Adelaide.

El amor de mi vida.

La unica hija de uno de los hermanos, los fundadores y dueños de "Horan Incorporations", una de las empresas madereras mas revolucionarias de todo el mundo.

Y su primo Wade era mi compañero en la clase de ciencias. Al igual que la preciosa pelirroja de la que estoy perdidamente enamorado, el es una persona excepcional al resto de los que lo rodean.

No voy a negar que si es un borracho y un fiestero pero eso no le quita lo amigable que puede resultar con alguien tan apatico como yo. Es decir, cielos, es el tipiquisimo tipo de capitan del equipo, que es novio de la tipiquisima capitana de porristas. Son la tipiquisima pareja que se pasea por el instituto presumiendo su relacion. Pero os lo juro, el es distinto.

Se preguntaran que tiene que ver.

Y es que gracias a la alocada idea de organizar con su novia una fiesta solo para mi, gracias a eso, y a el hecho de que odio las fiestas de piscina, gracias a todo eso es que conoci a Adelaide.

Me encontraba colgando mi chaqueta marron en el perchero del vestibulo, mientras mis ojos pasaban la vista por sobre los ciento y tantos adolescentes que se encontraban dando vueltas, besuqueandose en los rincones y bebiendo de vasos color rojo intenso.

¿Donde demonios debia meterme? ¿Donde podia esconderme? Se preguntaran porque no me iba si tanto me desagradaba, pero... ¿Podria calificarme como "agradecido" si huyera despavorido de la unica fiesta alcoholera que han organizado en mi nombre? 

Despues de todo, si no me hubiera quedado, jamás habria conocido a la pelirroja de mis sueños. 

Resulta que yo intentaba encontrar algun sitio que no estuviera ocupado por alguna pareja "en apuros" que no fuera el baño... no queria oler popo y otras sustancias toxicas por el resto de lo que me restaba estar para quedar bien con mi borracho amigo y su borracha novia.

Asi que decidi aislarme en una pequeña puerta que estaba junto a la escalera, la cual siempre siempre siempre es la puerta que da al cuarto de limpieza o a la lavanderia. Está en la biblia.

Pero, por cosas del destino quizas, no en la casa de los Horan.

Era el cuarto de Adelaide. Mi Adelaide.

Mi preciosa Adelaide Horan.

Y yo me habia metido en su habitacion. Ella se encontraba en su cama con los auriculares a todo volumen y un libro para nada interesante entre sus manos. Resaltadores, boligrafos y toda clase de utiles escolares regados por la cama.

Es dificil describir como me desmayé por dentro cuando fijo su atencion en mi. Sus ojos de ese extraño promedio entre cafe y naranja obscuro, maquillados frescamente a rimel y delineador.

¿Podia ser tan perfecta?

-¿Hola?- Dijo entonces sin quitarme la vista de encima y se sento en la cama mientras se quitaba los audifonos.

-Y-Yo l-lo siento... e-es qu-ue p-pense que...- Les puedo asegurar que no podia hilar ni una sola maldita palabra.

-¿Te perdiste?- Bromea haciendo que me ponga aun mas nervioso de lo que ya lo estaba y me sonrio mostrandome una fina y perfecta hilera de blancos y perfilados dientes.

-N-no, es que pense que era el c-cuarto de limpieza- Intento acomodar un poco mi desgraciada lengua intentando modular con coherencia- Disculpame. Yo... buenas noches...

-¿Para qué querías el cuarto de limpieza?- Sonrie con curiosidad caminando hacia mi y no puedo evitar la graciosa forma en que esta vestida. ¿Una remera de Led Zeppelin, un short de piyama lila y unas medias hasta las rodillas,  cafe y blancas cerrando el gracioso atuendo con unas pantuflas rosadas? Definitivamente ella no era parte del fieston.

-Mira, no me gustan las fiestas y para ser sincero queria quedarme en algun lugar donde no viera a ningun par de morbosos... estoy asqueado y supuse que nadie va a un cuarto de limpieza para... eso- Medio rio fingiendo nauseas y ella asiente acompañandome con su risa parsimoniosa.

-Esta es mi habitacion- Rie tendiendome la mano- Me llamo Adelaide. ¿Y tu?

Estrecho su mano con nerviosismo y no puedo nisiquiera recalcular sobre mi propio nombre- Mackenzie. Pero dime Mac.

-Un gusto, Mac- sacude mi mano mirandome a los ojos- ¿Mac? ¿Tu eres el honorado de la fiesta?

-Ese soy yo- Digo hundiendo mis labios hacia adentro y asintiendo roboticamente con la cabeza- Si no fuera por eso no habria venido.

-Comprendo- Rie- Puedes quedarte por aqui si quieres. Aunque si prefieres la lavadora y los trapeadores, el cuarto que buscabas esta al final de la cocina.

-Oh no- Rio pero de repente me pongo aun mas nervioso por invadir su espacio- Pero si te molesta puedo irme. No hay problema.

-Claro que no- Rie y vuelve a su cama y me señala un escritorio que tiene una silla- Yo estoy estudiando, pero no me molesta que te quedes. Si quieres usarla- Señala su computadora sobre el escritorio- Puedes hacerlo.

-Te lo agradezco. Estoy bien- Rio mostrandole mi telefono con mis auriculares- ¿Que escuchabas?

-Kurt Cobain, Nirvana- Sonrie echandose los audifonos al cuello- ¿Que hay de ti?

-No me ofendo si te ries... Marshmello- Digo algo avergonzado mostrandole mi carcaza del telefono que tiene el logo de mi Dj favorito.

-Muy bueno- Rie y me dedica una ultima sonrisa amable antes de echarse los audifonos sobre las orejas y tratar de recuperar la atencion sobre su lectura. La atencion que yo le robe.

Y asi fue como quede flechado hasta la medula por ella, por Adelaide. Su pelirrojo cabello que caia cascadizo por su espalda, la forma en que bamboleaba los pies en el aire mientras sus ojos recorrian las paginas del libro de leyes. La forma en que mordia el cable del auricular y marcaba algunas cosas con un lapiz.

Diablos, era perfecta.

Y la conquistaria, a como diera lugar.