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09| Cubierta de sangre

El despacho de la profesora de Defensa contra las artes oscuras nunca se había sentido más frío y tétrico que en aquel momento. Todos los presentes estaban asustados; Zara, Cora, Rebecca, Talia, Adhara y otro par de alumnos de slytherin, nadie les decía nada y el hecho de que Adhara estuviera cubierta de sangre y Talia con los ojos bien abiertos y la boca temblorosa no ayudaba en absoluto.

—¿Qué fue lo que pasó?—le preguntó uno de los alumnos de Slytherin a Adhara mientras esperaban.

Adhara no era capaz de responder a su pregunta, ni ella sabía lo que había pasado—Yo solo entré y la vi tirada en el suelo.

El muchacho estaba cada vez más confundida, no había estado presente en la sala común por lo que no entendía nada—¿Tirada en el suelo? ¿A quién?

Antes de que pudiera responderle uno de los aurores que aconpañaba a Harry Potter dio un paso al frente y con voz determinada dijo—Hemos sido requeridos en el castillo por el caso del asesinato de Cynthia Smith.

No hubo sonido alguno durante algunos segundos hasta que Rebecca, la mejor amiga de la difunta soltó un grito de dolor y un gran sollozo que sacó a Adhara de la ensoñación. Lo más probable era que la iban a culpar a ella.

—Los reunimos aquí para interrogarlos uno a uno, no importa cuando tiempo nos tome.

La rubia estaba hiperventilando, no importaba lo que dijera o hiciera, encontrarían la forma de culparla a ella. Sus huellas estaban en el cuchillo y estaba cubierta de sangre, ella era la única sospechosa hasta el momento. Todo le daba vueltas y tenía ansias de salir de ahí. No podía creer la manera en que comenzó su día.

—No puedo—le susurró a Talia que seguía en shock—No puedo hacer esto.

Talia necesitaba la presencia de Annie en ese momento, quien era la única capaz de hacer entrar en razón a la cabezota de Adhara.

—Ni se te ocurra Dhara—se atrevió a hablar por primera vez Talia—Si huyes tendrán más razones para culparte. Tienes que quedarte y contarles todo lo que sabes.

—No sé nada.

—Adhara—la reprimió—ambas sabemos lo mismo, lo cual no es nada. Si cooperas todo saldrá bien, no te preocupes.

Del despacho uno de los aurores presentes le hizo una seña a Adhara para que se acercara. Su turno había llegado justo después de la interrogación de Cora Smulders. Sus pensamientos fríos desaparecieron de su cuerpo y sentía como gotas de sudor comenzaban a formarse en sus palmas. No tenía nada que ocultar, pero la paranoia la carcomía.

—Señorita Malfoy—comenzó el mismísimo Harry Potter—le voy a hacer unas preguntas.

—Dispare—intentó sonar segura de sí pero las manos temblorosas y sudorosas la delataron.

—¿Dónde estaba antes de lo ocurrido?

—En el gran comedor con Talia...suponiendo que todo ocurrió al menos una hora antes de que llegara.

—¿Por qué fueron a la habitación?

—A buscar nuestros abrigos, teníamos pensado ir a Hogsmeade.

—¿Qué cree exactamente que fue lo qué pasó?

—Alguien asesinó a Cynthia a sangre fría...o simplemente se suicidó.

—Se oye muy segura de sus respuestas...pero su pierna no deja de moverse de arriba hacia abajo.

El suave movimientos de su pierna se detuvo y no pudo aguantar soltar un gran suspiro—Acabo de ver a mi compañera muerta, ¿qué esperaba?

Harry Potter se sobaba mentalmente su sien, Adhara era igualita a Draco y eso le preocupaba ya que no podía leer ninguna de sus emociones.

—Escuché que ustedes no se llevaban muy bien.

—¿Y qué?—soltó cortante—No por eso iba a matarla...si es lo que está suponiendo.

—Yo no estoy suponiendo nada, Adhara, solo quiero respuestas.

—Pues se las estoy dando.

—Ya. Pero no me están sirviendo.

—Lo lamento mucho señor Potter, pero ya la dije todo lo que se. Si me disculpa, aunque la verdad no me interesa, me marcho.

A paso rápido salió de la habitación y sin pensarlo mucho salió del despacho, con la mirada de sus compañeros en ella, sin rumbo alguno. Sabía que estaba mal huir pero su cerebro no estaba pensando con claridad, solo quería ahogarse en su lamento sola.

En uno de los sillones de la sala común de Gryffindor se encontraba James Potter anonadado con la noticia que acababan de recibir. El profesor Longbottom se había encargado de hacerles llegar la fatídica información de la repentina muerte de Cynthia con quien había hablado solo hace unos días atrás.

Se imaginaba a la pobre Rebecca quien seguramente estaría llorando como si no hubiera mañana y él se preguntaba cómo se sentiría ese dolor. ¿Estaría de la misma manera si algo le hubiera pasado a Fred o a Levi? Probablemente estaría aún peor. ¿Y si aquello le hubiese ocurrido a Albus o Lily? Eso nunca se lo perdonaría.

Pero a quien no podía sacarse de la cabeza era a la temeraria Adhara Malfoy, a quien había logrado ver unos míseros segundos cuando su propio padre la cargaba en brazos en dirección a una de las aulas de clase. ¿Por qué demonios estaba cubierta de sangre? James quiso acercarse y verificar el estado de la joven pero su padre no se lo permitió y luego se vió sentado en aquel sillón del que no podía ponerse de pie. ¿Habría sido atacada? ¿O ella era la atacante? De la única cosa que estaba seguro era que pasara lo que pasara, Adhara sería culpada por el simple hecho de ser una Malfoy, y hace unos años no le hubiese importado en absoluto, pero ahora, cuando aún sentía disgusto por aquella familia, le hervía la sangre el solo hecho de pensar en ello.

Sin que el profesor Longbottom se diera cuenta, salió sigilosamente por el cuadro de la señora gorda bajo la capa de invisibilidad de su padre que había ido a buscar a su cuarto hace pocos minutos. Si nadie iba a darles más explicaciones tendría que ir a buscarlas él mismo.

Por uno de los pasillos casi chocó con la persona que no podía sacarse de la mente y su falta de sigilo lo delató.

—Señor Potter ya la dije que...

—Aunque me halague que me digas señor aún estoy muy joven para eso—le dijo luego de quitarse la capa y tirarla hacia otro pasillo.

La rubia rodó los ojos, de todas las personas presentes en el lugar tenía que venir él en su búsqueda.

—Puedes decirle a tu padre que no voy a volver, si es eso lo que estás haciendo acá.

El chico negó—Solo quería saber como estabas...y no sabía que estabas con mi padre—mintió.

—Seguro que si.

El silencio reinó el lugar. Adhara no quería hablar con el pero había algo que no la dejaba irse.

—Entonces, ¿es cierto lo que dicen?

Las facciones de Adhara cambiaron rápidamente, no se lo creía—¿De verdad crees que yo lo hice?—soltó dolida.

—Yo no—suspiró antes de seguir hablando—Solo digo que es una de las posibilidades.

Entre todas las personas que podrían haberle dicho aquellas palabras Adhara nunca pensó que sería James Potter el encargado de romperle lo poco de corazón que le quedaba.

—No quiero estar con nadie ahora Potter—se dió la vuelta y siguió caminando.

James Potter sabía que la había jodido, no tenía que haber sacado conclusiones de nada.

—Lamentablemente soy un grano de arena en el culo y te seguiré a todos lados. Es más, te llevaré a un lugar—llegó hasta su lado y la agarro de la muñeca.

—No quiero ir a ningún lado y menos contigo.

—Créeme que me lo agradecerás más tarde.




(...)



En alguna parte del castillo se encontraba un estudiante caminando de un lado a otro. ¿Como había sido capaz de cometer tal acto?

—Hiciste bien querida—le agradeció la sombra en el espejo—Este ha sido sólo el primer paso.

—Era mi compañera—casi dejó salir algunas lágrimas.

—En la guerra todo se vale y Cynthia Smith solo ha sido nuestra primera victima—la sombra la miró directamente a los ojos y continuó—El segundo paso se avecina, ya sabes que hacer.



(...)


James Sirius Potter arrastraba a la joven Malfoy por cada pasillo hasta que llegaron al baño de los prefectos.

—No podemos entrar acá genio—la rubia rodó los ojos y puso sus brazos en jarras esperando que su acompañante le respondiera.

—Claro que podemos—Adhara nunca imaginó que James se supiera la contraseña de aquel baño.

Cuando ya estaban adentro se atrevió a preguntar—Y entonces, ¿Por qué, exactamente, tengo que agradecerte?

—Porque te voy a hacer un gran favor. Métete al agua—le dijo mientras de sacaba los zapatos.

Adhara no pudo contener la carcajada que salió de su boca—¿Crees que me voy a meter ahí contigo?—dijo aún riéndose, cundo notó que James no reía se calmó—¿Hablas en serio?

—Esto es lo más serio que he estado en mi vida.

—Y esta también es la conversación más larga que hemos tenido.

—Estas cubierta de sangre Malfoy, un baño no te haría mal.

—Gracias por el halago Potter—antes de que el chico pudiera hacer nada Adhara ya se estaba sacando la ropa para entrar con ropas interiores a la gran bañera—Si me miraste el trasero te voy a golpear.

—No lo dudo.

—Y no te me acerques más de un metro.

—Entendido.

Se sentía incómodo pero íntimo, si era extraño ver a los dos juntos era muchísimos más raro encontrarlos semi desnudos en el baño de prefectos con James lavándole al pelo a la rubia.

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