El tiempo vuela cuando estas enamorado. Tu mismo sientes que lo haces, y es como si todo el tiempo esa persona especial ocupara el cien por ciento del espacio de almacenamiento disponible en tu coco.

Y mas aun cuando es el primer amor, el primer amor de verdad. Ese en el que sientes que simplemente no puedes ver nada malo en la otra persona pues lo es todo para ti, ese sentimiento casi culposo de no encontrarle defecto alguno.

Asi de enamorado estaba yo de Adelaide.

-Vuelvo a la noche- Le prometo a papá abrazandolo y el asiente casi cariñoso.

-Recuerda que saldre a las siete y media. No te tardes ¿Si, jovencito?- Me señala con un dedo y yo asiento con una sonrisa. Me tiende las llaves de su auto y yo las tomo con emocion, como cada vez que voy a ir a ver a Adelaide.

Cruzo la puerta abierta de par en par y tarareo una cancion de Red hot chilli peppers mientras me subo al vehiculo energicamente.

Conduzco con la misma energia y buena vibra rumbo a la casa de mi novia. La musica en el reproductor del auto me hace sentir de buen humor y tamborileo sobre el volante con mis dedos prestando atencion al camino tambien.

Aparco frente a la fascinante casa y bajo del auto dando saltitos como un niño pequeño. Toco el timbre de la casa esperando que Celia, la criada que siempre me abre, fuese en pos de mi peticion de entrar a casa de los Horan.

Pero, en su lugar, quien abre la puerta es un malhumorado y confundido Wade.

-¿Mac?- Suena casi tan confundido como lo demuestran sus apretadas facciones.

-Hola, Wade- Lo saludo amablemente y el me hace un ademan para que pase.

-¿Vienes a ver a mi prima?- Sabe que es a eso a lo que vengo, y sin embargo, lo pregunta. No era para nada sutil- Esta en su habitacion. Pasa.

-Gracias- Intento dedicarle aunque sea una media sonrisa pero sale algo mas como una mueca incomoda y decido terminar la conversacion de tajo.

Abro la puerta de la habitacion y Adelaide esta, como casi siempre, acostada en su cama. Pero esta vez, ella parece escribir algo en su telefono, quizas mensajes.

En el momento en que entro, me mira y sonrie tan perfectamente que podria derretirme de pie frente a ella. Se pone de pie y camina hasta mi, y tira de mi rostro con sus manos besandome profundamente y llevo mis manos a su cintura aferrando su cuerpo al mio.

-Hola, muñeca- Susurro contra sus labios y juraria que ella suspira contra los mios. Trago saliva y la sangre corre caliente por mis venas.

Por un momento, permanecemos abrazados mirandonos fijamente y reimos sin razon alguna.

-Hoy no puedo quedarme mucho- Le anuncio y automaticamente la jovialidad en su rostro se esfuma- Ya sabes, mi papá vuelve al ejercito y se marcha esta noche. A las siete y media tengo que estar de vuelta para despedirme.

-Entiendo- Vuelve a suspirar- ¿Por cuanto tiempo se va?

-No lo se, pueden ser meses como años- Intento sonar divertido, pero de repente, pensar que no podria verlo por años me carcome un poco- Asi que solo tenemos algunas horas. ¿Mini maraton de Riverdale?

-Al diablo con Riverdale- Rie y vuelve a besarme, esta vez con desesperacion. Inclina su cabeza enrollando sus brazos y yo vuelvo a aferrar mis manos a su cintura.

En el momento en el que siento que la cosa se ha intensificado, un extraño instinto me hace arrojar la mochila al suelo y la abrazo torpemente como si no la tuviera lo suficientemente cerca. Ella enreda sus dedos en mi cabello y ahogo un suspiro y nos separamos, casi jadeando en busca de aire, sus ojos estan tan fijos en los mios que pasaria el resto de mis dias observandolos.

Vuelve a la carga besandome con deseo y la cargo a cuestas sin dejar de besarla. Puedo sentir el latir nervioso y desbocado de mi agitado corazon cuando caigo sobre ella en la cama desarreglada y no parece querer desenredar sus delgadas piernas de mis caderas.

Se deshace de su remera retirandola hacia arriba y entonces, es la primera vez en mi vida que la veo en sosten. O mas bien, es la primera vez en mi vida que veo una chica en sosten.

Rayos, eso sonó muy virgen.

Ella tira de mi camiseta hacia arriba y la ayudo levantando mis brazos y vuelvo a besarla desesperadamente.

Y crei que, por primera vez en mi vida, iba a pasar.

Pero en el momento en el que sus manos comenzaron a jugar con la hevilla de mi cinturon, es como si un balde de agua helada hubiera caido justo sobre mi cabeza y volvi en si.

Me corro rapidamente de encima de ella y me siento al borde de la cama dandole la espalda.  Ella se queda quieta, ahora mas bien sentada en la cama.

Sabe que no quiero hacerlo. Sabe que no me siento listo, de alguna manera, y tampoco quiero apresurar las cosas con ella.

Al principio, pense que lo entenderia, pero se levanta y se encamina al baño sin voltearme a ver. Esta enojada, malditamente enojada.

Y me habria sentido un completo imbecil por no darle lo que ella queria, de no ser porque la campanilla de notificacion se escucho de su movil, y la pantalla se encendió, enseñandome la pantalla de bloqueo con el patron.

Y una notificacion de Whatsapp brillando justo encima.

"David- Oolala, toda una reina" junto a un monton de emoticones y corazones.

Un escalofrio tenso me recorre la columna vertebral y siento como si de repente me hubiese congelado.

Me coloco la camiseta rapidamente, y el mensaje no deja de dar vueltas en mi cabeza.

Tengo que confiar en ella. Tengo que confiar en ella. Tengo que confiar, tengo que hacerlo.

~

Hemos visto dos capitulos y medios de Riverdale y no puedo concentrarme en lo que estoy viendo. No despues de arruinar la que podria haber sido mi primera vez, y de haberla indignado y frustrado al punto de que no me dirigiera la palabra.

No despues de haber leido ese maldito mensaje en su movil, que no paraba de darme vuelta las neuronas, justo como un omelette.

Otra vez la campanilla vuelve a sonar. Ella lo toma, y no se como ni porqué, pero en ningun momento pretende ser discreta y veo desde mi lugar en la cama lo que esta hablando con el mismo Alex.

"David- ¿Sigues ahi con él?"

"Adelaide- Solo un rato mas. Se irá ahora creo"

Trago saliva, porque la poquisima confianza que habia logrado recolectar estos minutos se habia desmoronado.

Son las siete y media y todavia tengo tiempo de llegar. Decido consentir sus malditos pensamientos egoistas, como el idiota que soy.

-Me voy, ¿Sabes? Te hablo luego- Le aviso y asiente sin mirarme ni un poco, sin despegar su vista de su telefono. Deposito un beso en su frente y recojo mi mochila del suelo antes de marcharme de su habitacion.

Estoy a punto de abrir la puerta principal para marcharme cuando una tos falsa a mis espaldas llama mi atencion, y es con Wade con quien me encuentro.

-Mac- Suena reprensivo como la ultima vez que entablamos una conversacion frente a todo el colegio.

-Llevo prisa amigo, hablamos luego- Le digo y abro la puerta.

-¡Mac, por el grandisimo amor de Dios!- Exclama como si fuese el hombre mas fastidiado del planeta tierra- ¿Por qué no quieres darte cuenta? Adelaide no es buena para ti, viejo. Viejo, era y soy tu amigo, y solo quiero verte feliz.

-¿Quieres verme feliz? ¿Quieres que sea feliz? No te metas, Wade- Escupo irritado por todo lo que puede llegar a sucederme en una sola noche- No tienes derecho a decirme quien debe gustarme y quien no.

-Zoe Staicie es una inutil- Dice con tranquilidad de pronto, tomandome por sorpresa con lo trivial y nada relacionado de su comentario.

-¿De qué hablas?- Arrugo la ceja y el me mira con los ojos muy abiertos.

-La conocia desde antes de que llegara a la preparatoria- Admite- Antes que la conocieras, cuando su hermano Zack peleó esa noche. Salió contigo porque yo se lo pedi, queria que te olvidaras de mi prima... pero cuando le pediste que fuera tu novia alegó que no estaba dispuesta a tanto y declino mi generosa oferta.

Mi corazon late lenta y pausadamente, y un nudo se instala y atora en mi garganta. Las lagrimas se agolpan en mis ojos pero no pienso llorar.

-M-Me engañaste, Wade- Balbuceo con dureza y frialdad y el agacha la mirada- Ella no es como tu dices, Wade, entiendelo. La unica vez que crei que me fallo, resulto que fue por lo del asalto...

-¿Cuál asalto?- Suena completamente confundido de repente y abro ampliamente los ojos.

-El otro dia, saliendo de la Universidad...- Le cuento, pero el sigue haciendo muecas confusas como si no creyera una sola palabra de lo que le digo- Le quitaron su motocicleta.

El niega con la cabeza, y me hace un ademan con la mano para que lo siga. No muy seguro, decido obligarme a mi mismo a hacerlo, y cuando corre la cortina de la ventana de la cocina que da al jardin trasero de la casa, palidezco.

Su yamaha se encuentra ahi, a un costado, desarmada, y las piezas que le faltan se hayan regadas por el suelo.

Las lagrimas vuelven a intentar salir de mis ojos y, esta vez, no las reprimo. El dolor en mi pecho es insoportable y niego con la cabeza.

Me mintió. Jamás la asaltaron. Nunca le quitaron su maldita motocicleta. Adelaide me mintió.

-Debo irme- Susurro tan quebrada y adoloridamente que el parece mosquearse de ello.

-Tu, Mac, debes entender que lo que te digo es cierto- El apoya una mano en mi hombro pero le dedico la mirada mas furibunda que llevo- La gente toxica como ella no sabe hacer otra cosa que estragos en las buenas personas como tu.

Sacudo mi hombro agresivamente buscando que quite su mano de él y me dirijo a la puerta casi corriendo, y la cierro de un portazo duro. Celia me abre la puerta y corro a mi auto, como si mi vida dependiera de ello.

Quisiera decir que una vez ahi, todo mi mal dia habia terminado, de no ser por el mensaje que recibi enseguida.

"Mamá- Son quince para las ocho, y tu padre ya se marchó, Mackenzie. ¿Sabes? Hace mucho que no lo veia llorar y se fue de aqui completamente decepcionado por no haber podido verte y abrazarte por ultima vez. Y yo, hijo, tambien estoy muy decepcionada de ti.

¿Que esta pasando contigo, Mackenzie Carson?"