El juicio se acerca
Los pesados pasos de sus botas caminando por el asfalto producían leves ondas de aire debido a la fuerza con la que se hacían. El bullicio alrededor era violento, molesto en muchos aspectos. Sus sentidos mejorados eran una locura en esos instantes dada su condición actual, cada movimiento, cada voz, cada mínima cosa que ocurriera en una fracción de milisegundo era capaz de sentirlo con todo lujo de detalle. Y eso fue algo que lo enfado a niveles peligrosos.
Maldito sea todo esto.
En aquel lugar los habitantes reían incontrolablemente con toneladas de dinero en sus manos y en su puesto, cada local existente estaba abierto para ofrecer sus servicios, pero no de la manera convencional. Para nada, cada vendedor y cada comprador gastaban y gastaban efectivo hasta el morir, literalmente. Las caras burlescas de todos ellos eran cuanto menos horripilantes, obsesionados por el dinero.
Si se caía al suelo ellos inmediatamente se tiraban al mismo para alcanzarlo y llevárselo consigo, no había nada como la dignidad o el respeto. El dinero no era de nadie realmente, se lo quedaba quien lo encontraba primero y era capaz de defenderlo con uñas y dientes. Todo era una especie de ritual sagrado donde los ricos se volvían más ricos y los pobres se volvían menos pobres porque ahí el dinero abundaba por montones. La fiesta nunca se acababa.
Bailes, canciones, peleas, licores, todo era permitido siempre y cuando hubiera dinero de por medio al ser lo que movía el mundo en ese sitio. Servían al dios del dinero. Eran unos malditos paganos, odiosos, detestables y embusteros. Todo se sentía tan enfermo, contaminado, antinatural.
Sus garras se apretaban contra su palma, su sangre exigiendo castigar esta falta de respeto inconcebible hacia los cielos y al único dios verdadero. Toda esta gente de mierda le recordaba tanto a Egipto, a los israelitas con ese cerro de oro. Debía hacer algo, no soportaba esa vista de ninguna manera, le estaba revolviendo el estómago.
Tal vez si los extirpaba como un grano... No, eso era demasiado lejos incluso para él... Pero se lo merecían, se lo habían ganado por existir. Seres que manchaban a la creación con sus espantosas presencias llenas de pecado, cada acción que realizaban era alimentada por su hambre de poder, por su lujuria descarada hacia lo intocable pero sensible a fin de cuentas. Ese placer tan banal hacia algo como una hoja material, un misero papel que valía demasiado.
Alguien debía darles un paro, debían detenerse de una buena vez. Pero decidió que ellos no valían la pena, solo eran marionetas controladas por el que verdaderamente orquestó esto, el malnacido bufón verde que se escondía en su enorme castillo disfrutando como el gordo infeliz que era.
La electricidad bailó en sus dedos, era hora del castigo divino y si había alguien indicado para eso ese era él. ¿El porqué? Porque podía y quería. Su mirada penetrante como ninguna otra se poso hacia el lugar indicado, haría una pequeña visita como en los viejos tiempos. Ese gordo de seguro estaría riéndose de su caída, pero tampoco era un cerdo sin cerebro, tarde o temprano se daría cuenta que las cosas no eran como él pensaba y para entonces ya habría hecho su movimiento estrella.
Lo dejaría disfrutar por un tiempo, el suficiente como para ser testigo del cambio de su expresión de la euforia a la curiosidad, luego al entendimiento y después al pánico. Todo en ese mismo orden. Y quien sabe, tal vez pueda conseguir a alguien más para su nuevo arsenal.
Mammon estaba muy feliz este día. Llámenlo como quieran, pero había algo extraño en el aire, algo en el ambiente que lo llenaba de una dicha enorme y adictiva.
Todo era perfecto.
Desde los súcubos que bailaban al compás de la fuerte música con movimientos sincronizados, llenos de una belleza etérea que buscaban despertar la lujuria en cualquier ser, hasta los guardias del castillo que cogían como si no hubiera un mañana en la misma sala en vez de hacer su trabajo correspondiente.
Estos comportamientos serían usualmente vistos en el anillo de Asmodeos, pero la lujuria también iba acompañado de otras cosas que había aquí en el anillo de la avaricia.
Lo maravilloso era que en Avaricia se valía todo, cualquier acto delictivo era permitido aquí sin ningún problema. Cualquier acto corrupto y lleno de maldad era autorizado aquí, no había ni uno solo que no hiciera de la suyas.
Político, apostadores, maltratadores, guapos, feos, había de todo tipo que gozaba con fervor frente a los ojos del pecado que sonreía de oreja a oreja.
Su larga lengua salía de su boca producto de la euforia que estaba sintiendo, sus dientes apretados entre sí debido a la sonrisa de come mierda que tenía y sus ojos brillaban con perversion y sadismo. Era un disfrute como nunca, incapaz de ser interrumpido por nadie ni por algo.
Además, había otra razón por la cual celebrar hoy.
La muerte del jodido Adán.
Mammon se relamió los labios ante tal noticia, casi como si hubiera probado lo más dulce existente. Su risa gutural se abrió paso entre la gran sala en donde sus cientos y cientos de invitados bailaban y jodían sin control. Bastardo mal parido que resulto ser, su caída fue una de las mejores cosas que había escuchado desde hace décadas.
Lucifer al fin hizo algo bien después de todo, deshacerse de Adán era algo muy grande.
Casi nadie lo sabía y de hecho fue algo de enojo para él que no se contara ni en la biblia ni en la cultura popular. Eso era que él estuvo presente cuando se creó al primer humano, cortesía de sus antes compañeros emplumados con el propósito de maravillarse ante la creación de una nueva vida. En aquel entonces, Mammon intentaba ser lo más servicial posible en el cielo, acatando las órdenes aunque no le gustaran y ofreciéndose a colaborar diariamente con los ángeles. Claro está, que solo lo hacía para recibir algo a cambio después, ya que a su punto de vista, si se era bueno en algo no debe hacerse gratis.
Todo valía algo o tenía una recompensa después.
Así que ahí empezó todo. Hacia sus respectivas labores y pedía una retribución a cambio. Al principio fue solo curiosidad, luego fue gusto. Después fue obsesión y al final era algo que formaba parte de sí mismo, era tan natural para el cómo respirar.
Se dice que fue por Lucifer que los seres vivos comenzaron a pensar en el mal y a tener deseos egoístas. Pero no fue del todo así. El mal ya existía desde antes, solo que apartado del bien o lo divino, mientras el cielo era hogar para los seres de luz las tinieblas y la oscuridad lo eran para la maldad viva.
Él y sus otros compatriotas, cayeron de la gracia del todopoderoso por darle cabida al mal. Por empezar a actuar bajo sus propios deseos, dudar de la palabra bendita y querer más y más.
¿Qué había de malo en ello? Pues al parecer todo. Beelzebub por ejemplo no era tan egoísta como ellos, aún mantenía un poco de su personalidad alegre y amable que tenía en el cielo, pero ellos ya no eran los mismos que aquellos tiempos.
El bufón verde modificó su apariencia para verse como alguien divertido y trabajador, un hombre de negocios avaro que representaba su pecado a la perfección. La avaricia de tener más y más.
Su hambre o necesidad de obtener más riquezas no se llenaba con nada, desde que cayó hasta el momento actual nunca había sido saciada.
Y en esos instantes su hambre exigía obtener el cadáver del primer humano para convertirlo en algo que le generara dinero a montones.
Quizás ponerlo en un museo en exhibición funcionaria, la gente de seguro amaría la idea de burlarse del cuerpo del ex jefe exterminador y arrojarle cosas, o incluso los más enfermos podían hacer cosas muy cuestionables con eso, algo que ya no era asunto suyo siempre y cuando le dieran plata.
Sigan gozando mis invitados, la fiesta no se termina hasta que yo lo diga jajajajaja— reía el pecado extendiendo sus brazos en lo alto avivando la llama de la impureza en su pueblo corrupto.
El licor voló por los aires, la comida se acabó en un instante, el suelo se ensució de toda cosa.
Oh si, una fiesta sin fin.
Hasta que dejo de serlo.
El vidrio de la ventana más cercana se rompió en pedazos, seguido del apagón de uno de los cuantos focos del sitio que se aseguraba de iluminar la sala.
La música se volvió más grave, cambiándose a cada segundo con una nueva cada vez. Los invitados salieron volando hacia las paredes para estrellarse fuertemente con un ruido sordo. El dinero, la fuente del lugar cayó al suelo para que cualquiera lo agarrara y así fue, todos ellos corrieron desesperados.
El pecado de la avaricia abrió los ojos sorprendido por el giro de los acontecimientos, sus grandes ojos saltones y verdes fijando su mirada hacia una dirección en particular. Su cerebro no pudo juntar las piezas porque en ese milisegundo sintió como una lanza le atravesaba el estomago con fiereza, acción que provoco que la sangre saliera de su boca en un grito ahogado de sufrimiento e impacto.
Las bellas súcubos que anteriormente bailaban sin vergüenza chillaron en pánico, queriendo correr inmediatamente, pero para su desgracia sus hermosos cuerpos fueron atravesados por múltiples rayos de todas direcciones hasta convertirlas en coladeros literales.
La abundante comida se incendió como de arte de magia, los rostros de los demonios eran de horror al tiempo en que no solo las llamas y el humo se expandían, sino también el terror absoluto.
Q qué mierda— exclamo uno de los demonios lleno de miedo, su cuerpo se movió por sí solo para esquivar cualquier cosa, pero ese algo era totalmente invisible ante el ojo normal.
Sálvense quien pueda— rugió otro dispuesto a sacar su arma, no obstante su destino fue cruel, ya que su cabeza fue cortada en un tajo limpio y eficaz.
Un enorme corte apareció en la superficie de la pared de la sala, donde le siguieron más y más hasta que la mayoría de los ahí presentes se convirtieron en montañas de carne sangrante.
Mammon observo con impacto total, sus grandes manos agarrando el arma incrustada en su estómago y retirándolo con fuerza. La irá nublando su ser al darse cuenta de que fue herido por un arma angelical, de las pocas cosas que realmente podían hacerle algo.
Su fiesta perfecta fue arruinada.
Sus invitados estaban muriendo.
Su palacio estaba siendo destruido.
ESTABA PERDIENDO DINERO.
INACEPTABLE.
Sus dientes se apretaron con fuerza por la furia, la electricidad rodeo su cuerpo. Su voz se elevó como un sonido atronador lleno de brutalidad.
El pecado estaba dispuesto a pelear en ese instante y aunque su apariencia gorda podía hacer pensar lo contrario, el que esta vez reaccionara lo suficientemente rápido como para atrapar una bola de luz que iba directo hacia su cara era prueba que no por eso era débil.
Mammon destruyo la bola con sus manos gigantes y rugiendo como un animal desato una masiva corriente eléctrica a todas direcciones, importándole una mierda que vaporizara o destruyera a los pobres invitados.
El interior de la sala se iluminó de un color verdoso aterrador, los cimientos que sostenían el sitio se desmoronaron encima de todos ellos. Todo ante la vista del payaso que reía como un desquiciado.
Su vil atacante voló a toda velocidad hacia él y le propino un golpe en la barbilla que lo levanto del suelo e hizo que perdiera el control de sus rayos. Sin embargo, solo fue cuestión de segundos para que se recuperara y de su boca saliera una corriente eléctrica de gran escala.
El tipo lo resistió con sus manos desnudas, redirigiendo el poder hacia otro parte con pura fuerza bruta. Luego de esos hizo aparecer una enorme hacha que agarro con sus 2 manos y la rodeo de energía, pero había algo mal en eso. Esa energía se sentía angelical, pero corrupta.
Parecía un sacrilegio, una ofensa de lo más grande manchar el poder celestial de esa forma.
Le encanto.
Mammon se lanzó como un toro a máxima potencia embistiendo al hombre y llevándolos hacia el sucio exterior que era todo un caos por su culpa.
En un breve momento de lucidez, observo bien la figura del infeliz que lo lastimo. Era alto, más alto que cualquier demonio que hubiera visto. Era musculoso, poderoso a simple vista. Algo en sus sentidos le daba mala espina, algo andaba muy mal.
Fue entonces que lo noto... Este tipo no era un ser como tal.
La cabeza del ser se abrió de repente y de ella salieron tentáculos que se movían con demencia, un olor putrefacto llego a su nariz asqueándolo de sobremanera.
Oh no
Un golpe demoledor se estrelló en su rostro con tal fuerza que su cráneo se hundió y las vísceras salieron volando por doquier. El grito de angustia nunca se escuchó porque sus cuerdas vocales fueron destruidas por una garras tan filosas como el cuchillo más fino. El cuerpo de Mammon cayó con una fuerza demoledora al suelo que destruyo por completo, el desastre causado era abismal y aquel elegante castillo quedo reducido a escombros.
Dolor se apoderaba de todo su ser, la mente del payaso del dinero no podía procesar nada más por el sufrimiento al que fue sometido. Se preguntó con desesperación porque le ocurría eso a él, no había hecho nada malo hoy y tampoco creía que se mereciera esta humillación. No, esto que no tenía nombre.
Parece que hasta tú puedes reflexionar payaso de mierda, qué novedad— la voz demoniaca hablo atrayendo su atención hacia ella, divisando perfectamente a su atacante a pesar de su lamentable estado. Su cuerpo era fornido y de un color rojo oscuro, sus brazos y piernas parecían tener yagas o alguna clase de infección horrible que te causaba náuseas el solo verla. Las venas palpitaban con violencia sobre su piel como el ritmo del corazón, era algo insano y antinatural incluso para un demonio.
Q quien eres tú— pregunto con dificultad, aunque no pareciera las palabras le costaron un esfuerzo demencial salir de sus labios destruidos o lo que fueron sus labios.
¿No me conoces Mammon? Han pasado unas cuantas décadas, o tal vez fueron milenios. No lo recuerdo con exactitud— el demonio exclamo con cero lástima ante su oponente y aburrimiento. Aunque, nada en su voz ni en su apariencia lo hacía parecer medianamente normal incluso para los estándares del infierno.
No, este individuo era horripilante, algo que superaba las representaciones que hacían los humanos en la tierra sobre como se veían los demonios. Este ser era horrendo en falta de mejores palabras, cada célula de su cuerpo le decía que corriera y que nunca volteara, pero en su estado actual le era imposible. El demonio frente suyo tenía unos dientes mal formados en las todas las posiciones incorrectas, era tal vez la mayor prueba viviente de la fealdad total e incluso eso se quedaba corto para describirlo realmente.
El pecado de la avaricia no pudo hacer nada más que maldecir a los 4 vientos en todos los jodidos idiomas que habían y los que él mismo había creado para estafas, su dolor anterior se vio eclipsado por el temor y la cólera al mismo tiempo, sentimientos contradictorios que destrozaban su cerebro a mil por hora intentando mantener su espíritu en orden.
¿Donde coño están esos jodidos pendejos cuando los necesitas?— se cuestionó mentalmente a duras penas y por absoluta y pura fuerza de voluntad logro levantarse solo un poco para dejar esa posición ridícula.
Necesito algo de ti Mammon— volvió a hablar el ser exaltándolo y enojándolo aún más por tal osadía, pero el individuo prosiguió como si nada— tienes algo que nos es de mucho interés, lo queremos.
QUIEN TE CREES QUE ERES BASTARDO, COMO OSAS DARME ÓRDENES MALDITO DESGRACIADO— la furia lo domino de nueva cuenta, pero esta vez no hizo ni un solo movimiento hostil en su contra. Era tal vez el mejor improvisador de todo el infierno, por lo que sabía perfectamente lo que tenía que hacer en esos momentos si quería sobrevivir, pero la ira que sentía amenazaba con nublar su buen juicio.
Ya oíste lo que dije Mammon, no me repetiré— vocifero el sujeto con seriedad mortal, nada de juegos.
Negocios son negocios después de todo, pero para el pecado era una humillación de la más alta clase. Una que no se comparaba con ninguna otra, tal vez solo por la de la perra de Johpiel.
Que quieres— pronuncio la obvia pregunta con una tos dolorosa, su lengua sintiéndose ácida al haber tenido que rebajarse y acceder ante eso.
Tú robaste algo que se encontraba en el territorio de Leviatán, lo queremos para nosotros ahora. Hablo del escudo de Leonidas— ante aquella revelación los ojos de Mammon se abrieron de par en par, pero no por lo que se le pedía. Las dudas inundaron su sentido común, preguntándose porque carajos era eso tan importante.
Es un simple trozo de mental antiguo, no tiene el valor que tú quieres. Solo lo robé para usarlo como mercancía, nada más amigo— logrando pararse aunque con dificultad, revelo la verdadera intención de aquel suceso que cabe aclarar no fue nada gratis.
Sin embargo, ese demonio se mantuvo imperturbable en todo momento, como si sus palabras le hubiesen entrado por un oído y salido por el otro.
No me importa, solo entregámelo y te dejaré en paz. De hecho, te restauraré a tu estado inicial si cooperas
Tuvo que hacer un esfuerzo sobrenatural para no gritarle mil y un obscenidades en cuestión de segundos, un récord del que estaba orgulloso. Todo eso fue por un simple pedazo de metal y por si fuera poco el tipo hablaba de sanarlo como si nada, cuando fue él quien lo dejo tan grave en primer lugar.
Su regeneración estaba tardando mucho más de lo común y tampoco era tan efectiva, dado que el arma del otro sujeto poseía energía angelical. Sus músculos se sentían como plomo, sus articulaciones eran un desastre, su cabeza daba vueltas en todas partes.
Y lo peor de todo.
SU PRECIADO DINERO SE HABÍA PERDIDO.
Y aun así, Mammon encontró algo de sensatez como para tranquilizarse un poco, lo suficiente como para no perder el tiempo y aprovechar esta oportunidad de vivir por más humillante que fuera.
Con un chasquido de dedos apareció una gran vitrina en una nube verde, acompañado con el sonido de trompetas que eran parte de su espectáculo y unas luces de alta calidad para que se viera mejor. Claro está que todo eso fue para nada y ahora era tan fuera de lugar que era vergonzoso.
Sin decir nada, el vidrio se rompió en pedazos y el escudo que había dentro fue atraído hacia la mano del ser feo que lo tomo con firmeza, viéndolo con sumo detalle antes de asentir con su cabeza en señal de satisfacción.
Levanto su otra mano hacia el pecado capital que se estremeció sin quererlo, pero para su alivio su cuerpo maltrecho y destrozado comenzó a sanar en cuestión de unos pocos segundos.
Si fueras menos bocazas y más listo esto se pudo haber evitado, pero tuve que hacer todo este espectáculo para lograr mi objetivo— dijo el ser bajando su mano para dejar ver el estado restaurado del payaso.
Ahora me dirás quien demonios eres maldito— chasqueando la lengua lanzo esa interrogante moviendo sus brazos con un poco de entumecimiento en ellos y sin apartar su vista del tipo que le causo tantos problemas esta noche.
Me viste una vez en el pasado muy lejano, pero de seguro tu mente ya no puede trasladarse tanto tiempo atrás— se burló enseñando sus asquerosos dientes para luego darse la vuelta, dispuesto a marcharse— Por cierto, si te reúnes con tus otros amigos pecados... Diles que los pasajes bíblicos están por cumplirse— y seguido a ello desapareció en un círculo rojizo como la sangre, pero algo que alarmo de sobremanera a Mammon fue el maldito símbolo que tenía.
Y entonces la realidad lo golpeo como una tonelada de ladrillos extrapesados. Se sintió estúpido. Ese demonio no era cualquiera y mucho menos era uno normal, ni siquiera era de este tiempo.
Ese no era otro que Gusion, el gran duque del infierno en la demonología y que conoce todo lo referente al pasado, presente y futuro. Como poder responder todas las preguntas que se le hagan.
Sudo a cántaros no comprendiendo el cómo ni el porqué.
No
Si sabía el cómo y el porqué, todo tenía sentido.
Así como el alma de Enoc fue llevada hasta el cielo sin morir para evitar su presencia en el diluvio universal.
Así como Dios oculto el cuerpo del profeta Moisés para que los seres de oscuridad no pudieran encontrarlo.
Así como Elías observo la verdadera forma de los ángeles y la describió en las sagradas escrituras con devoción pero también con miedo.
Así como Jesucristo murió y resucito al tercer día.
Ninguno que fuera cercano a dios se quedaría en tribulación.
Oh mierda...
Fin de cap.
Ya sé que me tarde un montón pero oigan, soy humano xd
Si se fijan, lo poco que conté sobre el origen de Mammon fue escrito antes del último cap de Helluva Boss. Y si bien por el momento aún no han explicado el origen de los pecados (algo lógico por cierto) y dado que la proclamación Satanás es mentira según la creadora de la serie deja a la imaginación si fueron ángeles alguna vez o nacieron en el infierno una vez se formó y Lucifer junto con Lilith crearon una sociedad. El mal como tal ya existía desde antes y se ve en el cap 1 de Hazbin Hotel cuando explican la creación, lo que hizo Lucifer al darle la manzana a Eva según entiendo yo fue liberar ese mal en el mundo o darle una vía para acceder a la creación y he ahí el pecado original.
Sea como sea no creo que afecte en absoluto el rumbo de la historia y aunque les den un pasado distinto, en est las cosas ya establecidas se mantendrán iguales.
Aunque claro que agradecería sugerencias y datos que pueden servir o cosas que pude haber olvidado. Tienen libertad de hacerlo si quieren.
Espero que les haya gustado el capítulo, comenten que parte les gusto más y teoricen que siempre es divertido eso jaja.
Sin más que decir, me despido y nos vemos hasta la próxima.
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