Luego de aquella declaración, la habitación se sumergió en un silencio que le atormentó la mente a ambos. Tras llegar a la conclusión de que el alfa no respondería nada, se levantó con la intención de irse, pero sus movimientos fueron detenidos al sentir la mano del alfa sosteniendo su brazo con cuidado.

—Te lo demostraré.

—¿Qué?— el castaño frunció el entrecejo confundido.

Namjoon alzó la mirada con sus ojos llenos de lágrimas y una sonrisa entristecida —Te demostraré que puedo cambiar. Ya no solo serán palabras, te demostraré con acciones lo arrepentido que estoy de haberte hecho daño y lo decidido que estoy a recuperarte a ti y a nuestro bebé.

Los ojos del omega se abrieron en grande y por impulso, se soltó del agarre del alfa. ¿Namjoon estaba hablando en serio? Quería creerle, pero le era tan difícil.

Después de un rato de estarlo pensando, soltó un suspiro pesado antes de responder lo que tanto Namjoon esperaba escuchar.

—Está bien— susurró —Pero quiero que sepas que lo hago principalmente por nuestro bebé, porque no quiero que muera— Namjoon asintió repetidas veces, feliz de al menos tener una oportunidad —Te advierto que no será fácil recuperarme, necesito comprobar que en serio tienes la disposición de cambiar para bien, solo entonces, podré creer en la promesa que me estás haciendo.

Namjoon sin dudarlo, se levantó y lo tomó de las manos, demostrándole con este gesto y con su mirada lo agradecido que estaba por haber sido escuchado. Su corazón latía desbocado y su lobo movía la colita de un lado a otro, ambos estaban ansiosos por al menos tener la oportunidad de remediarlo todo.

—Te prometo que no te vas a arrepentir, amor.

—Demuéstramelo— respondió firme, aunque por dentro estaba experimentando un montón de emociones indescifrables.

Con la felicidad brotando por sus poros, el alfa se acercó para besarlo en los labios, pero rápidamente, el menor retrocedió.

—Un momento. Ni creas que vas a volver a besarme así tan fácil. Primero quiero verte poner de tu parte y después iremos viendo.

El moreno asintió sin rechistar ni sentirse lastimado. En realidad, comprendía la actitud de Seokjin y se lo agradecía.

Porque sin darse cuenta, le estaba dando la oportunidad de mejorar aquellos aspectos que destruían su relación para que no volvieran a perjudicarlos. Le estaba dando la oportunidad de cortejarlo de nuevo, esta vez de la manera correcta, sin prisas ni acuerdos, solo verdadero interés romántico, respeto y confianza de por medio, como debió ser desde un principio.

A la mañana siguiente, al despertar, Seokjin miró en dirección a la alfombra, lugar donde Namjoon había pasado la noche para que él y su bebé estuvieran cómodos en la cama. Sorprendentemente, el alfa se había ido, dejando solo una nota sobre la cama.

Con curiosidad, la alcanzó y leyó con detenimiento cada palabra.

“Jinnie, tuve que irme temprano porque empezaré a remediar todo de una vez por todas. Por cierto, besé tu vientre antes de irme para despedirme de mini Jin, pero te juro que no besé tus labios, quiero darte tu espacio y que seas tú quien tome la iniciativa cuando nuestros labios se vuelvan a encontrar.

De nuevo, mil gracias por darme esta oportunidad, te prometo que no la desperdiciaré y empezaré a ser un alfa digno de ti. Te amo mucho ♡

Att: Namjoon”

Al terminar de leer la nota, sintió su garganta cerrarse por las ganas de llorar.

Odiaba y amaba al mismo tiempo la capacidad del alfa para ponerlo en este estado. Era como si tuviera en sus manos la capacidad para destruirlo y armarlo de nuevo.

—Ay, mi bebé— se sentó en posición de flor de loto sobre la cama y acarició su vientre —Esto lo hago por ti... Quiero recuperarme para poder traerte al mundo.

»Aunque a ti no te puedo mentir, yo amo con cada fibra de mi ser a tu papá; no sé si esté bien hacerlo después de todo el daño que me ha hecho, pero mi corazón me traiciona y hace no pueda odiarlo. En el fondo... Sé que él no quiso hacerme daño, solo estaba confundido por esa omega y es que es demasiado fácil de manipular. De una vez debes saber que tu papá es un tonto, pero así y todo, es tu papá y te quiere mucho.

Sonrió con ternura mientras daba una última caricia a su vientre y se levantó para ir al baño. Aunque no lo dijera en voz alta, rogaba a la Diosa Luna que Namjoon en serio cambiara, no solo porque quería recuperarse y que su bebé ya no corriera peligro, sino porque también lo amaba y quería que pudieran ser felices de una vez por todas. Ellos también tenían el derecho de amarse y formar una bonita familia junto a su futuro cachorro o cachorra.

Si todo salía bien, faltarían solo cinco meses para que Seokjin tuviera a su bebé en sus brazos.

Tres días después, Seokjin regresaba al departamento de Jackson tras recibir su mensaje avisándole que el celo de Mark había terminado. Agradecía que el alfa, a pesar de estar todo el día ocupado, complaciendo a su omega, hubiera estado pendiente de él y de su bienestar. En definitiva, Jackson era el mejor amigo del mundo.

Al entrar, fue Mark quien lo recibió con una sonrisa radiante. Seokjin imaginaba que el sexo había sido demasiado bueno para que el omega estuviera tan desbordante de felicidad, pero se abstuvo de comentarlo para no hacerlo sentir incómodo.

—Jack me comentó cómo me comporté ese día y en serio lo lamento, es que cuando viene mi celo, me pongo posesivo con mi alfa y...— Seokjin lo interrumpió.

—Hey, descuida. Ya pasó y entiendo que no tienes la culpa— sonrió calidamente —Es más, agradezco que ese día me hubieras echado del departamento.

Tras decir eso, Mark y Jackson lo miraron confundidos y expectantes, pues no tenían idea de lo que había ocurrido esa noche ya que Seokjin se abstuvo de contárselos por teléfono.

—¿A qué te refieres, Jin? ¿Hay algo que debamos saber?— el susodicho se encogió de hombros con una sonrisa nerviosa, sabiendo que sería regañado cuando contara lo que había hecho.

Se dirigió al sofá en silencio, seguido de la pareja. Los tres tomaron asiento y luego de un rato, el castaño decidió soltarlo todo.

—Me encontré con Namjoon esa noche.

El alfa cambió su semblante de curiosidad por uno completamente serio, su entrecejo se frunció notoriamente y había comenzado a desprender feromonas pesadas.

—¿Dónde te encontraste con él? ¿Qué te dijo? ¿Te hizo daño?— el menor sonrió al tiempo que negaba, halagado por la preocupación de su amigo.

—Descuida. Me lo encontré a la salida del edificio, venía corriendo en su forma lobuna y se detuvo justo en frente de mí— relató, mirando hacia el suelo —Yo no entendía qué pasaba, así que le pedí al administrador algo de ropa para él ya que venía sin ninguna de sus pertenencias. Cuando volvió a su forma humana, él... Se veía destrozado, estaba llorando, tenía moretones y heridas en su rostro... Me pidió hablar con él y yo acepté.

Alfa y omega se mantenían en silencio mientras lo escuchaban, aunque el primero tenía una cara que daba miedo.

—Fuimos a un hotel, pero no vayan a malpensar nada, no hicimos nada de eso— aclaró —Le curé las heridas y después nos sentamos a hablar. Me pidió perdón por todo el daño que me ocasionó, dijo que estaba muy arrepentido y que ya sabía la verdad. Me contó que descubrió que Younha le había mentido todo el tiempo y que esa bebé no era su hija, me ahorraré los detalles de cómo lo hizo, pero sí puedo decirte, Jackson, que el médico que nos atendió esa vez, tuvo mucho que ver.

El alfa apretó los puños por la rabia y hasta una vena en su frente había salido a relucir. Le era imposible no reflejar la ira que sentía en estos momentos.

—Namjoon... Me pidió otra oportunidad— continuó —Me dijo que esta vez sí cambiaría y que me lo demostraría con hechos. Yo lo vi tan decidido, tan dispuesto a tratar de recuperarme que... Terminé aceptando.

Un fuerte golpe se hizo escuchar en todo el departamento, haciendo sobresaltar a ambos omegas. Jackson yacía con su mano hecha un puño sobre la mesa de estar, la cual había sido víctima de su enojo.

—¡¿Estás loco?!— aquella pregunta salió en un tono de voz más elevado del que le hubiera gustado —Namjoon no ha hecho otra cosa más que lastimarte, humillarte y desconfiar de ti ¡¿Y aun así, lo perdonaste?! ¿Dónde está tu orgullo, Seokjin?

—¡Jackson!

El castaño se levantó con rapidez y corrió hasta su habitación para encerrarse allí. Su labio inferior temblaba y sus ojos comenzaban a humedecerse.

Sabía que recibiría un regaño por haber cedido tan fácilmente, pero no esperaba que le doliera tanto. Había tratado de mantenerse firme con Namjoon, pero cuando éste le prometió demostrarle su cambio, no pudo evitar darle esa oportunidad que tanto pedía. Su corazón dolía y ahora no sabía si había hecho lo correcto.

—En serio que te pasaste— Mark se encontraba de brazos cruzados en medio de la sala —¿Cómo se te ocurre hablarle así? Está en cinta, sabes que no puede tener disgustos por su embarazo tan delicado y te atreves a gritarle.

—Pero es que entiéndeme, me da rabia que haya caído otra vez en las manos de ese imbécil.

—Ese "imbécil" como tú lo llamas, te recuerdo que era tu mejor amigo.

—Muy bien dijiste, era. Namjoon y yo ya no somos amigos precisamente por la humillación que le hizo pasar a Seokjin en el hospital.

—Pero no te has puesto a pensar en que si Seokjin ya lo perdonó, siendo la principal víctima de esto, tú deberías hacerte a un lado y mantenerte al margen. Entiendo que es tu amigo y que le tienes aprecio, pero te estás metiendo en su vida más de lo que deberías— desvió la mirada, su tono de voz siendo más bajo —Sabes que te tengo confianza, pero estás ocasionando que empiece a creer que él te gusta.

Al parecer, aquellas palabras fueron un detonante, pues el semblante del alfa cambió inmediatamente, pasando de ser uno molesto a uno preocupado.

—Mark, espera, y-yo no he dicho eso, Seokjin no me gusta— se acercó para tratar de tomar sus manos, pero el omega se alejó.

—¡Pues parece que sí!— le gritó, sintiendo sus lágrimas bajar por sus mejillas —Te preocupas demasiado por él. Lo que hiciste hace un minuto no es algo que haga un amigo, deberías haberlo apoyado porque está tratando de salvar su relación, no condenarlo ni gritarle como lo hiciste.

El alfa bajó la mirada. Esta vez su omega tenía razón, se estaba metiendo en la vida de Seokjin más de lo prudente y estaba lastimando a su novio sin darse cuenta.

—Cariño, lo lamento— se acercó y aunque Mark se rehusó en un principio, terminó por atraerlo en un abrazo —Estoy abusando de tu confianza, pero te juro que nunca fue mi intención hacerte daño. Jin es mi amigo y me da coraje verlo sufrir, por eso reaccioné así hace un rato, porque no quiero que Namjoon vuelva a lastimarlo.

El rubio tomó el rostro de su novio entre sus manos y lo miró directamente a los ojos.

—Lo mejor que puedes hacer ahora es aconsejarle, expresarle tu preocupación y pedirle perdón por haberle gritado. Estoy seguro de que Seokjin entenderá si se lo explicas como lo haces ahora conmigo.

El de mechas castañas asintió lentamente antes de besar los labios contrarios con cariño, atrayéndolo en un abrazo cálido que reconfortó al menor de ambos y lo hizo sentirse seguro de nuevo.

—Seguiré tu consejo, hablaré con él.

El menor asintió con una sonrisa leve para después ver cómo su novio se dirigía a la habitación del castaño.

—Jin, déjame entrar, por favor, necesitamos hablar— dio tres toques a la puerta y pegó su oreja al mueble de madera. Se sintió mal al oír sollozos.

—Vete, no quiero verte— su voz salió quebrada —¿Dónde está tu orgullo de alfa, Jackson?— el mencionado supo que el omega se estaba vengando, pero no lo juzgó, sabía que se había pasado.

—Lo acabo de dejar en la sala, por eso vengo con el corazón en la mano a disculparme contigo— hubo silencio por unos segundos, iba a volver a hablar hasta que unos ruidos se escucharon del otro lado. La puerta se abrió, dejando ver a Seokjin con las mejillas mojadas y una expresión de molestia en su rostro.

—Te escucho.

©AlejaDeMin