Capitulo 3
No es que las matematicas no sean lo mio. Pueden llegar a llamar mucho mi atencion cuando lo intentan varias veces. Pero hoy definitivamente no era un buen dia para nosotros.
-Diablos, porqué no me sale- Mascullo con rabia mordiendo el lapiz y jalandome el cabello con frustracion y mi mamá me dedica una mirada curiosa desde la cocina, escondiendose tras su revista- Má.
-Cariño, tienes dieciseis, has podido con un hueso de pollo atorado en la garganta de tu perro, puedes con una simple ecuacion- Finge despreocupacion mirando el contenido de la revista.
-No es lo mismo, y lo sabes- Murmuro volviendo mi vista al cuaderno- Siento que tengo una relacion amorodio con esta cosa.
-Lo lograras, hijo... siempre lo haces- Emite con tranquilidad dandole vuelta a la pagina y me guiña un ojo con picardia.
Mi madre, Holland, era una de esas que saben ser esposa, madre de familia y una trabajadora intachable todo al mismo tiempo. Es esa clase de personas a las que cuesta tener algo que reprocharles.
Un mensaje vibra con insistencia en mi telefono y deslizo el dedo por el protector. Arriba, aparece el nombre del amor de mi vida que claramente no sabe que es el amor de mi vida.
"Hey, estaba esperandote. ¿No vas a venir?"
Miro el mensaje y el corazon tamborilea en mi pecho con fuerza, y miro a mi madre que parece entretenida.
-¿Mamá?- Intento llamar su atencion lo cual logro cuando posa sus ojos en mi- No termine esto, pero... Allen organizo una simple fiesta...
-¿Fiesta? ¿Eres mi hijo?- Rie mirandome y se pone de pie.
-Es que... Adelaide estara ahi- Digo apretando los dientes con una mirada sugerente y ella se acerca a mi sentandose a mi lado.
-Ohhhh... ya veo- Rie con picardia y acaricia un mechon desordenado en mi frente- Entonces puedes ir... pero recuerda las reglas que acordamos cuando empezaste la preparatoria hijo...
-Mamá no necesitamos hablar de esto- El evidente tono de reproche en mi voz la hace sonreir- Porfavor...
-No, enserio- Dice mirandome fijamente- Se que las tienes claras pero remarcarlas no esta de mas... no alcohol, no cigarillos ni drogas, nada de... eso con nadie... y a la una como maximo te quiero aqui- Intenta sonar como una madre regañona pero solo hace que agradezca por su proteccion y su cuidado- Sabes que no tengo problema con el alcohol en realidad porque se no te excedes pero irás con el auto y si te detienen para un test de alcohol te lo van a quitar... ¿Si?
-Maaaaa- esta vez sueño mas fastidiado que nunca y ella deja un beso en mi frente- Te amo, eres la mejor.
-Que va si yo tambien tesoro, anda, cambiate, vistete y diviertete- Acaricia mi mejilla con su mano derecha y vuelve a la cocina por su revista.
"Tengo demora pero en quince minutos estoy con ustedes" Tecleo rapidamente y corro escaleras arriba.
~
La musica no esta tan fuerte como pense que lo estaria y no hay tantos borrachos como supuse que habria. Definitivamente, esta fiesta si me agradaba a pesar de la cantidad de gente. Aunque todavia no entiendo porque la juventud se toma la molestia de dar fiestas tan tremegundas solo porque si.
-¡Mac!- Wade exclama levantando un vaso en su mano- ¡Si viniste, niño antifestejo!
-Oye oye oye baja la voz- Digo en un susurro- No era necesario que anunciaras mi llegada como si fuera el rey de Francia...
-Mackenzie Carson- La novia de mi mejor amigo aparece en escena abrazandolo por detras y el pasa su brazo por su hombro- Estoy sorprendida. .
-Qué tal, Ariadna- Digo fingiendo simpatia hacia ella- Oye... ¿Sabes donde esta Allen?
-En el jardin- Afirma señalando hacia una puerta que da hacia alli- Te encantaran los rosedales que tiene alli. Son magnificos.
-De acuerdo- Digo enfundando mis manos en los bolsillos de mis vaqueros y el se va con Ariadna en otra direccion.
Atravieso el zoom de la casa y abro la puerta corrediza que me lleva al jardin, donde algunos adolescentes se encuentran jugando volley de agua. Otros beben mientras charlan por los alrededores y por ultimo, ahi esta Allen charlando en un circulo semideforme de personas a su alrededor.
-Allen- Digo con firmeza haciendo que note mi presencia y el se voltea en mi direccion. El aliento alcoholizado me golpea la nariz y no puedo evitar arrugarla.
-Mac- Rie enseñandome su botella- Pense que no vendrias. Te presento a toda esta buena gente- Rie otra vez y veo a los seis o siete chicos y chicas...
Entre ellos, veo a la famosisima pelirroja de mis sueños.
Saludo a todos y tras intentar unirme a la charla y fracasar en el intento, me aparto y sigo el consejo de Wade emprendiendo camino hacia los rosales.
Unas esplendidas rosas color rojo casi anaranjado se extendian a lo largo de toda la propiedad adornando de una forma sencilla y bella al mismo tiempo.
-Mac, viniste- Rie una voz a mis espaldas cuando estaba a punto de cortar una y ahi estaba Adelaide, con su caracteristica simpatia innata.
-Supuse que necesitaba despejar mi mente o la tarea de matematica me haria un fondiue de cesos- Bromeo y ella rie de la tonteria que dije, casi como siempre que nos vemos.
-Solo queria charlar un rato contigo antes de irme- Sonrie y bebe un poco de su botella de cerveza.
-Espera... ¿Ya te vas?- No puedo evitar sonar sorprendido y ella asiente con la cabeza.
-Si... es que... tu sabes- Suena interesante- Esos libros no van a estudiarse por si mismos- Afirma sonriendome y jugando con la punta de su cabello.
-Oh claro, los examenes- Afirmo y miro al suelo porque no se que otra cosa hacer o decir.
-¿No tomaras nada?- Pregunta con curiosidad.
-No... conduzco- Le comento y caminamos lentamente por entre los arbustos plagados de flores preciosas- Tu tampoco deberias...
-Me gusta el peligro- Afirma queriendo sonar intrepida y desafiante acercandose tanto a mi que llega a invadir mi espacio personal.
-Tienes una forma divertida de ver las cosas- Digo medio riendo y ella asiente con la cabeza. Pero en el momento en el que su vista se posa en mi boca y ella muerde su labio inferior, no puedo evitar tragar saliva. Y es entonces cuando experimento la mayor sensacion de nervios que haya sentido jamás.
Ella carcajea, quizas por los efectos del alcohol que corre por su sangre- y contesta la llamada entrante en su telefono y se lo lleva a la oreja.
-Hola- Dice con tanta tosquedad y frialdad que por un momento se me ocurre pensar que no es ella- Oh, bien. Estoy contigo en... bueno, cinco minutos. Genial, nos vemos- Y entonces, corta el llamado y guarda su movil- Al final me iré ahora... que va.
-Adios entonces- La saludo y ella se despide saludandome con la mano antes de dar la vuelta y marcharse. Ahi, en el jardin, su Yamaha la espera.
Debo ir tras ella.
Finjo prestarle atencion a nada en particular y de lucir distraido hasta que noto como se calza el casco, se sube a la motocicleta y abandona la casa dando la vuelta por la 56.
Corro a mi auto pero accidentalmente choco con la novia de Allen, cuyo nombre no recuerdo bien del todo.
-¿Ya te vas?- Se regodea con su copa de licor en la mano- Apenas llegabas.
-No no, solo olvide mi movil en el coche- Sonrio señalando hacia la puerta principal y ella saca el suyo.
-Si quieres te llamo para encontrarlo- Dice buscando mi contacto en el suyo pero niego con las manos.
-No es necesario. Estoy seguro que lo deje en la guantera. Gracias- Balbuceo antes de salir casi corriendo en direccion a la puerta. Palpando el movil en mi bolsillo trasero.
Esta mal. Seguir a la chica que me gusta solo porque me mintio respecto a donde iba esta mal. Pero... ¿Por que mentir?
Intento seguir el rastro imaginario por donde pudo haber ido pero al llegar al llegar al ramal donde la 56 se divide en tres calles, un suspiro pesado brota de mis labios y apoyo mi cabeza en el volante. El semaforo esta en rojo, y decido aparcar a un lado para no estorbar en el camino.
Apago el motor y vuelvo a apoyar mi cabeza en el manubrio.
No voy a hacer esto. No necesito ser un acosador que se dedica a merodear la vida de alguien. Adelaide Horan solo me gusta y nada mas. No voy a obsesionarme.
Enciendo el motor y decido que voy a volver a casa. Doy la vuelta ignorando todo sobre ella y voy conduciendo hacia mi casa cuando, frenando en un semaforo por la ruta opuesta a la cincuenta y seis, la veo.
Esta aparcada a un lado de la calle, y sentada sobre su motocicleta junto a un tipo que la besa desenfrenadamente mientras aferra las manos a sus caderas todavia vestidas y ella le jala el cabello.
Me quedo congelado por un momento, observando atonito la escena, sin poder creerlo.
-Adelaide- Me oigo suspirar... tan fuerte sin darme cuenta, que ella rompe su beso de inmediato y mira en todas direcciones hasta que me ve. En el momento en el que sus ojos se chocan con los mios, es como si el alma se le fuera del cuerpo y se pone completamente palida.
Un bocinazo resuena detras mio y caigo en el semaforo en verde y los seis autos detras mio, arranco freneticamente y casi a toda velocidad huyo.
Huyo lejos. Huyo destrozado, y nisiquiera se porqué me hace tan mal.
Debi suponerlo.
Carajo.
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