Capitulo 11
-¿Que estás haciendo aquí?- Espeto desagradado y el enarca una ceja. Nunca vi a Wade tan enfadado.
-No contestaste mi pregunta- Refuta chasqueando la lengua y mi vista cae al suelo aun sujetando el casco entre mis manos- ¿Y tu?
-Pierdete, Wade Horan- escupe casi con ira y la motocicleta truena y ruge cuando Adelaide la enciende y nos marchamos a toda velocidad. Me asusto pero me coloco rapidamente el casco y me tomo de su cintura.
La estoy abrazando.
-¡¿Estas bien?!- Exclama ya que por el ruido de la motocicleta no la escucho bien.
-¡Seguro!- Grito y siento como el viento golpea con fuerza todo mi cuerpo por la velocidad a la que vamos. Ella conduce por un buen rato y puedo contemplar una vez mas la pequeña playa junto a la ribera, la vista es deslumbrante.
-¡¿A dónde vamos?!- Pregunto cuando la curiosidad me gana.
-¡A un lugar precioso!- Exclama con diversion y hace rugir la motocicleta y subimos el camino por una montaña que da la vuelta. El estomago me burbujea.
Nos detenemos casi llegando a la cima, donde hay un adorable finca para dias de campo. Una preciosa casa inmensa, con increible vista a la montaña.
Adelaide se acerca con la motocicleta a la cabina de ingreso y un tipo de unos cincuenta años baja la ventanilla mirandola con reprehension.
-Porfavor- Ella suena suplicante y adorable, casi podria jurar que le esta haciendo un puchero al sujeto.
-Sabes que no puedes venir cuando se te antoje, Adelaide- La reta apoyando su brazo sobre el marco de la ventanilla- Esto es una finca para alquileres, no para que vengas a pasar el rato.
-Vamos, Artie- Adelaide medio patea el suelo como si se tratara de un berrinche- Te pagaré. Porfavor.
-No tienes que hacerlo- Dice levantando la barrera que impide que pasen vehiculos- Pero tu padre no puede saber que te concedo esta clase de caprichos con sus propiedades ¿De acuerdo?
Y entonces, a un lado en una pequeña cartelera leo "Horan Propiedades, ¡Ven a pasar un fin de semana en una de nuestras fincas de verano!" y debajo un numero telefonico.
-Gracias gracias gracias- Rie ella y el niega con un gesto amable y una sonrisa simpatica. Entramos y aparcamos del otro lado de la casa.
Donde nos encontramos, al frente de la casa, la vista es deslumbrante y perfecta. La cima de la montaña es uno de los paisajes mas bellos que he visto en mi vida.
-Ven- Dice ella cuando ya nos hemos bajado de la motocicleta y me toma la mano sonriendome- Vamos, por aqui.
Reimos con picardia mientras la sigo por donde ella me guia, hasta la cima de la cima.
Se puede ver la ribera, la playa y aun la carretera por la que vinimos. Mas alla, se puede ver el rio, amplio y llega al horizonte, tal y como si fuera el mismisimo mar.
-¿Increible no es cierto?- Sugiere ella sentandose un poco mas atras del borde y me invita a sentarme junto a ella dando golpecitos en el suelo con la palma de la mano.
-Sin duda- Digo sentandome a su izquierda y apoyo el peso de mi cuerpo sobre mis manos en tierra y extiendo mis piernas- Una belleza. Me gustaria tomar una fotografia de esto.
-Hazlo- Rie y saco mi telefono para capturar una imagen del bello paisaje.
-No soy muy bueno- Rio mirando la foto que tomé y ella niega cubriendose la boca intentando que no vea que tome una mala foto- Oye pero tampoco tienes porqué reirte.
-Lo siento- Se echa hacia adelante mientras carcajea y yo sonrio bobamente mirandola- Es que si eres malo.
-No es lo mio- Admito y vuelvo a mi posicion relajada de hace un rato.
-¿Y qué es lo tuyo, Mac?
-Me encantan los animales- Le confieso y ella me mira de reojo con una sonrisa curiosa- Asi que el proximo año, cuando termine la preparatoria, enviaré mi solicitud a Blacksburg.
-¡¿Blacksburg?!- Exclama sobresaltada y me obligo a mirarla de reojo como si se hubiera vuelto loca- ¡Mac! ¡Eso es fantastico!
-Lo se- Rio aun sin poder dejar de mirarla y ella me mira a mi. Sus ojos recorren todo mi rostro y mi vista viaja desde sus ojos hasta sus labios repetidas veces.
Ella se acerca a mi y inclina su cuerpo sobre el mio. Como si supiera lo que esta a punto de pasar.
Parpadeo y trago saliva cuando su rostro esta tan cerca del mio que siento su respiracion confundirse con la mia y corro un molesto mechon de su rojo cabello lejos de su rostro.
Y entonces, Adelaide vuelve a besarme.
Sus labios rozan los mios con suavidad, como si tuviera miedo. Acuno su rostro entre mis manos profundizando el beso y nuestro aliento se mezcla, casi dejandome sin respiracion. Me separo de ella por un momento pero no puedo separar mi nariz de la suya y nuestras frentes estan pegadas.
Ella respira con parsimonia y susurra retazos de palabras, como si quisiera formular algo pero sin encontrar las apropiadas.
-Eres preciosa- Susurro sin poder dejar de mirar sus labios y vuelvo a besarla.
~
Abro la puerta y mamá me está esperando, ahi sentada en el sofa, con una taza de te en la mano y pareciera sumamente nerviosa. A su lado, esta mi papá abrazandola y frotando sus brazos. Pero en el instante en el que ingreso a la estancia, los dos voltean a mirarme repentinamente como si me hubiesen estado esperando todo este tiempo.
-¡Mac!- Exclaman al unisono y se ponen de pie. Suenan como si me hubiesen secuestrado por meses. Mamá deja la taza en la pequeña mesa ratona y se avalanzan sobre mi para abrazarme.
-¿Que les pasa?- Digo casi rechazando el abrazo exagerado y ellos se separan de mi para mirarme con preocupacion.
-¡¿Donde estabas?!- Exclama entonces mamá casi al borde de las lagrimas y el la abraza- Te hemos llamado toda la tarde.
-Oh... yo... lo siento- Balbuceo cayendo en la realidad que no volvi a mirar mi telefono luego de tomar la foto, hoy en la tarde.
-Muchacho- El tono medio enojado en la voz de mi padre me hace mirarlo de reojo- Esta no es forma de comportarse. ¿A dónde fuiste?
Miro al piso, porque en realidad no sé como decirle a mis padres que estuve todo el dia con Adelaide en una montaña.
-¡Pensamos que te habia pasado algo!- Vuelve a acusarme mamá y esta vez las lagrimas escurren fuera de sus ojos, y mi pecho se oprime.
-Lo siento- Digo, porque no sé que otra cosa debo decir o hacer- Supongo que el tiempo se pasó volando y... no me di cuenta.
-Y tampoco fuiste a pasear los perros, debo suponer- Vuelve a la carga mi padre cruzandose de brazos y mi madre enlazando uno de ellos con su propio brazo. Un nudo se forma en mi garganta cuando recuerdo que olvide que hoy debia trabajar y mi vista vuelve a caer al suelo, no me atrevo a mirar a mis padres a los ojos.
Un silencio tenso y tirante se instala entre ellos y yo. Habia pasado mucho tiempo desde la ultima vez que me sermonearon o me castigaron, yo no era la clase de chico que se metia en problemas pero hoy definitivamente fue un dia tan espantoso como encantador.
-Hoy no fuiste muy responsable, Mac- Me reprende papá y niego levemente con la cabeza- Olvidaste que tenias que trabajar, te fuiste y todavia no nos dices a donde ni con quien, y vuelves casi a las doce de la noche, cuando te fuiste cerca de las cuatro y media.
-Lo se- Susurro y trato de no llorar, a pesar de que es todo lo que quiero hacer en este momento.
-No voy a castigarte severamente porque sé que no eres un mal muchacho- Dice tomando mi rostro y obligandome a mirarlo, y mis ojos cristalizados arden por las ganas de llorar- Asi que tienes prohibido salir, hasta el Lunes. ¿De acuerdo?
-Si papá- Susurro y el me estrecha en un abrazo contra su cuerpo, y mi mama se une al pequeño abrazo familiar y cierro los ojos dejando que las lagrimas corran por mis mejillas- Perdonenme.
-Esta bien hijo- Susurra mi mamá acariciando mi cabello con una de sus manos y besando mi cabeza- Sabes que te queremos y que solo nos preocupamos por ti.
Y entonces, es cuando reconozco que con estos padres, yo ya gané.
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