XXXV
¦Nota del autor:¦
Sin comentarios 😭💊
CAPÍTULO: Píldoras.
────────── · · · · ✦✧
Al caer la noche, el ambiente dentro del refugio se tranquiliza después de la tormenta. Los bebés, aunque aún algo nerviosos por el trueno, están dormidos o más calmados, rodeados de las sonrisas protectoras de los Smile Critters. Dogday, observando que ya todo está más tranquilo, se levanta y se dirige al grupo con una sonrisa suave pero decidida.
Dogday: Bueno, parece que la tormenta ya pasó, pero aún tenemos que poner en orden todo esto antes de dormir. Vamos a organizarnos, ¿sí?
Con su voz llena de energía positiva, o al menos eso aparenta, Dogday empieza a asignar tareas con su estilo lleno de luz. Todos lo miran atentamente, ya acostumbrados a su liderazgo.
Dogday: Kickin, Bubba, ustedes dos se encargan de deshacer la barraca. Es grande, así que no quiero que se quede fuera por mucho tiempo. Picky, Hoppy, ayuden a lavar los platos en donde comimos las galletas, ¿vale? Nadie quiere que se acumulen más platos sucios.
Picky lanza una pequeña mueca pero asiente con determinación, mientras Hoppy sonríe con ganas de ayudar.
Dogday: Bobby, Craftycorn, sé que son muy responsables con los bebés, así que quiero que ayuden a ponerlos de vuelta en sus cunas, todos bañados, con el pañal limpio y alimentados con los biberones llenos de leche. - rueda los ojos con cansancio - Ya no quiero verlos llorando de hambre esta noche.
Los ojos de Bobby brillan con agradecimiento al escuchar la tarea que se les asigna, y Craftycorn asiente con una sonrisa, contenta de poder ayudar. Catnap, al ver que todos se ponen en acción, se siente un poco fuera de lugar. Pero Dogday le lanza una mirada de apoyo, indicándole que puede descansar mientras los demás se encargan de las tareas.
Dogday: Y tú, Catnap, relájate, mereces un descanso. Yo me encargaré de que todos terminen de organizar todo. Mañana será otro día.
Catnap, aunque aún con algo de incertidumbre en su mente, siente una profunda calma al escuchar las palabras de Dogday. Sonríe levemente y se recuesta en uno de los cojines, dejando que todos los demás se encarguen del trabajo mientras se siente, por fin, seguro.
Mientras todos se encargan de sus tareas, el ambiente se llena de cooperación y cuidado mutuo. Los Smile Critters se cuidan unos a otros como siempre lo han hecho, y aunque las preocupaciones no desaparecen por completo, en ese momento parece que el trabajo en equipo puede sanar muchas de las heridas invisibles.
────────── · · · · ✦✧
Más tarde...
Mientras Catnap se quedaba solo en la sala, observando cómo Dogday dormía plácidamente en su cama, un torrente de emociones invadió su mente. A pesar de la cálida despedida y el abrazo que había recibido, la sensación de vacío en su memoria lo atormentaba. El gas rojo, el cual siempre había sido una herramienta tan familiar y confiable, ahora se sentía como un recordatorio constante de lo que no podía recordar.
Él sabía que había algo importante en su vida antes de la explosión de la fábrica, algo profundo que conectaba con Dogday, pero no lograba alcanzarlo. No entendía el vínculo que compartían, pero sentía una necesidad de protegerlo, de estar cerca de él, aunque sus sentimientos eran confusos, como si algo le faltara por comprender.
Se acercó lentamente a la ventana, observando la lluvia que seguía cayendo afuera. El sonido del agua golpeando los cristales le dio un poco de consuelo, como si el mundo le dijera que, aunque no tuviera todas las respuestas, todo seguiría su curso. Tomó una profunda bocanada de aire y miró hacia la habitación donde Dogday descansaba, pensando en lo que podría haber sido, en lo que podría haber perdido.
Aún con esa sensación de incomodidad, Catnap se sintió aliviado de tener a alguien como Dogday a su lado, aunque fuera algo reciente para él. El amor y el cariño que había recibido, y esa complicidad extraña, lo tranquilizaban. Era lo único que sentía real en ese momento.
Antes de irse a descansar, Catnap se dirigió a la mesa donde había dejado su gas rojo. Con un suspiro, miró la pequeña botella casi vacía. "El Dr. Halvorson me ayudará..." pensó. La idea de hablar con el doctor le dio algo de seguridad. A pesar de sus dudas y el caos que rondaba su mente, sentía que podía confiar en el Dr. Halvorson para ayudarle a entender lo que estaba sucediendo, a encontrar respuestas.
Con ese pensamiento en mente, Catnap apagó las luces y se recostó en su cama, permitiendo que el sueño se apoderara de él. Antes de cerrar los ojos, sus últimas palabras fueron suaves, casi un susurro, al igual que una promesa que se hacía a sí mismo: "Lo recordaré... todo."
────────── · · · · ✦✧
Catnap se encontró atrapado en su sueño, como si las imágenes flotaran ante él en un torbellino de colores. Las pastillas amarillas y verdes brillaban con intensidad, y su mente parecía unirse a ellas en un recuerdo nítido. El aire se volvió denso, lleno de la ansiedad de un momento pasado, algo que había olvidado pero que ahora emergía con fuerza.
Catnap veía la escena, como si estuviera dentro de ella nuevamente. El lugar era oscuro, con una luz tenue que apenas iluminaba sus figuras. Dogday, en ese entonces más joven, estaba frente a él, apretando una bolsita entre sus manos. Lo miraba con frustración, mientras que Catnap, con una expresión llena de preocupación, lo observaba.
Dogday: ¡¿Que es lo que quieres?! Vienes a juzgarme? ¿Ahora ustedes me estarán persiguiendo hasta en mis sueños? ¿Tendré que tomar medicamento para eso también? - dijo con sarcasmo y lo miró enojado.
Catnap: todos nos preocupamos por ti, no vine a juzgarte - levantó sus manos en defensa propia.
Dogday: ustedes quieren controlar toooodo lo que pasa conmigo, ¿Pueden dejarme en paz de una vez por todas? - lo miró con molestia.
Catnap: debes parar de tomar esas píldoras en exceso, sabes que te pueden hacer daño - trató de acercarse.
Dogday: ¡Sabes que tomarlas alivia mi estrés! - dijo, su voz llena de incomodidad, mientras escondía rápidamente la bolsita que contenía las pastillas.
Catnap: ¡Pero no debes tomarlas como si fueran dulces! - su tono era firme, pero tenía miedo. La preocupación lo invadía al ver a Dogday comportarse de esa manera.
Pero lo que vino después lo sorprendió. Dogday, con el ceño fruncido, lo miró con desprecio, como si las palabras de Catnap fueran insignificantes.
Dogday: ¡¿A ti qué te importa lo que haga con mi cuerpo?! ¡No quiero sentirme mal, no sabes nada sobre cómo me siento! - dijo con furia, acercándose a Catnap, quien dio un paso atrás por el miedo a su reacción.
Catnap, sin poder soportar la tensión, levantó las manos en señal de rendición.
Catnap: ¡E-está bien! Tranquilo, no haré nada, solo... - murmuró, mirando cómo Dogday fruncía el ceño aún más, mostrándole los dientes en un gruñido que le heló la sangre.
Catnap: ¡e-esta bien! Tranquilo, no haré nada, solo...
La violencia de la escena se sentía fuerte, y la ansiedad que sentía a Catnap en ese momento parecía repetirse ahora, como una pesadilla que no podía escapar. El sueño se volvía más opresivo, y las imágenes comenzaban a desdibujarse, como si Catnap no pudiera sostenerlos más.
Catnap despertó de golpe, sudoroso y agitado. El sonido del viento golpeando la ventana lo trajo de vuelta a la realidad. Respiró profundamente, tratando de calmar su corazón acelerado. El recuerdo de la pelea con Dogday, sus palabras duras y la ira que había visto en él, seguía dándole vueltas en la cabeza.
"¿Qué pasó después...?" pensó, sin entender del todo la conexión.
Con un suspiro, Catnap se sentó en la cama, mirando hacia la pared blanca, dónde del otro lado su pareja descansaba profundamente. Aunque las piezas de su memoria seguían faltando, sabía que ese recuerdo era importante, y tenía que entenderlo si quería avanzar en su relación con Dogday.
Finalmente, se tumbó de nuevo, cerrando los ojos. "Lo recordaré todo... eventualmente," pensó, sintiendo que aún quedaba mucho por descubrir.
────────── · · · · ✦✧
Al amanecer, Catnap se despertó de golpe, el sonido de algo en movimiento lo hizo abrir los ojos de inmediato. No podía distinguir qué era, pero el sonido era inconfundible: el tintineo de un frasco de plástico, como si alguien estuviera sacudiendo algo dentro. Se incorporó lentamente, sin saber bien qué esperar. El leve resplandor de la luz matutina colaba por la ventana.
Al mirar por la ventana de la otra habitación, sus ojos se fijaron en Dogday, quien estaba de pie junto a la ventana de la cocina. Con un movimiento que le pareció rutinario, Dogday tomó un frasco de plástico, lo abrió y empezó a sacar varias pastillas de un color amarillo y verde, muy similar al de las pastillas que Catnap había visto en su sueño. Los ojos de Catnap se entrecerraron mientras observaba a Dogday de lejos.
Parecía que estaba tomando no una, ni dos, sino al menos diez pastillas, una tras otra, sin pensarlo. Un nudo se formó en su estómago mientras procesaba lo que estaba viendo. "¿Por qué tantas?..." pensó, su mente comenzando a hacer conexiones que lo hacían sentirse cada vez más preocupado.
Recordaba bien que Dogday solía tomar esas pastillas para lidiar con el estrés y la ansiedad. Lo sabía porque, muchas veces, él mismo le había explicado que las tomaba antes del desayuno o cada vez que sentía que la presión lo invadía. Sin embargo, el número de pastillas que estaba tomando ahora era alarmante. Diez... diez pastillas en un solo momento, sin parecer medir la cantidad.
Catnap frunció el ceño. Sabía que Dogday no estaba tomando estas pastillas solo para aliviar su ansiedad. El estrés de ser padre y líder, presenciar la muerte de Lucía, ver la explosión de la casi muerte de Catnap y el abuso de 1006... Todo eso debía estar afectándolo de una manera profunda. Pero lo que más preocupaba a Catnap en ese momento, más que cualquier otra cosa, era que Dogday estaba embarazado.
"¿Las pastillas podrían estar afectando al bebé?" pensó con desesperación, sintiendo una creciente preocupación en su pecho.
Él mismo había notado cómo Dogday no siempre estaba al tanto de las consecuencias de sus actos. La ansiedad era una sombra constante en su vida, pero el hecho de que ahora estuviera tomando tantas pastillas sin ningún tipo de control lo hacía cuestionar hasta qué punto esto podría estar afectando su bienestar y el del bebé.
Catnap no pudo evitar sentir miedo. "¿Y si lo está haciendo daño sin darse cuenta?" En su mente, una pregunta comenzó a tomar forma: ¿Debería hablar con él ahora? ¿O debería esperar a que el efecto de las pastillas pasara para poder hablar con calma? "No... debía decirle ahora."
Con un suspiro profundo, Catnap se levantó de la cama, se acercó con cautela a la puerta y salió de la habitación. Intentó no hacer ruido, sabiendo que si Dogday aún no se había dado cuenta de su presencia, sería mejor no alarmarlo de inmediato.Pero mientras caminaba hacia la cocina, su mente seguía corriendo a toda velocidad, pensando en lo que debía decir y en cómo manejar la situación.
Cuando llegó al umbral de la puerta de la cocina, vio a Dogday todavía con el frasco en las manos, mirando las pastillas que le quedaban en la mano, y fue ahí cuando Catnap decidió hablar.
Catnap: Dogday, tenemos que hablar - Su voz sonaba suave pero firme, y su preocupación era evidente.
Dogday, al escucharlo, se giró de inmediato, sorprendiendo a Catnap. La mirada de Dogday parecía un poco perdida, pero al ver el frasco vacío y las pastillas en su mano, su expresión cambió a una mezcla de culpa y frustración.
Dogday: ¿Qué pasa, Catnap? - dijo con su tono algo defensivo - Yo... necesito esto... para... calmarme.
- se acercó con su mirada llena de seriedad y preocupación - Catnap: Sé que lo necesitas, pero tomar tantas pastillas de golpe no es lo que necesitas... No solo estás poniendo en riesgo tu salud, Dogday... sino también la del bebé.
Dogday, con el rostro visiblemente afectado por las palabras de Catnap, se quedó en silencio por un momento. El peso de esas palabras caló hondo en él.
Dogday: Lo sé... - susurró fríamente, mirando las pastillas en sus manos.
Catnap se acercó lentamente a Dogday, sintiendo el peso de la conversación que debía tener. No quería presionarlo, pero las palabras que habían estado rondando en su mente durante tanto tiempo necesitaban salir. Se acercó cautelosamente y, con una mano temblorosa, le tocó el hombro a Dogday.
Catnap: Dogday... - su voz fue suave, pero con angustia - Podemos hablar sobre todo lo que pasó, sobre el embarazo, con... el bebé. Sé que todo esto es difícil, pero estoy aquí para ti. Podemos enfrentarlo juntos.
Pero en cuanto sus dedos tocaron su hombro, Dogday apartó bruscamente la mano de Catnap, lo miró con su expresión llena de furia y angustia. Su rostro se tensó, y aunque sus ojos brillaban con lágrimas a punto de caer, su ira se le notaba en cada músculo.
Dogday: ¡NO-O HAY NADA DE QUE HABLAR! - gritó, su voz quebrándose en medio de las palabras - ¡NO QUIERO HABLAR DE ESO!
La furia era abrumadora, pero debajo de esa rabia había una desesperación que parecía consumirlo por dentro. Catnap dio un paso atrás, mirando a Dogday con asombro, sin poder comprender el nivel de dolor y el miedo que lo habían llevado a reaccionar de esa manera.
El nudo en su pecho se apretó aún más al ver cómo las lágrimas comenzaban a brotar de los ojos de Dogday, que rápidamente cubrió su rostro con las manos, ahogando un sollozo que apenas podía contener. La furia de Dogday se desvaneció en un instante, reemplazada por la vulnerabilidad más pura.
Catnap lo observó, el miedo y la confusión en sus ojos, al mismo tiempo que su corazón se rompía al ver lo destrozado que estaba. Dogday no quería hablar de eso... No quería enfrentar el trauma del embarazo forzado por 1006, el horror que había vivido.
Con un suspiro profundo, Catnap se acercó más, apartando con suavidad las pastillas de las manos temblorosas de Dogday. Las tiró con delicadeza, pero sin dejar de sostener su mirada, lleno de ternura y empatía.
Dogday: Lo siento... - comenzó a llorar.
Catnap: Está bien, Dogday... - dijo en un susurro, acercándose aún más, hasta que lo abrazó con fuerza.
Un abrazo que no dejaba espacio entre ellos, un abrazo lleno de consuelo y apoyo. Catnap envolvió a Dogday en sus brazos, sin preocuparse de nada más, solo de que él sintiera el apoyo que tanto necesitaba.
Catnap: No tienes que hablar de eso ahora, yo... estaré aquí para ti, siempre, sin importar lo que necesites.
Dogday, temblando en su abrazo, comenzó a llorar con más fuerza, la tristeza y el miedo que había estado reprimido durante tanto tiempo finalmente salían a la superficie. Catnap apretó un poco más el abrazo, sin dejar que nada los separara. Ambos permanecieron en silencio durante un largo momento, hasta que las lágrimas de Dogday comenzaron a calmarse.
Catnap sostuvo a Dogday con firmeza mientras su respiración temblorosa se mezclaba con el silencio de la habitación. Sentía su cuerpo estremecerse en su abrazo, un reflejo del dolor que aún lo atormentada. Después de unos minutos, Dogday se separó un poco y bajó la mirada. Su voz salió temblorosa, rota.
Dogday: Tuve una pesadilla... - susurró, limpiándose las lágrimas con el dorso de la mano - Era sobre ese momento... cuando 1006... cuando me hizo eso.
Catnap sintió un nudo en la garganta, no dijo nada, solo escuchó, permitiéndole continuar.
Dogday: Se sintió tan real... - apretó los puños - Me sentía culpable, sucio... asqueado. Solo quería huir. Quería gritar, pero no podía... sentía tanta desesperación... Y... y enojo... mucho enojo.
- su voz se quebró, y su llanto volvió a hacerse presente - Dogday: Pero... - tomó aire con dificultad - cuando desperté... recordé que no era solo una pesadilla. Fue real... todo fue real.
El corazón de Catnap se encogió al ver la expresión devastada de Dogday. No había forma de borrar el dolor que estaba sintiendo, pero sí podía estar allí para él. Dogday dejó caer sus hombros, cubriéndose el rostro con ambas manos.
Dogday: No-o quie-ero te-ener al bebé... - susurró con la voz ahogada por el llanto - No-o quiero... no quiero.
Catnap sintió una punzada en el pecho. No era solo un rechazo, era miedo... dolor. Sin decir una palabra, se acercó más y envolvió a Dogday en un abrazo fuerte, protegiéndolo en su calidez.
Catnap: Estoy aquí... - susurró con suavidad - No tienes que enfrentar esto solo.
Dogday no respondió, pero sus sollozos se hicieron más intensos mientras se aferraba a Catnap como si fuera su único ancla en medio de la tormenta.
────────── · · · · ✦
││
││
││
││
││
││
││
│✧
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro