Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

14| La espera de un corazón roto


La casa de los Malfoy se sentía cada vez más vacía y menos hogareña. El calor que emanaba se había esfumado y fue reemplazado por la pena que los cuerpos y almas de la familia transmitían.

Draco Malfoy se había cerrado a si mismo. No habían pasado más de dos días desde la perdida de Astoria y el patriarca de los Malfoy estaba en la ruina. No comía, no hablaba y no se movía. Parecía un muerto.

Scorpius Malfoy era un caso completamente diferente. Llevaba meses preparándose para la muerte de su madre. Llevaba meses llorando y dejando salir todo su dolor y cuando el verdadero dolor llegó no le quedaban lágrimas por llorar. Sentía tristeza y miedo porque no sabía cómo sobrevivir sin alguien que lo guiara hacia el buen camino.

La mayor de los hermanos Malfoy seguía en estado de shock. No había soltado ninguna lágrima desde que vió a su madre muerta. El recuerdo la invadía cada vez más, pero mantenía la cabeza en alto y se tragaba sus propios sollozos. Alguien tenía que dar la cara por su familia y, lamentablemente, esa era su labor.

Ese veintisiete de diciembre el cielo había despertado oscuro, no había nieve y el ambiente era frío, casi congelado. Era como si el universo llorara la pérdida de Astoria Malfoy.

—¿Lista?—el menor de los rubios le preguntó a su hermana quien estaba sentada en su cama, mirando hacia la nada, con la mente perdida.

Adhara asintió y sin poder mirarlo a la cara aceptó la mano que su hermano le ofrecía—Me haría muy bien tener un hermano mayor el día de hoy, Scorpius.

Su hermano le sonrió y la abrazó por los hombros ocultando en esa sonrisa toda su angustia y pánico. Ahora era el turno de Adhara de luchar contra esa maldición que la familia de su madre le heredaba.

Al funeral de Astoria Malfoy se presentaron muchas familias mágicas, sobretodo poderosas, presentando sus condolencias las cuales los hermanos Malfoy sabían que eran totalmente falsas. No más de la mitad de los presentes conocían bien a Astoria. Lo más impresionante fue la presencia de Hermione Granger—Weasley y sus hijos, Rose y Hugo. A nadie la sorprendía que Ron Weasley no se hubiera presentado, todos sabían que aún no era muy amigo de los Malfoy.

—Buenas tardes señora Weasley—saludó Adhara cordialmente aunque en su interior solo quisiera echarla a patadas.

—Querida, puedes llamarme Hermione. Mis sobrinos hablan tanto de ti que pareciera que te conociera de toda la vida—de reojo, Adhara pudo ver como Rose Weasley rodaba los ojos. Ambas jóvenes nunca se habían llevado bien, incluso cuando Scorpius se los había suplicado, ninguna había aceptado.

—Seguramente ha escuchado muchas cosas malas de mi.

—No me creerías.

La falsedad de la sonrisa de Adhara ya la estaba agotando, ¿por que tenía que sonreír si se sentía destrozada por dentro?

—Nos alegra que hayan podido asistir. Mi madre siempre apoyó su candidatura como ministra.

La familia tuvo que separarse del lado de los hermanos Malfoy luego de que Rose comenzara a comportarse como una niña mimada que no tenía sentimientos. Hugo se disculpó y al marcharse casi se rompe la cara con el suelo lo que hizo que la joven Malfoy sonriera. Esa fue la primera sonrisa verdadera de Adhara esa mañana.

Familia tras familia presentaban sus condolencias a los Malfoy. En algún punto de la mañana su padre se les había unido. Parecía incómodo pero menos tenso, probablemente Narcissa Malfoy tuvo algo que ver con eso.

Los últimos en llegar fueron los Potter. Venían todos de negro y Ginny Potter empujaba suavemente a Harry quien parecía estar un poco asustado. Ambas familias se saludaron lo más cordial posible, pero se les fue imposible no sacar a flote sus problemas.

—Intentaste arrestar a mi hija, Potter. Obviamente no estoy tan contento de verte.

—Yo solo quería hacer mi trabajo. ¿Podrás perdonarme?

Draco respondió con una pregunta—¿Me perdonas tú por todos los malos tratos en nuestros años en Hogwarts?

Harry sonrió—Ya lo hice.

—Entonces yo también te he perdonado—lo siguió con una sonrisa, no tan potente como la de Harry pero al menos era una sonrisa.

Los tres adultos comenzAron a caminar directo a donde se llevaría a cabo el funeral mientras que los jóvenes comenzaban a saludarse.

—Lo siento tanto Adhara, tu madre se merecía lo mejor del mundo—Lily Potter lloraba y se sorbía los mocos.

—No es tu culpa—Adhara le sostenía la cara con sus manos para que la mirara directo a los ojos—No digas que lo sientes porque no es tu culpa pequeña pelirroja.

Lily se unió a su hermano y Scorpius y siguieron los pasos de los adultos dejando solos sin importarles las consecuencias a James y Adhara.

—Está feo el día—fueron las primeras palabras que salieron de la boca de James.

Adhara resopló, disgustada e indignada—¿Verdad que si? Ni que se hubiera muerto mi madre, Potter.

Inquieto y nervioso, el joven Potter se pasaba la mano derecha por su nuca una y otra vez—No se que decir, Malfoy. No me contaste lo de tu madre. No se como sentirme al respecto.

—Se me había olvidado que somos los mejores amigos y que te tengo que contar todos mis secretos—dijo sarcásticamente la rubia, le dió la espalda y se dispuso a marcharse. La presencia de James la alteraba completamente.

James Sirius la siguió y cuando la tomó del codo no pensó en dejarla ir. La había cagado bien grande, por su estupido nerviosismo el cual era causado por la mismísima Adhara. La joven rubia era tan linda a los ojos marrones de James que su cerebro no podía terminar ninguna frase coherente sin que se le escapara un halago de sus labios.

—Perdóname.

La rubia asintió pero no dejó que siguiera con su disculpa y se unió a su padre y hermano justo antes de que la ceremonia comenzara. Quería que el día terminara lo más rápido posible.


(...)

Había comenzado a llover y las familias que habían decidido acompañar a los Malfoy a su oscuro y triste hogar estaban todas reunidas en la sala de estar donde uno de los elfos les ofrecía algo de beber. Ni Draco ni Adhara estaban presentes en ese momento. El mayor de había encerrado en su habitación y la menor estaba recostada en el césped mojado del jardín. Las gotas de la lluvia caían por sus mejillas y camuflaban las verdaderas lágrimas que Adhara ya no fue capaz de contener.

—¿Qué haces?

Esa voz que tantas veces taladraba su cabeza la había hablado desde la entrada de la casa, donde el techo lo resguardaba de la lluvia.

—Estoy esperando—respondió sin ánimos de explicarle el por qué.

Confundido y encantado con la belleza que la joven emanaba, respondió—¿Qué estás esperando?

La joven rubia dudó en responder. Ambos chicos no eran amigos y no tenían por qué comentarse cosas tan privadas y conmovedoras, pero algo la impulsó a abrir sus pensamientos con su enemigo.

—Estoy esperando que mi madre cruce la puerta de la entrada y comience a gritar a los cuatro vientos: "¡Adhara Meissa, levántate de ese césped mojado en este instante si no quieres vértelas conmigo!". Estoy esperando que mi padre, luego de tener una seria conversación con mi madre por su problema de ira, me venga a recoger en brazos y me lleve a la calidez de mi habitación—con los ojos rojos por todas las lágrimas y mirando directamente a los de James, continuó—Estoy esperando lo que la muerte me arrebató.

Sin ninguna señal de querer darle confort, James Sirius Potter comenzó a gritar a los cuatro vientos desde la entrada de la casa—¡Adhara Me-No se cuanto porque no entendí bien tu segundo nombre, levántate de ahí o te las verás conmigo!

Confundida con las acciones del joven, no pudo contener la sonrisa que se le escapaba de los labios.

Sacando uno de los paraguas colgados en la entrada, se acercó al lugar donde estaba Adhara, quien lo esperaba ansiosa. Pero ella nunca lo diría.

Al estilo princesa recogió a la joven del suelo y maniobrando el paraguas con su mano la llevó hasta el pórtico de la casa donde podría resguardarla de la lluvia. El corazón del joven revoloteaba y sus mejillas se enrojecían sutilmente.

—Acompáñame a un lugar— le dijo cuando finalmente la soltó.

Adhara no tenía por que aceptar su invitación, es más, estaba lista para negarse a lo que fuera que James Potter le estuviera ofreciendo, pero la curiosidad le ganó y esas ganas que tenia de diversión y aventura habían vuelto a su cuerpo.
Se cambió su ropa mojada por causa de la lluvia y volvió a encontrarse con el joven en la entrada de la casa donde ya había dejado de llover.

—Si me terminas matando en esta idea loca tuya, tendrás a dos rubios furiosos detrás tuyo.

(...)

James Sirius no quería simplemente verla sonreír, el quería ser la causa de su sonrisa y, mientras paseaban por las calles de Londres muggle, la risotada que pegó la joven Malfoy lo hizo perder toda la cordura.

Ambos habían hecho una carrera, el primero que llegara al puesto de helados ganaba. La competividad de Adhara la hizo aceptar enseguida y a la cuenta de tres salió corriendo tan rápido que las personas que caminaban por allí debían hacerse paso para que la jovencita no los empujara. Cuando al menos había corrido dos cuadras se detuvo repentinamente, ella no conocía tal puesto de helados.

—¡Eres un tramposo!—le gritó mientras intentaba contener la siguiente carcajada.

James estaba esperando por ella una calle atrás, hablando con una señora de edad, seguramente pidiendo los helados.

Adhara se tragó el orgullo como un mal remedio. La habían engañado y eso no le gustaba —Gracias por dejarme como tonta— le dijo a penas lo encontró.

—No hay de que.

Llevaban al menos tres horas paseando y James había logrado que despejara su mente. No pensaba en su madre, ni en su padre y hermano. Por primera vez en mucho tiempo se estaba divirtiendo, estaba cuidando de si misma.

—Gracias— dijo la rubia—Me la he pasado muy bien.

El castaño sonrió sin poder aguantárselo. Las emociones que le causaba estar cerca de esa chica lo hacían sonreír cómo idiota.

De pronto, lo que le había dicho Adhara más temprano rebotó en su cabeza.

—¿Qué haces?— le preguntó ella cuando el se le quedó mirando fijamente.

—Estoy esperando.

Recordando la historia que ella le contó, le respondió—¿Qué estás esperando?

—Permiso para besarte.

El joven se inclinó hacia ella y repentinamente Adhara lo empujó lejos.

—¡¿Qué estás haciendo?! Eres un idiota—las lágrimas que había aguantado todo el día volvían a salir—Pensé que de verdad querías ser mi amigo pero parece que me equivoqué. Aún te burlas de mi en mi propia cara.

—¿De qué estás hablando?—le respondió James, confundido.

—¿Crees que no se que tu fuiste el que me besó en esa fiesta? No me mires con esa cara de desentendido. Eres una farsa total...¡Tienes novia imbecil!

Esa acusación lo había dejado perplejo—¿Quien te dijo eso?

—Ni siquiera lo niegas...Fred le contó a Albus, Albus a Scorpius y Scorpius a mi. ¿Creíste que caería en tu estupido juego? ¡Hoy fue el funeral de mi madre y se te ocurre la grandiosa  idea de jugar conmigo!—James intentó acercarse pero Adhara lo empujó con su mano—Ahora quiero que me lleves a mi casa.

—Pero nos estábamos divirtiendo—James intentaba de cualquier manera salvar la situación. Había actuado sin pensar y sus acciones habían ocasionado un gran problema.

—Yo no. Llévame a casa ahora...por favor.



















LES RUEGO ME PERDONEN. Yo se que llevo muuuucho tiempo sin actualizar pero con esto de la clases online y las mil quinientas tareas que me mandan no he tenido tiempo de escribir y editar capítulos.
Pero bueno, aquí un capítulo que no me gusta mucho pero que en algún momento de de esta historia hará repercusión.
Si es qué hay errores ortográficos o gramaticales avísenme para poder corregirlos 🥰

Y OTRA COSA!!! Hay nueva portada yupi JAJSJSJ

Gracias por leer y perdón por demorarme trescientos años en actualizar. Les prometo que el siguiente capítulo lo tendrán en una semana ✨✨

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro