Lunes, 22 de julio del 2019

Mi tía y mi abuela se fueron ayer a su casa. Después del despliegue de entusiasmo de la familia de Rafael, mi familia se vio tan influenciada que comenzaron también a hacer planes, por lo que tuvieron que quedarse una noche a dormir en casa de los padres de Rafael, ya que un día no era suficiente para tanta alegría. Ni siquiera se fueron a nuestra casa del pueblo.

Lo peor de todo fue mi tía. Pasó de un embarazo, no es una buena idea a querer ser la tía favorita de la niña. Incluso quiere que se llame como ella, María del Carmen, porque se parecerá a ella, indudablemente. Ya ella se encargará de eso, me aseguró, aunque yo me lo tomé como una amenaza.

Todo parece una pesadilla, donde no soy dueña de mi destino y, para más inri, mi hermano y ella estuvieron todo el día de ayer planificándole la vida a mi hija, que aún no ha nacido.

Nosotros queríamos irnos también ayer, pero Jacobo se empeñó en quedarnos unos días más y Tomás y Santiago se quedaron con nosotros.

A mí me cuesta levantarme todos los días de la cama, pero Jacobo siempre viene a despertarme, aunque no muy temprano porque los padres de Rafael no se lo permiten, ya que no quieren que nos vayamos y me hacen el gusto en todo y el abuelo me mima casi como lo hacía antes su nieto.

Yo no sé si prefiero estar en el pueblo o irme a nuestro piso. A pesar de estar siempre metiendo la pata, esta vez me he superado. Echo de menos a Rafael y, por primera vez en mi vida, solo yo soy la culpable de que no esté conmigo. Me paso todo el día con el corazón en un puño sabiendo lo mal que lo debe estar pasando y su familia no hace, sino celebrar que vamos a ser padres.

Seguro que piensa que he dejado de quererlo y, lo peor de todo, que me he entregado a otro hombre hasta el punto de quedarme embarazada de él. Si a eso le añadimos que ese hombre es Jimmy, al que no soportaba en clase cuando se sentaba a mi lado, entiendo que lo tiene que estar pasando realmente muy mal.

A veces se me pasa por la cabeza que quizás se ha enfadado tanto que se ha buscado a otra chica por despecho y se me hiela la sangre. No podría soportar que otra chica tocase a mi Rafi. ¿Cómo podrá él sobrellevar que yo haya intimado con otro chico? Definitivamente, esta ha sido la mayor metedura de pata de toda mi vida.