
chapter twenty eight.
—Entonces, ¿Todo se arregló?—. Preguntó Taehyung mientras absorbía un poco de su té y veía al mayor sentado frente a él.
—Si, le expliqué todo a Namjoon de que era el hombre de mi vida y no lo dejaría por nada en el mundo ni siquiera por mi pareja destinada.
—Eso es lindo Seokjin, ¿Y que dijo del embarazo?
Seokjin sonrió como un bobo enamorado al recordar la reacción de su pareja. —Feliz, muy feliz.
Taehyung sonrió de felicidad, pero esa sonrisa se convirtió en una mueca cuando uno de los bebés pateo.
—¿Estas bien?—. La voz de Seokjin se escuchaba preocupada.
—Solo fue una patada—. Respondió tratando de retomar el aire, pero un dolor más fuerte que el anterior interrumpió su intento de paz.
Eso no era una patada.
Taehyung soltó un fuerte quejido alertando a Jin.
—¡Taehyung!—. Seokjin se dirigió rápidamente hacia su amigo para ver su estado.
Claramente Seokjin no fue el único que se alertó, el omega mayor escuchó cosas caerse y pasos apresurados dirigiéndose a la cocina donde se encontraban. Frente a el apareció Jungkook bastante agitado, con sus típicas ropas holgadas que usaba en la limpieza, aquel pañuelo que recogía su larga cabellera negra dejando a la vista sus orejas decorados por aquellos piercings, pero lo que más destacaba era aquellos colores en su iris, el típico color café oscuro en sus ojos fueron sustituido por un morado opaco, dando a entender que el lobo había tomado el control.
Jungkook gruñó hacia aquel omega que se encontraba cerca de su pareja. —Aléjate—. Seokjin rápidamente acató la orden mientras bajaba su cabeza y todo su cuerpo temblaba de miedo.
Jin no lo culpaba, sabía que era una reacción natural del alfa cuando siente que su pareja está en peligro.
Pero maldición, jamás había visto a Jungkook así y vaya que puto miedo daba.
Incluso había llamado a su pareja inconscientemente.
—¿Taehyung estás bien?—. Preguntó el alfa acercarse a su pareja. —¿Te llevo al hospital?—. Claramente si Jungkook estuviera en sus cinco sentidos se hubiera disculpado como mil veces hacia el omega mientras pequeñas lágrimas de culpabilidad salían de sus ojos, pero no era él si no el lobo el que controlaba la situación. —Por favor, dime algo—. Taehyung se había mantenido en silencio por unos segundos esperando si volvía a sentir aquel dolor y suspiro de alivio.
Pero en cambio Jungkook se moriría de los nervios en cualquier momento si el omega no le decía algo.
—Estoy bien— respondió por fin— solo fue una contracción falsa.
Faltaba poco para que sus hijos nacieran y eso conlleva a contracciones falsas.
Si en las falsas le dolía como el infierno, no quería imaginarse a las verdaderas.
—¿Seguro que no quieres que te lleve al médico?—. Taehyung sonrió por la preocupación de su bebé alfa.
—Seguro, tus hijos y yo estamos bien—. Jungkook suspiro de alivio, sus ojos volvieron a la normalidad y fue cosa de segundos cuando Jungkook se percató de algo.
Jungkook rápidamente se acercó al otro omega, se hinco y lo abrazó mientras se disculpaba una y otra vez con lágrimas en los ojos. Ahí estaba el alfa que conocía Seokjin.
Habían pasado unos minutos más tratando de tranquilizar al alfa cuando un fuerte estruendo alertó a los presentes.
Los tres se asomaron viendo a un castaño bastante alterado escaneando todo el lugar, cuando sus ojos se toparon con la de su prometido lágrimas de felicidad y alivio no tardó en aparecer mientras abrazaba a su pareja.
Luego apareció el guardia de seguridad beta que custodiaba la entrada todo agitado y cansado de correr tras él.
Bueno, al final fueron tres personas tratando de tranquilizarse.
—Maldita cosa defectuosa—. Se quejo Jungkook cuando la lavadora dejo de funcionar.
Jungkook suspiro cuando vio toda la ropa aún en la lavadora. Ni modo, tendrá que hacerse como en la vieja escuela. Jungkook remango las mangas de su suéter dejando a la vista aquellos pronunciados músculos.
El alfa metió su mano al agua siseando por el frío de esta, sacó la primera prenda que agarró, siendo una camiseta de manga larga de su esposo y empezó a lavar a mano.
Unos 20 minutos después ya había acabado con toda la ropa, Jungkook soltó un fuerte suspiro de alivio. Al menos la secadora no se descompuso.
Con un último suspiro Jungkook abandono el cuarto de lavado y se dirigió a su cuarto donde su omega se encontraba en su cama leyendo un libro con sus lentes puesto y su pancita bastante grande que lo hacía ver cada vez más tierno.
—¿Terminaste con tu pelea con la lavadora?—. Preguntó el omega sin quitarle la vista de la lectura.
Jungkook resopló y se tiró boca abajo de la cama. —Tenemos que llamar a un especialista para que revisen eso.
—Sin duda alguna—. Taehyung al fin quitó su vista de su libro y se pasó a su esposo que descansaba boca abajo.
Taehyung escudriñó cada centímetro del cuerpo de su esposo, empezó por la cabeza y su larga cabellera que se encontraba suelta, sus hombros anchos, aquella trabajada espalda y al finalizar, su mirada término en aquellos dos firmes globos, Taehyung paso su lengua por sus labios recordando todas aquellas veces en que tenía aquellos dos entre sus manos amasándolos a su antojo mientras que su miembro se adentraba en medio de los dos por aquel glorioso agujerito.
—Deja de mirarme así, no va a pasar—. La voz amortiguada de Jungkook lo sacó de sus recuerdos calurosos.
Volteó a ver a su esposo y se percató que este aún tenía su mirada entre la almohada. ¿Cómo lo sabía?
—¿Cómo es que...?—. No logró terminar su pregunta porque Jungkook se le adelantó.
—Número uno—. Respondió, levantó su mano derecha y alzó su dedo índice. —El cuarto empieza a oler a tus hormonas y dos—. Levanta ahora su dedo anular. —Tu lobo me exige que me ponga en cuatro y me folle.
Taehyung desvió la mirada avergonzado por el comportamiento de su lobo, aunque no sabía porque se avergonzaba si él era peor.
Unas pataditas llamó la atención de Taehyung, volteó hacia donde estaba su pancita y levantó su camisa, Jungkook seguía cada movimiento que hacía el omega.
Cuando la camisa estaba completamente levantada, Jungkook y Taehyung lograron ver cómo la pancita de Taehyung se movía a causa de los movimientos de sus hijos.
La pareja de esposos sonrieron enternecidos.
—¿Ves? Hasta ellos piensan que su padre es un lujurioso—. Taehyung rio. —Queda poco para que puedan estar con nosotros.
—Una semana para ser exactos—. Jungkook asintió. —Jimin me comentó que Yoongi, Sana y Yuna iban a salir, ¿Por qué tú no quisiste ir?
Jungkook resopló, Jimin si que era un bocaza.
—Taehyung-shii, no creo que sea necesario, puedo salir con ellos otro día.
—¿Es por mi?
—¿Eh?
—¿No vas a ir por mi?
—Taehyung...
—No Jungkook, yo estaré bien, tus hijos estarán bien, ve y diviértete con tus amigos.
—Taehyung, estás a punto de dar a luz, sería muy irresponsable de mi parte dejarte en tal estado.
—Estaré bien.
—Déjame cuidarlos, déjame ser el alfa que debí ser desde un inicio.
—Jungkook no te hagas esto, ¿Cuántas veces tengo que decírtelo? Ya eres un gran alfa, no tienes que probar a nada ni nadie? ¿A quién se lo vas a demostrar?
—A nadie.
—Jungkook.
—A mi de acuerdo, me lo tengo que demostrar a mi—. Jungkook soltó un suspiro. —Quiero sentirme que no soy un alfa inútil, quiero demostrarme que soy capaz de cuidar a mi omega y mis cachorros.
Taehyung sonrió enternecido, se acercó a su alfa lo más que su pancita lo dejo y dio un pequeño beso a su pareja. —Si invito a unos amigos ¿Estarás más tranquilo?
Jungkook asintió mientras un pequeño pucherito y sus ojos llorosos. Taehyung acercó su pareja hacia el, Jungkook se acostó tratando de no aplastar a sus cachorritos mientras el omega lo abrazaba.
Después de todo no había algo que temer ¿verdad? No es como si sus bebés nacieran mañana.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro