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Capitulo 1

A los seis años, decidi que mi animal favorito era el camaleon. La forma extraña y magica en que cambiaba de color llamaba grandisimamente mi atencion. Amaba a los camaleones, y desde ese momento, se instalo en mi cabeza la idea de que algun dia tendria uno.

Me gustaria contarles una bonita historia, sobre que despues de muchos años mis padres accedieron a regalarme o dejarme tener uno. Pero la realidad era que una vez que se comio todas las cucarachas, grillos y mosquitos de nuestra casa, Hercules, el gran danés del señor Dash se lo comio de un bocado.

Y chau chau camaleon.

No, lo del camaleon no termino bien y preferi que se quedaran en su habitat natural.

Por lo que para consolarme a mis cortos doce años, mi mama me regalo una cria que encontro abandonada en una caja en las atestadas calles de este lado de Boston. Mi pequeño Ciro, a quien le falta su patita trasera izquierda, es mi mas fiel compañero hasta el dia de hoy.

¿Que qué tiene que ver Ciro con la historia que voy a contarles?

En que justo unos dias despues de la fiesta, no lograba encontrar mi licencia para conducir en ninguna parte, y mamá necesitaba que la llevase al trabajo con urgencia.

-Ay Mac, no entiendo como puedes perder siempre todo- Se queja ella revoleando las manos en todas direcciones mientras tanto ella, como mi nana Dori y yo registramos la casa y la volteamos patas para arriba buscando la maldita licencia.

Y entonces, Ciro comienza a ladrar hacia la puerta. ¿Alguna vez te diste cuenta de que los perros tienen otra forma de ladrar cuando se refieren a alguien que desconocen? Un ladrido alarmante e insoportable. Asi ladraba el cuando escuche como un motor se apagaba afuera, en la calle.

Y cuando mire por la ventana, casi escupo el corazon de lo nervioso que me puse.

Era Adelaide. Adelaide Horan, montada a una preciosa Yamaha plateada.

Madre santa.

Su precioso cabello color rojo fuego se habia despeinado completamente por el casco de seguridad y cruzo la puertita del vallado adentrandose en la propiedad para luego llegar y tocar el timbre. Mi timbre.

Ella estaba aqui.

Abri la puerta con prisa y medio fingi asombro cuando la vi ahi parada del otro lado, con su sonrisa bonachona.

-Mackenzie, ¿No?- Sonrie y saca del bolsillo de su chamarra de cuero negra lo que tanto estuve buscando. Mi licencia- ¿Que tal?- Rie tendiendomela.

-Todo en orden- Rio tomandola y mirando la licencia de reojo- Bueno, en realidad casi todo. Estaba buscando esto justo en este preciso instante.

-Se te cayó el otro dia- Afirma- Pero no habia tenido tiempo de traertelo.

-Enserio te lo agradezco. Debiste haberme dejado sin licencia, por descuidado- Rio mirandola y ella niega con la cabeza- Gracias, de verdad.

-No hay de qué- Sonrie como si estuviera a punto de marcharse- Adios, Mac.

-Espera- Me impulso a mi mismo a decir- ¿No quieres pasar a tomar algo?

-Te lo agradezco, pero llego tarde a la universidad- Admite retrocediendo- Otro dia, sin duda.

-Claro- Susurro como si me hallara en trance- Nos vemos- Y entonces, saluda con la mano al aire y se calza el casco antes de subirse a su motocicleta y marcharse.

¿Universidad? ¿Cuantos años tenia? ¿Tan grande era? Cielos, y yo apenas voy en mi penultimo año de preparatoria.

Definitivamente estoy jodido.

~

-Eres un cretino, Wade Horan- Mascullo mirando en otra direccion- ¿Por qué no me lo dijiste?

-¿Para que te lo diria?- Rie el bebiendo un poco de su jugo de carton.

-Crei que habria sido importante que me aclararas que ella tenia vientidos años ¿No crees?- Argumento con indignacion mirandolo fijamente- O que iba a la universidad, no se Wade, algo como para ubicarme en tiempo y espacio en cuanto a la chica que me gusta.

-¡¿Te gusta mi prima?!- La incredulidad en su tono de voz me estruja el estomago y no puedo evitar emitir un sonoro quejido cubriendome la cara con un libro y el me propina un golpecito en el hombro- No jodas, Carson. ¡¿Mi prima?!

-Tu prima, maldito imbecil. Tu-prima- Mascullo entre dientes apretados y el carcajea tapandose la boca con el puño como si fuera una novedad importante.

-Diablos, Mac. Yo crei que te gustaban como las de octavo o noveno grado- Rie burlonamente y asesto un golpe en su brazo haciendo que se queje- Oye enserio, eres tan misterioso que todo el mundo piensa que robas pañales.

-Imbecil- Vuelvo a escupir entre risas.

-Y... ¿le diras?- Sugiere dandole un mordizco a su manzana.

-¡¿Qué?!- Exclamo medio separandome de la mesa- ¡No, claro que no! Preferiria suicidarme bebiendo cianuro antes que decirle algo, creeme.

-Entonces vas a ser su admirador secreto- Me guiña el ojo.

-Muchas gracias por ayudarme, grandisimo tonto- Bufo y me revuelvo el cabello con falsa frustracion.

-Mackie esta enamorado- Canturrea y me pongo de pie veloz y amenazadoramente y el se pone a la defensiva llevandose las manos al pecho- Bueno bueno, ya maduro.

-Te veo al rato, Zack Efron- Bromeo y el me muestra su dedo de en medio.

Y mientras camino por los pasillos de la preparatoria, me pregunto...

¿Acaso me registra?

Creo que esto es a lo que las corrientes de mi colegio llaman "tener un crush con alguien". Yo tenia un crush con Adelaide, la prima del unico amigo que tengo.

¿Acaso era posible? Si es cierto que me han gustado o llamado la atencion algunas chicas a lo largo de mi corta vida. Y ahora que lo pienso, muchas de ellas eran intrepidas, de esas que se van comiendo el mundo a cada paso que dan.

Georgina Woods del sexto grado. Jamas habia visto a una niña jugar jockey sobre hielo tan bien como Georgina Woods. Su cabello castaño y trenzado cuidadosamente se bamboleaba al viento cada vez que se aproximaba al arco y asestaba otro punto.

¿Pero que creen que pasó cuando le pregunte si queria salir conmigo? Llamo la atencion de todo el mundo y rompio frente a todos la carta y el dibujo de los minions que le hice, humillandome asi y acabando con la poquisima reputacion escolar que poseia.

De todas formas, la vida le paso factura el dia que su popularidad se fue a pique cuando le colocaron braquets y sus dientes de almejon se atoraron en una manzana.

Pero desde entonces, he tratado de ser lo mas invisible que pude. Estan los deportistas, las porristas, los del anuario y los nerds sobresalientemente brillantes, estan las fresas y los hipsteremos, y luego estoy yo. Yo que, segun Ariadna la novia de Wade, me esfuerzo todo lo que puedo porque nadie me vea entrar ni salir.

Todo es distinto ahora. Jamas me habia gustado nadie como me gusta Adelaide. ¿Que es lo que tenia que tanto me llamaba la atencion si apenas cruzamos algunas palabras?

Busqué la definicion de "crush" en la internet, asegurandome de que todas las caracteristicas coincidieran con mi situacion, y... en efecto... tenia un crush con ella. Con Adelaide.

Y tener un crush, para mi, no era sinonimo de otra cosa que un grandisimo problema.

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