
chapter ten.
Las ruedas giraban contra las baldosas y el chirriante sonido les hacía compañía. Jungkook paró el carrito del super dónde se encontraba en el refrigerador dónde están las carnes blancas.
Jungkook agarró un paquete dónde tenía 5 piezas de piernas de pollo, el paquete consistía en un plato de poliestireno y envuelto en un papel de plástico.
El alfa agarró el paquete más cercano, hizo un pequeño orificio con su dedo en la parte superior izquierda, acercó su nariz e hizo una mueca al sentir el aroma a podrido del pollo, lo dejo en dónde lo había agarrado y agarró otro que se encontraba más dentro del refri, hizo el mismo proceso y asintió contento al sentirlo fresco.
Lo puso dentro del carrito, volvió por otro igual al fondo del refrigerador repitiendo el proceso por tercera vez teniendo el mismo resultado que el segundo.
Satisfecho con sus dos paquetes de 5 piezas de pollo c/u se dirigió hacer fila para pedir el jamón favorito de su esposo, era de las pocas cosas que no lo hacían vomitar.
Mientras estaba en la fila esperando su turno mandaba mensajes por el grupo de sus amigos dónde Yoongi les contaba sobre un altercado que tuvo con un novato.
Al parecer el pobre chico no se esperaba que el famoso Min Yoongi del que todos sus compañeros alababan era un omega. Incrédulo de que un omega podía ser un oficial de policía se burló e incluso disminuyó el trabajo y esfuerzo de Yoongi diciendo que la única razón que había llegado donde estaba fue porque le chupó la polla al jefe.
Claramente Yoongi no se iba a quedar con los brazos cruzados y le dio un puñetazo en la cara del tipo sacándole sangre en su nariz.
Sus compañeros no intervinieron, ellos conocían el temperamento de Min, incluso habían sentido ese temperamento ellos mismos en sus caras y otras partes de sus cuerpos.
Yoongi podía ser un omega pero era uno de temer, ten cuidado con lo que dices porque puedes llevarte unas sorpresa y un ojo morado.
—Buenos días, ¿Qué va a pedir?—. Jungkook levantó la cabeza al escuchar una voz de una chica dirigirse a él.
Su mirada conectó con la empleada poniéndola nerviosa, ella bajó la cabeza y ladeó su cuello en forma de sumisión.
Jungkook ya acostumbrado solo sonrió y pidió. —Un kilo de pastel pimiento* rebanadas normales por favor.
—¿Algo más?—. La voz de la chica tembló.
—Es todo—. La chica asintió y aún con la mirada gacha fue a buscar el pedido.
Jungkook tranquilo espero su orden cuando su nariz captó cierto aroma, de rojo vio a una omega que seguía de él en la fila mirándolo con ilusión y soltando sus feromonas.
El alfa oprimió las ganas de rodar los ojos. ¿Es que no notan que estaba emparejado?
Cuando un omega y un alfa se emparejan sus aromas cambian, principalmente el del alfa ya que al no tener una mordida notoria en su cuello debe tener un indicio de que ya tiene un omega y eso es que su aroma se vuelve un poco más dulce parecido al del omega marcado.
Jungkook soltó un poco más su aroma, la chica al inicio se había ilusionado pensando que había llamado la atención de aquel guapo alfa pero toda ilusión se fue al captar un aroma dulzón.
Frustrada se cruzó de brazos, nadie, absolutamente nadie podía meterse ya sea con un omega o con un alfa emparejado, el lazo era sagrado y si alguien trataba o lograba romper e intervenir en la unión de los lobos se dejaba una gran marca desde su mejilla hasta su cuello dejando claro que cometió uno de los pecados más grandes de la luna.
Siendo rechazado por la sociedad sabiendo que él o ella no era de fiar y tenían que estar lo más alejados posible de esa persona.
El rechazo social a veces puede ser más cruel que la cárcel.
—Aquí tiene señor—. La chica le extendió el paquete de jamón, Jungkook agradeció, agarró el jamón envuelto en una bolsa de plástico y lo metió al carrito.
Ya teniendo todo lo de su lista incluso más, el alfa se dirigió a las cajas listo para pagar. Al estar tan concentrado en sí tenía todo de la lista no se fijó que un alfa pasaba y chocó su carrito.
—¡Oigan! ¡Fijase por dónde camina!
—Disculpe. No lo vi.
El alfa estaba a punto de responder sarcásticamente pero se detuvo al presenciar bien al alfa pelinegro.
—N-No s-se preocupe—. El alfa bajó la cabeza y huyó.
Jungkook simplemente se encogió de hombros y siguió su camino a las cajas.
—¿Cómo vas con el embarazo?—. Preguntó Jimin a su mejor amigo.
Alfa y omega se encontraban en la oficina del último dando una última revisada antes de que su caja de que su nuevo maquillaje saliera en ventas.
Hoy Ryujin no los pudo acompañar ya que se encontraba en su casa con su omega y su hija. Yuna le había perdonado cuando Ryujin le comentó sobre el embarazo del rubio.
—Bien—. Fue la respuesta del omega aún sin quitar su mirada de la laptop mientras tecleaba. —Lo único que no me gusta son las náuseas, hoy en la madrugada me levanté como tres veces a regresar comida y jugo gástricos.
—Los primeros meses los mareos y las náuseas son más fuertes, Yoongi así fue en los tres embarazos, no podía dejar el inodoro hasta que yo estuviera cerca o tuviera puesta alguna prenda mía, ¿Jungkook no te dejo alguna prenda?
Taehyung dejó de teclear y volteó a ver a su mejor amigo, levantó los brazos mostrando la enorme chaqueta que tapaba su cuerpo y las enormes mangas que apenas dejaba ver sus manitas.
—Ah—. Fue lo único que respondió.
¿Cómo es que no lo había visto?
—La única forma de no regresar todo es pegar mi nariz a su cuerpo, pero como ambos teníamos cosas que hacer agarró una de sus chamarras favoritas, impregnó más su aroma y me lo dió.
—Vaya, ¿Quién lo diría? pasivo pero protector. —Jimin se quejó cuando algo lo golpeó.
—Quieres callarte, ten más cuidado de tocar ese tema aquí.
—¿Para eso tenías que tirarme un bote de base de maquillaje en la cara?—. Dijo para agarrar el envase y ponerlo nuevamente en la mesa mientras sobaba su nariz dónde fue el que se llevó mayor impacto. —Además nadie va a escucharnos, estamos en el último piso y tú oficina acapara la mayor parte de él.
—Aun así hay que tener cuidado, no sabes si nos están escuchando. Y claro que es protector, puede que sea...eso, pero sigue siendo alfa.
—Tienes razón—. Había hecho una pausa, Taehyung regresó su vista a la pantalla de la laptop para seguir su trabajo, él iba hacer lo mismo pero con los papeles en el escritorio cuando recordó algo—. Por cierto felicitame a Jungkook.
—¿Felicitarlo?— La voz de Taehyung se escuchó extrañada—. ¿Porque?
—Por la exposición de arte—. Taehyung paró de teclear nuevamente y vio a su amigo realmente confundido. —Me sorprende que no me hayas dicho nada, comúnmente me alardeas de los logros de tu alfa.
—¿Cuál exposición de arte?—. Taehyung estaba realmente confundido, ¿De qué hablaba su amigo?
—La exposición de arte—. Mencionó obvio Jimin. —Donde Korea Artistic le ofreció a tu esposo su edificio para mostrar todas sus pinturas durante tres días.
Taehyung parpadeó sin saber cómo sentirse al respecto. —¿Quién te dijo eso?
—Yuna, bueno en realidad Yuna se lo dijo a Ryujin y Ryujin me lo comentó.
—¿Y...Jungkook se lo dijo a Yuna?—. Un nudo se formó en la garganta del omega.
—Claro, ¿Cómo crees que se enteró? ¿Telepatía?
Taehyung se echó para atrás en su asiento, suspirando viendo un punto fijo, tenía emociones encontradas, estaba feliz, emocionado, pero también se sentía traicionado, triste y decepcionado.
¿Dónde quedó la confianza?
¿Dónde quedó la promesa de que nunca iban a tener secretos?
Jimin se percató de la mirada decaída del rubio. —Él no te ha dicho nada ¿Verdad?
Taehyung simplemente negó mientras que una lágrima caía por su mejilla.
¿Por qué no me lo dijo?
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