
Capítulo 24.
TaeHyung bajó del auto, encontrándose con las luces de su hogar encendidas. Rápidamente caminó hasta la puerta para abrir con sus propias llaves.
El aroma dentro era tan hogareño, olía al perfume de HoSeok, al de él y a comida. Suspiró, había extrañado ese sentimiento.
En cuanto cerró, el chico que se encontraba en la cocina salió para mirar quién había llegado, aunque ya sabía quién era.
TaeHyung sonrió de solo mirar al más bajo parado junto a la puerta de la cocina, con un mandil en su cuerpo y una hermosa sonrisa que solo era para él.
HoSeok caminó a pasos apresurados, TaeHyung imitó su acción hasta que el menor logró saltar a su cuerpo. El moreno lo refugió mientras sentía el aroma de su novio. Lo había extrañado, dos semanas distantes, casi nunca lo vio, HoSeok siempre estaba en el trabajo y cuando eran sus días de descanso, estaba con YoonGi y SeokJin, a pesar de no estar peleados o molestos, existió ese alejamiento pero ahora estaban felices de estar envueltos en un abrazo que ambos necesitaron.
—Perdóname por estar tan distante, amor—. HoSeok hizo puchero en el cuello del moreno.
—Está bien, solo no lo vuelvas a hacer.
TaeHyung lo separó de su cuerpo para mirarlo. El menor sonrió, sus ojos se encontraron, el moreno tenía un brillo tan fuerte que nunca había visto antes, algo muy dentro de él le gritó que no era causado por su persona pero aun así lo ignoró para probar sus labios.
Ambos se besaron pero no lo sintieron igual ¿Qué pasaba? Tal vez era porque estuvieron dos semanas lejos, si, era por eso, al pasar los días su amor seguirá igual, creciendo cada vez más, como siempre pasaba en su relación, solo crecían, nunca retrocedían.
TaeHyung paró de besar sus labios para ahora mirar su rostro. HoSeok era hermoso, tenía tanta suerte de tenerlo a su lado, aparte de que tenía el corazón más puro y precioso de todos, tenía el alma de un niño, era risueño y mimado pero cuando HoSeok se lo proponía, podía ser tan mayor y maduro que TaeHyung amaba eso.
—Preparé la cena, tenemos que hablar y que mejor que en una cena—. Sonrió.
—Muchas gracias amor, por pensar en esto y en nosotros—. Sus manos se entrelazaron.
El menor sonrió lindo para el mayor. Dejó un beso en su mejilla para ahora casi arrastrarlo a su habitación, se darían una ducha y luego cenarían.
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JiMin terminó de despedirse de su Hyung y del pequeño para ahora caminar al auto donde NamJoon ya lo esperaba.
JungKook agitó su mano en el aire mientras los veía alejarse en el auto de Nam. Estaba por cerrar su puerta cuando un auto paró en frente de su casa, pudo notar que se trataba de Kyung, llevó una mano a su vientre mientras susurraba a su bebé.
—Papi está aquí bebé, prepárate para los mimos y besos que papá nos dará—. Sonrió.
El chico bajó de su auto para caminar hasta el embarazado que lo esperaba en el marco de su puerta, con sus manos recorriendo su hinchado vientre.
—Buenas tardes ¿Cómo está el embarazado y el bebé más guapo de todo Corea? - Kyung terminó de llegar a JungKook para al fin hablar.
El mayor negó sonriente mientras estiraba sus manos para tomar las de Tah.
—Estamos bien, de hecho, hay algo que tienes que saber—. Sonrió en cuanto el otro chico tomó sus manos dejando dos besos en cada una para después entrelazar sus manos
—¿Por qué no me lo cuentas adentro?—. Sonrió.
JungKook asintió, soltó una de sus manos para tirar de la otra que aún se encontraba entrelazada con la de Kyung mientras entraban en casa.
La puerta se cerró detrás de Tah mientras JungKook los dirigía al sillón de la sala.
—Cuéntame hermoso ¿Qué hizo el pequeño bebé?—. Sonrió.
—Se movió—. Le contó con la felicidad rebosando de su cuerpo.
El rostro de Kyung cambió a uno más feliz mientras se acercaba al vientre del mayor. Dejó varios besitos, haciendo al embarazado reír debido a las cosquillas que los besos le causaban. El bebé pronto se movió, permitiendo a Kyung notar su presencia.
Sus ojos se encontraron con los de JungKook, el mayor quería llorar, Kyung estaba viendo mover a su hijo por primera vez y aunque le gustaría gritarle que ese bebé era suyo, tenía miedo, mucho miedo de su reacción, no se permitiría perder a su bebé, nadie nunca le quitaría a su pequeñito.
Tah recordó las palabras del doctor Lee al mirar los ojos húmedos y brillosos del mayor, rápidamente se sintió triste por él, le gustaría poder tomar a JungKook y besarlo, algo dentro de él le gritaba que JungKook pudiera sentir algo por él en el futuro y a pesar de que eso sonaba maravilloso, había un motivo por el cual estaba con el embarazado.
No podía renunciar al contrato, no cuando eso afectaría a JungKook, Kyung quería cuidar del embarazado, ya sea del doctor Lee, TaeHyung o cualquiera de la gente que lo rodeaba pero si JungKook se enteraba...
Sus ojos se llenaron de lágrimas mientras se perdía en sus pensamientos y en los preciosos ojos de JungKook. El mayor también lloró pero por motivos diferentes a los de Kyung.
Sus manos acariciaron el rostro de Tah mientras sonreía con lágrimas queriendo bajar por su rostro. El chico sonrió el tacto del mayor, saliendo de sus pensamientos y prestando atención a lo que pasaba.
La mano de JungKook paró al final de su mentón, elevándolo hasta quedar en una posición cómoda para ambos. Su rostro se acercó lentamente al del otro. Kyung sintió sus respiraciones mezclarse, sabía lo que pasaría, se odiaría después por dejar que JungKook lo besara sin saber las verdaderas intenciones de él pero ya era tarde, estaba enamorado de JungKook, no le importaba ese contrato, solo quería probar sus labios por primera vez oficialmente.
Los de JungKook tocaron los suyos primero. Kyung confirmó su teoría, los labios del mayor eran tan suaves como imaginó y besarlo era como besar la gloria. Se dejó llevar por el beso, profundizándolo, él ahora tomando el ritmo del beso, besando a JungKook de la forma más delicada y bonita.
Les esperaba una tarde llena de besos y caricias, como JungKook imaginó que sería tener al padre de su bebé, amándolos y mimándolos, como una hermosa familia feliz.
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