear en el baño hasta que logra encender las luces.

La intensidad me deja momentáneamente cegada pero a él parece no afectarle en lo mas mínimo porque camina hacía el fondo donde tengo la bañera frente a la pared de cristal que da al exterior. Las luces de la cuidad y las estrellas entran sin problema dando una vista hipnotizante. Esto junto al balanceo de sus brazos podría hacer que me duerma sin problema alguno en cuestión de segundos sino fuera por el latente ardor de mi culo y las palpitaciones de mi sexo que aun siente los fuertes estrellones que este animal me dio hace menos de 5 minutos.

Pero no me quejo, todo él me gusta. Me gusta cuando me coge con fuerza pero debo reconocer que también me desestabilizó cuando lo sentí comerme y follarme con una delicadeza suprema mientras creía que seguía dormida cuando lo cierto es que desperté desde que Ossy comenzó a ladrar, pero seguí el juego porque sabía que era él. Su olor, su calor, sus manos, su maldita forma de erizar mi cuerpo cuando me quitó las mantas me decían que era él y que por fin había venido a mi.

Me deja con suavidad en el borde de la bañera sacándome de la ensoñación que estaba callendo porque nadie como yo para quedarme dormida con rapidez. Hago una mueca al sentir el frío material bajo mi trasero pero muerdo mi labio para no lamentarme en voz alta mientras lo veo controlar los mandos del agua y tocarlos hasta estar satisfecho con la temperatura.

Decido regalarnos un momento de calma ya que nunca lo hemos tenido. Siempre son peleas, provocaciones, insultos y jugueteos pero nunca un momento de paz y creo que nos lo merecemos en verdad.

Estiro mi brazo alcanzando las sales de coco y cacao que tanto me encantan y las vierto hechizándome de como se van convirtiendo en espuma y suben junto al nivel de agua que dentro de segundos llega a la altura perfecta.

-Ven conmigo.

Estira la mano hacía mi y yo se la tomo sin pensarlo, apenas estoy en pie pasa un brazo por debajo de mis rodillas para levantarme como si fuera una pluma y teniéndome en brazos entra en el agua espumada y humeante. No sé como hace para no caerse pero se sienta apoyando su espalda en la bañera y a mi me acomoda entre sus piernas pegando su pecho en mi espalda.

No sé en que momento lo hizo pero apenas soy conciente de que las velas aromáticas que tengo esparcidas por los bordes estan encendidas y la intensidad de la luz está baja, volviendo el ambiente considerablemente íntimo y hasta romántico, se podría decir.

No discuto por ello, me prometí que iba a disfrutar de esta tregua y lo haré. Me acomodo mejor entre sus piernas y jugueteo con la espuma entre mis dedos. A los pocos segundo siento los suyos deslizarse por mis hombros hasta hacer presión en mis omoplatos, dándome un masaje que no sabía que necesitaba pero que igualmente me niego a desaprovechar.

Un gemido de placer escapa de mi boca y la intensidad de sus dedos trabajando en mis hombros aumenta y es una maravilla. De a poco siento como mi cuerpo gracias a la temperatura del agua y sus atenciones comienza a relajarse y podría caer dormida en cualquier momento.

-Tenemos que hablar- busca en YouTube 20 maneras de arruinar un buen momento y al menos 12 empezaran con esta frase.

-¿Por qué no pones musica?- intento cambiar tema y evitar lo inevitable al menos alargar lo suficiente con la esperanza de que lo olvide por esta noche. No me apetece responder ninguna de las preguntas que estoy segura que muere por formular.

-¿Estás segura? - asiento porque me siento demasiado cómoda en esta posición como para renunciar a ella porque él quiera hablar.

Lo veo teclear en la pantalla junto a la bañera y poco falta para que la melodía de una canción conocida invada las paredes del baño.

https://youtu.be/Z6I9HuFJpMs

Show me how

Show me how you like it done

You're all mine

I'll make you feel like you're the one

Mis ojo se abren con alarma y esta vez el gemido que escapa de mi boca no es por su masaje, son por esas caricias subidas de tono que me están calentando la piel y no tiene nada que ver por el agua.

Su cara se esconde en la curva de mi cuello mientras una de sus manos comienza a pellizcar y morbosear mis senos mientras la otra continua bajando hasta separarme las piernas poniéndolas por encima de su rodilla fuera del agua. Por fin su mano se cuela entre ellas cubriendo mi sexo lo que provoca que me remueva en busca de más.

Me arqueo al sentir su palma frotándose sobre mi clítoris y sus dientes marcando toda la piel que le facilito el acceso moviendo la cabeza a un lado. Su lengua se desliza por mi cuello arrebatándome la cordura mientras...

Get on your knees

Beg me to stop

I promise i'l love you if you do it

So do it for me

-¡ Dios!- jadeo sin parar porque lo que están haciendo sus manos es de otro mundo, me pellizca, frota y acaricia elevandome al cielo y yo solo quiero que vaya a más.

Muerdo mis labios, tirando de ellos y disfrutando como una bellaca, porque no existe mejor caricia que los besos bien dados en el cuello. Y no cualquiera, no. De esos mojados de los cuales se toman el tiempo de marcarte la pie. Que te calientan, que te ponen a babear y maquinar mil travesuras.

-Si quieres puedo subirte para que lo conozcas, o puedo bajarte y presentarte al diablo- lame la sensible piel de mi oreja antes de morderla en el momento exacto en que dos dedos entran por fin en mi- Dimmi cosa vuoi e lo faró per te, dolcezza.

(Dime que quieres y lo haré por ti, dulzura)

Sus dedos siguen atacando sin piedad mi adolorido coño, dándome tanto placer que hace removerme como loca. Pero no solo me afecta a mi, siento a mis espaldas como su verga esta dura y lista para partirme por la mitad y eso solo me pone peor

-Say my name- murmura en mi oreja y yo debo sostenerme de los bordes de la bañera al sentir lo cerca que estoy de correrme solo con su voz y sus manos que me tienen en el quinto paraíso- all i wanna do hear you scream in pain- continua y yo ya no se como se respira con normalidad- say my name.

-Klaus- grito presa del extasis que casi puedo saborear.

Pero se detiene, justo cuando estoy al límite se detiene y quiero mandarlo a la mierda y cagarme en todos sus antepasados. Pero ni tiempo tengo de unir dos ideas en mi cabeza cuando se levanta y tirando de mi cabello me insta a hacer lo mismo para después estampar mi cara contra la pared de cristal.

Mi aliento empaña el vidrio mas de lo que estaba por el vapor del agua y veo por el reflejo como su enorme cuerpo aprisiona el mío dejándome entre su duro pecho y el frió cristal que me esta congelando la mejilla.

-Juro que quiero ser suave contigo Khaity, lo juro por lo mas sagrado pero es solo escucharte gemir y me enciendes los demonios- levanta mi pierna izquiera dejándola sobre su antebrazo y la otra dentro del agua de la bañera - cazzo, come mi piaci piccola.

(Joder, como me gustas, pequeña)

No espera para enterrarse en mi coño adolorido pero que late pidiendo más sexo y suciedad. Apenas entra y yo caigo en las convulsiones a las cuales me vi privada segundos antes y lo empapo mientras él comienza a moverse al ritmo de la música alargando mi climax.

Es una cosa deliciosa tener a semejante mastodonte detrás de mi dándome como si no hubiera un mañana, moviéndose al ritmo de esa canción que debería ser considerada ilegal.

Me restriega la cara en el cristal con más fuerza al tomarme de la nuca y apenas y puedo apoyar las manos a cada lado tratando de mantener algún tipo de apoyo porque me llena por completo. Sus dedos se entierran en el cabello de mi nuca y tira en un jalón violento levantándome la cabeza obligando a que mi cuerpo se arqueé y suelte un fuerte gemido.

Su otra mano aun mantiene en alto mi pierna permitiendo que sus bruscos empollones lleguen cada vez mas profundos en un ritmo de acometidas violento, casi animal.

Entra y sale con una facilidad increíble gracias a mi orgasmo que siento deslizarse por mi pierna hasta perderse en el agua. Es un placer indescriptible y jodidamente delicioso. Él no lo sabe pero me esta cumpliendo el capricho que tengo hace tiempo de ser empotrada contra este mismo cristal viendo su reflejo mientas me embiste.

Es duro, es apremiante. No hay juego previo es puro voltaje crudo y rudo que me tiene sudando, jadeando, gritando y maldiciendo en todos los idiomas que sé. Es un maldito fuego que no se apaga. Por el contrario, es como si se alimentara con gasolina, como si yo alimentara y sacara su lado bestia cuando me tiene cerca y eso es la cosa que más me satisface.

- Vamos dolcezza, dame otro- me penetra duro, sale completo para volver dentro con un fuerte empollón que me vuelve a estampar más fuerte la cara contra el vidrio- soy adicto a cada uno de tus malditos orgasmos.

Reparte besos por mi cuello antes de morder mi oreja. Su mano abandona mi nuca para apresar mis senos poniéndome a chillar cuando los pellizca y tira de ellos. Tomando impulso de mis manos dejo que mi trasero se empine y salga a su encuentro a cada nueva embestida que me da, poniéndolo a maldecir como solo él sabe y como tanto me enferma.

-Cazzarola miseria- dios que bendición es escucharlo fuera de si mientras me da como si quisiera dejarme paralítica de por vida- vai cosi, piccola mia- su voz es gruesa y dura como lo que me esta partiendo a la mitad- Goderó quando ti riempiró tutta la figa con il mio sperma.

(Disfrutaré cuando llene todo tu coño con mi semen)

-Dammilo daddy. Affogami e dammilo tutto - mi voz es una suplica y si quiero sentir como se corre dentro de mi una vez mas.

(Dámelo daddy. Ahórcame y dámelo todo)

El ritmo crece al escucharme y de su boca sale un gruñido que lo hace parecer una bestia cavernicola y me encanta, me pone mal escucharlo asi y solo quiero abrirme más mientras lo recibo a cada estocada.

Su mano se cierra en mi garganta como le pedí y es solo sentir como me corta la respiración lo que me pone como una moto. Yo misma pellizco mis pezones y me erizo. La presión contra mi cuerpo es un fuego que me derrite como una vela.

Su boca busca la mía cuando gira mi rostro aun sosteniéndome del cuello y me da un beso salvaje. Amasa mis labios con un hambre animal mordiéndome el labio inferior y no me resisto, se lo devuelvo con igual apremio y necesidad.

Mi cuerpo es preso de las convulsiones previas al orgasmo pero es el suyo y sus largos chorros de semen llenándome por completa lo que terminan por desatar el mío haciendo que me empape y lo empape mientras seguimos comiéndonos como si no tuviéramos suficiente el uno del otro.

-Me gustas- digo y no se si es por el éxtasis en el que todavía estoy nublada o porque hace mucho quería decirle- me gustas mucho, daddy.

-No esperaba menos- lo veo sonreír en mi dirección mientras abre la ducha de mano- creé esta personalidad para ti. Solo era cuestión de tiempo- su declaración me cogió con la guardia baja y solo boqueo como pez al no saber que responder a eso.

Dejo que me ayude a sostenerme y en pocos minutos estamos bañados y envueltos en una toalla cada uno de camino a la habitación.

Me deja en mi lado de la cama y camina hacia el otro dejando caer la toalla que rodeaba su cintura en el piso antes de dejarae caer en el otro lado.

- Muy rico todo pero ya pues irte- ¿en que diablos está pensando? nunca le dije que se podía quedar.

-No me voy una mierda a ninguna parte- me coge de la cintura enrollandome un brazo en esta hasta dejarme acostada sobre su pecho justo antes de cubrirnos a ambos con las mantas.

Fue solo caer sobre su cuerpo y que el frió de la habitación desapareciera siendo reemplazado por el calor corporal de ese enorme hombre.

-Te dije que te largues.

-Shh, shh. Deja dormir- cuela una pierna entre las mías y yo ya me di por vencida. No hay forma humana de que pueda quitarme este saco de mil kilos de encima.

Esto es increíble se apropia de mis cosas y me da ordenes como si el que le haya dicho que me gusta le hubiera dado algún poder sobre mi. Lo que verdaderamente me sorprende es de porque mierda no lo estoy echando a patadas de mi casa y en su lugar me acomodo mas sobre su pecho subiendo una pierna hasta enroscarla en su cintura, callendo inmediatamente dormida.

♠️

Me despierto con un calor sofocante y no recuerdo cuando carajos le subí tanto a la calefacción pero una maldición muere en mi boca cuando intento enderezarme en la cama y siento un cuerpo enorme y duro a mi espalda enroscado como una serpiente a mi diminuto cuerpo en comparación. Su mano está por encima de mi cintura cerrándose en uno de mis pechos. Su pesada pierna está sobre las mías convirtiéndose en una trampa mortal de la que no puedo escapar.

Y por si fuera poco siento su verga dura y caliente a mi espalda volviéndome la saliva agua.

«Mamacita danos un respiro este hombre nos acabó en la noche y tu aquí, loca por saltarle encima. Vamos a calmarnos un poco»

Por una parte se que mi conciencia tiene razón pero es imposible no calentarse con esa enorme vergota que te está pidiendo a gritos que lo chupes, lo lamas y montes, y no precisamente en ese orden.

Un suspiro a mi espalda me pone los pelos de punta cuando me aprieta más hacia si acariciándome el cuello con su nariz.

-Buongiorno piccola- su voz tiene la ronquera matutina que es de esperarse pero mi mente me traiciona y recuerdo las veces que me habla sucio con ese mismo tono mientras me coge y ya me siento húmeda entre las piernas- ¿dormiste bien?

- Hubiera dormido mejor si alguien no me hubiera robado mas de la mitad de la cama, pero que se le va a hacer. Para la próxima te abofeteo y vemos como resolvemos- lo veo reír con pereza y mientras esa sonrisa se va adueñando de su cara mi corazón olvida como se sigue trabajando- ¿de que te ríes?

Intento sonar molesta porque no me gusta la sensación que crea su sonrisa en mi pecho y necesito enfocarme en mi objetivo.

-Que dijiste para la próxima- mi ceño se frunce y su sonrisa se agranda- es decir que te gusta dormir conmigo aunque si prefieres comprar ropa de segunda mano antes de confesarlo.

Lo miro mal porque odio que la gente me sepa leer y me psicoanálicen. Poniéndome práctica ya pasó la noche y el momento de calma que me regalé a mi misma a su lado, así ya puedo volver a molestarlo.

- No te hagas el chistosito que puedo borrarte esa sonrisa mas rápido de lo que pestañeas- esta vez no es una sonrisa es una carcajada en toda regla y eso no se porque me pone de tan mala hostia, es como si creyera que se estuviera burlándo de mi.

Me giro hacia él y lo abofeteo con toda las ganas que le tengo y me satisfago en ver la marca de mi mano en su mejilla. Su rostro se ensombrece y salta hacia mi intentando agarrarme pero soy mas rápida y salgo de la cama mientras él se sienta en ella sin dejar de mirarme como si fuera la siguiente victima de un serial killer.

-Corre, porque cuando te coja sabrás de lo que soy capaz- tomo mi bata que permanecía tirada en el suelo sin perderlo de vista un solo segundo. Veo como se levanta con la calma de una pantera que está segura que por más que corra su presa la va a alcanzar. Lo veo alcanzar los boxers que también estaban abandonados en el suelo junto a la cama y se los pone- contaré hasta tres y te conviene no estar cerca de mi para ese entonces.

-A mi no me vas a dar ordenes, Klaus. Mucho menos en mi cas...

- Uno- me interrumpe y no se si son sus ojos en llamas o por la oscuridad que refleja si rostro pero mi cuerpo cae en tensión- dos.

- Klaus no te atre..

-Tres- esquiva la cama en medio de los dos y viene hacia mi como un león furioso.

-Mierda.

Echo a correr hacia las escaleras intentando no darme la hostia de mi vida si caigo rodando por ellas pero mi intento de escape se va a la mierda porque me toma de la cintura en el último escalón y me sube sobre su hombro antes de estamparme un fuerte azote en el trasero que me paraliza cuando comenzaba a removerme para que me bajara.

-Quédate quieta o será mucho peor para ti.

-Puedes irte al infierno, gilipollas- le golpeo la espalda con los puños cerrados en lo que intento inutilmente de poder salvarme de esta.

- Ire, y con gusto te llevaré conmigo, dolcezza.

-¿Señorita Wolf?- la voz de Sara corta por completo todo lo que estaba por decirle y Klaus deja de caminar para bajarme de su hombro y ponerme a su lado justo en la entrada de la cocina.

- Sara, buenos días- ella sigue mirando con los ojos abiertos y su mirada pasa de Klaus a mi, para luego volver a mirarlo a él.

Entiendo su confusión y es comprensible. En los dos años que lleva trabajando para mi nunca se había topado con alguno de mis amantes en la mañana, es normal que esto la coja por sorpresa.

-Yo no... no sabía.. que- tartamudea y hasta ahora me doy cuenta que sus ojos están fijos en la entrepierna erecta que se marca en los boxers del hombre a mi lado y una sensación desagradable se apodera de mi al verla devorar con la mirada algo que es solo mío.

-Sara puedes irte. Tomate el día libre- mi voz denota la molestia que siento y no sé de donde viene ese sentimiento de posesividad y enojo que me crea esta situación. Pero no quiero que nadie lo vea asi, solo yo. Es solo para mi.

Ella asiente todavía atontada al ver el primer hombre que no es de la familia entre estas paredes y por si fuera poco en ropa interior, algo que no pasa para nada desapercibido y menos con el físico y tamaño de Klaus.

Una vez solos, camino por la cocina hasta dar con el café recién hecho y verterlo en dos tasas. Le extiendo una por encima de la isla y tomo asiento en esta después de ponerle algo de leche y azúcar a mi café.

Él toma la suya entre sus manos y apoya la cadera en el borde de la encimera justo frente a mi, estando separados por un escaso metro de distancia.

Mis piernas se balancean en el borde de la superficie donde reposo mientras mis manos se calientan agradablemente con la temperatura de la taza y me complace disfrutar del punto exacto en el que está.

Veo por el borde de esta como Klaus se lleva la suya a los labios y en mis labio se forma una mueca al verlo degustarlo así tal cual, negro y fuerte.

-Soy italiano, piccola. Que no se te haga extraño verme tomarlo así. No hay nada como saborear el café fuerte y amargo al punto de que pasarán horas y aun tendrás ese sabor circulando por tu paladar- mierda, no es lo que dice sino la forma en que lo dice y la manera de mirarme como si en vez de estar describiendo su gusto por esa bebida estuviera describiendo la forma en que me disfruta a mi cuando me come el coño.

Aprieto las piernas con disimulo y trago saliva mientras veo la espuma de mi taza ignorando descaradamente su intensa mirada que me tiene la respiración agitada.

- ¿Extrañas tu país?- intento cambiar de tema y no se porque esta es una pregunta que circula últimamente por mi cabeza.

- Ma certo. No hay nada como caminar por las concurridas calles de Nápoles. Los mercados, la gente, el ambiente, hasta los turistas perdidos. Es un cóctel de tantas cosas alegres que es imposible estar de malas mientras caminas por allí- su voz suena nostálgica y una idea comienza coger forma en mi mente y sonrió ante mi locura- Hace mas de 15 años que me fui, prácticamente la mitad de mi vida y se me hace imposible no extrañar esos tiempo.

-¿Te gustaría ir?- me mira curioso pero dudo mucho que llegue a adivinar por donde va mi mente.

-Me encantaría. Pero no hablemos de eso. Mas bien dime ¿cómo es que estás al tanto de mi divorcio? pero sobre todo ¿Cómo es que estás demandando a mi ex mujer?- bien, ya estoy lista para esto.

-¿Sabes? el director de la universidad es muy amigo de mis padres, tanto que cuando papá se interesó por la junta de profesores que estarían relacionados con su hija le dijeron todo lo que él quería saber. Unas cuantas preguntas después supimos algunas cosas de tu vida y juntos caímos en el hecho de que te habían hecho una putada. Así que con ayuda de los padres de Milena y papi Roger fuimos capaces de reunir unas cuantas pruebas que facilitaron la demanda. Eso es todo.

Lo veo dejar la taza a un lado y camina el escaso paso que lo separa de mi para después colarse entre mis piernas quitando también la mía de mis manos. Parecerá chiste pero Klaus era tan alto que aun sentada sobre la isla él me sacaba unos cuantos centímetros por encima.

-¿Y que fue lo que los motivó a hacerlo?- sus manos, que se habían detenido a cada lado de mis piernas comienzan a acariciar mis rodillas y debo hacer verdaderos esfuerzos en concentrarme en lo que dice su boca.

Tenía toda la puta razón, su aliento acaricia mi rostro cuando habla en la intimidad de la cercania y de ellos brota ese aroma de café que sin esperarlo se está volviendo en mi preferido. Sus labios teñidos de un rosa pálido debido al frío mañanero es una silenciosa llamada a posar mis labios sobre los suyos pero aun queda mucho por hablar y en el momento en que lo bese no habrá forma humana que se pueda poner marcha atrás.

-No te lo tomes tan a pecho, a papá y Roger les gusta jugar a ser Robin Hood. No será la primera vez que meten sus narices en casos así, la única diferencia es que esta vez yo terminé involucrada por querer estar al tanto y saber más de ti- sus dedos me desconcentran porque están jugueteando con la fina linea de piel en el escote que me crea la bata que esta ligeramente más abierta de como la recuerdo segundos antes.

-¿Y por qué fuiste a visitar a mi madre?- joder que me tiene caliente rosando casi imperceptiblemente su boca sobre la mia y definitivamente ya estoy mojando la madera de la isla.

-Porque estuviste la semana ausente y quería saber como seguía ella. Al no tener manera de averiguar, fui personalmente.

-¿Es decir que me extrañaste?- su nariz acaricia la mía y sus dedos siguen jugueteando con caricias espontaneas que me tiene la piel en llamas.

-¿Te hace sentir mejor que te lo diga?- asiente y su nariz se desliza por mi pómulo hasta recorrer mi mandíbula- pues si, te extrañé. Extrañé no tenerte en tu papel de profesor poniéndome cachonda cada vez que te paras delante usando tus lentes cuando explicas algo. Extrañé no poder colarme en tu oficina y provocarte hasta hacer que me comas con ese hambre que tienes por mi y que es tan fuerte que fuiste capaz de romper tus propios límites y venir a buscarme. Lo extrañé como no se imagina, professore- lo escucho gruñir en la curva de mi cuello y su mano toma posesión de mi cabello tomandolo en un puño obligándome a levantar la mirada para toparme con la suya al enfrentarme.

- Eso significa que lo que dijiste anoche no fue debido al éxtasis producido por el orgasmo, sino que te gusto en realidad- asiento como puedo mientras mis manos acarician sus fuertes brazos venosos hasta entrelazar los dedos por detrás de su nuca- ahora la pregunta es ¿Qué haremos al respecto? porque tu ya eres mi gusto culposo preferido, cara studentessa.

Sus ojos grises como una tormenta se vuelven oscuros como un verdadero tornado que quiere engullirme en su interior y justo ahora eso lo que quiero, caer en su interior y marcarlo tan profundo que no pueda sacarme de si ni con el paso de los años.

- Me gustas. No se que mierda tienes que me tienes loca pensándote a cada rato. Buscándote en cada esquina o planeando como tenerte una y otra vez sobre o debajo de mi. Me gustas más de lo que es sano y recomendable para tu propio bien. Ya no me basta este jueguito en el que debo perseguirte o provocarte para que me persigas. Ahora quiero más, quiero mucho más de ti Klaus. Quiero embriagarme de todo esto que creas cuando te tengo cerca. Probemos y consumámonos juntos en esto que nos gusta, y veamos a donde nos lleva.

No se de donde mierda saqué toda esa diarrea verbal pero si quiero que se enamore debo jugarme el todo por el todo. El plan ya está en marcha, bebés.

-¿Son ideas mías o me estas pidiendo que tengamos una relación?- joder, los pelos se me ponen malditamente de punta al solo escuchar esa palabra y no en el buen sentido, pero me trago el desagrado y repugnancia que me crea la sola sugerencia y asiento mordiéndome el labio mirándolo con toda la picardía con la que soy capaz- bien. Veamos a donde nos lleva esta locura.

-Cerremos el trato entonces- no puedo ocultar la sonrisa que crece en mis labios al conseguir el primer paso y lo tiro hacia mi para devorarlo en un beso urgido, húmedo y caliente que nos va poniendo cachondos a ambos.

-Espero que ya estes lista para mi- muerde mi labio inferior sin despegar sus oscuros ojos de los mios- abre las piernas, piccola. Voy a follarte como firma del contrato.

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