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CAP 55: "La verdad, una cubeta de agua fría"

—Y-yo...

—¡Le pregunté qué mierda hace aquí!

La tensión se sentía bastante fuerte en la sala, tanto que Younha la percibió y decidió ir a ver qué sucedía, pero al ver a su tío frente a Namjoon, su corazón dio un vuelco y supo que esto se había acabado.

Caminó lentamente hacia ellos y tocó el hombro del moreno. —¿Qué pasa?

—Qué bueno que llegas porque necesito preguntarte algo— señaló al hombre que aún se mantenía en el pórtico —¿Me puedes explicar qué hace el médico que les realizó la amniocentesis, aquí en tu casa?

La omega abrió su boca para responder, pero ningún sonido salió. En ese instante, el hombre decidió hablar.

—Yo soy el tío de Younha.

—¡Cállate, tío!

Namjoon los miró de soslayo con evidente aturdimiento. ¿Lee Jaewook era tío de Lee Younha? Al caer en cuenta, rodó los ojos por su propia estupidez ¿Cómo no lo había sospechado?

Algunos invitados habían escuchado el grito de Younha y habían entrado a la casa a ver qué sucedía, no está de por demás decir que allí estaban sus padres incluidos.

—Younha... Por favor, dime que esto no es lo que estoy pensando— arrastró cada palabra como si estuviera ebrio. Lo que la mencionada no sabía era que se estaba conteniendo.

—Por supuesto que no— decidió mentir de nuevo, no podía permitir que esto acabara así —Sí, te lo oculté. Lee Jaewook es mi tío, pero eso no tiene nada que ver con los resultados, mi tío es un profesional.

El alfa la miró con una ceja enarcada, como si estuviera analizando sus palabras detenidamente. Pero justo cuando iba a decir algo, la voz del médico se hizo presente.

—Younha, ya basta. Dile la verdad.

Al decir aquello, obtuvo la completa atención de Namjoon y una mirada entre atemorizada y enojada de parte de la omega. Ésta le hizo una seña disimulada para que guardara silencio, pero el mayor decidió hablar por fin.

—Señor, primero que nada, me disculpo sinceramente por lo que hice, yo solo quería hacer feliz a Younha, pero no caí en cuenta de las consecuencias de mis acciones hasta ya muy tarde...— fue interrumpido.

—Tío, por favor, basta.

—Déjalo hablar, Younha— la susodicha lo miró preocupada ante la dura mirada que le estaba otorgando.

—Yo cambié los resultados de los exámenes en beneficio de mi sobrina. La hija que ella espera dio 0% de compatibilidad con usted, por eso ella me pidió que intercambiara ese resultado con el de su omega, quien dio una compatibilidad del 99.9%

Namjoon quedó en shock.

Sus ojos se abrieron en grande y no tardaron en inundarse de lágrimas. Su omega, su príncipe jamás le había mentido, siempre le dijo la verdad. El cachorrito que negó aquel día en el hospital, en realidad, sí era su hijo.

Sus manos fueron a su cabello y lo jaló con brusquedad mientras boqueaba como pez fuera del agua, sin poder decir ni una palabra. Lo único que evidenciaba su estado eran las incontables lágrimas que salían de sus ojos y resbalaban por sus mejillas. No le importaba que los presentes lo vieran llorando, en ese momento, no podía pensar en nada.

—Namjoon, eso no es cierto...

¡Cállate, Younha!

La susodicha se echó para atrás por el susto y sostuvo su vientre con miedo. Ante eso, su padre intervino.

—¡No le hables así a mi hija, desgraciado!

—¡Usted se calla! Que usted tiene parte de la culpa de lo que está pasando aquí— el alfa abrió la boca ofendido, pero el contrario volvió a hablar antes de darle chances para responder —Usted no merece el cargo que ocupa, solo es un maldito que deja que su hija haga lo que se le venga en gana con las personas. No tiene idea de lo que acaba de hacerme a mí, a mi omega y a mi verdadero hijo— sin poder pensar claramente, se acercó y lo tomó por el cuello de la camisa, intimidándolo —Voy a denunciar a su hija y si vuelve a rechazarme como aquella vez, voy a mover cielo y tierra para que lo destituyan.

Sin más lo soltó, dejándolo verdaderamente preocupado.

Se dirigió de nuevo a Younha, quien mantenía la cabeza gacha por la intimidación que le provocaba el alfa y la vergüenza de estar siendo expuesta frente a sus familiares y amigos.

—Lo preguntaré solo una vez ¿De quién es el cachorro?

La chica elevó la mirada e hizo lo posible para no tartamudear en el acto.

—Tuyo.

—Ya dile la verdad, Younha.

Namjoon y los presentes se giraron a ver al dueño de aquella voz, extrañándose al ver a un alfa de cabello marrón que ninguno conocía, camuflado entre los invitados.

No fue sino hasta que Namjoon lo detalló más a fondo, que lo reconoció. Se había teñido el cabello desde aquella vez, pero reconocería esa maldita cara en cualquier lugar.

—Tú... Tú eres el maldito de aquella vez— lo señaló con rabia.

El alfa se acercó a él con una sonrisa cínica —Así es, yo soy el alfa con el que Younha te puso los cuernos— el moreno lo tomó por la camisa, pero éste se zafó rápidamente —Vamos, no te enojes, antes agradece que te estamos contando la verdad.

El de cabellos cenizos apretó la mandíbula, imaginando lo que aquel desgraciado le iba a decir. Éste se echó el cabello para atrás con una mano y procedió a hablar.

—Así como te lo imaginas, la bebé que espera Younha es mi hija— el contrario apretó los puños.

—Así que en realidad, no la abandonaste— concluyó en voz relativamente baja —¿Y sabías lo que ella estaba haciendo?— el tipo dio un asentimiento —¡¿Y cómo mierda estuviste de acuerdo?!

—Fácil, ella y yo nos pusimos de acuerdo para hacer esto. Yo perdí mi trabajo hace unos meses y necesitábamos dinero para las cosas de la bebé, así que la mejor opción que teníamos era hacerte creer que eras el padre para sacarte el mayor dinero posible— Namjoon no aguantó más.

Su puño se incrustó con fuerza en el pómulo del otro alfa, haciéndole caer al suelo con brusquedad. Éste de inmediato se levantó y le devolvió el golpe, logrando darle en el ojo y otro en la boca.

Ambos alfas iniciaron una pelea bastante violenta en la mitad de la sala, donde algunas sillas y hasta la mesa principal terminó en el suelo. Ninguno de los presentes se atrevía a intervenir, mucho menos cuando ambos se convirtieron en su forma lobuna para hacerse el mayor daño posible.

Todos se habían hecho para atrás ante el imponente tamaño de ambos lobos, más aún al ver que ambos se mordían y arañaban con la intención de matarse. En un momento dado, el de pelaje cenizo se lanzó sobre el de pelaje negro y lo sometió con su propio peso contra el suelo.

«Te vas a arrepentir de haberte metido conmigo»

Lanzó su hocico hacia el cuello del otro alfa, quien batallaba en vano para poder zafarse. El lobo cenizo terminó por morder lo suficientemente fuerte su cuello hasta arrancarle un aullido de dolor que alertó a todos los presentes.

—¡Namjoon, detente!— la pelinegra se acercó corriendo. Estaba aterrorizada, pero no podía permitir que matara al verdadero padre de su cachorra —Por favor, tú eres más que esto, no vale la pena que te ensucies las manos por él. ¿Acaso quieres ir a la cárcel? ¿Qué va a pasar con Seokjin y tu cachorro si te encierran?

Odiaba mencionar el nombre del castaño, mucho más admitir que el hijo que éste esperaba sí era de Namjoon, pero ahora no tenía otra alternativa que mencionarlo para hacerlo entrar en razón.

Y al parecer funcionó, pues el lobo de Namjoon aflojó el agarre de su cuello y se echó para atrás, dando por terminada la pelea.

El otro alfa estaba herido, la sangre escurría de su cuello y se encontraba demasiado débil, tanto que terminó volviendo a su forma humana antes de caer desmayado.

—¡Llamen a una ambulancia!— la pelinegra gritó mientras se arrodillaba a su lado, haciendo presión en la herida para evitar que la sangre siguiera saliendo.

Jaewook se acercó a él y rápidamente cubrió la herida con un pedazo de tela para evitar una hemorragia, seguido de esto, se apresuró a llamar a una ambulancia.

Namjoon salió de la casa, aún en su forma lobuna. No podía volver a su forma humana ya que su ropa se había hecho pedazos al transformarse, tampoco podía entrar a su auto por obvias razones, por lo que no tuvo más remedio que marcharse corriendo.

Sus ojos derramaban lágrimas en demasía. No le preocupaba el otro alfa, pues no lo había mordido con la suficiente fuerza para llegar a matarlo, lo que le dolía era darse cuenta de la verdad y saber que había herido a Seokjin injustamente.

Lo había humillado y rechazado, había dicho cosas que ahora le atormentaban la mente como mil dagas afiladas y no sabía cómo iba a remediarlo. Su Jinnie, el amor de su vida había sido lastimado por él mismo y ahora no sabía si lo recuperaría.

Jackson y Seokjin regresaban al departamento luego de haber hecho algunas compras para el cachorro. Mark no había ido debido a que se sentía algo enfermo y aunque Jackson insistió en quedarse a cuidarlo, él le tranquilizó diciéndole que no era nada grave y que era mejor que acompañara a su amigo.

Seokjin realmente admiraba la confianza que ambos se tenían. Aunque no tenía porqué, eso era lo primordial y normal en toda pareja ¿Cierto?

Ingresaron al edificio y tras saludar al dueño, subieron por el ascensor hasta su piso. Jackson tuvo que bajar las bolsas para ingresar las llaves y cuando abrió la puerta, casi se va para atrás al recibir a Mark en sus brazos.

—¡Alfa!— el rubio enredó sus piernas en la cintura del de mechas castañas y enterró su nariz en su cuello.

Seokjin estaba confundido, aún de pie en medio del pasillo. Recogió las bolsas y trató de pasar, pero de inmediato, Mark le gruñó territorialmente.

—Alfa mío, vete.

El castaño abrió sus ojos en grande ¿Qué estaba pasando? Si hace unas horas estaban bien y no recordaba haber hecho nada malo. Extrañado, miró a Jackson sin saber qué hacer, por lo que éste suspiró rendido mientras cargaba a Mark.

—Huele el departamento, está lleno de sus feromonas— entró al lugar y se sorprendió al ver un nido en mitad de la sala —Madre Luna, acaba de entrar en celo.

En ese momento, el castaño entendió el porqué de su actitud.

—Veo que se pone muy territorial— comentó mientras dejaba las bolsas de compras en su habitación.

—No te lo imaginas— respondió mientras daba caricias en el cabello de su omega y lo iba a dejar en el nido con delicadeza. Sin embargo, no lo había terminado de acostar cuando escuchó un chillido de su parte.

—Quiero que se vaya, quiero estar contigo a solas— lo abrazó mientras le gruñía a Seokjin para que se marchara.

—Pero cariño, Seokjin no tiene donde quedarse...

—Descuida, no lo alteres— el castaño lo interrumpió —Puedo irme y volver en unas horas, posiblemente ya esté dormido. Lo que menos quiero es molestarlos.

Jackson iba a refutar, pero el menor negó con un movimiento de cabeza y abrió la puerta con la disposición de irse.

—Disfruten— dijo a manera de burla antes de salir, dejando al alfa con un poderoso sonrojo y un omega necesitado.

Era cierto lo que decía Jackson, no tenía a donde ir esa noche, por esa razón, esperaba que ambos estuvieran dormidos cuando volviera o que al menos, Mark estuviera más tranquilo. No era buena idea meterse en el hogar de una pareja cuando uno de los dos está en celo, eso podría causar malos entendidos y provocar un problema aun mayor.

Si era necesario, pagaría una habitación por las siguientes noches con tal de no intervenir entre ellos.

Al salir del edificio, el viento helado de la noche le acarició el rostro, provocándole escalofríos. Miró hacia la calle, notando los autos que transitaban a esa hora y algunos peatones que caminaban tranquilamente...

O eso hasta que todos vieron a un lobo de pelaje cenizo llegar corriendo hacia donde estaba Seokjin.

©AlejaDeMin

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