06| Fiesta de Halloween
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Los tres chicos canimaban por los pasillos con una sonrisa es sus caras. La gran población femenina estaban atraídas por ellos y la atención les encantaba. James aprovechó esta oportunidad para dislumbrar con sus abdominales por lo que su abdomen estaba completamente a la vista y solo llevaba una armadura de plata en sus hombros y una capa blanca que estaba amarrada en su cadera.
Ya era otoño y casi que tiritaba del frío.
Él no esperaba que Adhara, su enemiga de toda la vida fuera vestida de la esposa de Zeus, de quien él iba disfrazado.
—Esto es terrible—dijo antes de entrar al comedor—no quiero entrar ahí.
—Cobarde—Le dijo Fred.
—Yo no soy cobarde hombre araña—acto seguido abrió las puertas y entró caminando con la cabeza al frente y el pecho inflado.
Las miradas no tardaron en llegar, sobretodo desde la mesa de Sytherin.
Adhara lo veía y no lo creía.
—Debe ser una jodida broma.
Por meras casualidades de la vida ambos se habían vestido en conjunto y esto quedaría marcado en la historia de Hogwarts.
El primer pensamiento de Adhara fue ir a sacarse el disfraz y simplemente esconderse en su habitación lo que restaba de la noche.
—Este es el peor día de mi vida—hizo un ademán de levantase de su asiento pero Aaron la detuvo.
—Primero cenas, luego huyes.
Comió su trozo de pollo lo más rápido que pudo y se tragó su zumo de naranja.
Aaron la agarró de los hombros antes de fuera capaz de escapar—No era literal.
Fueron interrumpidos por la presencia del hombre araña.
—¿Quién diablos eres tú?—le preguntó Albus quien iba vestido de astronauta.
—Soy Fred—dijo sonriente sacándose la máscara—Venía a dejarles las invitaciones, nadie entra sin una de estas. Ordenes de Potter, no me miren así serpientes escurridizas—Zara, quien estaba sentada cerca de ellos lo fulminó con la mirada—Yo me largo, bye.
Así como llegó se fue.
—Idiotas.
—¿Estás enojada porque no te invitaron brujita?—Scorpius comenzó a fastidiarla.
A Zara no se la había ocurrido nada más inteligente y creativo que disfrazarse de bruja con una de las túnicas de su madre y el sombrero de uso obligatorio de la escuela. Su cabello castaño rizado le caía por los hombros y había aprovechado esta oportunidad para maquillarse los labios y los ojos negros, como su alma.
—No me interesa una patética fiesta en la estupida sala común de Gryffindor. Comer dulces de Honeydukes toda la noche es un mejor panorama para el día de hoy.
Se levantó de la mesa y caminó a pasos largos fuera del comedor. Con esa capa que le quedaba gigante parecía que estaba flotando.
—Es rara—Aaron y Talia dijeron al mismo tiempo. Se miraron y comenzaron a reír.
Deben disimular más su amor por el otro si no quieren que los descubran
A Aaron siempre le había gustado Talia. Era hermosa y amable. Ambiciosa y valiente. Su risa era como un canto de los ángeles y le encantaba la forma en la que se expresaba. Hablaba con una seguridad que lo cautivaba y le hacía querer saber más.
Talia siempre había visto a Aaron como su familia. No fue hasta cuarto año cuando comenzó a atraerle físicamente. Era muy guapo, media metro setenta mientras que ella con suerte llegaba al metro sesenta. Sus ojos castaños y su cabello perfectamente peinado hacia la derecha le comenzaron a llamar la atención.
Ninguno de sus amigos entendía porque no se confesaban su amor de una vez. Sería más fácil soportarlos.
—Bueno...¿irán a la fiesta o no? No tengo planes para este Halloween así que lo más probable es que vaya, si quieren saber.
—No nos interesa lo que hagas o dejes de hacer Aaron—le respondió Albus—Yo tengo que ir de todas formas, es mi hermano. Además Scorpius tiene ganas de ir y no puedo dejarlo solo con todas sus fans.
—Mi hermano tiene admiradoras, que novedad. ¿Te interesa alguna Scorpius?—le preguntó su hermana juguetonamente.
—No es mi admiradora la que me interesa—Albus sabía toda la vida de Scorpius así que tan pronto como lo dijo soltó una carcajada.
—¿No es una admiradora? ¡Es tu admiradora número 1! Ella no lo demuestra pero está enamorada de Scorpius desde que lo vió en el andén 9 3/4.
Siguieron platicando sobre los intereses amorosos de Scorpius pero Adhara no prestaba atención. Fijó su vista en los demás estudiantes que parecían estar pasándola bien. Los fantasmas se reían todos juntos en un rincón cada vez que asustaban a alguien. Quería sentirse de esa manera, quería estar feliz.
Katherine Wood estaba muy aburrida. Nunca se había llevado de lo mejor con sus compañeros de casa, su única amiga Gryffindor era Dominique Weasley pero este año ya no volvía a Hogwarts por lo que se encontraba aburrida y sola. Se levantó de su asiento y se acercó a su mejor amiga Annie para llevársela a la mesa de Slytherin donde la cosa era más divertida.
—Te va a matar cuando se entere que fue tu idea lo de los disfraces—le reprochó Annie.
—No se enterará y tú no le dirás nada—Annie rodó los ojos, ni si quiera sabía porque eran amigas.
—Julia Anders me acaba de contar que habrá un concurso de disfraces, en solitario y en parejas, y los ganadores serán premiados con un cupón de 10 galeones para gastar en honeydukes—dijo Katherine apenas llegó con sus amigas a la mesa de Slytherin.
—¿10 galeones? ¡Eso es demasiado! Nosotros los jóvenes no deberíamos comer tantas golosinas, estamos en una etapa donde...
—No seas aguafiestas Talia—le reclamó Katherine.
—Estoy hablando de nuestra salud...De todas maneras quiero participar. Vamos a anotarnos.
Así como llegaron se fueron pero esta vez arrastrando a Talia y Adhara con ellas. Llegaron a las entradas del castillo donde habían pancartas con el logo de honeydukes.
—¿Alguien trajo una pluma?
—¿A donde diablos vas James?—le preguntó Levi a su amigo cuando lo vió levantarse de su asiento.
—A molestar a Malfoy.
Sus dos amigos se miraron entre sí y luego de unos segundos atinaron en que debían seguirlo. Ya sabían que dejar solos a Potter y Malfoy podía ser un desastre. Lo siguieron sin decir palabra alguna. James tenía algo en mente y sería mejor no molestarlo.
—Ni en un millón de años ganarían ese estupido concurso. ¿Acaso no ven lo que traigo puesto? Soy el Rey de los Dioses, esto es mío.
Los rumores en Hogwarts corrían rápido y sabrá Merlin cómo fue que de a poco comenzaron a llegar alumnos al patio. Talia quería matarse por la atención. Katherine abrazaba a Annie sobre los hombros para resaltar que estaban vestidas a juego—simplemente para que las nominaran al concurso—. Aaron estaba parado delante de Adhara para protegerla de cualquier estupidez que se le pudiera ocurrir a los merodeadores.
Sin que Aaron pudiera hacer nada Adhara comenzó a caminar directamente hacia Potter, arreglando los tirantes de su vestido y agarrando con sus manos la cola de este. La madre de Katherine claramente no sabía cual era su talla.
—¿Y que sería el Rey sin su reina? Hera, reina de los dioses. La más respetada y elegante Diosa del Olimpo. Un poco más de respeto...Zeus—lo último lo dijo con un tono de desprecio.
Claramente había sido un gran error nombrar aquello. La mitad de Hogwarts quería que estuvieran juntos y la otra mitad quería que ni siquiera se hablaran (la otra mitad eran mayoritariamente mujeres). Muchos alumnos salieron corriendo hacia las pancartas para votar por ellos como los mejores disfraces de pareja. Ni siquiera eran los mejores disfraces pero gracias al drama que se había causado eran los únicos participantes en los que podían pensar.
—Si ganamos esta cosa no te daré ningún galeón de mierda.
(...)
—No puedo creer que no ganaron el maldito concurso. ¿Como diablos ganaron Lilo y Stitch? ¡Es el disfraz más aburrido de la historia de los disfraces aburridos!—habló Scorpius quien nunca había visto una película de Disney en toda su vida.
Una representante de la tienda había llegado en menos de una hora al castillo y rápidamente eligió a sus ganadores.
—Debió haber ganado el cadaver de la novia, estaba muy bien realizado ese maquillaje.
—Quizá ni era maquillaje...
—¿Pueden callarse?—los retó Adhara—Yo quería el maldito cupón.
—Tengo 3 galeones ahora mismo, te los puedo dar—le ofreció Albus.
—Eres muy tierno Al, pero no gracias.
Eran las 10 de la noche y Talia venía bajando de las habitaciones de las chicas con unos pantalones apretados y una camiseta cuello de tortuga de arcoíris.
—¿Que haces todavía aquí Adhara? ¡Ve a cambiarte enseguida!
—¿Y para que lo haría?
—Para ir a la fiesta, duh—le respondió Scorpius quien no había entendido que era una pregunta retórica.
—No tengo ganas.
—Vas a tener que tener ganas porque a Katherine se le ocurrió un juego interesante que te haría ganar dinero fácil.
Apenas Adhara escuchó la palabra dinero salió corriendo a su habitación y se colocó unos pantalones grandes negros y se los dobló en los tobillos, una camiseta manga larga que le llegaba hasta el ombligo y se calzó unas zapatillas blancas. No le gustaba la ropa muggle pero se veía bien en ellas.
—¿Ya nos vamos?
La palabra correcta para describir a Adhara nunca podría ser hallada. Era de todo un poco. Una definición bien acertada sería competitiva, sobre todo si era por dinero.
Voy a ganar mucho galeones esta noche.
Las fiestas no eran algo que le llamara la atención a Annie Nott. Estaba asistiendo porque había sido obligada por Katherine. Tampoco estaba de acuerdo con el maldito juego de su amiga pero al menos ganaría algunos galeones si se atrevía a hacerlo.
—¿Estás diciendo que por cada persona a la que bese cada una de ustedes me dará 1 galeon?—Katherine asintió segura, Talia no se podía negar y Annie asintió no muy convencida—Me van a hacer mas rica de lo que ya soy.
Adhara se dispuso a entrar a la sala común pero Katherine la paró—Hay un bonus—esta vez se dirigió a todas sus amigas—Si nos llegamos a besar con alguno de los merodeadores son 5 galeones...por cada vez.
—No se vale—se quejó Annie—Este estupido bonus es porque le tienes ganas a Fred.
—¿Quién le tiene ganas a Fred?—preguntó Fred llegando a donde estaban ellas.
—Ka—Katherine le tapó la boca a Annie antes de que pudiera decir su nombre.
—Una chica de Ravenclaw, Annie la oyó diciendo que esta noche venía por ti.
—Que puto asco—hizo gestos como de vomitar—¿van a entrar o no?
Adhara fue la primera en avanzar por el retrato que estaba cubierto con una tela oscura para que no supiera lo que estaba ocurriendo y no los delatara. La rubia estaba ansiosa y nerviosa a la vez. Quería ganar dinero pero quizá esta no era la forma correcta. No quería que la trataran de zorra, pero eso ya lo habían hecho en tercer año cuando la vieron besándose con Stephan Coleman afuera de la sala de pociones. En su defensa era la primera vez que un chico se fijaba en ella y en realidad el beso no había durado más de 5 segundos.
—Fue un estupido pico—pensó en voz alta.
Estuvieron alrededor de 30 minutos bailando entre las cuatro y riéndose de Cynthia Smith que intentaba llamar la atención de James Potter cuando Katherine agarró a su primera presa. Ahí iban los primeros galeones de Adhara, Annie y Talia.
—No va a querer hacerlo. Apenas me acerque me dará un golpe en los testiculos.
—Amigo no puedes ser así de cobarde.
Levi ya había usado esa palabra todo el día para lograr que James hiciera lo que el quisiera. Potter estaba empezando a pensar que estaban manipulándolo.
—Sabes que cuando me llaman así no respondo bien Levi—lo reprendió James.
—Usa poción multijugos—Fred soltó de repente.
Fred no era alguien a quien pudiésemos llamar del todo inteligente pero cuando quería se le ocurrían ideas bastante brillantes. Esta era una de ellas.
Aquellos chicos siempre tenían una botella con esa poción a mano. Era bastante útil para salir de apuros.
—¿Y que cabello utilizaría tonto?—Levi lo miró a los ojos retándolo.
—Tenemos algunos guardados por ahí. Vamos...¿o no quieres las bombas fétidas?
Era sorpresa que Talia estuviera bailando tan pegada a un chico, aún más el saber que antes de eso había estado bailando y besándose con 2 más.
—Esto es asqueroso—le susurró-gritó Annie a Adhara.
—¿No vas a jugar?—le respondió de la misma manera.
—¿Para que? Ya soy millonaria.
—Yo soy millonaria y jugaré igual—se burló la rubia.
—No necesito la baba de hombres desconocidos en mi boca. Sería muy incómodo después verlos a la cara.
—Bueno, a nadie le hace mal un cambio de saliva—ambas se rieron por aquella estupidez.
Katherine ya llevaba 5 galeones y Talia 2. Adhara de verdad quería ganar dinero pero esto era una competencia para ella, tenía que ganarle a sus amigas, siempre había sido así de competitiva y no cambiaría jamás, su arrogancia y ego eran algo que no la dejaban parar de intentar ser la mejor en todo.
Visualizó a Tyler O'Malley, un Gryffindor un año mayor que ella, tímido, pero extremadamente guapo. Dudó en acercarse, no quería molestarlo, se veía tan tierno con los cachetes colorados.
—Anda a buscarlo antes de que te lo quiten—le dijo Talia llegando a donde ella estaba.
Siguió su consejo.
—Hola Tyler. ¿La estás pasando bien?—le preguntó de una manera seductora cuando se acercó a él.
El chico se sonrojó a más no poder—Hola Adhara, muy bien gracias por preguntar.
Durante la siguiente media hora Adhara y Tyler hablaron y bailaron sin parar. La rubia ni siquiera estaba pensando en el estupido juego, se la estaba pasando de maravilla con el chico. El coqueteo era constante, el se sonrojaba cada vez y a Adhara eso le parecía demasiado tierno, tenía ganas de apretarle los cachetes. Los ojos de Tyler brillaban con las luces rojas que iluminaban la sala y formaban usn desconocida conexión con los de Adhara. No era amor, obviamente, pero se sentía extremadamente bien. Un tipo de felicidad que Adhara estaba deseando sentir.
—Permiso—escuchó como alguien se acercaba a ella y la jalaba hacia una esquina.
—¿Qué te pasa imbecil?—se quedó mirando los orbes verdes del muchacho que le recordaban bastante a unos ojos castaños bien conocidos.
Antes de poder decir nada más el desconocido la agarró del cuello y le plantó un beso en la boca. Debido al whisky de fuego que corría por las venas de Adhara no se negó y le siguió el beso rápidamente, ya tenía sus primer galeon. Cuando volvió a la realidad lo apartó de un empujón y le dió la bofetada de su vida.
Tyler no se quedó atrás, en menos de dos segundos su puño golpeó la mandíbula del desconocido quien cayó al suelo por el golpe.
—¡Para!—le gritó Fred—Yo me hago cargo—levantó al chico del suelo y casi lo arrastró hasta su habitación.
Con su mano izquierda se sobaba la zona adolorida y con la derecha se tiraba del pelo ¿Como había sido tan estupido? Si acercarse a ella siendo el mismo era un peligro ¡Besarla siendo alguien más era una completa locura!
—A veces siento que tienes una nuez de cerebro Sirius—Levi lo miraba desde el marco de la puerta, negando mientras sonreía.
En la sala común el ambiente ya se había calmado y todos volvían a bailar sin preocuparse de su alrededor.
—No me siento muy bien Tyler—Adhara estaba sentada en uno de los sillones—Será mejor que me devuelva ya a las mazmorras—miró el reloj que había en la pared—ya son las tres de la mañana y necesito mi sueño de belleza.
El joven se ofreció a acompañarla y ella no dudó en aceptar. Llegando a la salida se encontraron con Talia sentada en el suelo mientras balbuceaba eatupideces. Tyler se la subió a la espalda y se la llevó directo a las mazmorras.
—Veo en ti la luuuz—cantaba su amiga, estaba borracha hasta los huesos.
—Quien lo diría Talia, yo cuidándote para que no te atragantes con tu propio vomito—Era muy tarde pero Adhara no podía contener la risa, ella igual había tomado bastante pero se encontraba en mejor estado que su amiga.
Caminaron con cuidado de no toparse con nadie indeseado y Adhara no podía quitar la sonrisa de su cara. Los últimos minutos de la fiesta habían sido muy extraños, pero toda la vida lo era.
Tyler sentó a Talia delicadamente a la entrada de la sala común—Fue un placer pasar esta noche junto a ti Adhara—suavemente besó su mano—Nos vemos pronto—El joven se despidió y se alejó, seguramente devuelta a su sala común.
Adhara estaba anonadada y maravillada, era la primera vez que un chico la trataba así —Serpientes y dragones—le susurró a la estatua y esta la dejó pasar, antes de entrar se acordó de Talia y la levantó del suelo.
—Nunca más te arrastro por la sala común.
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