Ha pasado mas de un mes desde que estoy "saliendo" con la prima mayor de Wade, Adelaide Horan, aunque en realidad el no lo sabe aun.

Sin duda, fueron sin dudar los mejores treinta dias de mi vida. Adelaide es la chica mas maravillosa del planeta y es todo lo que esta bien para mi. Mis padres estan felices de que por fin tenga novia aunque a mamá no le termina de agradar que ella sea mas grande que yo o que me suba a su motocicleta, pero con el tiempo quizas lo acepte.
Y todavia tengo que hacer la tipica "cena con los padres".

Por otro lado, no hemos dejado de vivir aventuras juntos. Juntos hemos ido al cine, a los restaurantes de comida rapida mas malignos de todo Boston, pero sin duda, nuestro lugar favorito por mucho era la montaña. Nuestra montaña.

-¿Sabes?- Sugiere ella apoyando su cabeza en mi pecho mientras observamos las estrellas que comienzan a hacer su aparicion en el cielo- Vengo a esta montaña desde preadolescente.

-¿Desde preadolescente le ruegas a Artie que te deje pasar?- Bromeo mirandola y ella asiente, y escucho su risita.

-Si, bueno, el es un amigo de la familia y lo ha sido por muchos años- Comenta- Pero antes, cuando no tenia una motocicleta yo caminaba hasta aqui.

-¿Qué?- Vuelvo a reir- Diablos, eso es mucha caminata.

-Disfrutaba el recorrido- Admite- Porque, por el pequeño bosque tambien es agradable venir.

-¿Y enserio tu padre no sabe que vienes seguido por aqui?- Sugiero jugando con un mechon de su rojo cabello sintiendo como mi corazon se acelera cuando su cabeza de coloca sobre el.

-No lo creo- Asegura- Pero... le pedire esta casa para mi. No dudo ni por un segundo que es en este lugar donde siento paz.

-¿Puedo vivir en ti?- Pregunto, pero la pregunta parece sacarla de lugar porque me mira con confusion- Tu eres mi paz.

-Enserio que cada dia me enamoro mas de tí, Mackenzie- Sonrie y me besa repetidamente y yo rio contra sus labios correspondiendole cada beso- ¿Como haces para ser tan encantador?

-Hay una chica que me tiene profundamente enamorado- Confieso cuando ella deja de besarme y revoleo la vista a lo que ella rie- Su cabello es rojo como el fuego y su mirada café me vuelve loco.

Ella vuelve a la carga con sus besos y enrieda sus manos en mi cabello y su boca busca la mia con desesperacion mientras yo aferro mis manos a su cintura y mi espalda choca contra el arbol contra el cual solemos sentarnos.

La intensidad sube otro nivel cuando los besos incrementan y ella se sienta a horcajadas sobre mi regazo y aferra sus manos a mi camisa, como si quisiera desabrocharla. Entonces, me detengo.

-No no no, espera- Digo con la voz ronca y pesada y ella me mira intentando buscar en mi rostro cual es el problema.

-¿Qué pasa?- Pareciera querer sonreir.

-No, no... esto no- La miro de reojo y ella igual- Perdona, Ladie... pero yo no quiero hacer esto. No todavia.

-¿Por qué no?- Pregunta como si sugiriera que continuaramos y yo niego con la cabeza, los nervios me abruman.

-Voy a sonar como un idiota, pero yo no soy esa clase de chico- Trago saliva cuando noto un destello de culpa en su mirada- No voy asi de rapido.

-No tengo problema con eso- Sonrie y con su dedo traza la linea de mi mandibula- Lo siento, creo que fui muy intensa.

-Descuida, Adelaide- Digo sujetando otra vez su cintura y ella me mira directo a los ojos- Es solo que tu eres especial para mi, y quiero hacer todo bien contigo.

Ella asiente y se acomoda a mi lado apoyando otra vez su cabeza en mi pecho, recostados contra el arbol sin dejar de acariciar mi rostro.

-Te quiero, nena- Vuelvo a susurrar, sintiendome el mas grande de los idiotas.

-Yo tambien a ti, cariño- Suena decepcionada, dolida y casi triste.

Eres un fracaso, Mackenzie Carson.

~

El tiempo siguio pasando, y casi sin darme cuenta pasó navidad y año nuevo, y la vuelta a clases la tenia practicamente encima.

Fue la primera navidad que pase con el amor de mi vida, abriendo obsequios y cenando pavo en casa, en familia, con ella. Por fin conocio a mis padres y a Nana, y mamá se convenció a si misma de que Adelaide era tan grandiosa como yo la describí.

Tambien fue el primer brindis de año nuevo que no celebré con mi familia, pues lo festejé en casa de Adelaide, aprovechando que Wade iria a casa de Ariadna a celebrar. Y conocí, por fin, al padre de Adelaide, Jacob Horan y su hermano, James. Los dueños de "Horan incorporations", una de las empresas madereras que recorria el mundo.

Y asi, casi volando, pasaron nuestras dos semanas de vacaciones antes de retomar las clases.

-¡Mac! ¿Qué tal?- Wade viene de la mano con Ariadna, la cual me mira de reojo y con seriedad, como si no me conociera o como si su novio se hubiese vuelto loco.

-Amigo Wade- Rio palmeandole el hombro y saludo con una mano al aire a su -repito, muy- patetica novia. Ella imita el gesto con una sonrisa forzosa incluida y le devuelvo la atencion a mi amigo.

-¿Como pasaste tus vacaciones?- Pregunta volviendo a las andadas por el pasillos y yo lo sigo a su lado.

-Normal, todo en orden, creo- Si, soy pesimo para mentir- ¿Nos vemos en el receso?

-Oh no- Dice de repente la castaña claro sonriendome como si de mi se tratara de su mejor amigo- Wade se quedara conmigo, ya que mis calificaciones en Geografia son pesimas y como tutor de Geografia, va a darme una mano.

-Ya veo- Trago saliva mirandolos a ambos con un gesto neutro- Entonces los veré por ahi.

Ella vuelve a sonreirme esta vez con sarcasmo y prosiguen su camino por los pasillos. Dandome la espalda sin mirarme y con su brazo libre, me levanto su dedo de en medio. Yo la imito cuando mira por sobre su hombro y ella vuelve a voltear.

Perra.