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CAP 43: "Trampa"

Después de que el alfa le explicara todo a su omega, éste se mantuvo callado, con su semblante entristecido y preocupado al mismo tiempo. Llevó una mano a su vientre y lo acarició con temor; él también temía perder a su cachorro y sabía que aunque sobreviviera al parto, no resistiría la pérdida de su hijo.

—Namjoonie ¿Puedo pedirte algo?— cuestionó después de unos minutos de silencio.

El moreno asintió sin dudarlo —Claro, dime.

—Si cuando llegue la hora del parto, las cosas se complican y debes escoger entre uno de los dos, por favor escoge a mini Jin.

Los ojos del alfa se abrieron desmesuradamente y su rostro perdió todo color ante tal petición. Trató de responder, pero un nudo se formó en su garganta, impidiéndole hablar.

¿Cómo podía hacer eso? Él no quería perder a su cachorro, pero tampoco quería perder al amor de su vida. Si mini Jin moría, sabía que Seokjin no lo resistiría y si él llegase a morir, él tampoco podría afrontar el dolor. Su hijo quedaría solo y la sola idea lo quemaba por dentro.

Trató de disipar esos pensamientos negativos de su mente antes de mirar a los ojos de su predestinado.

—Príncipe, no voy a escoger entre ustedes dos porque ambos van a sobrevivir ¿Entiendes?— le tomó el rostro para hacer que lo mirara —Haremos que recuperes a tu lobo, ya no voy a seguir vacilando.

En ese momento y antes de que Seokjin pudiera responder, la puerta del cuarto se abrió, dejando ver al doctor Lee junto a su madre y los demás alfas que habían estado pendientes de su estado.

Debía admitir que no esperaba ver a Hyunmi también allí, pero se lo agradecía y se lo hizo saber con una mirada. La alfa se limitó a asentir y abrazó a Yuna por los hombros.

—Yo dije que solo podían entrar la madre del paciente y alguien más, pero todos se opusieron y decidieron entrar en colectivo— se disculpó el profesional antes proceder con lo verdaderamente importante —Supongo que ya puso al tanto de la situación al joven Kim ¿No?— se dirigió a Namjoon, quien asintió —Bien, entonces iré al grano. Seokjin, como ya sabes, tu embarazo es de alto riesgo debido a tu condición. Te hicimos unos exámenes para detectarte una posible anemia, lo cual es muy común en los omega en cinta, así que no te preocupes. Como ya le expliqué a tus familiares, si el diagnóstico llega a ser verídico, debes empezar un tratamiento para que te recuperes y la enfermedad no traspase al feto.

El castaño dio un asentimiento al tiempo que colocaba su mano dominante sobre su vientre.

—Con respecto al problema de tu parte lobuna, hablé con tu alfa y es esencial que sepan esto— la pareja le puso total atención —Supongo que pensarán en formar el lazo apenas salgan del hospital ¿O me equivoco?

Un sonrojo se adueñó de las mejillas del menor por la vergüenza de estar escuchando esto frente a sus amigos y su mamá. Sin embargo, él y Namjoon se hallaron asintiendo.

—Bien. Déjenme advertirles que aún no pueden consumar el acto hasta que tú estés medianamente recuperado— se dirigió al omega, quien sintió su corazón acelerarse.

Namjoon frunció el entrecejo y miró a Seokjin confundido para después volver a mirar al profesional —¿Cómo que no podemos, doctor? Expliquenos eso, por favor.

Jongsuk soltó un suspiro y se acomodó los lentes antes de volver a hablar —El paciente aún está muy débil por la anemia, por lo que debe seguir el tratamiento para que su sistema pueda fortalecerse y estar lo suficientemente preparado para consumar un acto tan importante y fuerte como lo es la realización del lazo— explicó detenidamente —Esto puede durar de uno a dos meses, pero dadas las circunstancias, se estima que si usted inicia el tratamiento hoy mismo, pueden hacerlo dentro de tres semanas aproximadamente.

La pareja asintió comprendiendo.

—Mientras tanto, voy a recetarle completo reposo para que su recuperación sea rápida y completa. Nada de trabajar, ni hacer esfuerzos muy grandes. Puede ir a estudiar, pero siempre y cuando no haga mucho esfuerzo físico.

Ante esto, los ojos del omega se trasladaron hacia los dos alfas que observaban la situación en silencio. Inari negó con su cabeza y se cruzó de brazos, dándole a entender que ahora sí no podría seguir trabajando.

Tras recibir unas últimas indicaciones por parte del doctor, éste se retiró con la promesa de volver cuando los resultados estuvieran listos. Una vez estuvieron solos, el primero en hablar fue Jackson.

—Me duele que no puedas seguir trabajando con nosotros, pero va a ser lo mejor, por lo menos hasta que des a luz.

—Mi hermano tiene razón— complementó el mayor —Voy a seguir pagándote tu salario mientras pasa todo esto. Una vez que des a luz, si decides volver al local, las puertas están abiertas.

Seokjin asintió cabizbajo mientras susurraba un "Gracias" hacia el par de hermanos que le habían dado la mano cuando más lo necesitaba.

Le molestaba tener que dejar de trabajar, pero ahora debía priorizar su embarazo, y la salud de su cachorro y la suya. Iba a ser difícil tras mantener una rutina los últimos meses, pero iba a tener que acostumbrarse.

Tal y como lo habían pronosticado, los exámenes por anemia arrojaron resultados positivos y el doctor Lee le recetó dos tabletas de pastillas que le servirían para recuperarse, sin mencionar la dieta que ahora debía seguir obligadamente.

Después de que le dieran de alta, Namjoon le propuso a Yuna que le permitiera a Seokjin quedarse en su casa para estar al pendiente de él y aunque la omega dudó al principio, terminó por aceptar con la condición de ir todos los días a visitarlos.

Al castaño se le hacía raro volver a vivir con Namjoon, pero no un raro malo, sino más bien, un sentimiento de nostalgia. Ya llevaba una semana viviendo nuevamente en aquel lugar y comenzaba a sentirlo de nuevo como su hogar.

Aunque claro, no todo iba a ser color de rosa.

Cuando Namjoon le dijo que estaría al pendiente de él, no se esperaba que, literalmente, estuviera todo el día junto a él. Realmente los únicos momentos del día cuando estaba solo era cuando estaba en la universidad, cuando el alfa se duchaba y cuando iba a preparar algo de comer, y eso que cuando hacía esto último, a cada rato subía para darle un vistazo y asegurarse de que seguía bien.

No lo malentiendan, le parecía tierno ver la preocupación latente en el moreno, pero a veces quería salirse de la cama para ir a dar una vuelta por la gran casa o solamente comer algo que se le antojara. Namjoon no le permitía comer mucho dulce porque le recordaba la dieta que debía seguir para recuperarse lo más pronto posible ¡Y ya estaba harto de comer brócoli y legumbres!

Algunas cosas en su dieta sí le gustaban, como por ejemplo, el yogurt desnatado de frutas o cereales, las galletas y la compota de manzana, aunque sí tenía cierta preferencia por las galletas y las comía a deshoras cuando Namjoon no lo veía.

En fin, habían cosas que le gustaban y otras que no tanto, pero debía acostumbrarse a ellas mientras llegaba el día en que pudieran formar el lazo. Solo pensar en ello le producía un cosquilleo en el pecho y en el vientre bajo. Ya quería que pasaran estas dos semanas para poder volverse uno solo con su alfa destinado y el amor de su vida.

Sí, claro.

Ya era la última hora de clase y Seokjin estaba loco por los antojos que comenzaban a abordarlo. Quería comer las galletas que Namjoon le había empacado, pero estaba en clase y el docente no le permitiría comer en el salón.

Ya ni siquiera le estaba prestando atención, lo único que veía eran las manecillas de su reloj moviéndose con una lentitud impresionante y todavía faltaban quince minutos. Trató de esperar más tiempo, pero no lo consiguió y se halló saliendo del salón cuando el licenciado estaba a punto de explicar la dinámica para el siguiente parcial.

Al salir al pasillo, se sentó en el suelo, abrió su maletín y de allí sacó el paquetito de galletas de mantequilla que tanto se moría por comer.

Cerró sus ojos mientras saboreaba una en su boca y se concentraba en lo bien que sabía. Tomó otra y justo cuando estaba a punto de comerla, vio a alguien acercarse hacia él.

Ay no.

—Hola, Seokjin— el alfa que lo había dejado en paz las últimas semanas, hizo acto de presencia. Con una sonrisa se sentó a su lado y lo miró fijamente —¿Qué haces fuera de clases?

Seokjin dudó un momento en contestar. Sabía que Jaehwan posiblemente estaba enojado con él por el asunto del local de comida, pero lo estaba disimulando muy bien.

—Tenía antojos— se limitó a responder, mandándose otra galleta a la boca.

Jaehwan miró fijamente el vientre del contrario y carraspeó al recordar el embarazo del chico. Sin embargo, no dijo nada al respecto y con algo de atrevimiento, robó una de las galletas y se la comió.

Seokjin frunció el entrecejo molesto, pero antes de que pudiera reclamarle, el mayor habló.

—Ya me hacías falta. Me alejé porque supuse que estarías molesto conmigo y decidí darte tu espacio, pero ya estamos bien ¿Cierto?— el menor se mordió la lengua sin saber qué responder.

—Uhm, sobre eso... Yo creí que tú eras el que estaba enojado. Ese día saliste muy molesto del local.

Un tic nervioso se instaló en el ojo de Jaehwan al recordar ese día y aunque el sentimiento de rencor aún se hallaba presente, supo controlar sus emociones para que su aroma no se tornara agrio y el menor lo notara.

Soltó una risa nasal para aligerar el ambiente e hizo un ademán, restándole importancia.

—Ya no importa. Encontré otro restaurante donde almorzar y la comida es casi igual de buena que en el local donde trabajas.

Al escuchar lo último, el castaño tuvo el impulso de decirle que ya no estaba trabajando por problemas con su embarazo, pero decidió cerrar la boca. Entre menos supiera ese alfa de él, mejor.

—Ah, sí. Eso me alegra— se limitó a responder.

En ese instante, el timbre de salida resonó por los pasillos y éstos no tardaron en llenarse de estudiantes que ansiaban llegar a casa. Jaehwan lo ayudó a levantarse para que los demás no lo pisotearan y una vez estuvieron de pie, ambos salieron hacia una zona más abierta y libre de tumulto, más específicamente, la salida.

Sí habían varias personas allí, pero sin duda estaba más despejada de estudiantes que los pasillos dentro del edificio. Al ver que aún no llegaba Namjoon, el castaño se giró hacia el alfa para agradecerle por haberlo ayudado, pero en ese momento, pudo sentir los labios del contrario estampándose contra los suyos mientras los brazos de Jaehwan lo abrazaban por la cintura y le impedían moverse.

Sus ojos se abrieron como platos y trató con todas sus fuerzas de apartarlo, pero era inútil, la fuerza que el alfa estaba infringiendo en el agarre era mucho más grande que la que él mismo poseía.

No fue sino hasta que logró dar un fuerte pisotón en el pie del contrario, que éste lo soltó. Sin perder un segundo, le propinó una fuerte cachetada que dejó boquiabierto a todo aquel que pasaba por ahí en ese momento.

—¡En mi vida me vuelves a besar y a tocar así, maldito desgraciado!— le gritó con la ira apoderándose de su cuerpo —No me vuelvas a buscar o a hablar porque no dudaré en tomar medidas contra ti ¡¿Me oíste?!

Sin darle chances de responder, se fue caminando de allí hasta que desapareció de su campo de visión.

Su mejilla ardía a horrores y había adoptado un fuerte color rojo que no desaparecería hasta el día siguiente. Con su orgullo de alfa habiendo sido cruelmente pisoteado, se encaminó colérico hacia un punto ciego donde Younha se hallaba escondida.

—¡¿Estás feliz con lo que provocaste?!— cuestionó casi gritando —Seokjin ahora me odia por tu culpa.

La omega sonrió apenada —Lo siento, no pensé que ese idiota sería tan agresivo— miró su celular —Agh, no importa. Ya tengo lo que necesitaba, así que hiciste un buen trabajo.

Jaehwan se cruzó de brazos —¿Y qué? Aunque el plan funcione para ti, yo nunca tendré una oportunidad con él porque lo acabo de echar a perder.

—Paciencia. Cuando Namjoon lo deje, Seokjin va a estar tan deprimido que aceptará cualquier premio de consuelo y ahí es donde tú entrarás.

Jaehwan la miró incrédulo —¿En serio crees eso? Como se nota que no lo conoces. Solo te digo algo, si las cosas no llegan a funcionar, yo te voy a delatar con ese alfa por el que tanto babeas.

—¡Que ni se te ocurra!— la omega lo miró verdaderamente molesta —Ya te dije que este plan va a funcionar, así que confía en mí ¿Quieres?

El alfa rodó los ojos antes de asentir —De acuerdo— aceptó a regañadientes.

Younha no pudo evitar esbozar una sonrisa mientras miraba con orgullo las fotos que acababa de tomar.

©AlejaDeMin

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