No fui a la preparatoria hoy; de hecho, nisiquiera me levanté para ir a correr en el parque. No tenia ni la mas minima intención de hacer algo productivo con mi vida y solo queria ahogarme en mi propia depresion, despues de todo lo que sucedio ayer en casa de Adelaide.

Ella me engañó. Ella mintió y quizo hacerme sentir culpable por enojarme con ella. Me manipuló a su antojo.

Y aun asi, no habia un segundo en que pudiera sacarla de mi mente, no habia forma. Se habia pegado como una goma de mascar a mi cabeza y a mi corazon, y ahora, dolía quererla tanto.

-¿Mac?- La voz de mi nana me llama desde el umbral de la puerta de mi habitacion, y me volteo en la cama para poder verla. A mi lado, Ciro sacude la cola y con las orejas gachas me da un beso en la barbilla- Tu, abajo. Sabes que luego me cuesta lavar los edredones cuando tienen tus asquerosos pelos.

El obedece y rio cuando hace su caracteristica carita lastimosa, esa que hacen todos los caninos cuando los retan. El se va de la pieza pasando por al lado de nana y esta lo mira sumamente seria. Y entonces, me dedica a mi una sonrisa divertida por la actitud del cachorro.

-¿Que te pasa, hijo?- Pregunta firmemente cuando el humor a pasado y mi sonrisa se fuga de mi rostro.

-He tenido mejores dias que ayer- Admito y vuelvo a acostarme apoyando mi cabeza en el cojin.

-¿Quieres contarme?

-Nana, Adelaide mintió- la miro de reojo y ella se sienta a mi lado en la cama- ¿Recuerdas que yo te conte que la asaltaron? Era mentira. Todo era mentira.

-¿Como estas tan seguro?- Acaricia mi cabello con una mano mirandome fijamente.

-Porque su motocicleta estaba ahi, en el jardin trasero de su casa- Susurro recordando lo quebrado y decepcionado que estaba cuando la vi desarmada ahi.

-¿Y por qué mintió?- Es increible la tranquilidad que transmite su voz cuando estoy por entrar en un intento de crisis nerviosa.

-Eso quisiera saber- Balbuceo sintiendo como si de repente quisiera llorar- pero me niego a pensar que ella es mala.

-Por ser mentirosa no es necesariamente mala- Dice y su mirada cae a uno de los dibujos en mi cobija- Pero debes hablar con ella, y decirle que lo que hizo no esta bien, cariño. 

-Quizas, pero permiteme estar enojado, ¿Si? Lo necesito- Le dedico una sonrisa cansada y ella asiente volviendo a acariciar mi cabeza.

-De acuerdo mi niño, pero sabes que cuanto antes te recuperes de eso, mejor- Me aconseja- Y no descuides el resto del mundo por ella ¿Sabes? A tu alrededor miras y todavia tienes una vida que seguir. Estas saludable, vas a la escuela y tienes buenas calificaciones, paseas perros para ganarte un dinero extra, tienes a tu familia que te quiere y que te apoya. No puedes perderlo todo por una mujer. 

-Es una de las cosas mas sabias que he escuchado en mucho tiempo- Le sonrio esta vez mas plenamente y ella vuelve a sonreirme tan dulcemente como solo ella sabe hacerlo, antes de levantarse e irse. 

~

Camino por los pasillos apresuradamente y llego a mi locker que se encuentra casi al fondo. Cambio los libros para mi proxima -la ultima- clase del dia.

Una chica de faccioness dulces y amables camina en mi direccion y abre su casillero, que esta a la izquierda del mio. Por alguna razon, no puedo dejar de mirarla pero cuando ella se da cuenta yo finjo mirar dentro de mi casilleros y ella sonrie.

-¿Que tal?- Dice sin dejar de sonreir y acomoda un mechon de su cabello corto detras de su oreja. Lleva un corte de pelo asimetrico, con las puntas hacis adelante y mas corto atras, el cual complementa a la perfeccion su rostro redondo y agradable- Me llamo Lia.

-Un gusto- Le sonrio estrechandole la mano- Soy Mac.

-¿Que materia tienes ahora?- Pregunta sujetando su cartera y yo hago lo mismo, pasando mis manos por las correas de la mochila.

-Quimica ¿Tu?- Le medio sonrio.

-Geografia- Rie, agacha la cabeza, cierra los ojos y una carcajada brota de su garganta, yo sonrio genuinamente.

-¿Qué es tan gracioso?- Inquiero alzando una ceja.

-Diablos- Dice levantando la cabeza y mirandome como si quisiera contener la risa y vuelve a carcajear, lo cual inevitablemente me contagia y rio con ella- Pensé que sería esa clásica escena de pelicula romantica juvenil donde coinciden la clase y van juntos.

-Pues- Digo sacando mi carpeta de la mochila y le extiendo una hoja- Ese es mi itinerario.

-Bueno- Dice en voz alta leyendolo- Concidimos en aritmetica y gimnasia. Es curioso, no recuerdo haberte visto antes.

-Soy relativamente nuevo- Admito y ella me mira- Entre el año pasado, en septiembre.

-Ya veo- Susurra y me devuelve la hoja- Entonces te vere por ahi, Mac- Sonrie una vez mas y se aleja caminando por el pasillo, y casi llegando al recodo donde debe doblar, voltea y me saluda con la mano desde lejos con una sonrisa de oreja a oreja.

-Adios- Exclamo.

Una llamada entrante en mi telefono me alerta, con el caracteristico tono de llamada de bob esponja.

Miro con seriedad mi telefono, leyendo el nombre en la pantalla. Deslizo el dedo por el boton verde y lo apego a mi oreja.

-Hola- Farfullo casi entre dientes y trago saliva, apoyandome contra uno de los casilleros.

-Mac ¿Podemos hablar?- Su voz que intenta sonar envolvente llega a mis oidos y un escalofrio me recorre la espina.

-Ahora no lo creo, debo entrar a clases- Me niego, mirando como dos o tres estudiantes caminan por los pasillos.

-No debiste ver lo que viste- Susurra seriamente y restriego mis ojos con mis dedos.

-Si, recuerdo que la ultima vez que dijiste eso te estabas besuqueando con un tipo subida a tu maldita motocicleta, que por cierto no te robaron- Escupo de pronto, sintiendo como el resentimiento quema con cada palabra que sale de mi boca.

-Perdoname, Mac. Porfavor- Pretende sonar llorosa y odio que quiera manipularme. Pero aun mas, odio que lo logre- Amor, Mac, cielo, yo te amo.

-D-Debo ir a clases, baby. Te hablo luego- Balbuceo como un idiota.

-De acuerdo, pero ¿Podemos hablar despues entonces?- Insiste.

-Esta bien- Consiento, y cuelgo.

Despues de todo, que dificil es tener a alguien como ella en tu vida. Es dificil amarla y entenderla y seguir pensando que es buena y que no haria nada para lastimarme.

Y aun asi, lo hago. Porque el amor y el apego por Adelaide me ha vendado los ojos.