
chapter twenty one.
Taehyung se encontraba tecleando en su computadora, habían pasado 3 semanas desde que sus bebés por primera vez se movieron, desde aquella ocasión no han dejado de moverse, era sumamente extraño cuando llegaban a quedarse quietos.
Faltaban unos días para cumplir los 6 meses y eso significaba que tenía que dejar de trabajar, es más, hoy era su último día de trabajo, algo que en retrospectiva no le gustaba pero era necesario hacer por la salud tanto suya como de sus cachorritos.
Y hablando del rey y reina de Roma... Taehyung hizo una mueca y pasó su mano a sus pancita cuando sus bebés empezaron a moverse. —Vamos hijos, papá necesita concentrarse.
—¿No te dejan tranquilo eh?—. Preguntó Yuna entrando a la oficina con una taza de té en manos.
Taehyung suspiro cansado. —No—. Taehyung aceptó aquella tácita que mantenía el líquido humeante. —No se que hacer, son demasiado inquietos, no me dejan dormir—. Dio un pequeño sorbo. —Si así son cuando están dentro de mí, no quiero imaginar cuando nazcan.
—Será toda una odisea—. Taehyung le dio la razón.
—¿Cómo fue con Jiwoo?
—Tranquila, ella no fue de hacer mucho escándalo en las noches, hasta nos llegamos a preocupar que fuera tan callada, ya que recordaba que los tres revoltosos hijos del Jimsu eran tan inquietos que apenas los dejaban dormir. —Taehyung rio al recordar a ver a su mejor amigo llegar al trabajo con ojeras. —Pero el doctor dijo que era normal, cada bebé es diferente.
—Espero que mis hijos sean tranquilos—. Aunque realmente lo dudaba.
—Esperemos que sí—. Yuna sonrió—. te vamos a extrañar, será difícil no verte por aquí.
—Será difícil no venir—. Dijo el rubio viendo toda su oficina. —Ya me acostumbré a estás cuatro paredes.
El teléfono de la oficina empezó a sonar, Taehyung aplastó un botón para contestar y ponerlo en altavoz.
—Kim Taehyung—. Saludó.
—Taehyung necesito que vengas al comedor urgentemente—. La voz de su mejor amigo no se tardó en escuchar.
—¿Tiene que hacer ahora?
—Si, ahora—. Y cuelga, Taehyung alza una ceja pero no le dio importancia y se levantó de su silla con la ayuda de Yuna.
—Espero y sea importante—. Susurró bastante enojado mientras se separaba de Yuna y caminaba a la salida.
Yuna rió. —Tratándose de Jimin, lo dudo.
Taehyung y Yuna tomaron el elevador para bajar cinco pisos. Segundos después llegan al piso asignado y se dirigen a la puerta del comedor percatándose de que el lugar estaba a oscuras.
—¿Por qué está tan oscuro?— Yuna prendió la luz y frente a él aparecieron sus trabajadores amontonados gritando "sorpresa" y un letrero colgado en el techo que decía "te extrañaremos jefe" escrito en español. —¿Que? ¿Qué es todo esto?
—Tu despedida—. Dijo Jimin apareciendo frente a él junto con su hermana. —No te veremos por aquí un largo tiempo así que planeamos darte una sorpresa.
—"Planeamos", me suena a manada—. Respondió Ryujin con ironía en su voz. —YO lo planee—. Recalcó el "yo". —Tu solo te quedaste sentado comiendo papitas y viendo tu celular.
—¡Ryujin!—. Se quejó el castaño. —Ya me exhibiste—. Los cuatro amigos ríen mientras que él resto de los trabajadores se ven confundidos sin entender, no prestaron atención y decidieron mejor ir a la barra de comida.
Ellos no entendieron la referencia.
—Gracias chicos por la sorpresa—. Agradeció Taehyung con una sonrisa cuadrada característica de él. —Me gustó mucho.
—Es lo de menos, te mereces esto y más—. Dijo Ryujin con una sonrisa.
—Si, todo por nuestro jefe favorito—. Taehyung alzó una ceja.
—Soy tu único jefe, Park.
Jimin sonrió nervioso. —Por eso digo, eres mi único jefe favorito—. Ryujin y Yuna se dieron un facepalm.
Taehyung ya sabía de dónde provenía todo esto. —No les diré el sexo del bebé—. Los tres chicos presentes se quejaron. —Tendrán que esperar al baby shower como los demás.
—Eso no es justo—. Se quejó Jimin.
—La vida nunca es justa amigo.
—¿¡Ves!? por tu culpa—. Ryujin le dio un zape a su hermano.
—Ya pues, al menos disfrutemos la fiesta, que por cierto Ryujin toda la decoración la gaste con tu tarjeta de crédito, así que no te espantes cuando te llegue la factura—. Jimin rápidamente se fue antes de que su hermana le hiciera algo.
—Ese hijo de la...—. Ryujin no terminó de tirarle la madre porque fue tras su hermano para proporcionarle buenos golpes. Eso y de que tenían la misma madre.
Taehyung se soltó riendo, él realmente amaba a sus amigos.
Taehyung entró a su casa, Jimin lo había dejado frente al edificio ya que se le hacía incómodo manejar con su ya bastante crecida panza. Jimin se había ofrecido a acompañarlo hasta su pent-house pero el omega se negó, diciendo que podría llegar bien, además que el alfa tenía que recoger a sus hijos al kínder y no podía llegar tarde porque sabía cómo se pondría Yoongi.
Eso había mandado una corriente de miedo a la espalda del alfa aceptando de inmediato pero con la condición de que le avisará cuando estuviera dentro del pent-house. Y eso fue lo que Taehyung hizo, agarró su teléfono dejando el maletín en uno de los sillones y le mandó un mensaje a su mejor amigo.
Taehyung se propuso para ir arriba a descansar pero el sonido del grifo y la voz de su alfa cantando llamó la atención del omega, rápidamente se dirigió a la cocina donde provenía el sonido.
Ahí en el lavadero se encontraba Jungkook lavando platos mientras tenía los airpods y movía las caderas al ritmo de la música, al menos eso creía. Taehyung se quedo viendo a Jungkook un rato hasta que sus ojos pasaron a su trasero y como si fuera un switch las hormonas se alborotaron, ahora el omega tenía un gran apetito sexual que lamentablemente no podía ser atendida porque su pancita (que ya no estaba tan chiquita) se lo impedía y eso frustraba de sobre manera al rubio embarazado.
En eso una idea llegó a su cabeza, no podía follar a su esposo, pero eso no significaba que no podía hacer otras cosas, con una sonrisa maliciosa se acercó a su esposo. Jungkook brincó del susto cuando sintió unas pequeñas manos anilladas apretar su trasero, rápidamente quitó uno de sus airport y volteo hacia atrás encontrando a su esposo que apretaba su trasero.
—¿T-Taehyung? ¿Q-Que h-haces?—. Pregunto nervioso el alfa y sintiendo su temperatura subir.
—Ssssh, solo disfruta Kookie—. Taehyung de a poco iba quitando el nudo de los pants deportivos de su pareja.
—J-Taehyung...s-se s-supone que no d-debemos...—. Fue interrumpido otra vez.
—Tranquilo Kookie, no iremos más allá, solo quiero apaciguar este horrible calor que siento y que a la vez disfrutes tu—. Termino de bajar sus pantalones junto con sus bóxer dejando su trasero libre. Como pudo junto con la ayuda de Jungkook se hincó en el suelo teniendo una mejor vista de la retaguardia de su esposo.
Taehyung agarró nuevamente el trasero de Jungkook apretándole pero esta vez sin alguna tela que lo estorbe, Jungkook sintió un escalofrío cuando el contacto del metal frío de los anillos tocaron su piel caliente. Taehyung amasaba nuevamente a su gusto aquel trasero escuchando pequeños gemiditos salir de los labios del alfa, Taehyung sonrió mientras estiraba ambos globos dejando a la vista aquel agujerito, Jungkook tembló y movió su trasero hacia atrás buscando más contacto, contacto que Taehyung le dio.
Taehyung paso nuevamente su dedo anillado sobre la entrada para luego meterlo lentamente, el enorme gemido de Jungkook no se hizo esperar mandando una corriente de la espalda al pene del omega y sintiendo aquel líquido resbalar por sus muslos, el omega aprovecho y como pudo metió su mano dentro de su pantalón para untar un poco de lubricante natural en sus manos.
Sacó su mano se su pantalón con su mano lleno de lubricante, sacó su dedo de Jungkook escuchándolo quejarse pero rápidamente lo sustituyó con dos de sus dedos lubricados escuchando el fuerte grito de satisfacción del alfa. Taehyung mordió su labio cuando sintió las paredes del menor apretando sus deditos imaginando que era su pene.
—¡Ahí!—. Gritó el alfa cuando Taehyung tocó su próstata, Taehyung metió otros dos dedos y empezó a aumentar la velocidad de estos, Jungkook era un mar de gemidos.
El omega bajo sus pantalones sintiéndose ya incómodo por la humedad de estos mientras masturbaba su pene con la velocidad de su dedos, unos minutos bastaron para que llegaran a su clímax manchando el suelo.
Estuvieron un rato en el mismo lugar recuperando sus respiraciones. Jungkook fue el primero en moverse levantando sus pantalones y ayudando a Taehyung a levantarse poniendo sus pantalones y ayudarlo a sentarse en una de las sillas que se encontraba en aquella barra que separaba de la cocina al comedor, eso Taehyung lo agradecía ya que se estaba cansando estar en aquella posición.+
Jungkook sonrió y dio un pequeño beso a los labios del omega. —Hola para ti también.
Eran las 11.30 de la noche, la pareja se encontraba acostada en su cama, Taehyung se encontraba boca arriba (obviamente) con su camisa alzada mostrando su pancita mientras Jungkook repartía besos por todo el bultito sintiendo a sus bebés moverse. Taehyung soltó un quejido cuando uno de los bebés golpeó con fuerza.
—Ellos serán futbolistas profesionales, si señor.
—Sí y usan mis órganos como su balón de práctica—. Se quejó el omega cuando sintió otro golpe y Jungkook rio.
—Falta poco para que nuestros bebés vengan al mundo—. Dijo el alfa regalando caricias en aquella voluptuosa panza, Taehyung hizo lo mismo pero con el cabello del alfa. —¿Te imaginas? con nuestros bebés en nuestros brazos, mimándolos, arrullándolos—. Jungkook soltó un pequeño suspiro. —No aguanto más, quiero tener a nuestros cachorritos con nosotros.
Taehyung sonrió mientras se imaginaba aquella hermosa escena, él cargando a sus bebés, dándole besitos, cantando canciones de cuna, amamantándolos y....
¿Qué es esa humedad que sentía?
Taehyung bajo la mirada encontrándose con su camisa manchada de humedad justo donde estaba sus pechos, no eran manchas grandes pero sí se podía apreciar lo suficiente, rápidamente se levantó asustando a su esposo.
—Hyung, ¿Pero que...?—. No logró terminar ya que Taehyung subió más su camisa mostrando su pecho y aplasto una de ellas donde salió un poco de leche. Jungkook parpadeó aturdido.
Taehyung sonrió perversamente —¿Kookie no te gustaría probar otro tipo de leche?
Jungkook se sonrojo furiosamente, agarró una de las almohadas y con mucho cuidado de no lastimar a sus hijos golpeó al omega en la cara con aquel objeto suave. —¡NO SEAS PUERCO!—. Gritó el alfa realmente avergonzado mientras escuchaba la risa escandalosa de su esposo.
Realmente su omega era cosa seria.
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