—¿Hey a dónde vas hermano?

—Luca Si fue tu idea, que Roxana estuviera aquí te juro que te dejo de hablar por el resto de mi vida.

—¿Que? No hermano, no sabía que ella estaría aquí, no he terminado de saludar al resto del grupo, de verdad no sé que hace aquí.

—Fastidiarme la paciencia.

—¿Por eso te vas tar pronto?

—Si, te dije que estaría solo un rato con los chicos y luego me iría al lago.

—Bueno, está bien mi amorcito, está vez dejaré que te vallas sin mí, porque fuiste mi chófer y mi chica me está esperando.

— De verdad que no maduras.

—No amor, no soy fruta.

Resoplo y se fue dejando al castaño sonriendo levemente, su amigo era un amargado pero sabía que debajo de esa coraza que se había creado había un gran corazón muy noble.

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Llevaba como media hora caminando, había sacado un par de fotos del lugar, la luz de la luna iluminaba todo el lugar perfectamente a través de los árboles, para el era la iluminación perfecta, así que no hacía falta que sacará la linterna que traía en el bolso, podía caminar tranquilamente.

Escuchó que alguien se quejaba y se detuvo buscando con la mirada, pero no vio a nadie , iba a seguir su camino cuando escucho un grito, y era de una mujer, así que saco rápidamente la linterna, coloco el bolso en su espalda y fue en busca de la persona que estaba gritando asustada.

Cuando llegó, vió quien causaba semejante alboroto, no pudo evitar resoplar, no lo podía creer, ¿Que diablos hacia ella ahí?

—¿Que mierda te pasa por la cabeza?— le gritó, ya estaba cansado de ella— ¿Porque me sigues?

Cuando lo vio sintió un gran alivio, sabía que eso siempre funcionaba, ningún hombre se resistía en ayudar a una damisela en apuros, se tiró en sus brazos sollosando y limpiando las lágrimas imaginarias.

—Te estaba buscando cariño, pero caminas muy rápido, y luego me caí y te perdí el rastro así que entre en pánico, lo siento quería darte una sorpresa.

—Mi mayor sopresa sería que dejaras de fastidiarme, así que largate y deja el drama que ni lágrimas tienes.

La despegó de su cuerpo de una manera áspera, ya estaba cansado de ella. ¿Porque no entendía que ya no quería tener nada con ella?

Y Le dolía su actitud, no podía creer que la estuviera rechazando nuevamente, ningún hombre se resistía a sus encantos pero este era inmune a ella era como si tuviera un escudo protector  y nada de lo que hacía funcionaba con él y ya se estaba cansada de rogar por su atención, a fin de cuentas no era el unico hombre.

—Eres un hijo de puta Gael — le gritó con rabia—no quiero saber más nada de tí, no mereces mi atención.

—Aja, lo que tú digas— saco el teléfono de su bolsillo y vio la hora, aun faltaba una hora, marco el número de Massimo uno de los que había asistido al claro. —hey Massimo, Roxana te está esperando en el bosque... Si... Está bien, ella va avanzando y la alcanzas en el camino... Bien.— colgó la llamada, sin despedirse— agradece que tenía cobertura porque sino te devuelves sola por completo.— le dijo con la mirada más fría que pudo tener.—te puedes ir por dónde viniste, seguro te sabes el camino, y si no pues, pídele ayuda a las criaturas del bosque.

Vio como se marchaba la morena así que Se dió la vuelta, guardo la linterna y siguió su camino al lago.

Tardó más de lo planeado en llegar pero lo había conseguido.

La luna se reflejaba en el agua de una forma casi mágica, no pudo evitar inmortalizar el momento con unas fotos.

La noche estaba fresca, así que se quitó la chaqueta, se acostó observando el cielo totalmente estrellado, viendo como algunas estrellas empezaban su función, se había anunciado una lluvia de estrellas para esa madrugada, por eso habían quedado en ir a presenciar ese momento.

Saco algunas fotos al firmamento y luego dejo la cámara a un lado para dedicarse a ver el cielo y disfrutar de lo que él le estaba brindando.

Vio el espectáculo maravillado, como cada uno caía con gracia y elegancia pero una en particular llamo su atención era más brillante pero parpadeante.

¿Y si pedía un deseo? Decían que cuando veías una estrella fugaz tenías que pedir un deseo.

Cerro los ojos y pensó lo que le gustaría.

"Que los deseos de mi corazón se hagan realidad"

Era una tontería, cosas de niños pero que más daba. Al abrir los ojos vio como  seguía cayendo a gran velocidad ¿Será que era un meteorito? Se sentía ridículo, pidiendo un deseo a un meteorito o lo que sea que fuera.

Se sentó viendo como caía rápidamente y para su sorpresa venía en su dirección, tomo unos binoculares del bolso rápidamente y enfoco a lo que estaba cayendo, quedó pasmado al ver lo que era, en cuestión de minutos cayó al lago haciendo un gran alboroto en el agua.

Se quitó la ropa quedando solo en boxer y se sumergió en el agua, no estaba seguro de haber visto bien pero lo iba a averiguar en ese momento.

Nado lo más profundo que puedo y vio que no se había equivocado, había una persona brillando bajo el agua, la saco rápidamente y la cargo hasta dejarla dónde estaba acostado anteriormente.

Pudo contemplarla mejor, efectivamente, tenía cuerpo de un humano, estaba totalmente desnuda, su cuerpo brillaba parpadeando cómo si su luz se estuviese extinguiendo.

Dejo de brillar, su luz se apagó, y pudo ver que se trataba de una mujer, su cabello era blanco.

Comenzó a inquietarse, ella no se movía, no respiraba, estaba fría, no sabía que hacer, así que como pudo le hizo RCP, nunca antes lo había hecho pero esperaba poder salvarle la vida, minutos después empezó a toser desesperadamente.

—Tranquila, tranquila, vas a estar bien—la ayudo a sentarse dandole palmadas en la espalda para tranquilizarla, su piel era tan suave, y estaba realmente sorprendido no podía dar crédito a lo que estaba viendo ni a lo que había hecho.

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