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CAP 56: "Remordimiento"

Por supuesto que Seokjin retrocedió ante la imponente presencia del lobo, sin embargo, no pasó mucho tiempo para darse cuenta de quien se trataba. No necesitaba ver su rostro, la conexión que tenía con él bastaba para hacerle saber que era el alfa de cabellos cenizos.

—N-Namjoon ¿Qué haces aquí? Y transformado como lobo— lo miró detenidamente sin salir de su asombro. Era la primera vez que lo veía así.

El alfa no podía responderle con palabras por obvias razones, por lo que solo acercó su hocico hacia el menor y dio una lamida en su frente antes de soltar un aullido que movió cada fibra del cuerpo del omega.

¿Qué estaba pasando?

Sus ojos picaban. No entendía qué estaba haciendo Namjoon allí, creía que el alfa ya no lo buscaría más después de la ruptura tan desastrosa que habían tenido, mucho menos después de la pelea que tuvieron por llamada, pero al parecer, algo había pasado, algo lo suficientemente fuerte para hacer que Namjoon fuera a buscarlo.

Sus aullidos sonaban lastimeros; aunque tratara de no demostrar ningún sentimiento, su pecho dolía al escucharlo.

No fue sino hasta que vio sus ojos, salvajes y húmedos, que no pudo evitar que los suyos también se humedecieran.

«Mi omega, lo siento mucho»

Sus ojos se abrieron en grande, provocando que las lágrimas que retenía, resbalaran por su mejilla. Lo había escuchado, no entendía cómo, pero había escuchado su voz desde su propio pecho. Era una sensación indescriptible.

Sus movimientos eran automáticos. Su mano se alzó para acariciar la cabeza del animal, lo que provocó que éste cerrara los ojos por la calidez del tacto. Seokjin no entendía qué pasaba, pero sabía que no podían quedarse allí.

—Regresa a tu forma humana— el lobo negó con la cabeza —Debes hacerlo, estás asustando a todos.

Namjoon movió su cabeza hacia su cuerpo, tratando de hacerle entender con aquel gesto que no tenía ropa para vestirme si volvía a convertirse en humano. Afortunadamente, Seokjin le entendió y le hizo una seña de espera para salir corriendo hacia la recepción del edificio.

Allí, el dueño lo miraba estupefacto. A decir verdad, nadie entendía lo que estaba pasando.

—Disculpe, tiene algo de ropa para hombre. Él... Necesita transformarse— miró a Namjoon por un momento, quien se mantenía inmóvil en la entrada del edificio.

El hombre tardó un poco en reaccionar, pero asintió repetidas veces. —Sí, sí, tengo algo de ropa de mi hijo, aguarde un momento.

El beta entró a su despacho de prisa y no tardó en volver con unos jeans y una camisa. El castaño miró las prendas y dedujo que serían de la talla del moreno, por lo que las recibió e hizo una reverencia a manera de agradecimiento.

Regresó con el alfa y le extendió la ropa. —Ten, vístete.

El mayor tomó la ropa con su hocico y movió su cabeza de arriba a abajo en una especie de venia. Entró al edificio que conocía tan bien y se dirigió a los baños del primer piso. Agradecía mentalmente que las puertas de éstos fueran lo suficientemente grandes como para permitirle el paso.

Mientras tanto, Seokjin se mantenía en la recepción del edificio con un ataque de nervios queriendo salir a flote. Sabía que había hecho lo correcto al ayudar a Namjoon en esta situación, pero eso no quería decir que estaba muy feliz de verlo. Seguía enojado con él, más ahora que había tenido el descaro de ir a buscarlo cuando claramente fue él quien le dio a entender que no quería volver a saber nada de su existencia.

Cuando las puertas del baño se abrieron, Seokjin dirigió su atención a él, en ese momento, el miedo se apoderó de su mente.

—¿Qué diablos te pasó?

El alfa tenía el labio reventado y un ojo morado, sin mencionar los rasguños que se alcanzaban a visualizar en su piel y algo de sangre que escurría de sus heridas.

—Esto no es nada... No me duele el cuerpo— caminó lentamente hacia él —Me duele el corazón, Jinnie— su voz se quebró y sin pensarlo, abrazó al omega lo más fuerte que pudo, teniendo en cuenta no llegar a lastimarlo.

El castaño lo miró sin saber qué decir. No correspondió el abrazo, pero sí dio unas pequeñas caricias en su cabeza para tratar de calmarlo.

—Necesito hablar contigo, por favor, necesito que me escuches— rogó contra su cuello, mojando éste y parte de su hombro con sus lágrimas.

El menor bajó la cabeza al tiempo que soltaba un suspiro. Su sentido racional le decía que debía negarse, pero su corazón le pedía al menos escucharlo, solo eso y se marcharía.

—Está bien— respondió después de un rato — ¿Dónde?

Ambos ingresaban a la habitación de hotel que Seokjin había pagado; Namjoon no cargaba con ninguna de sus pertenencias, mucho menos con dinero en efectivo, por lo que tuvo que dejar que el menor pagara por su estadía allí.

—Aún no entiendo porqué no fuimos a una cafetería— comentó el alfa al tiempo que se sentaba en la cama.

—¿Ya viste cómo tienes la cara? Solo espantarías a las personas— respondió de manera tosca —Acuéstate, voy a curarte.

El moreno accedió sin rechistar. Debido a que había llegado descalzo, mantuvo sus pies fuera de la cama para no ensuciar las sábanas y esperó pacientemente a que el menor trajera el botiquín de primeros auxilios.

Éste no tardó en llegar con el anterior mencionado y sin dar mucha espera, sacó una mota de algodón y la remojó en alcohol para después pasarla por el labio del moreno sin ninguna delicadeza.

—¡Auch!— el contrario se sentó de golpe —¿Podrías ser un poco más delicado, por favor?

—No te quejes y acuéstate de nuevo, antes agradece que estoy haciendo esto por ti— el mayor obedeció en silencio y trató de aguantar el ardor cada vez que el menor le pasaba el algodón por las heridas.

No obstante, pudo notar que el menor empezó a tratarlo con un poco más de cuidado, lo que le ocasionó una sensación de cosquilleo en el pecho.

Después de varios minutos, el castaño cerró el botiquín y se fue a dejarlo en el baño. Ese momento fue aprovechado por Namjoon para observar la curita con estampado de patitos que el menor había colocado en uno de sus rasguños.

La sensación de querer llorar lo abarcó de repente, pero se obligó a sí mismo a no derramar otra lágrima más antes de hablar con Seokjin. De su conversación dependería si mañana amanecería con los ojos hinchados o no.

—Muy bien, te escucho— su atención fue dirigida al menor, quien se sentó en el borde de la cama con el semblante serio.

Namjoon se levantó de la cama solo para arrodillarse en el suelo y pegar su frente al mismo, causándole gran sorpresa a Seokjin.

—Lo lamento, príncipe... Estoy tan arrepentido de todo lo que te hice y lo que te dije— alzó su mirada para ver a los ojos de su omega —Te juro que no existen palabras para demostrar el remordimiento que siento ahora... Ni siquiera yo me perdono por no haber confiado en ti, por haber echado a la basura nuestra relación y los sentimientos que sentías por mí.

El menor lo miró entristecido.

—¿Cómo te diste cuenta de que yo te decía la verdad?

El mayor se incorporó del suelo, pero se mantuvo arrodillado allí, importándole una mierda su orgullo de alfa.

—Te diré la verdad. Hoy fui a la casa de Younha porque sus padres habían organizado un babyshower para la bebé, pero a la hora de la cena, llegó el médico que les había realizado la amniocentesis y me confesó que era su tío— Seokjin abrió sus ojos por la estupefacción —Me confesó que intercambió los resultados de paternidad para favorecer a su sobrina.

El castaño apretó los puños y la mandíbula, tratando de contener la rabia que empezaba a sentir.

—Esa maldita— masculló verdaderamente iracundo —Ya sospechaba que ella había tenido algo que ver, pero confirmarlo me enfurece. No te imaginas cuanto la estoy odiando.

El mayor tomó sus manos para tranquilizarlo. —Lo sé, cariño, te comprendo. Esta vez me peleé con su padre y le dije que sino aceptaba mi denuncia contra su hija, iba a hacer de todo para que lo destituyeran— el menor le vio con miedo —Ese hombre tiene parte de la culpa de lo que está pasando. Aunque te aseguro que en esta ocasión no tratará de impedirlo, deberías haber visto su cara cuando lo amenacé.

—¿Él fue quien te dejó así?— el contrario negó.

—Descubrí que el verdadero padre de la hija de Younha era el alfa con quien me puso los cuernos esa vez— Seokjin lo vio sorprendido —Me dijo que planeó todo esto para sacarme el mayor dinero posible y no pude evitar irme a los golpes con él— acarició el dorso de la mano del menor —Aunque no te preocupes por mí, él quedó peor. No lo maté, pero sí tendrá que quedarse en el hospital por un buen tiempo.

Seokjin torció su boca al tiempo que desviaba su mirada.

—No te voy a juzgar por eso, fue un acto demasiado bestia de tu parte, pero se lo merecía.

El mayor asintió en silencio mientras se incorporaba y se sentaba a su lado. El menor ya no hablaba y eso le dio mala espina.

—Jinnie, quiero decirte que estoy muy arrepentido por haber confiado más en un papel que en ti. No debí hacerlo, debí haberte escuchado y no decirte todas las cosas horribles que te dije.

El susodicho lo miró con expresión dolida, lo cual hizo que el corazón de Namjoon se encogiera. No le pedía perdón porque sabía que no lo merecía, ni él mismo se perdonaría si fuera Seokjin. Solo quería demostrarle que su arrepentimiento era genuino y tratar de remediar todo lo que había hecho.

—Namjoon, no puedo decirte que te perdono porque estaría mintiendo, en serio me lastimaste, nos lastimaste— llevó una mano a su vientre y dio una pequeña caricia —Se supone que eres mi predestinado y deberías confiar en mí. Yo jamás me atrevería a engañarte, lo único que he hecho es demostrarte mi amor y aun así, preferiste creer en un estúpido resultado modificado antes que en mí. No solo eso, te atreviste a afirmar que te había engañado con tu mejor amigo ¿Acaso esa es la imagen que tienes de mí? ¿Piensas que soy un cualquiera que espera a que te des la vuelta para verte la cara?— Namjoon abrió su boca para responder, pero el menor prosiguió —Pero lo que más me dolió fue que negaste a nuestro hijo, a este cachorrito que no tiene la culpa de nada— su voz se quebró y por consiguiente, el corazón de Namjoon también.

—Lo sé, Jinnie. La cagué más que nunca, pero por eso vine a remediar las cosas. No quiero perderte, quiero cambiar y esforzarme cada día por ser el mejor alfa para ti. Ya sé que no te merezco y que serías más feliz con un alfa que sí supiera valorarte, pero somos predestinados y por lo tanto, tu alma está ligada a la mía. Tu vida está corriendo peligro y soy el único que puede ayudarte. Por favor, amor, solo te pido una oportunidad, una sola para demostrarte que no pienso volver a equivocarme contigo. Te prometo que esta vez sí cambiaré, que no voy a dejar que otras personas influyan en nuestra relación y...

—No puedo— le cortó abruptamente.

Namjoon boqueó como pez fuera del agua —¿Qué?

—No puedo darte otra oportunidad, Namjoon— lo miró con expresión dolida —Me has prometido tantas veces que vas a cambiar y nunca lo haces, ya no puedo creer en tu palabra.

—Pero Jinnie, esta vez es en serio. Pensar en que puedo perderte me ha hecho recapacitar. Esta vez, estoy dispuesto a cambiar por ti y por nuestro cachorro.

—¿Ahora sí es nuestro cachorro?— el moreno bajó la mirada —Namjoon, voy a ser sincero contigo. Yo te amo, pero si algo he aprendido es que la base sólida de cualquier relación debe ser la confianza. No puedo darte otra oportunidad porque ni tú confías en mi fidelidad, ni yo confío en que cambies algún día.

©AlejaDeMin

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