Después de aquellos eventos, las cosas cambiaron entre el vecindario, Luca y Alberto ahora pasaban casi todo el día juntos a petición del menor.
Ahora el moreno no se atrevía a acercase a la casa de los Rossettis, sentía vergüenza y de cierta manera culpa al ver sus actos, al reflexionar de su actuar sentía como era el único culpable de todo ello.
Para el pelicastaño de rizos, él estaba viviendo la fantasía, esperando que Alberto le pidiera formalizar la relación, siendo el pequeño de Luca quien se autonombro como el novio del moreno.
Había perdido la amistad con Guido, mientras que con Giulia está era su consejera de amor, quien se mantenía más que contenta acerca de la noticia de que su hermano y su mejor amigo estuvieran saliendo.
Casi un mes pasó desde el acontecimiento y Alberto apenas si se dignaba a ver a Guido, siendo este quien más lo evitaba, no negaba que extrañaba su compañía e incluso su encuentro carnal, pues desde aquella vez decidido abstenerse de seguir manteniendo encuentros casuales con Luca, pese a que el menor se los suplicara.
Parecía el fin, todos estos años de compañía se habían ido a la basura y todo por no marcar un alto desde el inicio.
L:-Oye berto... Amore...
A:-¿Ugh?
L:-Te noto distraído...
Ambos adolescentes se encontraban en la habitación de Paguro, mientras el último mencionado se encontraba en el regazo del mayor mientras le daba una serie de mimos sin obtener respuesta.
Por su parte el moreno de ojos verdes se encontraba mirando fijamente por la ventana la casa de Guido, llamando la atención de Luca, ambos vieron como empezaba a ver movimiento dentro de la casa de su vecino y no sólo la de el...
La casa de Ciccio estaba siendo visitada por una pequeña camioneta, bajando de el un joven rubio de buen vestir y en forma, ambos jóvenes que veían la escena desde lejos quedaron anonados, su amigo de la infancia Ciccio había vuelto.
Rápidamente el rumor de que el hijo menor de los Lombardo había vuelto se esparció por todo el vecindario, era la época vacacional por lo que el buen Ciccio regresó a su natal Portorosso.
Siendo recibido en brazos por Guido quien se había sentido sólo desde su separación con Alberto.
Ciccio estaba al tanto de lo ocurrido, pues el pelicastaño le había mantenido informado de la situación a través de las cartas y llamadas pidiendo sus consejos de amor.
Gu:-¡Ciccio! Me alegra tanto que estés aquí.
C:-No tienes ni idea de lo feliz que estoy de regresar a ver a mis hermanos.
Guido bajo la mirada ante el comentario del rubio, ¿cómo explicarle que no sabía si la hermandad seguía viva?
Hasta que de la nada...
L:-¡Ciccio estas aquí!
A la casa del mencionado se acercó Luca caminado del brazo de Alberto, esta era la oportunidad de contarle a quien consideraba ya su único hermano la verdad de Alberto.
L:-¿Pensabas no saludaros acaso?
Fue en ese momento que Alberto y Guido se miraron nuevamente después de mucho tiempo y aunque no lo quiseran aceptar, ambos...
Sientieron algo dentro de ellos...
En honor al buen Ciccio todas las familias se reunieron a celebrar su regreso con una comida, los cinco amigos estaban disfrutando del trenette al pesto que Massimo preparo, todo esto mientras Giulia y Luca bombardeaban de preguntas a Ciccio acerca de la universidad.
Ciccio había cambiado físicamente y mentalmente siendo ahora uno de los chicos ejemplares en la escuela y el pueblo, sin embargo para uno de ellos esto parecía molestarle.
Ciccio se la había pasado contento, sin despegarse de Guido, estos parecían llevarse muy bien e incluso compartian abrazos espontáneos, algo que misteriosamente Alberto no se tomó tan bien.
Después de la cena todos debían regresar a casa, Luca le había propuesto a Alberto quedarse con él, pero este se negó quería refrescar su mente, lo que había experimentado se traban de celos, siendo esta la primera vez que los sentía.
Al momento de despedirse Luca le dio un corto beso en los labios a Alberto, quien después de ello se fue a su casa acompañado de Giulia.
Siendo esta escena observada por el buen Ciccio.
Alberto habría caminado rumbo a la playa para estar tocando la arena, hasta que sintió como una mano lo tomó por la espalda.
Era el rubio quien lo había seguido desde la cena, queriendo entablar una conversación con él...
C:-La noche es hermosa ¿no cress?
A:-Supongo...
A:-Asumí que estarías celebrando con los demás... No sé con Guido tal vez...
Los celos eran cada vez más incontrolables para el moreno ojiverde, pero el mayor no caería en provocaciones.
C:-Sabes... Guido me ha contado mucho sobre ti, la razón por la que resegrese en este periodo de tiempo no sólo fue para ver a mi familia, si no para ayudar a mis hermanos...
C:-Escucha Alberto... Tienes a dos grandes chicos que te aman y harían todo por ti, no es justo que juegues con ellos, eres un egoísta que no le importa nadie mas que si mismo, debes decidir y ser empatico sobre tu decisión, no puedes seguir lastimando a la gente...
A:-Y-yo no se que hacer...
C:-Piensa en quien te hace feliz siempre y te hace sentir seguro, piensa en quien hace que tu corazón se sienta acelerado, pero sobre todo valora a quien siempre está para ti, ya que si no puedes ver eso, es mejor que no estés con ninguno...
Aquellas palabras cayeron como un balde de agua fría al moreno, realmente había jugado con las personas, pero en cuento reflexionó de las palabras de Ciccio lo entendió todo...
A:-Y-yo... Debo irme, tengo que arreglar algo...
C:-Oye Alberto...
A:-Dime
Alberto detuvo su caminar en seco sólo para ver a Ciccio de forma seria...
C:-Luca y Guido son mis hermanos, a los cuales voy a proteger sin dudar... Pero tú... No te considero como tal, por lo que... Te advierto, si le rompes el corazón a alguno yo no tendré problema en romperte la cara...
Después de ello Alberto sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, a lo que sólo se limitó a asentir para correr en dirección del vecindario.
Solo puedo escuchar
Los consejos que vienen del mal
Alberto corrió desesperado en dirección de la panadería de los Rossetti, encontrándose a Guido aplilando las cosas para el negocio, sin embargo en cuanto vio a Alberto, no dudo un segundo en querer entrar a su hogar, pero fue detenido por el mismo Alberto.
A:-¡Guido espera!
Gu:-¡Que quieres!
Guido rápidamente fue sorprendido y abrazado a la fuerza por Alberto, quien en un intento desesperado lo encerró entre sus brazos, a lo que el menor solo forcejeaba por liberarse, algo que fue inútil pues Scorfano tenía más fuerza y no dejaría libre al camisa rayas
Gu:-¡Suletame!...
Decía mientras daba pequeños golpes en el pecho del mayor en señal de desesperación.
A:-No lo haré hasta que me escuches...
Gu:-Dejame o gritare...
A:-Lo lamento... ¡GUIDO PERDÓN!
Tras unos minutos el menor dejó de intentar separarse de ese abrazo, solo para llorar en el pecho del mayor...
Gu:-En verdad te odio Alberto...
Decía con la voz entre cortada y lágrimas en los ojos
A:-Lo sé...
Gu:-Eres abusivo, un tonto y la mayoría del tiempo odio como me haces sentir, porque no estás con Luca, pero tampoco quieres estar conmigo...
A:-Lo sé
Poco a poco el menor correspondía el abrazo de Alberto quien no lo sólto en ningún segundo.
Gu:-En realidad es malo para los dos y creo que no deberíamos estar juntos
Alberto tas un silencio, solo pudo pensar en el daño que le había ocasionado a Rossetti, siendo este quien más había salido lastimado de aquellas desiciones
A:-Lo sé...
Después de ello le dio un corto beso en la frente al buen Guido, quien en este punto estaba igual de confundido que Alberto.
Gu:-Alberto
A:-¿Si?
Gu:-Quiero que me digas que paso con Luca...
En la fría habitación hay un sentimiento de dolor
Tras una platica ahora ambos se encontraban en la sala de Rossetti, pues este insistió en hablar con Alberto en su casa mientras tomaban un poco de té.
A:-Quiero decir que lamento lo ocurrido y todo el dolor que pude ocasionar y entiendo si ya no quieres ni dirigirme la palabra
Dime solo la verdad en este mismo lugar
Acto seguido Rossetti no dijo ni una palabra, solo se levantó y abrazo al mayor en silencio
Gu:-Te perdono... Albi...
Pequeñas lágrimas salían de los ojos verdes de Alberto, para corresponder aquel abrazo con sinceridad
Gu:-Alberto... Porfavor no le digas a Luca...
A:-Tranquilo Guido no le dire nada aún...
Gu:-Alberto... No le digas nada a Luca...
Alberto no entendia que se refería el buen de Guido hatsa que...
Sintió como los labios rodados de Guido chocaban con los de él en un corto beso, siendo esta sensación tan única que ambos deseaban ya dese hace un tiempo.
Después de separarse de aquel beso, Guido miró de reojo al moreno...
El teléfono estaba siendo colgado, Guido acababa de hablar con el señor Massimo para pedirle permiso de que Alberto se quedara a descansar en la casa de los Rossettis, algo que sin problema el adulto accedió.
Scorfano se encontraba en la habitación del menor viendo curiosos sus libros, siendo uno que llamó su atención "Leyendas de mounstros marinos"
A:-(¿Mounstros marinos?)
("Qué tontería, cómo si eso existíera")
Pensó Alberto...
Acto seguido entró Guido a la habitacion, viendo a Alberto sobre su cama debía preguntar algo que ni lo había dejado de atormentar...
Te lo tengo que arrancar
Gu:-Escucha Albi... Sobre lo que pasó, solo quería decirte que en verdad no me arrepiento de ello ya que...
Te amo
Gu:-Y ahora que estoy más convencido que nunca, solo quería preguntarte si tu...
¿Quieres ser mi ragazzo?
Continuará
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Nota : ¿Qué tal les pareció?
Recuerden que esto es una adaptación de la novela de Acute de vocaloid, recomiendo que la vean.
Vamos ya a la mitad de la historia que emoción. ❣️
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