-Mac- Dice el recostandose en el piso- ¿Qué quieres hacer cuando termines la preparatoria?

Lo pienso por un segundo, y cierro los ojos sintiendo el cesped bajo la piel de mis palmas.

-Mudarme a Virginia- Admito y el me dedica una mirada especulante- Voy a enviar mi solicitud para la Universidad de Blacksburg.

-¿Te gusta la administracion publica?- Sonrie mordiendo una zanahoria de su almuerzo y yo como algo de mi sandwich.

-Me gusta la veterinaria- Confieso y el golpea amistosamente mi hombro.

-Seeeh- Exclama con placer- La señora Wells está que arde- Lo miro con confusion y diversion al mismo tiempo y los dos reimos- Y ya que te gustan mas grandes, no me sorprende.

-Hablo del oficio, imbecil- Me quejo sin dejar de reir- Me encantan los animales. Quisiera estudiar de eso.

-Suena bien- Masculla entre comidas- es decir, si te gustan los garrapatosos...

-¿Y tu?- Digo empujandolo tambien- ¿Que harás?

-Oohhh yo- Rie mirando al suelo- Nada me llama la atencion. Supongo que trabajaré en el negocio familiar y quizas me obligue a mi mismo a estudiar gestion de empresas para adquirir mas conocimiento.

-Claro- Sonrio- Tienes trabajo seguro en la empresa de tu padre.

-Exacto- Dice señalandome con un dedo- Y claro que tu tambien cuentas con un puesto ahi, si algun dia estas en apuros.

-Por eso eres mi hermano- Digo con agradecimiento y le extiendo el puño, el lo choca con el suyo- De cualquier forma, espero y me vaya bien con eso de la medicina.

-Claro que si, eres Mackenzie Carson- Dice con seguridad y se pone de pie tendiendome una mano- Vamos, futuro Señor Wells, el receso terminó- Niego con la cabeza tomandole la mano y sacudiendome los vaqueros. Termino de comer mi sandwich y arrojo la bolsa plastica al basurero.

Hace casi dos semanas que no he visto a Adelaide en persona otra vez. Extraño ver su radiante sonrisa, sus ojos castaños que recorren todo con fascinacion y curiosidad, su pelo rojo como el mismisimo fuego.

Extraño verla, pero no tengo excusa alguna para hacerlo. De todos modos, en epocas de examenes lo mejor es no importunarla.

~

Papá era fanatico del boxeo y como jamás pasabamos tiempo juntos, quisimos ir a ver una pelea al estilo callejero en un club pequeño a unas calles de casa. Claramente, esta vez no fui yo quien condujera; el extrañaba muchisimo su Cherokee.

Yo no compartia su amor por las peleas, pero admito que ésta se estaba poniendo interesante. Despues del knockdown y la pausa, el suspenso hizo que los expectadores estallaran en vitores y gritos.

-¡Cobra! ¡Cobra! ¡Cobra!- Avasallaban al luchador que alzaba sus puños enguantados.

-EN BREVE, ESTAREMOS VIVIENDO EL ULTIMO ROUND- Aclamaba el presentador y la gente comenzaba a irse a comprar algo, al baño o simplemente a descansar. Papá dijo que iba al baño y en efecto, me quede solo a esperarlo.

-Bueno, sabia que le patearian el trasero- Dice una voz cantarina y femenina y me doy la vuelta repentinamente para chocar mi vista con la de una chica. Su cabello rubio por los hombros la hacia ver dulce e inocente y su sonrisa solo puede inspirarme confianza pero aun asi, pretendo ser tan Mac como siempre.

-Perdona, pero ¿Quien eres?- Medio sonrio y ella se sienta junto a mi.

-Me llamo Zoe- vuelve a sonreirme con amistosidad tendiendome la mano- Y soy la hermana del idiota al que acaban de noquear.

-Ya veo- Rio estrechando su mano- Me llamo Mac.

-No he podido dejar de verte, desde donde me encontraba- Sonrie con diversion bebiendo un poco de jugo de su vaso y yo abro los ojos desmesuradamente y trago saliva, porque asi de idiota soy- Estas muy tranquilo como para que te gusten las peleas.

-No me gustan las peleas- Le sonrio intentando ser algo mas amable- Vine con mi papá.

-Ya veo- Asiente- Pero... insisto, me llamaste la atencion.

Un silencio extraño se instala entre los dos, y ella me mira tan de reojo que no puedo hacer otra cosa que lo mismo. 

Y entonces, hace lo que menos pense que haria. Se acerca hacia mi de pronto y me besa tomando mi rostro con sus manos. El beso me toma por sorpresa pero es tan veloz que se separa de mi y yo la miro como a un fantasma.

-Ommmm.... vaya- Comienzo a ponerme algo nervioso ante su actitud irreverente y descarada, como si no le importara lo que pensara de ella.

-Y... me preguntaba si me darías tu numero- Vuelve a sorber jugo del popote sin dejar de mirarme y parpadeo como un imbecil.

-C-claro- Rio y ella me entrega su telefono en la mano guiñandome un ojo. Tecleo con dedos temblorosos mi numero de movil y se lo devuelvo. Ella escribe "Mac" con un corazon y lo guarda emocionada.

-Te hablo luego entonces, Mac- Dice para tirarme un beso desde lejos y volver a su lugar en las butacas.

-¿Quien era?- Oigo decir a mi papá acercandose y sentandose en su lugar.

-No lo se- Digo completamente idiotizado- Pero me habló, y queria mi numero de telefono.

-Con que te las das que coqueto- Bromea y yo niego con la cabeza apartando la vista con una sonrisa divertida. Inconscientemente, mi mirada viaja hasta donde esta sentada y ella me mira mientras susurra algo al oido de una chica a su lado.

-Ya va a comenzar la pelea- Le señalo y el se acomoda en su asiento, mientras yo sigo pensando en la loca que vino a besarme y pedirme mi numero.

~

Mi papá deja las llaves sobre la mesita ratona frente al sofa y yo me siento en uno de ellos. El dice ir por algo a la cocina y yo asiento cerrando los ojos. El sueño se agolpa en ellos y prendo mi telefono para ver que son las dos quince en la madrugada. 

-Mac- Un susurrro me llama desde la cocina y noto que se trata de el- Tu madre debe estar durmiendo, mañana trabaja. Ve a dormir muchacho, buenas noches. 

-De acuerdo, pa, buenas noches para ti tambien- Lo saludo desde el sofa y me pongo de pie encaminandome al primer piso sin hacer demasiado ruido. 

Entro a mi habitacion y cierro la puerta cuidadosamente. Decido ducharme antes de acostarme y una vez en el baño, me deshago de toda la ropa rapidamente y me introduzco en la ducha.

Estoy a punto de terminar de bañarme cuando escucho un sonido de notificacion en mi telefono. Apago el agua y corro la cortina antes de secarme rapidamente y colocarme la toalla alrededor de la cintura.

En mi telefono, un mensaje de numero desconocido aparece.

"Me prometi a mi misma hablarte hasta mañana, pero... ni tu ni tus labios han podido salir de mi mente desde que los bese"

Exhalo con pesadez y me siento en la cama. Restriego mi cara con la mano secando las gotas que quedaron en ella y miro hacia un punto inespecifico en mi habitacion.

"Que tal eso. Zoe, cierto?"

"Zoe Staicie, para lo que quieras y necesites ;)" Escribe y sonrio por lo testaruda que puede resultar.

"Quizas por como sucedieron las cosas olvide preguntarte claves que se preguntan cuando conoces a alguien" Escribo con rapidez "¿Cuantos años tienes? ¿A que preparatoria vas?"

"Contestare a eso si sales conmigo en lo que va de la semana. Aunque sea una vez. Porfi" Me manda y miro la pantalla sin saber muy bien que contestar.

Carajo, ¿Esto me esta pasando a mi? ¿A Mackenzie Carson, el chico mas reservado e invisible de Redemint High School?"

"Por mi esta bien, Zoe" Le escribo y bloqueo por un segundo el telefono para cubrirme con el la boca y, como siempre que estoy nervioso, morder la carcaza de silicona.

El sonido de notificacion vuelve a sonar y enciendo la pantalla.

"Tengo dieciseis, y voy a la preparatoria Redemint"

Abro los ojos como platos cuando el nombre de su colegio y es inevitable que no coloque cara de confusion. Su mensaje me saca de balance por completo.

"¡Eso es genial! Yo tambien estudio ahi. Si quieres despues de la escuela, te llevo a Stumptown coffe roasters. Adoro los submarinos triple chocolate que hacen ahi".

"¿Stumptown coffee roasters?"
"Suena bien. Mañana entonces"

Oye, yo no dije mañana.

"De acuerdo, Zoe. Yo me voy a dormir, hasta mañana" Tecleo y apago la pantalla justo despues de que ella me escribe "De acuerdo, Mac. Buenas noches".

Y vuelvo a preguntarme... ¿Esto esta sucediendo?

Casi habria olvidado por completo a Adelaide en lo que llevaba del dia.

Pero un mensaje suyo vibro en mi telefono y con pesadez volvi a prenderlo.

"Hey, tu tampoco puedes dormir"

No, Adelaide Horan. Gracias a ti nunca puedo dormir.