Gracias por por no abandonarme.
Moriría otra vez.
Adán, el primer hombre, moriría por segunda vez.
La primera vez fue en su vida en la tierra, donde tuvo una cantidad absurda de hijos junto a su esposa Eva, hasta que la edad se lo llevo y le dio paso a su nueva vida en el cielo. Lugar de los seres más hermosos del universo, los ángeles de dios.
Esta vez, moriría por segunda vez siendo un ángel. Asesinado por el cuchillo de una vil pecadora. El arma atravesó su piel varias veces como para asegurarse de hacer bien su trabajo, lo cual hizo porque la sangre dorada que caía debajo de su cuerpo era la muestra de ello.
Adán sentía como su vitalidad se marchaba lentamente, como la luz de una lámpara que pronto se apagaría para nunca volver a encenderse. Como la luz de una estrella que pronto se extinguiría.
Dolía, dolía respirar. Su pecho estaba hirviendo y sus pulmones se llenaban de sangre, al tiempo en que su cuerpo se sentía más pesado que de costumbre. Todo su alrededor se distorsionó, a sus ojos todo se veía borroso y las luces se difuminaban en colores desiguales.
Moriría otra vez.
Había olvidado lo que se sentía, tanto tiempo en el cielo le hizo olvidar sensaciones no deseadas que hubiera querido nunca volver a experimentar, pero el universo era una perra cruel con él.
Moriría solo, a nadie le importaría, después de todo solo era el puto Adán, el primer humano. El primero de todos, el padre de la humanidad. El ángel más bocal y molesto del cielo, el hijo menor de Dios antes que Jesús.
Quería reír por esta mierda, reírse por esta vil injusticia que no se merecía aunque en el fondo sabía que sí.
Intento sacar la carcajada de su garganta, pero solo pudo escupir sangre y su posición boca abajo no ayudaba para nada, sentía que se ahogaba. No sabía qué pasaba mientras él convulsionaba en el puto suelo, pero a juzgar por el frío silencio no era nada bueno para ellos.
Se suponía que solo iban a matar a la perra hija de Lucifer y destruir su hotel mierdero.
Se suponía que era un trabajo de entrar y salir.
Fácil como siempre.
Lamentablemente, el destino no lo quiso así y solo por una conveniencia argumental, porque Adán no veía otro modo de que hubiesen podido ganarles, los inmundos pecadores se habían sobrepuesto a su ataque y aparentemente vencido.
Quería farfullar como loco, gritar a toda voz pero su cuerpo no le respondía, no podía pensar correctamente.
Fue por eso que en vez de pensar en su situación actual, su mente viajo hacia el pasado, mucho tiempo atrás.
Antes de que todo lo que se conoce actualmente existiera.
Antes de la traición.
Antes del dolor.
Antes de las lágrimas.
Antes de saber que podía odiar.
Antes de que toda su vida se fuera al carajo.
Antes de que perdiera.
Cuando aún era feliz.
https://youtu.be/kl9tgRr8ckY
Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra
Genesis 1:26
Tu nombre es Adán, bienvenido al Edén— dijo Sera con una hermosa sonrisa extendiendo sus manos con felicidad.
¿Adán?— se dijo así mismo con confusión mirándose así mismo antes de regresar su mirada al ser que tenía al frente— Soy Adam— exclamo con más confianza y lentamente sonrió levantándose de un salto.
Soy Adán.
Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.
Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer. Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer. Y fue así.
Genesis 1:27—29
Esta es tu compañera y esposa, Lilith. Espero que se lleven muy bien.
Es hermosa— pensó Adán viendo a este singular ser, mientras que la mujer hacía lo mismo. La mujer rubia era una belleza para la vista y ambos pudieron sentir como eran iguales, hechos del polvo de la misma tierra.
Él ya no estaría solo, al fin tendría a alguien con quien hablar sobre las maravillas del Edén. Tenía a una persona especial a su lado.
Soy Lilith— dijo sonriente extendiendo una mano como señal de saludo.
Soy Adán— respondió con una sonrisa propia imitando el gesto.
Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase. Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.
Genesis 2: 15—17
¿Adán, que es eso?— pregunto la mujer en un tono confuso y curioso al hombre que le sonreía con felicidad.
Encontré esta flor y me recordó a ti.
¿Porque? ¿Porque te vas Lilith? ¿Porque me dejas?
No entendió lo que veía, no podía.
Su corazón se quebró en pedazos al ver como su amada se iba a los brazos de otro hombre, a los de Samael.
Samael... El que era su amigo, el que conoció primero en el Edén.
Aquel que le juro lealtad siempre, lo estaba traicionando, dándole la espalda y llevándose a Lilith con él.
O al menos así lo entendió, porque no quería creer que fuera, porque ella se cansó de él. ¿Cómo podría cansarse de las maravillas de su hogar? ¿Cómo podía cansarse de él?
Corrió, intento alcanzarlos, pero ellos ya habían desaparecido. Se quedó solo.
LILITH SE FUE PARA NUNCA VOLVER.
Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras este dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre.
Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; esta será llamada Varona, porque del varón fue tomada.
Genesis 2: 21—23
Adan, te presento a Eva. Tu nueva esposa— anuncio Michael haciéndose a un lado para dejar a ver a una mujer hermosa que veía el lugar con asombro.
Ella fue creada con una de tus costillas, así que es perfecta para ti porque fue hecha solo para ti— dijo Uriel con un tono cansado pero alegre.
El humano solo veía a la nueva mujer sin saber qué pensar, el solo pensamiento que tendría que olvidar a Lilith y vivir con alguien más le carcomía el corazón. Pero se dijo así mismo que no había nada que pudiera hacer, la rubia tomo su decisión y él tenía que tomar la suya.
Así que disipándose de dudas se acercó a su nueva pareja que lo miraba con cautela en sus ojos dorados, los mismos que los suyos.
Encantado de conocerte Eva, espero que nos llevemos muy bien— exclamo radiante de felicidad, algo que extraño a la mujer, pero que a los segundos pareció gustarle porque se rio un poco.
Lo mismo digo Adán, espero que nos llevemos muy bien.
Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.
Genesis 3: 2—5
Se les prohibió comer del fruto del bien y del mal, era una orden que no se debía romper. Pero Eva lo había hecho, había mordido de la manzana por culpa de Samael y Lilith... Lilith. Cuanto tiempo sin saber de ella.
No sabía qué hacer, su mente le decía que debía llamar a los ángeles antes de que fuera demasiado tarde, pero mirando los ojos encantadores y expectantes de su esposa, sintió que su voluntad flaqueaba.
Las dudas aparecieron y las preguntas que se hacía muchas veces regresaron con más fuerza.
¿Si como del fruto, entenderé por qué Lilith me dejo?
¿Seré un mejor esposo para Eva?
¿Entenderé por qué los ángeles nos ocultan cosas?
¿Entenderé el plan de Dios?
Sin embargo, ninguna de esas preguntas valía la pena, a excepción de una.
¿Si no la como, perderé a Eva?
No quería volver a quedar solo, no podía permitir algo así.
Quería ser como Michael y Uriel, libres y poderosos.
Quería ser como Samael era antes, alguien feliz.
Así que aun con duda y pensando en las palabras de su esposa, que le sostenía la mano dándole ánimos mordió del fruto.
Una bendición como una maldición.
Y lo sacó Jehová del huerto de Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado. Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida.
Genesis 3: 22—24
Felicidad y alegria.
Tristeza y dolor.
Buenas y malas cosas.
Fue esposo
Fue padre
Fue Abuelo
Fue amigo
Fue maestro
Fue guerrero
Fue arquitecto
Fue el primer cazador
Fue cantante
Fue líder
Fue muchas cosas que si las contara le daría para todo un día, hasta más.
Su vida fue muy, muy larga y a decir verdad tuvo cosas buenas como malas.
Se cayó y se volvió a levantar.
Perdió y gano.
Empeoro y mejoro.
Conoció a personas y perdió a otras.
Guardo rencor y aprendió a ser libre.
Aprendió a tocar su guitarra.
El primer hombre vio toda su vida pasar ante sus ojos. Recuerdos interminables se reprodujeron en su cabeza, mientras que para el mundo real solo pasaron unos miseros segundos.
¿Padre, porque me has abandonado?— pregunto con débil voz, su alma llena de dolor suplicando una respuesta que tristemente nunca llego. Dios había desaparecido desde hace mucho y tal parecía que nunca volvería.
Sabía que no había sido el mejor en los últimos tiempos, comportándose como un patán la mayor parte del tiempo y maldiciendo a diestra y a siniestra. Alguien así no se merecía el cielo, sabía que había fallado estrepitosamente con el plan que Dios tenía para él desde su creación.
Bueno, no sería el único al que decepciono.
Señor, señor— escucho una voz clamar con desesperación.
Sintió como le daban vuelta y tuvo que parpadear varias veces para ver mejor. Su sorpresa fue grande al observar a su teniente y mano derecha Lute arriba suyo gritando con lágrimas en sus ojos. Nunca pensó verla así alguna vez, la Lute que conocía siempre procuraba ser fría y eficiente en las misiones, era leal y nunca mostraba debilidad por nada.
Pero ahora.
¡ADAAAAAAAÁN!
Ella estaba llorando, pidiéndole que reaccione mientras intentaba evitar que la sangre siguiera saliendo de su cuerpo. Solo tenía un brazo, algo en Adán se rompió al notarlo, pero estaba feliz que al menos siguiera viva, Lute no debía morir a diferencia suya que ya sabia que no le quedaba mucho tiempo.
Me alegro de que estés bien Lute... Creo que no saldré de esta— comento con débil voz, algo que rompió el corazón de la exorcista al verlo en ese estado.
Resista señor, lo llevaré de inmediato a que lo revisen. No se atreva a cerrar los ojos, solo resista un poco más— hablo entre respiros entrecortados, intentando ser fuerte, intentando no parecer tan patética, pero no podía— No puede irse, no puede dejarlos solos.
Adán sabía a quienes se refería.
Sus hijos.
Ellos sabían de los exterminios y muchos de ellos no estuvieron de acuerdo con ellos, incluso lo miraron con decepción al ser él quien los comandaba. Pero sabía que no podrían odiarlo, por más inconformes que estuvieran no querían que se arriesgara tanto algo como esto. Y al final tuvieron razón, no quería pensar en como reaccionarían sí.
Mis ojos se sienten pesados, Lute. No puedo resistir más— le valía un carajo desperdiciar saliva, que más daba si de esta no salía.
Solo habían 2 muertes. La mortal y está. Si volvía a morir, lo más seguro es que ya no volvería y se iría a la nada, un vacío existencialista donde vive la absoluta nada. Dejaría de ser algo y no sería más que nada.
Ni siquiera lo piense, señor, quédese conmigo. Quédese conmigo, lo sacaré de aquí, solo no se rinda— clamo Lute asustándose a cada segundo sintiendo como las cosas se volvían cada vez peor.
Nunca imagino que una mierda así pasara, como fue posible que este desastre ocurriera.
Y ambos lo sintieron. Sintieron como la vida del otro se marchaba.
No, No, Noo— farfullo haciendo presión en la herida del ángel con su único brazo, pero fue inútil.
Gracias por todo tetas pequeñas, gracias por nunca dejarme solo— le dijo en un susurro que solo ella pudo escuchar, algo que junto con la última sonrisa que le dedico provoco que un dolor como nunca antes apoderara todo su ser al ver una sonrisa sincera en su jefe, no como las que siempre le daba y que también eran verdaderas. Esta venía de todo corazón.
La mujer que permaneció con él hasta el final, que no se dejó engañar por Lucifer y que lo siguió incondicionalmente.
Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu— pensó el padre de la humanidad pare cerrar los ojos.
Y en el último momento creyó escuchar voces.
Adán— dijo Lilith con una media sonrisa
Adán— dijo Eva sonriendo de oreja a oreja.
Adán— dijo una sombra llena de ojos.
Padre— dijo Caín con un conejo en sus manos, listo para cocinar.
Papá— dijeron Aclima y Abel saltando de un lado a otro.
Adán— dijo Emily abrazándolo.
Adán— dijeron Michael y Uriel riéndose.
Adán— dijo Lucifer con ojos rojos.
Adán— dijo Azrael tomándole la mano.
Señor— dijeron sus chicas exorcistas al unísono.
Adán— dijeron Sera y los arcángeles con fastidio pero divertidos.
Hijo— dijo Dios con su típico sombrero en mano.
ADAAAAÁN- grito Lute con lágrimas en los ojos.
El primer ser humano murió ese día.
O eso se creía...
Buenooo, ya ha pasado un tiempo desde que escribo xd. En esta ocasión vuelvo con un fic del don vergotas. Soy de los que piensa que Adán murió demasiado pronto y fue desperdiciado por su creadora, que dicho sea de paso, no sabe escribir.
Con esto no quiero decir que me considere mejor que ella ni mucho menos, pero es innegable que ha cometido varios errores y creado incoherencias en su historia, que dudo mucho que resuelva si Helluva Boss es un ejemplo.
Desde el mes pasado empecé a leer fics del personaje y debo decir que me dejaron alucinando, es irreal como los fans han sabido tratar al personaje con el respeto que se merecía mientras que su creadora lo dejo solo como el tipo malo y ya.
De verdad que ya estaba hasta aquí por el odio que le tenían sin lógica alguna. O sea, está bien que no te guste porque cada quien tiene sus gustos, pero de eso a literal tratarlo como un saco de boxeo es algo muy diferente.
Y sí, les hablo a ustedes fans de Lucifer y del infierno.
No estoy seguro de que tan bien me salió, pero solo espero que al menos los entretenga un rato. Si todo sale bien tal vez la siga, pero depende del recibimiento que tenga y las ganas que me den jejeje.
En fin, sin más que decir disfruten de la lectura, acompáñenla con música de fondo y nos vemos hasta la próxima. Adiós.
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