Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 4

Erick

Una lágrima se desliza por mi mejilla mientras veo aquella lápida.

Es injusto.

Han pasado varios días desde que hicieron su velorio, pero aquella sensación de pérdida no me ha dejado desde entonces.

Miro la fotografía de Joel con tristeza, en esta se encontraba sonriente.

¿Realmente estabas sonriendo de verdad allí?

Los periodistas no han parado la semana de tirar malos comentarios a cerca de todo esto, diciendo que se lo merecía.

Todos parecen llorar por Zabdiel cuando, horas antes a su muerte, no paraban de insultarle por todos lados, diciendo que era un cobarde por no darle la cara a la prensa.

¿Por qué? ¿por qué debía ser obligado a tal acción?

Joel por su parte, nadie llora por él.

Nadie más que yo.

Le he preguntado al guardia de este lugar si alguien ha venido a visitarle, y no.

Al parecer, soy la única persona que se preocupaba realmente por ti, Joel.

♣️♣️♣️

Siento mis piernas temblar cada vez más y más mediante pasa el tiempo.

Los doctores no me han permitido entrar, y solo sé que siento que en este preciso momento, mi alma está dejando mi cuerpo.

—Joel, por favor, no te mueras —Susurro mientras me muevo de un lugar a otro, sintiendo mi respiración acelerada.

Cuando noto que la puerta se abre, mi mirada es dirigida hacia el médico.

Sin embargo, al notar su mirada, se las palabras que van a salir de su boca.

Él está muerto.

Escucho un zumbido mientras todo mi alrededor comienza a dar vueltas, doy un paso hacia atrás sin poder creerlo.

No puede ocurrir.

Todos los planes que tenía a futuro con él, el sentimiento de que podríamos tener un final feliz dentro de toda esta mierda se me ha arrebatado por completo.

Lentamente, todo mi cuerpo parece perder fuerzas mientras escucho la voz del médico cada vez más lejana.

Y, antes de que pudiera decir alguna palabra, caigo completamente rendido allí.

Tal vez por el dolor de que una parte de mí se ha ido con él.

La oscuridad me atrapa por varios minutos, e incluso cuando hay una luz justo enfrente de mí, siento que sigo atrapado en la misma.

Abro los ojos notando todo borroso por un momento, hasta que mi vista parece adaptarse al entorno.

Estoy acostado en una camilla y no pasa mucho tiempo para que los recuerdos de lo sucedido anteriormente me golpeen.

—Erick —Escucho que me llaman.

Observo a mi lado, encontrándome a mi hermana.

La misma parece realmente preocupada por mí.

—Él... —Exclamo.

La chica asiente lentamente con la cabeza, y vuelvo la vista hacia el techo de aquella sala.

Quiero llorar, gritar y enfadarme, pero ninguno de esos sentimientos salen a la luz en este momento.

Tal vez porque estoy realmente muerto por dentro, o la sensación de desear que todo esto sea solo un mal sueño.

Quisiera que sea así; despertarme de la completa nada con el corazón acelerado, creyendo así que todo fue solamente una pesadilla.

—¿Papá sabe que estoy aquí? —Cuestiono, sintiendo mi barbilla temblar al hablar.

—No, yo... agarré el teléfono de casa antes que le llamaran —Expresa—. Pero si nos quedamos mucho tiempo aquí, no demorará tanto en que lo sepa.

»La entrada entera está llena de periodistas, realmente me costó entrar aquí a ver tu estado.

Mi corazón se encoje.

—¿Mi estado? ¿Por qué no preguntas el suyo? —Cuestiono, sintiendo mis ojos cristalizados.

Cualquier otra persona que conociera la situación desde la perspectiva de mis familiares, me diría que deje de llorar, que él fue un asesino que solamente se acercó a mí para quién sabe qué.

Pero ella... la chica simplemente se digna a mirarme de manera triste.

Me comienzo a levantar, logrando que se alarme.

Todo da vueltas, pero no me importa.

Realmente... no tengo fuerzas, mi mente se encuentra completamente cansada por hoy, pero... quiero verle.

Ya que, sabiendo que debo mantenerme de él, por una última vez quiero hacerlo.

—Erick —Dice mi hermana, nerviosa.

Me levanto de la camilla y comienzo a caminar, sin saber hacia donde realmente ir.

Escucho a mi hermana suspirar, y noto como se agarra de la cabeza, como si estuviera pensando si cumplir mi pedido o no.

Al final, parece simplemente entenderlo.

Me agarra del brazo, y me ayuda a caminar.

Aún me siento débil, y sé que si confirmo la muerte del rizado por mis propios ojos, me sentiré peor.

De todas maneras, me aferro a la poca llama de esperanza que nació en este momento.

Realmente, Joel, no puedes morir.

No debes morir así.

Caminamos hacia la morgue del lugar, y siento el frío recorrer mi cuerpo entero al estar allí.

Un doctor nos pregunta en cuestión de segundos qué hacemos allí, y no tardo en explicar, recalcando que conocía al chico.

O eso es lo que creo.

El hombre asiente con la cabeza y nos lleva a ambos hacia aquella camilla con un cuerpo encima, el mismo se encuentra completamente tapado con una sábana.

Mis piernas tiemblan, y noto como mi hermana aprieta su mano con la mía.

Ella me quiere dar fuerzas, pero no lo logra.

Joel era quien me daba fuerzas.

Me separo de ella y noto como queda unos cuantos pasos detrás de mí, miro al doctor quien asiente con la cabeza, permitiéndome mover la sábana.

Cuando mi mano temblorosa se va dirigiendo hasta esta, el único pensamiento que recorre mi mente es "Por favor, que no sea él"

Sin embargo, todas mis esperanzas caen nuevamente hacia el suelo cuando le muevo y dejo ver su rostro.

Mis ojos se llenan de lágrimas al instante, e intento decir algo pero las palabras son entrecortadas por mi propia respiración.

Miro al chico de cabello rizado con los ojos completamente cerrados.

Toco su piel notando que la misma se encuentra fría, y escucho suspiro salir de mi propia boca.

Por un momento, siento como si me saliera el alma del cuerpo.

La primera lágrima no tarda en caer, mientras niego con la cabeza.

—Joel, ¿qué hacés aquí? —Digo, mientras niego con la cabeza.

»¿Tienes frío? Deberíamos salir los dos de aquí para que no estés así, ¿bien?

Las palabras salen de mi boca como si esperase una respuesta, pero nada, absolutamente nada ocurre.

La segunda lágrima cae, mientras la desesperación se adueña de mi cuerpo.

Niego con la cabeza tocando levemente el brazo del chico.

El frío que irradia me deja estático.

—Por favor, levántate —Pido en forma de susurro, sintiendo mi voz temblar y mi corazón entero doler.

Le abrazo, dejando que las lágrimas salgan con fuerza.

—¡Levántate! —Pido entre lágrimas, con la respiración entrecortada a causa de las mismas.

Pero de su parte, no hay ninguna respuesta.

Joel se ha ido completamente, dejándome completamente solo.

Lloro por varios minutos allí, mi hermana me toca el hombro tratando de que me aleje del cuerpo, pero no lo logra.

Solamente sé que me estoy aferrando a los recuerdos.

Me aferro a su voz, su aroma, su forma de enfrentar las cosas y de tratarme.

Porque sí, para muchos podría considerarse un chico completamente desalmado, pero para mí, él era mucho más que eso.

Joel fue y siempre será aquella luz que apareció en el momento preciso, la persona que me ayudó cuando más lo necesité y todos me dieron la espalda.

Él... realmente fue mi primer amor, y la persona que más me ha dolido despedir.

Siento mi corazón doler mientras me acerco a su oreja y pronuncio aquellas palabras como forma de susurro.

—Te amo, lo siento.

♣️♣️♣️

Observo la fotografía, mientras suspiro apenado.

Estos días no he logrado dormir nada, mis ojeras se encuentran presentes pero el maquillaje logran taparlas en gran parte.

Mi familia entera se ha dado cuenta de mi reacción, y para mi buena suerte, nadie se ha dignado a juzgarme.

Mi padre es quien se encargó de que nadie me molestara.

Es bueno que me haya dado dicho apoyo.

—Joel Pimentel, ¿qué estarás haciendo allá arriba? —Pregunto, sonriendo con tristeza.

Porque sí, para mí él está allí, en el cielo, sonriéndole a las personas y haciendo aquellos chistes de mal gusto.

Joel no merece el infierno, hizo cosas malas, sí, pero me ayudó en todo momento.

Sin él, probablemente hubiera acabado mi vida en aquel momento.

Las lágrimas vuelven a aparecer, mientras toco aquella fotografía con la yema de mis dedos.

—Lo siento —Vuelvo a susurrar.

No estuve para él cuando en la cárcel, luego de una pelea con un recluso, le apuñalaron.

No estuve para él en sus últimos momentos.

—No debes lamentarte —Escucho aquella voz.

Abro los ojos a la par, y me doy media vuelta al instante.

Mi mirada recae en sus zapatos negros, y luego lentamente va subiendo.

Su tez blanca le delata al instante.

Mi corazón se encoge mientras me levanto al instante y le abrazo.

Christopher no tarda en corresponder, y vuelvo a romperme entre lágrimas.

—¿¡Dónde demonios estabas!? —Digo llorando.

El chico no dice absolutamente nada, simplemente se dispone a suspirar y continuar con el abrazo, dejando que me queje absolutamente todo lo que quiera.

—Ya estoy aquí, eso es lo importante —Avisa luego de unos cuantos minutos, en los que me quedé prendido a él, abrazándole.

Christopher es mi único amigo ahora, la única persona en la cual puedo confiar.

Me separo de él y le observo, no para de mirar la lápida de Joel.

El chico deja la flor blanca que tenía en su mano allí.

Le permito el paso, sabiendo que para él, fue la pérdida de un mejor amigo de la infancia.

Christopher se encuentra triste, lo sé aunque intente ocultar y permanecer fuerte ante mí.

El muchacho toca la imagen de la lápida y le regala una sonrisa triste, sus ojos se cristalizan, pero no llora.

Parece realmente cansado de todo.

Él... tampoco ha estado aquí en la muerte de Zabdiel.

Por más que quiera preguntarle de aquello último, las palabras no salen de mi boca.

A Christopher se le murió el amor de su vida y luego su mejor amigo, y él aún parece querer seguir luchando para mantenerse de pié.

Noto como intenta sonreír con firmeza para mí, tal y como ha hecho desde el primer momento que nos conocimos, en aquel baño del hotel.

Sin embargo, se rompe al instante.

El chico me abraza y correspondo, sabiendo que él también lo necesita.

—Lo siento —Vuelvo a decir.

El chico niega con la cabeza, alejándose de mí.

Me observa y noto sus ojos cristalizadas.

—Lo siento yo, no estuve para darte un hombro en aquel momento —Expresa.

Christopher sonríe con tristeza, y le regalo aquella misma sonrisa.

Ambos nos encontramos completamente rotos, pero nos tenemos el uno al otro.

Tal vez, después de mucha mierda, podremos tener un poco de paz.

♠️♠️♠️

(Siete años después)

Ha pasado mucho desde aquel momento, y cada vez que le pienso sé que solo es un mal recuerdo en mi vida.

Ya no recuerdo su voz, y eso me rompió por mucho tiempo.

Tampoco recuerdo con exactitud sus facciones, y las formas en las cuales reaccionaba.

Todo parece un recuerdo borroso para mí.

Entonces... ¿por qué me duele tanto cuando encuentro una similitud suya en otra persona?

Bebo alcohol de la barra del hotel, mientras arreglo la camisa que traigo puesta.

Ha pasado realmente mucho tiempo, ya no soy el mismo chico de 19 años que despidió a Joel en el pasado.

Ahora tengo 26, y aún estoy atrapado en el último año de Universidad.

La partida del rizado me tuvo realmente mucho tiempo en terapia, y mis ganas de estudiar habían disminuido por completo.

Sin embargo, gracias al apoyo de Christopher, quien se ha amigado mucho más conmigo, todo volvió a tomar camino para mí.

—¿A dónde tan alcoholizado? —Escucho su voz tocándome el hombro.

Río negando con la cabeza, para luego mirarle.

El chico de traje negro, tez blanca y cabello oscuro no tarda en sonreírme.

—Qué elegancia —Expreso.

Noto como ríe.

A Cristopher nunca le gustó estar vestido formal, pero ha venido así, al igual que todos, para estar presente de esta celebración.

—Feliz cumpleaños, Colón —Expresa, teniéndome una pequeña caja.

Río abriéndola, notando que se trata de un collar de la amistad.

—Pff... creí que ya estábamos grandes para estas cosas —Inquiero, notando como Chris me muestra la parte restante en su cuello.

—No seas aguafiestas —Sentencia.

Río negando, para luego sonreír mirando aquel collar.

—Es bonito —Expreso.

Noto como asiente con la cabeza y se coloca justo detrás de mi espalda.

Le tiendo el collar y el chico no tarda en ponérmelo.

Sé que nos ganamos varias miradas, pero realmente no nos preocupa mucho.

Las páginas y incluso el público en general no ha parado de hablar que tenemos algo, esto se debe a que tanto Christopher como yo no hemos sido visto con nadie más.

No somos pareja, ni siquiera está en nuestros planes.

Nos hemos vuelto mejores amigos, hermanos a decir verdad.

Él ha estado para mí a lo largo de estos siete años, y se lo agradezco.

Miro a todas las personas de traje y vestido entretenidas; varios familiares se encuentran aquí, al igual que personas del hotel que han sido invitadas.

Entre la multitud, noto a Johann hablar entretenido con Richard.

Estos me dedican una leve mirada, y respondo de igual manera.

Han habido muchos cambios en este tiempo; nuestra relación ha cambiado.

Cuando miro a sus padres, aprieto el vaso con fuerza, y noto como Christopher suspira.

—¿Siete años y aún dejarás que tus emociones aún te gobiernen? —Suelta.

Le observo, dándole la razón al instante.

No puedo dejar que ellos me vean así.

Noto como miran hacia aquí y Christopher no tarda en sonreirles, logrando que se dirigan hacia nosotros.

—Gran decisión —Digo entredientes.

El padre de Johann aparece justo delante nuestro, sonriente.

—Feliz cumpleaños, Erick.

—Gracias, señor —Me dispongo a responder.

Noto como sonríe, asintiendo con la cabeza.

Su hijo no tarda en encaminarse hacia nosotros también.

Tiende su mano hacia mí, y la acepto al instante.

Nuestras miradas chocan, pero ninguno de los dos expresa nada más que una simple sonrisa.

Cuanto más falsos seamos, Johann, más nos van a creer.

—Me alegra enormemente que ahora sean amigos, Erick —Expresa su padre.

¿Acaso se le olvidó toda la mierda del pasado?

Perfecto, porque si él quiere jugar a ser falso, podré adaptarme bien a ese juego.

—Oh, yo también —Sonrío, viéndole.

—Cualquier molestia de la fiesta, no dude en decirme —Expresa.

Niego al instante, quitándole importancia.

—Tranquilo, está aquí como invitado, no empleado —Aseguro, sonriente—. Para horario laboral se encuentra la empresa, ¿no lo cree?

Noto como mi comentario descarado parece chocarle al instante, pero luego ríe con falsedad para no ser tan obvio.

Le observo fijamente con una sonrisa de lado, y luego se despide de mí para "ir a buscar a su esposa"

Johann, por su parte, me observa entretenido antes de guiñarme el ojo y darse media vuelta, alejándose de allí.

—Que venga el cumpleañero —Oigo a mi padre decir con un micrófono, justo detrás de la gran mesa llena de postres.

Todos aplauden riendo, divertidos por la escena.

Christopher me permite el paso, y río al notar que se hace a un costado.

Camino hacia mi padre, sonriente, y le abrazo al instante.

Miro a mi hermana, quien me observa feliz del otro lado de la mesa, tomándome fotos.

Ella, completamente vestida de blanco, parece un Ángel.

Mamá me sonríe también, y noto como me regala un beso desde su lugar.

Todos toman fotografías desde sus celulares y cámaras.

Porque sí, tener una fotografía de este momento, logrará traerte miles de seguidores en cualquiera de tus redes sociales.

Mi padre se aleja de mí mientras comienzan a encender las velas de la torta.

Las luces se apagan, aunque no por completo, y todos comienzan a aplaudir mientras cantan "Feliz cumpleaños"

Sonrío mirando a todos, mientras también aplaudo sin saber qué hacer exactamente.

Cuando la canción termina y todos se digan a aplaudir solamente, me muevo hacia las velas.

Cierro los ojos y las soplo, sin saber realmente qué desear.

Las luces vuelven a esconderse, y me tienden aquella cuchilla para cortar un pedazo de torta, aunque... todos sabemos que es solamente para la fotografía, luego, los empleados del lugar se encargarán de cortar uno por uno.

El flash no tarda en aparecer, y es en ese preciso momento, cuando el ambiente del cumpleaños comienza a cambiar.

Las luces comienzan a apagarse y encenderse, y alzo el ceño mirando a mi padre.

Este parece igual de desconcertado que yo.

¿Qué demonios...?

Estando en la sala principal del hotel, nuestra vista no tarda en comenzar a ver las cosas llegar.

—¿Qué sucede? —Escucho a mi padre preguntarle a un empleado del lugar, quien no sabe explicar.

Los muebles comienzan a aparecer, moviéndose uno tras otro.

Mi padre intenta frenar aquello, aunque no puede simplemente ponerse delante de mala manera, ya que todos se encuentran con sus teléfonos grabando.

—¿Una mudanza? —Cuestiono, mirando con desconcierto todo.

Busco a Christopher con la mirada, aunque el mismo ya no se encuentra en el mismo lugar que antes.

Varios muebles continuan entrando, y todos miran desconcertados dicha escena.

Las personas de la fiesta se mueven permientiendo el paso, con miedo de ser golpeados por la cantidad de artefactos que van entrando.

—No puede haber una mudanza ahora —Escucho a papá hablar con un empleado, a lo cual mamá no tarda en hablar.

—¿Quién es el culpable de esto? —Expresa, hablando a cerca del desconcierto que hay en la cara de todos.

Es en ese entonces, que escucho aquellas pisadas como si hicieran eco en mi interior.

Escucho a alguien gritar, por lo cual alzo el ceño, sin poder ver del todo por la multitud delante de mí.

Las luces vuelven a apagarse y prenderse una vez más, mientras intento hacerme paso por todos.

Cuando muevo a la última persona en la fila delante de mí, mi corazón no tarda en frenarse por un momento.

Nuestras miradas chocan, y el silencio entero se hace presente en la sala.

Los muebles entrando le han dejado la entrada como una pasarela para él.

Su traje negro y cabello oscuro no tardan en llamar la atención de todos.

Y aquellos rizos... no tardan en hacer que mis ojos se cristalicen.

—¿Jo-el...?

Y él... simplemente se dispone a sonreír.

OMG

NUEVO CAP QUÉ

El final re shockeante ayuda

¿Del 1 al 10 qué les parece esta segunda parte?

Para mí, está más sorprendente que la primera

Nos leemos pronto <3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro