CAP 67: "Una marca fuera de lo común" 🔞
—¡Namjoon-ah! ¡Ahh!— varios gemidos entrecortados salían de los labios de Seokjin al sentir cómo el moreno lo embestía con rapidez y agilidad.
El menor de ambos se encontraba sentado sobre el regazo de su pareja, recibiendo gustoso las estocadas rápidas y placenteras que ésta le brindaba. La habitación estaba impregnada del olor a sexo y podía sentirse el incremento de temperatura en la misma.
Ambos habían retomado el control sobre sus cuerpos y tras darse cuenta de lo que estaba pasando, se sintieron tan emocionados que terminaron en una segunda ronda que ahora los tenía suspirando de pleno gusto.
Sus pieles chocaban con cada embestida, provocando un sonido obsceno que ponía demasiado a Namjoon. Éste sostenía con firmeza la cintura ajena, cuidando que Seokjin no saltara demasiado y pudiera dañar al bebé; pese a estar liderado por sus impulsos, seguía teniendo algo de consciencia.
—Jinnie— el moreno llamó la atención del susodicho sin dejar de embestirlo —Necesito que me escuches.
El castaño hizo caso omiso a sus palabras mientras seguía disfrutando de las sensaciones tan placenteras en su interior.
—Príncipe, por favor, mírame— aun así, Seokjin no lo miraba. Tuvo que detener las estocadas abruptamente, haciendo uso de toda su fuerza de voluntad para lograrlo y conseguir que el omega lo mirara; mal, pero a fin de cuentas, lo había mirado.
—¿Qué pasa?— el tono de voz que el omega había empleado, solo le decía a Namjoon que estaba molesto por haberse detenido.
—Lo siento, cariño, pero no me dejaste otra opción— se movió un poco, ocasionando que el menor se mordiera los labios —¿Vas a escucharme?
A Seokjin no le quedó más remedio que acceder.
—Bien. Mientras estabas en el hospital, el doctor me dijo que debíamos hacer la marca para recuperar a tu lobo ¿Cierto?— el contrario asintió, un poco dudoso por lo que su alfa tuviera para decirle —Bueno, algo que no te dije es que la marca que te realicé no es suficiente para que te recuperes del todo.
Los ojos del menor se abrieron con completa confusión y miedo —Pero ¿Por qué no? ¿Qué más hace falta?— su temor de perder a su bebé volvió a hacerse presente y afectó a Namjoon a través del lazo.
—Cariño, no pienses nada malo ¿Sí?— lo tomó por las mejillas —Lo que pasa es que... Necesitamos hacer otra marca— el menor lo miró confundido hasta que el alfa inclinó su cuello hacia él, en señal de sumisión. Evidentemente, aquel acto hizo que se extrañara en demasía y no lo entendiera en su momento; tuvo que procesarlo por casi medio minuto y cuando lo hubo comprendido, sus ojos se abrieron como platos.
—¿Hablas en serio, Kim Namjoon?— el susodicho dio un asentimiento, aparentemente sereno —Pero... ¿Es posible? Me refiero a que ¿Un omega puede marcar a su alfa?
—Ni yo lo sabía, si te soy sincero. Solamente sé que es importante que lo hagas para que recuperes todas tus fuerzas y estés preparado físicamente para el parto— Seokjin se quedó pensativo.
El moreno alfa se dispuso a acariciar sus piernas mientras esperaba una contestación por su parte. El castaño se veía confundido, pero no porque no hubiera entendido lo que debía hacer, sino más bien, porque hasta ese momento no se le hubiera pasado por la cabeza que marcar a su alfa fuera posible. Después de un rato procesándolo, terminó por esbozar una sonrisa.
—Está bien, lo haré.
El mayor abrió sus ojos en grande al ver cómo su contrario se acomodaba y tomaba su cabeza para hacerse espacio. A decir verdad, no pensaba que se lo tomaría tan bien de buenas a primeras.
—Príncipe, despacito ¿Sí?— rió nervioso al sentir la respiración de su omega en la curvatura de su cuello. Éste soltó un suspiro pesado mientras le susurraba al oído un delicado "Continúa con lo de hace rato".
Sin oponerse, el alfa volvió a alzar sus caderas para continuar embistiéndolo, marcando un ritmo un poco más lento que hace unos minutos. Su piel se erizó y su mandíbula se tensó al percibir unas pequeñas lamidas en su cuello, seguidas de unas placenteras succiones que lo tenían temblando por la anticipación.
—¡Más rápido!— imploró, aferrándose con sus uñas a la espalda del mayor. Éste hizo caso a sus peticiones y comenzó a moverse un poco más veloz, logrando que la cama golpeara varias veces la pared.
Seokjin se sentía en el mismo paraíso. Sus paredes anales eran expandidas tan bien que se hallaba lubricando en demasía. Después de un rato, sus pequeños colmillos salieron a la luz y ambos se anticiparon para lo que venía.
Tomó con una mano la cabeza de su alfa mientras que la otra se posaba en su hombro. Involuntariamente, sus caderas se movieron en círculos de forma violenta tras sentir su orgasmo en la punta de su miembro y cuando ya no pudo resistir más, sus colmillos se clavaron en la hermosa piel canela mientras su semen salía disparado a chorros hacia los vientres de ambos.
—¡Aagh, Seokjin!— el alfa soltó un sonoro gemido al tiempo que volvía a eyacular dentro de su omega. El nudo volvió a formarse y Namjoon sintió como si le hubieran arrebatado todas las fuerzas del cuerpo.
Su cuerpo cayó rendido sobre las sábanas mientras que Seokjin se sostuvo de su pecho para no caer sobre su propio vientre.
Su respiración y cuerpo temblaban, no solo por el orgasmo, sino también por las nuevas sensaciones que comenzaban a adueñarse de su cuerpo. De manera inexplicable, se sentía vivo, como si todas sus energías hubieran regresado y no quedara nada del Seokjin débil que fue los últimos meses.
La emoción lo abarcó por completo, tanto que quiso comentárselo a su alfa, pero se halló con la sorpresa de ver a éste desmayado y con una enorme herida en su cuello.
A pesar de su emoción, no pudo evitar sentir algo de culpa. Trató de agacharse para lamerle la herida, pero su vientre de cinco meses no se lo permitió. Al final, tuvo que esperar a que el nudo se desinflamara para poder tratar a su alfa.
Namjoon no sabía cuanto tiempo había pasado desde que perdió el conocimiento, pero de lo que sí era consciente era de que se hallaba solo en la cama y no había rastros de Seokjin por ninguna parte.
Su pecho se comprimió dolorosamente. Quiso levantarse para ir a buscarlo, pero su cabeza dio vueltas al tratar de sentarse y volvió a caer de espaldas contra el colchón. Solo entonces, el responsable de su preocupación hizo acto de presencia en la habitación.
—Joonie, no sabía que habías despertado ya— el omega, ahora bañado y vestido, entró con una bandeja de comida y una botella con liquido desconocido.
—¿Por qué te fuiste?— su voz tembló al realizar aquella interrogante —Creí que me habías abandonado.
El castaño lo miró preocupado, pero rápidamente le regaló una sonrisa enternecida para después sentarse a su lado en la cama.
—Perdiste el conocimiento después de marcarte, me preocupé y fui a prepararte algo de comer. También te compré un suero en la farmacia— le enseñó el contenido de la bandeja —Me tenías muy nervioso. Creí que te había matado.
El alfa, ahora comprendiendo, rió bajito ante dicha contestación —No me mataste, pero sí me siento muy débil— se sentó como pudo contra el espaldar —En cambio tú, te ves muy repuesto, Jinnie.
El susodicho no pudo evitar reír tras escucharlo. Le ofreció la botella con suero y esperó en silencio a que tomara un poco. De igual forma, le pasó la bandeja con comida que el alfa no dudó en devorar como si no hubiera comido en días.
—Creo que entiendo porqué estás así— el menor llamó su atención —Pienso que al marcarte, robé toda tu energía. Por eso estás tan débil y yo tan recuperado.
Namjoon se detuvo a pensarlo mientras masticaba, esa teoría tenía mucho sentido, pero no podía estar cien por ciento seguro hasta que no le preguntara al médico que le recomendó hacer la marca.
El omega se quedó viéndolo con una amplia sonrisa, segundos antes de tocar delicadamente la herida de su cuello —Se te ve muy bonita. Ahora todos los que te vean sabrán que ya tienes un omega y que estás apartado.
El moreno rió al tiempo que dejaba la bandeja vacía sobre una de las mesas de noche —Así que me resultaste posesivo ¿Eh, Jinnie?
El susodicho se sonrojó por la pena, pero aun así, respondió —Un poco. Después de ese asunto con Younha, no quiero que ningún omega desconocido o desconocida vuelva a acercarse a ti.
El alfa esbozó una amplia sonrisa antes de atraparlo entre sus brazos y arrojarlo de forma cuidadosa sobre la cama. Los ojos de Seokjin se abrieron en grande y apreciaron cómo Namjoon recorría su cuerpo sin dobles intenciones, depositando besos donde quiera que hubiera piel expuesta.
—Nada ni nadie podrá alejarme de nuevo de ti— tomó su mano y depositó un amoroso beso en su dorso —Te lo prometo, mi príncipe.
Las mejillas del aludido se encendieron y una brillante sonrisa salió a relucir. Confiaba en Namjoon y a través del lazo, podía estar seguro de que sus sentimientos y palabras eran sinceras.
En ese preciso instante, observó al contrario, ahora más recuperado, levantarse de la cama e ir hacia la cajita que había traído anteriormente junto al lubricante. Hasta ese momento, no había sentido curiosidad por su contenido.
—Amor, esta cajita la guardé hasta este día— sostuvo fuertemente el objeto alargado y de color negro entre sus manos —Quería dártela cuando estuviera seguro de que nunca más volveríamos a separarnos y ahora es el momento.
Seokjin se incorporó sobre la cama y se sentó contra el espaldar, poniendo unas cuantas almohadas para estar más cómodo.
—¿Y qué es, Nammie?— preguntó con curiosidad.
—Ábrela y lo sabrás— dicho esto, se la entregó.
El castaño sonrió un tanto nervioso mientras recibía el objeto. Sin darle muchas vueltas al asunto, retiró la tapa que cubría el contenido y sus ojos se inundaron de lágrimas ante el recuerdo.
Dentro de la caja y sobre el terciopelo, reposaba el collar de jade en forma de corazón que el moreno le había obsequiado el día de su cumpleaños.
Seokjin estaba anonadado. Con manos temblorosas, tomó el collar y lo miró detalladamente. Había olvidado por completo aquel regalo porque su mente siempre lo llevaba al recuerdo amargo de lo que sucedió después de recibirlo, pero ahora, estando tan bien con su alfa y después de haber sido marcado, no podía pensar en eso. Muchas emociones se adueñaron de él y salieron a flote en forma de lágrimas.
—Lo guardé para ti desde ese día. Tenía la esperanza de volver a estar a tu lado y me alegra no haberme equivocado. Ese collar solamente puedes portarlo tú, mi omega, mi predestinado, el futuro padre de mi hijo y el amor de mi vida.
El castaño se hallaba llorando mientras sonreía de pura alegría; incluso trataba de limpiar sus lágrimas para no lucir tan patético, pero era precisamente ese gesto el que hacía latir con fuerza el corazón del alfa.
—Es... Es demasiado lindo que hayas tenido siempre la esperanza de volver a estar juntos, aun cuando nos lastimamos mutuamente— el dedo índice del contrario se posó sobre sus labios de forma delicada.
—No lo menciones, es el pasado y ya no tiene nada nuevo que ofrecernos. Enfoquémonos ahora, en el presente y en nuestro futuro— dicho esto, llevó su mano al vientre del omega —Tal vez nuestro pasado no fue el mejor, pero sin duda, el futuro que nos depara no lo cambiaría ni por todo el dinero del mundo, mi cielo.
El corazón de Seokjin latió con fuerza, como si quisiera salirse de su pecho. No se había equivocado. Namjoon era su alma predestinada y lo amaba como nunca había amado a alguien.
—Tienes razón, Nammie. A partir de ahora, nos enfocaremos en nuestro presente, en nosotros, en nuestro futuro y en este bebé que viene en camino.
El moreno no resistió más y lo besó, sus labios complementándose con los ajenos y danzando en completa armonía, como si hubieran regresado al lugar de donde nunca tuvieron que haberse ido. Ahora estaban el uno junto al otro, una vez más, en su hogar.
Al finalizar el beso, Namjoon tomó el collar y lo colocó en el delgado cuello de su omega. La preciosa joya verde brillaba más que nunca en dicho lugar y adornaba la bella marca que comenzaba a cicatrizar.
El castaño observó con ilusión el adorno en su cuello y le brindó su más cálida sonrisa al causante de su felicidad.
—Y eso no es todo, cariño— el moreno llamó su atención —Quiero preguntarte algo.
—Dime— le tomó de las manos, repartiendo caricias en éstas para tranquilizarlo.
Namjoon se mordió los labios por el nerviosismo y cuando se hubo calmado, pronunció —Yo... Me preguntaba si tú... ¿Quieres ser mi novio?— agachó la mirada como un adolescente declarándose a su amor de preparatoria. Estaba avergonzado y ni siquiera sabía porqué.
Ante dicha propuesta, Seokjin sonrió ampliamente antes de asentir varias veces, completamente emocionado —¡Sí, sí, sí! ¡Claro que quiero ser tu novio, alfa!— con cuidado, se lanzó a los brazos del más alto y depositó varios besos en su rostro para finalizar con uno en sus labios.
Una vez más, Namjoon tuvo la certeza de que Seokjin era el omega más bueno y hermoso que alguna vez haya visto, pero no solo eso. Ahora ¡Ese bello omega también era su novio!
—Te amo demasiado, Jinnie— el susodicho le miró enamorado.
—Y yo te amo a ti, Nammie.
Sé que parece final, pero no lo es jsjs. Todavía falta un poquito para acabar la historia.
©AlejaDeMin
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro