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CAP 54: "Invitado inesperado"

Namjoon se mantenía echo un manojo de ansiedad mientras esperaba a Younha en el sofá de su sala. Acababa de colgar el teléfono tras haberle dicho que necesitaba hablar con ella y solo podía tratar de organizar en su mente todo lo que quería decirle.

Estaba furioso, no entendía cómo Younha había podido llegar al alcance de planear dichas fotos para perjudicar a Seokjin. Osea, era consciente de que ella lo detestaba, pero no pensaba que a tal punto.

Ahora también estaba el asunto del menor. Decir que no estaba preocupado por su salud sería mentira. Sí, aún tenía la duda sobre su paternidad con el bebé del castaño, pero también le había dejado preocupado lo que aquel alfa le había dicho. Él no quería que Seokjin muriera, aun si se comprobaba que él no era el padre de su hijo, tampoco le deseaba la muerte. Eran dos cosas totalmente distintas.

Se hallaba sobrepensando toda esta situación hasta que el timbre de la casa le sacó de su ensimismamiento. Sin perder tiempo, fue a abrir la puerta, encontrándose a la omega pelinegra con una actitud muy distinta a la de la última vez que se vieron.

—Hola, Namjoon ¿Cómo estás?— saludó cortésmente, hasta podría decirse que con una sonrisa de completa felicidad, como si se hubiera olvidado por completo de lo ocurrido en la sala del alfa.

—No tan bien como tú, de eso estoy seguro— respondió serio, ocasionando que la sonrisa en el rostro de la omega desapareciera.

—¿Ocurre algo?

—Pasa.

La pelinegra hizo lo pedido y entró a la residencia. Su vista se mantenía fija en Namjoon mientras éste caminaba hacia la sala con su entrecejo fruncido a más no poder. El moreno le hizo una seña para que se sentara, a lo que ella no tardó en obedecer.

—Ya descubrí todo tu jueguito, Younha. Puedes dejar de fingir— fue lo primero que Namjoon pronunció y fue suficiente para ponerle los nervios de punta a la susodicha.

Sin embargo, ésta se hizo la desentendida.

—No entiendo a qué te refieres ¿Cuál juego, Namjoon?— empezó a jugar con sus dedos, tratando de no demostrarle nada al alfa.

—Claro que sabes a lo que me refiero. Younha, tu cómplice vino a verme hoy para contarme el plan que armaste para perjudicar a Seokjin— en ese momento, la pelinegra solo podía pensar en las muchas formas que tenía para matar a Jaehwan —¿Cómo pudiste? ¿En qué más me has estado mintiendo?

—Namjoon, te juro que en nada más— se levantó y caminó dudosa hacia él —Lo siento, yo solo quería conseguir una oportunidad para demostrarte que Seokjin no era el padre de tu hijo, tú no me escuchabas, así que tuve que armar todo esto para que me creyeras.

El alfa la miró con ganas de gritarle, pero se absuvo lo mejor que pudo y contó hasta diez para conservar la compostura.

—Esa no era la forma. Ya no puedo confiar en ti, ya no puedo creer en nada de lo que me dices— la omega hizo sus labios una línea, bajando su cabeza, pero justo cuando creyó que se había acabado, el mayor pronunció lo que tanto temía —Vamos a repetir el examen de paternidad, esta vez, en el hospital que yo escoja.

Ella alzó la mirada y lo vio con algo que Namjoon interpretó como miedo.

—Espera, no podemos hacer eso ¿Quieres poner en peligro a nuestra hija?

—Ya no estoy seguro de que esa bebé sea mi hija. Y no es que la quiera poner en peligro, pero no me dejas alternativa, con tus engaños y mentiras solo has provocado que desconfíe de ti.

La menor se mordió el labio inferior atemorizada, no sabía qué hacer, su plan estaba a punto de caer por un abismo y ella estaba entre la espada y la pared. En vista de que Younha no diría nada, decidió volver a hablar.

—Sacaré la cita para mañana.

—¡Espera!

La omega se apresuró a sacar de su bolso un sobre blanco y se lo entregó al alfa. Éste lo miró con recelo, pero terminó por abrirlo y revelar su contenido. Al hacerlo, un nudo se estableció en su garganta.

—Quería darte la sorpresa... Mis padres están organizando el babyshower para nuestra hija, es mañana, así que hoy estaba entregando las invitaciones— informó con la cabeza gacha —Solo... Esperemos a mañana, después del babyshower, podremos ir a hacer la prueba si así lo quieres, pero por favor, no dejes a mis padres con los preparativos hechos.

Namjoon se mordió la carne interna de su mejilla, pensando en qué debería hacer. Sí, estaba enojado con ella, pero tampoco quería hacerle tal desplante. La duda de su paternidad estaba ahí, pero jamás se perdonaría si faltara al babyshower de su hija si resultaba siéndolo. Al final, soltó un suspiro y asintió levemente con su cabeza.

—Muy bien, pero después de mañana, iremos a hacerte la prueba— la omega asintió un poco más tranquila.

Después de eso, no pasó mucho para que ella se despidiera con la excusa de que debía seguir entregando las invitaciones a sus amigos y familiares.

Cuando estuvo de nuevo solo, se tiró en el sofá y miró su teléfono, más específicamente, los contactos, en los cuales bajó hasta llegar a la letra "M". Aún no le cambiaba el nombre de contacto a Seokjin, por lo que en su teléfono seguía apareciendo como "Mi omega precioso".

Sus dedos picaron por darle en el botón de llamar, pero había algo que se lo impedía. ¿Qué le diría? No podía simplemente llamarlo y preguntarle cómo se encontraba, después de la última vez que hablaron, posiblemente Seokjin lo mandaría al diablo y con justas razones. Ahora que lo pensaba con cabeza fría, había sido muy cruel esa vez al decirle que le compraría cosas más lindas a su hija; si Seokjin lo odiaba en estos momentos, tenía todo el derecho.

Pero esa vez estaba enojado. Le había prometido al castaño mejorar su actitud para bien, no ser tan impulsivo ni dejar que sus emociones lo dominaran, pero le costaba. No se sentía capaz de cambiar eso por mucho que lo quisiera.

Necesitaba ayuda.

Al final, decidió guardar su teléfono y seguir con sus actividades del día. Mañana sería un día ajetreado y el día siguiente determinaría lo que haría con todo este asunto.

—¡Namjoon! Sí llegaste.

—Por supuesto, no iba a faltar— el alfa le brindó una pequeña sonrisa al tiempo que bajaba de su auto.

Younha vestía una licra negra para mayor comodidad junto a una blusa de embarazada color rosa y un maquillaje sutil que resaltaba sus ojos, sin mencionar la corona de flores que adornaba su cabeza. Sino fuera por todo lo que había pasado, Namjoon le hubiera dicho que se veía hermosa, pero era mejor evitar situaciones que pudieran malinterpretarse.

Él vestía con unos jeans azules y una camisa de cuadros color verde, algo casual, pero acorde a la situación.

Al entrar a la casa, sus ojos vagaron por toda la decoración. La sala estaba adornada con globos dorados, blancos y rosas; la mesa tenía una decoración similar y un bonito pastel de tres pisos se hallaba en el centro. A la izquierda del salón, había una especie de cuna donde los invitados iban a dejar los regalos que habían comprado y a la derecha había una mesa con dulces que estaba siendo atacada por los niños presentes.

Sin darse cuenta, se había quedado ensimismado en la mitad del salón, algunos invitados se acercaron a saludarlo, pero él a duras penas respondía. Se sentía extraño y no debido a su celo, que gracias a la Madre Luna, había terminado ayer, sino que se sentía fuera de lugar. No conocía a nadie en aquella fiesta, exceptuando a los padres de Younha, que hablando de ellos, todavía no los había visto.

Como si los hubiera invocado, la madre de la pelinegra bajó las escaleras seguida de su esposo; apenas lo vio, se acercó muy animada para saludarlo de la misma forma.

—Nos alegra mucho que vinieras, Nam. Mi hija estaba muy emocionada ayer mientras preparábamos todo— su ex suegra le abrazó fraternalmente, a lo que él correspondió por educación.

Sin embargo, su ex suegro no le saludó con la misma emoción, por el contrario, se mantuvo alejado y apenas hizo un movimiento de cabeza para saludar.

Namjoon lo sabía y compartía su emoción. Ambos no se llevaban bien desde que él había ido a denunciar a Younha por acoso y su ex suegro le había reprochado en su despacho por hacer quedar mal a su hija frente al departamento de policía.

Por supuesto que el hombre no quiso proceder con la denuncia y ordenó a todo el departamento que hicieran caso omiso, ya que no habían pruebas de que su hija estuviera acosando a un alfa. Eso había ocasionado una riña que terminó en una discusión muy fuerte entre ambos. El hombre no entendía qué le veía Younha a Namjoon, sí, tenía dinero y todo, pero fuera de eso, no lo veía como un alfa digno de estar con su bebé.

Sin embargo, Younha lo quería para ella y por tal motivo, había terminado por "aceptar" que su hija tratara de recuperarlo.

Volviendo al presente, una vez el alfa se hubo separado del abrazo, la mujer le invitó a que disfrutara de la fiesta mientras terminaban de preparar la comida.

Dispuesto a distraerse un rato, se dirigió a la mesa de dulces para comer unos cuantos hasta que la voz de Younha tras suyo lo hizo voltearse.

—¿Tienes un segundo? El fotógrafo acaba de llegar y quiere tomarnos unas fotos frente a la mesa y junto a los invitados— Namjoon asintió de inmediato y caminó junto a ella hasta el lugar que el fotógrafo les había indicado.

Al principio, las fotos iban bien, estaban ambos solos sin mucho acercamiento por elección de Namjoon, pero fue precisamente eso lo que ocasionó que el fotógrafo les pidiera que se acercaran más para algunas poses.

—A ver, colócate detrás de ella y abrázala de manera que tus manos queden en su vientre— Namjoon hizo lo pedido, aunque algo incómodo por la cercanía.

El resto de fotos fueron tomadas, haciéndole caso al chico que se mantenía completamente ajeno a la situación que ambos vivían, fue por esto que no le vio nada de malo el hacer la petición que Namjoon tanto temía.

—A ver, coloquense de frente, tú coloca las manos en su vientre y dense un beso.

El alfa lo miró con los ojos bien abiertos y de inmediato, se negó.

—¿Podemos omitir esta foto?

—Vamos, una sola, que su bebé vea en el futuro estas fotos y observe lo mucho que sus padres se aman.

Las cejas de Namjoon se alzaron momentáneamente tras escuchar eso, gesto que Younha no pasó desapercibido. Tras notar la incomodidad en el alfa, le susurró al oído.

—¿Te parece si me das el beso en la frente? Para que no tengas que dármelo en los labios.

Namjoon no estaba muy de acuerdo con la idea, pero terminó por acceder para no rechazarla frente a todos los invitados. Una cosa era hacerlo en privado y otra muy diferente hacerlo en público. No quería parecer un poco alfa al rechazar a la madre de su hija frente a sus familiares y amigos.

El fotógrafo pareció satisfecho con la pose que adoptaron y les tomó la foto donde Namjoon besaba a la omega en la frente mientras abrazaba su vientre.

—Qué lindos salieron, muchas felicidades— el chico les sonrió sinceramente y se fue a llamar a los demás invitados para sacar una foto de ellos junto a los futuros padres.

Las horas fueron transcurriendo con relativa rapidez, cuando menos lo esperaron, había llegado la hora del cena, por lo que los invitados fueron llamados al comedor mientras los platos con comida eran servidos.

En la cocina, madre e hija servían los platos con comida mientras Namjoon y el padre de Younha los llevaban al comedor del jardín trasero. Tal era el ajetreo que ambos alfas se habían olvidado de que no se llevaban bien y solo se concentraban en ir, llevar y volver.

Al terminar, Namjoon se tomó un minuto para respirar. Necesitaba descansar un momento de tantas personas y el único lugar donde podía hacerlo era en la sala. Se sentó en uno de los sillones mientras veía a Younha platicar con una de sus amigas sobre algo que no tenía mayor importancia para él.

En ese momento, el timbre de la casa sonó, sacándolo del trance en el que no sabía que se encontraba.

—Namjoon ¿Podrías abrir, por favor?— la omega le pidió desde su lugar, aprovechando que el alfa estaba más cerca de la puerta.

Éste asintió sin decir nada y fue a abrir, pero al ver a la persona que había llegado, su entrecejo se frunció a más no poder.

—¿Qué hace usted aquí?

El tío de Younha, quien sostenía un oso de peluche como regalo para su sobrina y había sido el responsable de las pruebas de paternidad, perdió todo rastro de color.

©AlejaDeMin

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