CAP 49: "Rechazo"
El ambiente se había vuelto demasiado tenso al punto de que podrías pensar que se cortaría fácilmente con un cuchillo. Las emociones de todos estaban al tope y no precisamente por ser positivas.
—¿Qué mierda está diciendo?— Seokjin se acercó de manera amenazante hacia el profesional y lo agarró por el cuello de la camisa —¿Es una maldita broma? Porque si es así, le juro que no me da nada de gracia.
—Por favor, tranquilícese, no me haga llamar a los de seguridad— se deshizo del agarre del omega y se organizó la bata.
—¡¿Pero cómo demonios me dice que me tranquilice?! Esos resultados están errados. Yo no he estado con nadie más que con mi alfa ¿Y ahora ese maldito papel dice que él no es el padre biológico de mi cachorro? ¡Qué se joda!
Jackson lo tomó por los hombros para tratar de calmarlo, pero eso solo lo hizo enfurecer más. Se deshizo del agarre del alfa y se encaminó hacia Younha.
—Tú tuviste algo que ver con esto— la pelinegra abrió su boca ofendida.
—¿Y ahora me echas la culpa a mí de que te hayas ido de sinvergüenza a verle la cara a Namjoon? Por favor, ten un poquito de dignidad y acéptalo, tu mentira no te iba a durar toda la vida.
El castaño alzó su mano para cachetearla, pero grande fue su sorpresa al sentir cómo su muñeca era tomada con fuerza para evitarlo. Giró su rostro y miró con miedo el rostro de Namjoon que no reflejaba expresión alguna.
—Basta— aquella súplica salió en un susurro que demostraba que el moreno estaba luchando por no soltarse a llorar ahí mismo —Por favor, ya no mientas. No voy a superar un engaño más de tu parte.
El menor lo miró con los ojos acuosos y una expresión afligida. —¿Entonces le crees a esos resultados?
—¿¡Cómo no voy a hacerlo?!— alzó la voz más de lo que hubiera querido, asustando en demasía al omega —Maldita sea, Seokjin. Confié en ti, te entregué mi corazón y te importó una mierda hacerlo pedazos. Dime ¿De quién es el cachorro?— señaló con rabia su vientre.
Seokjin abrió sus ojos, empezando a llorar. —Es tuyo, Nammie. Este bebé es fruto de nuestro amor...
—¡Deja de mentir, maldita sea!
El castaño bajó su mirada y empezó a llorar más fuerte. Su cabeza dolía al igual que su corazón. ¿Qué había pasado? ¿Por qué le pasaba esto a él? Estaba seguro de que no había hecho algo tan malo en su vida como para recibir el desprecio de su alfa. Su vista se volvió borrosa por las lágrimas y solo podía escuchar palabras hirientes provenir de Namjoon; aquel que creyó, dejaría de ser impulsivo y empezaría a confiar más en él ¿Y ahora qué? Las palabras de anoche no habían significado nada y ya no podía seguir creyendo que aquel alfa cumpliera su promesa.
—Namjoon, cálmate, por favor. Estás diciendo cosas de las que te vas a arrepentir después— Jackson lo confrontó con voz calmada mientras abrazaba el cuerpo del omega para tratar de tranquilizarlo.
El susodicho lo miró como si hubiera dicho algo en otro idioma. Se quedó mirándolo por unos segundos y luego soltó una risa irónica que lo desconcertó.
—No, esto no es cierto... ¿Es una broma, Wang?— el alfa menor frunció el entrecejo, aún sin entender —Ahora lo entiendo. El porqué defendías tanto a Seokjin y te pusiste de acuerdo con él para inventar esa historia del supuesto acosador— ambos abrieron sus ojos con miedo y lo miraron de la misma forma, esperando que no estuviera pensando eso —¿En serio fuiste capaz de hacerme esto, Jackson? ¡Eras mi mejor amigo, maldición! Ahora todo está más claro. Nunca sospeché del porqué siempre te ponías de su lado, aún cuando tu mejor amigo era yo— se dirigió al menor y escupió con decepción —Andabas revolcándote con él y querías que yo me hiciera cargo de tu hijo ¿No es así?
—¡Eres un maldito idiota!— su mano se estampó contra la mejilla del alfa con tal fuerza que lo desestabilizó —Lo único que hice fue serte fiel y amarte como a nadie en toda mi vida, pero ahora veo que no podía esperar lo mismo de ti. Al principio, mi intención era no decirte que estaba en cinta, pero fui un idiota y en un momento de debilidad te lo conté. Lo único que quería era que fuéramos una familia y que vieras crecer a nuestro hijo...— su voz se quebró —Pero si esta es tu decisión, entonces no lo vas a conocer ¿Me oíste?
Dicho esto, se dio media vuelta y se fue a paso rápido para salir lo más pronto posible de aquel lugar.
Pero justo cuando el moreno creyó que se había acabado, el puño del otro alfa se encajó en su pómulo y una patada se estableció en su estómago. Tal fue el dolor que cayó al piso y perdió el aliento por unos segundos. Con ira miró al que fue su mejor amigo, pero antes de que pudiera decir algo, este le tomó por el cabello y habló.
—Solo espero que no te arrepientas después, Kim Namjoon.
Y sin más, lo soltó y corrió en la dirección por donde se había ido Seokjin.
Younha corrió horrorizada a examinarlo y a ayudarlo a levantarse. No se había atrevido a meterse antes debido a que se sintió intimidada por la faceta agresiva del otro omega y el semblante iracundo del otro alfa. Sin mencionar que no le convenía meterse en la pelea en su estado.
Mientras tanto, el profesional miraba con remordimiento la escena, pensando en si había hecho lo correcto al complacer los caprichos de su sobrina.
Afuera del hospital, Seokjin lloraba desconsoladamente contra el pecho de Jackson. Su corazón se había roto nuevamente y esta vez, no sabía si podría llegar a perdonar al alfa de cabellos cenizos.
—Esos exámenes estaban mal— exclamó con la voz quebrada en un susurro casi inentendible —Yo no le he sido infiel a Namjoon.
El de mechas castañas asintió con su cabeza, abrazándolo un poco más fuerte para transmitirle la protección que se supone, debería haberle brindado su alfa ante esta situación.
—Yo te creo, no te preocupes. Estoy seguro de que esa omega tuvo algo que ver en todo esto— el llanto de Seokjin se hizo más fuerte, por lo que decidió añadir —Pero no pienses en esto ¿Sí? Ya veremos la forma de que todo se aclare.
—Nammie me odia— comenzó a hiperventilar —Ya no quiero... No puedo creer que me haya dicho todo eso... Tengo que irme de su casa, pero no puedo volver a la de mi mamá... No soportaría la vergüenza de volver otra vez.
El alfa se apresuró a llevarlo a un lugar para que se sentara y allí le trató de tranquilizar por medio de ejercicios de respiración. No podía permitir que algo malo le pasara a su amigo, mucho menos ahora que estaba tan sensible por el embarazo y el rechazo de su alfa.
Una vez el castaño se calmó un poco, sacó su celular para marcarle a Mark.
—Ya vengo ¿Sí? No te muevas.
Seokjin miró en silencio cómo el alfa hablaba por teléfono con su novio. Debido a la distancia, no podía entender muy bien la conversación, pero eso realmente no le importaba ahora. Lo único que quería era irse de la casa del moreno y desaparecer de su vida de una vez por todas. Si él había sido capaz de negar a su cachorro, no merecía estar presente en su vida.
Su pecho se encogió de una manera que le hizo difícil la tarea de respirar. Llevó su mano al área de dolor y tragó saliva con dificultad.
¿Qué le estaba pasando?
La fatiga duró unos cuantos minutos hasta que fue pasando poco a poco. Tomó un sorbo del agua que llevaba en su bolso y cuando Jackson volvió, ya se había repuesto medianamente.
—Hablé con Mark y le conté la situación— le informó, sentándose a su lado —Dijo que puedes venir a nuestro departamento, es bastante amplio, así que no tendremos problema por el espacio.
El castaño lo miró preocupado y de inmediato, negó.
—No quiero ser una carga para ustedes... Ya me las arreglaré para rentar un departamento pequeño, con el dinero que ahorré trabajando puedo comprar...— Jackson lo interrumpió.
—Jin, ese dinero dijiste que lo destinarías para los gastos de tu bebé. En serio, no te preocupes, no serás una carga para nosotros. Mark dijo que podías quedarte el tiempo que quisieras, es su manera de compensarte por haberte golpeado aquel día en el local.
El menor soltó un suspiro mientras lo pensaba. Sentía su orgullo por el suelo al estar molestando a personas ajenas a su situación, pero también le daba mucha vergüenza tener que volver con su madre porque las cosas con su alfa no funcionaron. Otra vez.
Después de un rato, decidió hablar.
—Jackson, yo...— se mordió el labio —Voy a aceptar su propuesta, pero voy a buscar la manera de conseguir una fuente de ingresos para ayudarlos con los gastos domésticos.
—Eso no va a ser necesa-...
—Sí lo es— lo interrumpió —Por mi estado de salud, sé que no puedo buscar trabajo como el que tenía en el restaurante, pero puedo trabajar en línea y conseguir algo de dinero. Es la única condición que pongo para aceptar.
El alfa lo miró con una pequeña sonrisa, sabiendo que su amigo era muy obstinado y no aceptaría si él no cedía ante tal condición. Al final, decidió acceder.
—Está bien, como tú quieras. Vamos a la casa de Namjoon a recoger tu ropa.
El armario de su antigua habitación se fue vaciando poco a poco, el armario de tocador cada vez se veía más desocupado y cuando menos pensó, todas sus pertenencias se hallaban dentro de la maleta con la que entró a ese lugar el primer día.
Al verse de nuevo en esta situación, no pudo evitar soltarse a llorar en el borde de la cama. Sentía sus ojos tan pesados y no era para menos, había llorado la mayor parte del día y sus ojos ya estaban hinchados.
—Vamos a empacar las cosas de tu bebé— sin ánimos de responder nada, se levantó y caminó hacia el cuarto que semanas atrás, Namjoon y él habían pintado de color verde pastel.
Los recuerdos le producían nostalgia, pero ya no quería seguir derramando lágrimas por alguien que no lo merecía.
En su maletín de la universidad, empacó la ropita que su madre y Hyunmi le habían regalado a lo largo de este tiempo, empacó algunos sonajeros y cerró el maletín.
—¿No vas a llevar el resto de cosas?— el castaño negó.
—Todo esto lo compró Namjoon— miró con tristeza la cunita, el móvil y los peluches en el estante —No quiero darle motivos para que diga que aparte de infiel, soy un ladrón.
Jackson iba a refutar, pero decidió mejor no hacerlo, no era el momento adecuado para discutir sobre ello y si esa era la decisión de su amigo, no le quedaba más remedio que apoyarlo.
Optó por cargar la maleta más pesada y dejarle la más liviana al menor. Ambos bajaron las escaleras y cuando pasaron por la cocina, Seokjin se acercó y tomó los medicamentos de su tratamiento.
—Ahora sí, podemos irnos.
Dejó la copia de la llave sobre la mesa de centro y cerró la puerta principal tras de sí, haciendo saber con ese gesto que no tenía planeado ni pensado volver a la mansión.
El alfa subió las maletas al auto y una vez estuvieron ambos dentro, emprendió marcha hacia su departamento.
—Llamé a Mark y me dijo que ya nos está esperando, dijo que preparó algo delicioso para recibirte— le sonrió un poco para tratar de aligerar el ambiente, pero no lo consiguió.
Completamente distante a todo lo que ocurría, Seokjin se mantenía sumergido en sus pensamientos mientras observaba por la ventana cómo la mansión se iba alejando cada vez más.
Capítulo dedicado a: @Lali_Salami_04 ❤️
©AlejaDeMin
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