Parte XI
Los gritos de las personas no se hicieron esperar, todo el mundo rodeaba la escena empezando a llamar a los cuerpos de emergencia, al ver que el joven de ojos esmeraldas yacía en el suelo.
Luca y Guido corrieron queriendo ver el cuerpo de Alberto, sin embargo Guido al ver que el joven Paguro se acercó lo empujó, no quería que le hiciera daño a Alberto, mucho menos quería que lo tocara empezando a maldecir.
Gu:-¡Todo esto es tu culpa!
Gu:-¡Nada de esto hubiera pasado si no estuvieras aquí! ¡ASESINÓ! ¡TE ODIO!
Los ojos de Guido reflejaban tantas emociones amargas, iguales a las de sus lágrimas, un nudo en el estómago se formó y su garganta le ardía de tanto gritar, sentía odio, frustración, impotencia pero sobre todo... Miedo
Guido tenía miedo de perder a Alberto, no quería que el amor de su vida se fuera, mucho menos ahorita que estaban a nada de alcanzar su final feliz.
Todo el mundo murmuraba, viendo mal a Luca, empezando a señalarlo a la escena llego su madre junto a la familia Marcovaldo, viendo atónitos la escena.
Luca sintió una enorme punzada de culpa y odio acumulado, sus manos empezaron a temblar viéndolas manchadas de la sangre de su amado, sus lágrimas se escaparon de esos ojos chocolate, no quería ausmir su culpa y en su mente pensó
¿Qué acabas de hacer?
Al ver el cuerpo de Alberto tendido en el suelo, comprendió y acepto la realidad... había asesinado al amor de su vida, para Luca los pensamientos intrusivos resonaron más fuertes que nunca y comprendio qué la vida sin Alberto no era nada.
Día y noche esperando
Viendo el tiempo correr
Las heridas crecerán
Por una eternidad
Luca tomo la segunda daga qué estaba guardada en el bolsillo de su short, los presentes al verla se asustaron y Guido se alarmó, pensando que sería para él, aquel ataque... Pero en su defecto
Luca levanto la daga, la posicionó en su garganta y sin más, hizo lo imperdonable...
Gu:-¡Luca no!
Luca deslizó la daga rápidamente de su garganta, cortándose parte del cuello y la misma, a pesar del esfuerzo de Guido quien salió corriendo a impedir la acción, fue tarde pues Luca estaba en el suelo.
Su vista se nubló y perdió la consciencia, cayendo desangrando, ahora dos charcos carmesí rodeaban la plaza de Portorosso, ambos salían de los cuerpos inertes de los que antes eran los amigos del pueblo y se habían convertido en amantes.
Ambas sangres se fusionaron en una sola, mientas los zapatos de guido se pintaban de ese color, la madre de Luca horrorizada, pido ayuda, pero el tiempo se detuvo temiendo lo peor
Guido se quedo congelado, mientas veía en el suelo las dos manos de sus amigos, sintiendo no solo un escalofrío, si no unas náuseas y culpa, no fue hasta que Giulia se lo llevo bruscamente de esa escena, para permitir que Massimo llevara los cuerpos de los chicos a la pequeña ambulancia qué había llegado...
Aunque para Guido estas palabras nunca las escucho.
No quería que esto terminará de esta manera, perdiendo a sus amigos...
A su hermano menor y al amor de su vida.
Hoy por fin te abandonó
La rival que se alejó
Ya no puedo esperar
Regresa a mí otra vez
El sonido del gotero era lo que se escucha en aquel hospital, seguido de los latidos artíficiales qué marcaba aquella maquina.
Sintió un fuerte dolor de cabeza y poco a poco abrió sus ojos, solo para ver lo blanco de la sala, su destello lo cegó brevemente, quería levantarse pero algo se lo impido, el enrome dolor en su cadera, no entendía ¿Cómo pudo sobrevivir?
Al momento de querer hablar, encontró un dolor en su garganta demasiado fuerte y al querer tocarla para darle confort, se encontró con una gran cantidad de vendas qué le cubrían parte del cuello.
Luca, en un intento fallido de suicidio se encontraba internado en el hospital de Génova, estaba junto a sus padres escuchando atentamente las indicaciones del doctor.
El habría sobrevivido, pero perdió lo más importante...
(Su voz)
Le habían dicho que debido al corte, muy difícilmente volvería a hablar de nuevo, la señora Daniela lloraba desconsolada mientras apretaba la mano de su hijo Luca, aunque a este no le parecía importar mucho lo que pasara con él, viendo a la nada sólo una pregunta rondaba por su cabeza
¿Qué paso con Alberto?
Miro el anochecer
Soledad hay en mi ser
Debo terminar
una amistad eterna
Piensa bien
Cambia tu parecer
El castaño debía quedarse por unas semanas en el hospital guardando reposo, él mediante notas se estaba comunicando por el momento, pero no mentía le dolía la cabeza y el corazón.
Quería que alguien le dijera por el destino del chico de ojos verdes, en su cabeza solo pasaba el nombre de Alberto y cuando Luca le preguntaba a su madre, esta solo parecía molesta y no le respondía, arrugando las notas de papel, tirándola a la basura.
Luca se sentía devastado, apenas si tocaba su comida y no hacia un esfuerzo por querer recuperar su voz, pasando todos los días en el cuarto, su única distracción era escribir cartas de amor y arrepentimiento, no solo para Alberto, si no también para Guido, Ciccio y Giulia, para después hacerlas aviones de papel y lanzarlas hacia la ventana.
Odiaba esta sensación de sentirse miserable por su culpa, extrañaba a sus amigos y si era sincero, extrañaba su vida.
Luca recordó como siempre se la había pasado quejando de la enorme envidia y celos qué sentía por todos los demás, pero al estar al borde de la muerte, los últimos pensamientos que pasaron por su mente fueron los de su vida.
Los momentos más especiales y lindos que había vivido con cada uno de sus amigos y sobre todo recordó a Alberto, y sus momentos en los que se prometieron amor eterno, ya que al casi morir la última imagen que vio fue la de él...
Alberto Scorfano
Las lágrimas en sus ojos se deslizaron nuevamente no sabía cuanto tiempo había pasado en el hospital, lanzó el avión de papel, por la ventana para ver a los lejos en el patio comunitario del hospital... Aquella figura...
Un joven en silla de ruedas acompañando de una enferma, un misterioso muchacho moreno de cabello rizado, aunque solo lo vio por la espalda, Luca sabía que se trataba de él...
L:-(Ese es... Alberto)
Quería gritar su nombre pero de su boca no salía ningún sonido, por más esfuerzo que hiciera, sintió una desesperación, golpeando su ventana.
Luca salió corriendo de la habitación hacia el patio, corrió lo más que pudo, bajando la escalera empujando a alguien en especial.
-¿Luca?-
Encontrándose a su joven amiga pelirroja Giulia...
Giulia y Luca se encontraban sentados en la cama de la habitación del menor, Giulia lo abrazo, en cuanto lo vio, ella al igual que su familia no sabían del paradero del joven, creyendo lo peor.
-Perdóname por aquel día, no quería hacerles daño y me arrepiento mucho...-
Le pasaba una nota el menor a su amiga, mientras veía a la nada y sollozaba.
Giulia entendió que Luca habría perdido su voz, tomando aquella nota en sus manos sollozando igualmente.
G:-No tengo nada que perdonar, eres mi mejor amigo y pensé que te había perdido, tu y Alberto son las personas que más amo en esta vida, perdóname tú a mí por no saber como ayudarte en ese momento...
La pelirroja si bien al inicio pudo sentir una pizca de odio por Luca, la verdad es que no podía culparlo de sus acciones, le había hecho daño no solo a Alberto, si no a él también, la pelirroja no podía odiar a su mejor amigo quien estuvo con ella en todo momento, eran los relegados después de todo.
Cuando ya no supo nada de Luca pensó lo peor, pero no quería que nada le pasara y ahora que lo tenía de vuelta solo le quedaba el perdón.
Luca abrió sus ojos al escuchar el nombre de Scorfano, pasándole rápidamente una nota a la pelirroja.
-¿Cómo está Alberto? ¡¿Dónde está?!, no puedo más...necesito saberlo-
La pelirroja, sorprendida lo miro y le dijo...
G:-Alberto esta bien, su cuarto esta en el piso de abajo, esta internado en recuperación
A tu lado puedo estar
O sólo tu amigo seré
Verás mis lágrimas caer
¿Es que llegamos al final?
(...)
Luca y Giulia estaban bajando las escaleras hacia la habitación de Alberto, el se había encontrado en recuperación desde hace ya un tiempo lo habían internado en el hospital de Génova pues era más reconocido de Italia.
Pero para evitar más problemas, Massimo y Daniela, hicieron un pacto, llegando a un acuerdo, de que ninguna familia volvería a buscar a la otra, motivo por el cual Giulia no sabía nada de él, a su vez habían llegado a un acuerdo de que cada familia se mudarían de pueblo para ya no volver a verse...
Luca sentía tantos nervios, quería volver a ver a Alberto, para poder disculparse, le quería dar una carta, plasmando no solo sus disculpas si no sus sentimientos.
Pesé a todo Luca, no dejaba de sentir amor por su Alberto, no lo había dejado de amar, ahora que sabia que seguía vivo, miles de ideas locas pasaron por su mente, pensando que tal vez podría pedirle a Alberto, qué se fugaran del hospital, los dos juntos a donde nadie los conozca, inciando una nueva vida...
Encontrando su final feliz... Sin embargo al querer abrir las puertas, pudo distinguir una voz en particular...
-Muy bien Alberto, si sigues así podrás caminar en poco tiempo-
Le decía el doctor al joven de cabellos rizados y ojos esmeralda.
A:-Gracias Doctor pero no lo hubiera hecho solo.
La voz de Alberto resonó por la mente de Luca, sentís esperanza de saber que seguía vivo, pero al acercase a la ventada lo vio...
Gu:-Todo sea por que te recuperes mi amore...
Deja de llorar
Por favor escucha a mi corazón
Sabes que no es nuestro
último adiós
Vio a Guido posando su mano sobre la espalda de Alberto quien seguia en silla de ruedas, dándole una cálida sonrisa, misma que el moreno correspondió con mientas tomaban su mano...
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Continuará
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