CAP 65: "El tiempo se agota"
Los minutos posteriores a ello fueron sumamente preocupantes para el moreno.
Jackson salió cabreado de la cocina al escuchar la voz de Namjoon, pero no tuvo tiempo ni oportunidad para reclamarle por haber entrado a su departamento; su atención se dirigió de inmediato al omega inconsciente en los brazos del alfa y todo el rencor que sentía hacia él quedó en segundo plano.
—¡Seokjin! ¿Qué demonios le pasó?— se apresuró en ir hacia el omega para revisar que no se hubiera lastimado.
—No lo sé... Cuando lo miré, se veía muy mal— respondió el moreno, acomodando mejor al menor entre sus brazos —Tenemos que ir a un hospital ahora mismo.
El alfa menor asintió de inmediato y sin decir más, los tres salieron del departamento y subieron al ascensor.
—Vamos en mi auto— sugirió el de mechas castañas —Así como estás, no puedes conducir— Namjoon asintió en silencio sin apartar su vista del menor. Su lobo estaba demasiado inquieto y él sentía un dolor en su pecho demasiado fuerte.
«Omega y cachorro están en peligro»
Su respiración se volvió errática tras escuchar a su parte lobuna.
—¡Vamos rápido!
Tras salir del ascensor, Jackson corrió hacia su auto y abrió la puerta trasera para que Namjoon entrara y pudiera acomodar mejor a Seokjin. Una vez lo hubo logrado, el menor se subió al auto, encendió el motor y comenzó a conducir a toda velocidad hacia el hospital más cercano.
—Jinnie, reacciona, por favor— suplicaba en un susurro mientras acariciaba su rostro —Por favor, perdóname, fui el peor alfa del mundo, pero quiero arreglarlo todo. Estoy cambiando, lo estoy haciendo por ti, por mí y por nuestro bebé— posó una mano sobre su vientre —Yo te amo. Tienes que ser fuerte, por favor.
Jackson se mantenía con la vista fija en la carretera, pero sus oídos alcanzaban a escuchar las palabras que su ex mejor amigo le susurraba a su omega. No pudo evitar sentirse mal por él, pero no iba a decirle nada, no por el momento.
Al llegar al hospital, Namjoon bajó del auto como alma que lleva el diablo y al ingresar, comenzó a gritar por ayuda. Un par de enfermeras corrieron hacia él con una camilla y le ayudaron a colocar al castaño sobre ésta en posición fetal. Seguido de ello, entraron con él a emergencias, pero no le permitieron el paso.
—Se trata de mi omega y mi cachorro ¡Déjenme entrar con ellos!— trató de ingresar por la fuerza, por lo que tuvieron que llamar a seguridad para detenerlo.
—Señor, cálmese o tendremos que sacarlo del hospital, está inquietando a los demás pacientes— el moreno miró a su alrededor, notando que, en efecto, habían varias personas que lo miraban asustadas.
Él no quería hacer una escena como esta, pero estaba desesperado; no sabía qué le había sucedido a Seokjin y solo quería estar junto a él.
De repente, sintió unas palmadas sobre su hombro. Al voltear, se sorprendió al ver que se trataba de Jackson.
—Namjoon, cálmate, no logras nada poniéndote nervioso— el moreno trató de mostrarse calmado, pero solo para que el guarda de seguridad lo soltara. Una vez lo hubo logrado, soltó un suspiro de impotencia.
—No lo entiendes... Ellos son mi vida entera ¿Qué voy a hacer si los pierdo?— bajó la mirada, apretando su mandíbula y puños para tratar de controlarse.
El de mechas castañas lo condujo hacia los banquillos más cercanos a la puerta por donde se habían llevado al menor y lo hizo sentarse, posteriormente, se sentó a su lado.
—Yo también estoy preocupado. No siento lo mismo que tú, pero puedo imaginarme lo alterado que debes estar en estos momentos— el menor de ambos plantó su mirada fija en el suelo —Dale tiempo y confía en los médicos, confía en la Madre Luna, pero también confía en él. Seokjin es un omega muy fuerte, estoy seguro de que saldrá de esta.
El de cabellos cenizos asintió con la cabeza y trató de concentrarse en las palabras de Jackson para consolarse.
—Tienes razón, gracias— susurró lo suficientemente audible como para que el alfa escuchara.
Trató de abrazarlo por los hombros, pero el menor se apartó.
—No te confundas ¿Okay? Estoy aquí porque me preocupa mi amigo, no por ti; si te estoy consolando es para que no sigas haciendo un espectáculo— Namjoon se sintió mal tras oír esas palabras.
—Jackson, no sabes cuanto lamento haberte ofendido...— el susodicho le interrumpió.
—Ni te disculpes. El hecho de que Seokjin tenga el corazón blandito, no significa que yo también. Yo no olvido la canallada que le hiciste y la calumnia que lanzaste contra mí. ¿No lo entiendes? Me ofendiste, a mí que era tu mejor amigo, el que siempre te apoyó, el que estuvo contigo en las buenas y en las malas, el que te ofreció su hombro para llorar cada vez que un omega te traicionaba— alzó la voz más de lo que hubiera querido —Yo no puedo olvidar tan fácilmente lo que hiciste, así que ni te molestes, Namjoon.
El moreno suspiró rendido. Jackson estaba en todo su derecho de seguir enojado con él; sabía que la había cagado enormemente y no sería tan fácil conseguir su perdón.
—Aun así, quiero que sepas que estoy muy arrepentido por todo lo que dije— habló después de unos segundos —Sé que no quieres oírlo, pero me duele haber perdido a un amigo tan importante para mí por culpa de mis estupideces. Solo espero que con el tiempo, puedas llegar a perdonarme.
El contrario bufó ante esto y sin responder nada, se alejó unos cuantos metros para llamar a Mark y decirle que ya estaban en el hospital.
Namjoon miró de nuevo hacia la puerta que lo separaba del amor de su vida y su lobo aulló entristecido. Los pensamientos intrusivos trataban de hacer de las suyas, pero él luchaba por mantenerse firme. No podía permitirse llorar en estos momentos, tenía que ser fuerte.
Por Jin.
Por su bebé.
Y por él.
Después de ello, una enfermera salió para tomar los datos de Seokjin. Namjoon respondió sin titubear a cada pregunta y cuando hubo terminado, le preguntó a la mujer cómo estaba su omega, pero ésta no respondió y volvió a ingresar a la sala de emergencias.
Aquel suspenso lo tenía vuelto un lío. Ya habían pasado dos horas y él no tenía noticias del castaño. Hace un rato había tratado de entrar disimuladamente, pero fue sorprendido por el guarda de seguridad y casi es echado del hospital.
Jackson se mantenía sentado en las sillas frente a él y aunque no le hablaba, se mantenía pendiente de cualquier acción por su parte que pudiera perjudicarlo.
Luego de lo que pareció una tortuosa eternidad, un enfermero salió por la puerta y miró hacia la sala de espera.
—Familiares del paciente Kim Seokjin.
Namjoon se levantó de golpe y caminó a paso apresurado hacia él, Jackson siguiéndolo unos pasos atrás.
—¿Cómo está mi omega? ¡Por favor, diga algo!— lo tomó por los brazos, desesperado.
—Necesito que venga con nosotros.
Namjoon no pudo evitar asustarse ante dicha frase, sin embargo, se halló asintiendo con la cabeza y siguiendo al enfermero por el pasillo al que, hace un rato, tenía prohibido pasar.
—¿Usted es el Señor Kim?— otro médico hizo acto de presencia. El moreno asintió —¿Pareja del paciente?— volvió a asentir.
—¿Qué tiene mi omega, doctor?— preguntó en voz baja, temiendo recibir una mala noticia.
El hombre se mantuvo en silencio mientras leía lo que parecía ser un historial clínico. Después de un par de minutos, retomó la palabra.
—Señor, su omega se encuentra en un estado crítico de salud. Por lo que veo, ustedes ya sabían que el paciente debía recuperar a su lobo cuanto antes, sin embargo, todavía no lo han hecho— el tono de reprimenda era notorio —¿Se puede saber la razón?
Namjoon bajó la cabeza —Él y yo tuvimos un enorme problema que nos separó como pareja. En estos momentos, no hemos regresado aún, por lo que no hemos formado el lazo.
El médico le brindó una mirada severa —¿Sabe lo grave que es esto? Ustedes son dos adultos que se supone, deberían saber anteponer lo más importante. Por culpa de su negligencia ¡Su omega está muriéndose!
Los ojos de Namjoon se abrieron en grande y las lágrimas no tardaron en salir desbordadas.
—No... Dígame que eso no es cierto, por favor— tomó al profesional por la bata y la arrugó bajo su agarre —Mi Jinnie no puede estarse muriendo, no...
Las lágrimas que resbalaban por sus mejillas no eran suficientes para reflejar el dolor que su alma estaba sintiendo en estos momentos. Su príncipe y su bebé estaban a punto de morir, y todo por su culpa.
—Señor, trate de calmarse— el médico lo tomó por los hombros —Dije que se estaba muriendo, pero no todo está perdido— el alfa alzó la mirada de golpe, ilusionado y con la vista nublada.
—¿Dice que todavía puede salvarse?— preguntó esperanzado. El médico asintió —¿Y qué tengo que hacer? Lo que sea, lo haré de inmediato.
—Usted y su omega deben consumar el acto y formar el lazo cuanto antes— le informó —Nosotros podemos darle de alta hoy mismo, pero usted debe comprometerse a marcarlo lo más pronto posible.
Namjoon sin dudarlo, movió su cabeza de arriba a abajo, frenéticamente —Hablaré con él y se lo diré— no quería hacer la pregunta, pero era mejor saberlo —¿De cuánto tiempo disponemos?
—Sin la marca, al paciente no le quedan más de un par de días— el moreno sintió que se le bajó la presión al oír eso —Por cierto, cuando la marca ya haya sido formada, el paciente también debe marcarlo a usted para poder recuperarse completamente. Le hará bien tanto a él como al bebé.
Instintivamente, llevó una de sus manos a su cuello y un escalofrío recorrió su columna vertebral. ¿Él también sería marcado? Aquello era algo que no sabía que se podía hacer.
Pero no había lugar para dudas; si eso le serviría a Seokjin para recuperarse, permitiría que lo marcara cuantas veces fueran necesarias.
—Está bien, lo que él y mi cachorro necesiten— dijo cuando hubo espabilado —¿Puedo pasar a verlo?
—En estos momentos, le estamos inyectando suero por vía intravenosa para que pueda reponerse lo suficiente y podamos enviarlo a casa— Namjoon asintió —En unos minutos, podrá pasar a verlo. Recuerde lo que hablamos.
Sin decir más, el profesional ingresó a la sala donde tenían al castaño, dejando al de cabellos cenizos en el pasillo, con la cabeza hecha un lío, pero un objetivo claro en mente.
Debía hablar con Seokjin cuanto antes.
Cuando sus ojos se abrieron, un dolor punzante se estableció en su cabeza. Estaba desorientado y el olor a alcohol tan típico de los hospitales lo puso en alerta. Trató de levantarse, pero en ese momento, notó que su mano izquierda tenía una intravenosa, cosa que le asustó en demasía.
—¿Estoy en el hospital?— murmuró más para sí mismo. Hasta ese momento, no había notado la presencia de una segunda persona a su lado.
—Cariño, despertaste— giró su cabeza en dirección a aquella voz y se sintió aliviado por ver a Namjoon allí.
—Nam... ¿Cómo está mi bebé?— fue lo primero que preguntó.
—Tranquilo, príncipe, él está bien— tomó sus manos entre las suyas, tratando de transmitirle la calma que tanto necesitaba.
Seokjin suspiró, aún atemorizado —Pero ¿Qué me sucedió? ¿Por qué me trajeron aquí?
—Te desmayaste, amor. El médico dijo que la falta de tu parte lobuna te tiene en un estado crítico de salud— el castaño abrió sus ojos en grande al tiempo que su corazón comenzaba a latir rápidamente.
—No, pero... Si yo estoy mal de salud ¿Significa que mi bebé también lo está?— trató de levantarse, pero el alfa no se lo permitió.
—Cariño, tranquilízate ¿Sí?
—¡No me pidas que me tranquilice!— gritó angustiado.
Namjoon se apresuró a tomar su rostro entre sus manos para hacer que lo mirara a los ojos —Jinnie, tú y nuestro cachorro van a estar bien...
—¡No me prometas cosas de las que no estás seguro!— comenzó a llorar.
El alfa se sintió mal al verlo así; no iba a negarlo, le dolía ser gritado por su bebé, pero no podía juzgarlo. Seokjin estaba afligido, tal vez incluso más que él. Ahora, lo que necesitaba era sentirse apoyado y escuchar lo que él tenía para decirle.
—Mi amor, tranquilo— dejó un amoroso beso en su frente —Yo sé que tienes miedo, yo también estoy atemorizado, pero debes escucharme.
El castaño sorbió su nariz antes de soltar un suspiro —Está bien... Lo siento mucho, Nammie.
El susodicho negó con una leve sonrisa y lo atrajo en un abrazo que fue correspondido al instante. Dicho contacto duró un par de minutos, tiempo en el cual, el alfa se encargó de desprender feromonas para apaciguar el ánimo de su omega.
Al separarse, el mayor pudo notar que, en efecto, Seokjin estaba más calmado. Se hizo un espacio en la camilla y, aprovechando la serenidad del contrario, habló.
—Príncipe, hablé con el médico y me dijo que va a darte de alta hoy— el menor lo miró expectante —Sin embargo, tenemos que formar el lazo cuanto antes. Tu cuerpo ya no resiste más la ausencia de tu lobo y si no te marco...— se mordió el labio inferior, no sabiendo cómo decir aquello.
Seokjin pareció entenderlo, por lo que añadió —Moriré ¿Verdad?— Namjoon asintió cabizbajo.
Un silencio sepulcral se adueñó del espacio. El mayor no quiso decir nada más para dejar que el menor pensara por sí mismo en lo que iba a hacer, aunque no habían muchas alternativas, en realidad.
Después de un tiempo, el castaño decidió hablar —Hagámoslo.
Namjoon lo miró rápidamente —Jinnie, no quiero que te sientas obligado a hacer esto. Yo sé que todavía no he conseguido tu perdón, pero no puedo permitir que mueras sin más.
Sin decir nada, el menor alzó su mano y la dirigió a la mejilla acaramelada del alfa para repartir una suave caricia allí. Posterior a esto, Namjoon se sorprendería al sentir los labios del contrario posarse sobre los suyos antes de iniciar un beso lento que les devolvió el alma al cuerpo.
El mayor correspondió al beso de la misma forma, tomándose el atrevimiento de abrazar al menor para atraerlo más hacia su cuerpo. Sus manos bajaron hasta su vientre y repartieron caricias delicadas allí, provocándole suspiros al chico que le traía tan enamorado.
Cuando se hubieron separado, Seokjin juntó sus frentes mientras recuperaba el aliento.
—Nammie, te perdono.
El mayor abrió sus ojos en grande al tiempo que buscaba la mirada ajena, necesitaba escuchar aquello de nuevo.
—¿Qué dijiste, Jinnie?— el menor le brindó una cálida sonrisa.
—Dije que te perdono, alfa— tomó su rostro entre sus manos —Te amo, te amo mucho— lo abrazó con fuerza, sintiendo los brazos del mayor abrazándolo de igual forma —En tan poco tiempo, me demostraste un cambio que no había notado en ti los últimos meses. Puedo ver que estás arrepentido de corazón y yo no tengo porqué seguir guardándote rencor.
Un jadeo de alegría abandonó los labios de Namjoon. Si esto era un sueño, pedía que por favor, no lo despertaran. Su lobo comenzó a correr en círculos por la euforia, y la alegría no tardó en apoderarse de él. Su Jinnie, el amor de su vida lo había perdonado.
Namjoon era el alfa más feliz sobre la faz de la tierra.
Si consideran que Seokjin perdonó a Namjoon muy rápido, puede ser, pero también piensen en que éste último ha demostrado un verdadero cambio y está muy arrepentido por todo lo que hizo. Agarrense porque el siguiente capítulo se viene bueno 😏
©AlejaDeMin
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