CAP 42: "No podemos perder más tiempo"
A Seokjin se le hacía raro que Jaehwan no hubiera venido a fastidiarlo las últimas semanas en la universidad, cosa que aunque era rara, agradecía bastante. El alfa tampoco había regresado al local de comida china, por lo que ahora se sentía libre del estrés que no le favorecía en nada a su cachorro.
Aquel día, cuando Inari y Jackson le preguntaron si le había contado todo a Namjoon y él les respondió que no, recibió un regaño bastante severo y un sermón por parte del alfa mayor. No fue sino hasta que el castaño les explicó lo que había sucedido, que ambos pararon con la reprimenda. Claro, Jackson se alegró bastante al saber que su mejor amigo estaba recuperado, pero al mismo tiempo, se preocupó cuando Seokjin llegó a la parte en la que él aún no recuperaba a su lobo.
A él también le preocupaba, pero solo le quedaba confiar en la Madre Luna como le había dicho a Namjoon el día que hicieron el amor.
Una sonrisa se estableció en su rostro al recordar esa noche e instintivamente, llevó dos de sus dedos a la zona de su cuello donde residía la marca temporal. A pesar de que fuera una de éste tipo, lo llenaba de sentimientos y le traía calma verla o solo tocarla. Podía sentir que su cachorro también se sentía feliz, no sabía exactamente cómo era consciente de esto, pero así lo sentía.
Y hablando de eso...
Debía hablar con Namjoon acerca del baby shower de su cachorro.
Sabía que aún desconocían el sexo, pero ya estaba a punto de cumplir cuatro meses y según el doctor Lee, podrían hacerle un ultrasonido a finales del mes para descubrir por fin si tendría un niño o una niña. Y pese a que todavía faltaban unas cuantas semanas, la sola idea de pensar en ello le emocionaba bastante. Quería ver a los padres de Namjoon junto a él, su madre y él mismo reunidos... Y tal vez ¿Por qué no? También a Hyunmi.
Sí, sí. La alfa hasta el momento no era muy de su agrado, pero sabía que su madre le había tomado mucho cariño (vaya a saber porqué, pero algo le vio) y casi se atrevía a afirmar que se veía como una omega enamorada. Así que contra su propio juicio y fuerza de voluntad, tendría que ir aceptándola poco a poco aunque pensara que su madre era demasiado para una alfucha como ella.
Pero bueno, regresando al tema de la fiesta. Debía admitir con amargura que hasta el momento, lo veía un poco complicado puesto que Namjoon aún no se reconciliaba con sus padres. Osea, sí habían tratado de hablar, pero todas las veces que lo intentaron, terminaron peleando. Hasta él había tratado de intermediar la situación entre ellos, pero no había logrado una reconciliación.
Ja, claro. Por eso estaba estudiando administración de empresas y no derecho.
Por el momento, se había resignado a dejar que ellos arreglaran las cosas entre sí. Él ya no podía hacer nada en esta situación y eso le frustraba. Solo esperaba que algo se le ocurriera pronto.
Un cansado alfa salía del trabajo aproximadamente a las ocho de la noche. Estaba muerto del sueño y en lo único que pensaba era en recoger a su omega y llegar a su casa a dormir hasta navidad.
Al subir a su auto, su celular vibró por un segundo para anunciarle un nuevo mensaje. Se acomodó en su asiento y encendió el teléfono.
Jackson
Bro, Seokjin se fue conmigo y con Inari,
espero que no te moleste. Dijo que se
sentía mal y que quería irse a su casa.
Ahora estamos donde tu suegra, ya se
siente un poco mejor, pero creo que
sería bueno que vinieras a verlo.
Visto a las 08:09 p.m.
Aquel mensaje hizo desaparecer todo rastro de sueño en él y como si le dijeran que había ocurrido una tragedia, comenzó a conducir a una velocidad alta hasta la casa de su omega.
Su lobo se removía inquieto y eso no hacía más que ponerlo ansioso —y no de la buena manera—. Su respiración se agitó considerablemente y su corazón parecía querer salirse de su pecho.
«Omega nuestro se siente mal»
Cuando llegó a la casa, se estacionó de cualquier forma y bajó del vehículo para ir a tocar frenéticamente la puerta. Jackson no tardó en abrir y Namjoon se asustó por la cara pálida que éste traía.
—Rápido, pasa— Namjoon entró corriendo y se dirigió a la sala. Su corazón dejó de latir por un momento al ver a Seokjin acostado en el sofá con una toalla húmeda en la frente y su madre a su lado, sosteniendo una de sus manos.
—Jinnie, príncipe ¿Qué te pasó?— el moreno se hizo a un lado de Yuna y acarició una de sus mejillas con preocupación.
Sin embargo, el susodicho no le respondió. Tenía los ojos cerrados y la respiración errática. También pudo darse cuenta a través del tacto, que su novio tenía fiebre alta.
—¡Alguien que me diga qué demonios está sucediendo!— demandó alterado, pero absteniéndose de usar su voz de mando por respeto a su suegra y a su novio.
Inari fue el primero en hablar.
—Estaba trabajando como siempre en el local. Después de llevar un pedido a una mesa, dijo que se sentía un poco mareado y que quería sentarse. Dejamos que lo hiciera, pero comenzó a tener fiebre y a ponerse pálido. Jackson y yo le dimos agua y algo de dulce porque pensamos que se le había bajado el azúcar, pero no funcionó. Lo único que pedía era que lo lleváramos a su casa, pero cuando llegamos aquí, se desplomó en la entrada.
Los ojos de Namjoon se tornaron de color amarillo.
—¡¿Y por qué mierda no me llamaron antes?!— atacó con los colmillos al aire —La salud de mi omega es mi prioridad y mucho más ahora que está en cinta. ¿Acaso no lo pensaron?
—Claro que lo hicimos— se defendió el alfa de mechas castañas —Nam, no te enojes con nosotros. Estabas trabajando y no quisimos molestarte. Pensamos que se le pasaría en unos minutos, pero como no se mejoraba, decidí llamarte.
—¿Y apenas hasta ahora?— reclamó irritado —Si Seokjin empeora, todo va a ser culpa suy-
—Cállense— la voz de su omega lo hizo regresar su atención a él —Hacen mucho ruido, me duele la cabeza— se quejó, arrastrando las palabras.
Namjoon lo miró preocupado al tiempo que tomaba sus manos entre las suyas para darle calor. —Príncipe, estoy aquí. Dime cómo te sientes.
El menor abrió los ojos con lentitud, dejando ver unas pequeñas lágrimas entre sus pestañas. Se deshizo del agarre del alfa y llevó una de sus manos a su vientre.
—Me duele.
Namjoon no necesitó de más para saber que tenía que llevar a Seokjin al hospital lo más pronto posible.
Desde que llegaron al hospital y los médicos se llevaron a Seokjin con ellos, ninguno había tenido noticias de él. Después de una hora de estar en la sala de espera, una alfa se dejó ver en el lugar y rápidamente corrió hacia Yuna.
La mujer tenía las mejillas empapadas, el maquillaje corrido y el cabello desordenado. Hyunmi la limpió con un pañuelo y tomó su rostro entre sus manos para que su atención se fijara solo en ella.
—Cálmate y respira— la omega trató de hacer lo ordenado, pero falló en el intento y volvió a romper en llanto, por lo que la alfa no tuvo más remedio que abrazarla para tratar de consolarla —¿No han tenido noticias de el?— se dirigió a los alfas presentes.
Namjoon negó con una mueca de amargura —Yo traté de ingresar con él, pero los médicos no me dejaron. Todavía lo tienen allá adentro. Hay médicos que entran y salen, pero ninguno dice nada y me estoy desesperando— jaló de sus cabellos con frustración —Si a Jinnie y a mi bebé les pasa algo, yo me muero.
—¡No digas eso!— la omega se dio la vuelta para encararlo —Las palabras tienen poder, Namjoon ¡Así que mejor cierra la boca y espera!
Los presentes, incluida Hyunmi, tragaron grueso y se quedaron callados para no seguir retando la paciencia de Yuna. Ésta suspiró pesadamente y se escondió de nuevo en el pecho de la alfa. Había llorado todo el camino al hospital y toda su estancia hasta el momento allí, por lo que no era de extrañarse que ya estuviera cansada.
El alfa moreno volvió a su asiento y se quedó mirando el suelo como si fuera lo más interesante del mundo. Jackson, aunque temía ser golpeado por su mejor amigo, se sentó a su lado y lo abrazó por los hombros.
—Seokjin va a estar bien ¿Sí?— habló en voz baja —Es un omega fuerte y va a salir de esta, lo prometo.
Namjoon alzó la mirada y aunque el alfa menor creyó que lo golpearía, se sorprendió al sentir el brazo del mayor rodeándolo de igual forma.
—Trato de mantenerme positivo, pero mi lobo no deja de moverse inquieto y eso me preocupa— hizo una pausa —Solo espero que todo esté bien.
En ese momento, un médico que ninguno de los alfas conocía, hizo acto de presencia. Yuna se giró hacia él y al verlo, de inmediato lo reconoció.
—Doctor Lee— caminó a paso apresurado hacia él —Dígame por favor cómo está mi hijo.
El susodicho miró a los demás presentes e hizo una mueca que trató de disimular.
—¿Está aquí el alfa del paciente?
Namjoon se acercó rápidamente. —Soy yo ¿Cómo está mi novio, doctor?
El profesional se tomó su tiempo para pensar en lo que iba a decir. Tomó aire, aclaró su voz y habló.
—El paciente presenta síntomas de anemia por falta de hierro, pero vamos a hacerle unos exámenes de sangre para confirmar este diagnóstico. Esto es algo delicado, pero nada que no tenga solución. Si se llega a confirmar el diagnóstico, le voy a recetar un par de tabletas de pastillas de hierro que le van a ayudar bastante a recuperarse.
Namjoon asintió suspirando, sintiendo su pecho un poco más ligero.
—Sin embargo, hay algo que me preocupa mucho y que ya se lo había dicho a Seokjin cuando lo atendí a principios de su embarazo— miró el expediente que traía en manos —Llamamos a un experto para que lo examinara y detectó que el paciente aún no recupera su parte lobuna ¿Tiene algo que decir al respecto?
El de cabellos plateados bajó la mirada, sintiendo un punzón en su pecho debido a la culpa y el miedo que comenzaba a generarse.
—Yo tengo la culpa— admitió con tristeza —Si Seokjin no ha recuperado a su lobo es por culpa mía.
El doctor lo miró sin expresión alguna, sin embargo, su voz se ablandó para decir lo siguiente:
—Señor Kim, como alfa del omega Kim Seokjin, usted es el único que puede ayudarlo a recuperarse. Si bien él ahora está pasando por una etapa de principios de anemia que puede tratarse, el embarazo es de alto riesgo y si no recupera a su lobo antes del parto, las probabilidades de sobrevivir por parte suya y de su cachorro, son casi nulas.
Al escuchar esto último, su corazón se aceleró y sintió mareos por un par de segundos.
—No... Él y mi cachorro no pueden morir, no— sus ojos se llenaron de lágrimas que no se molestó en disimular —¿Puedo verlo?
El profesional asintió y tras decirle a los demás que podrían ver a Seokjin después de Namjoon, condujo a éste hacia la habitación donde su omega reposaba. Al entrar, rápidamente se dirigió a la camilla y sostuvo las manos del castaño, quien lo miraba confundido.
—¿Qué sucede, alfa? ¿Qué te dijo el doctor?— cuestionó con miedo por no saber lo que estaba pasando. Los médicos no quisieron decirle nada cuando lo revisaron minutos atrás.
Namjoon negó, tratando de tragarse sus lágrimas, pero no pudo ocultarlas de su novio. Éste tomó su rostro entre sus manos e hizo que lo mirara.
—Nammie, dime qué está sucediendo ¿Sí? Me estoy preocupando.
El alfa lo miró con los ojos cristalizados al tiempo que abrazaba su vientre con temor. Tenía que hacer algo, no se podía permitir perder a su omega; Seokjin era su predestinado y el futuro padre de su cachorro. Si algo les llegara a pasar, él moriría junto con ellos.
—Tenemos que hacer que recuperes a tu lobo. No podemos perder más tiempo.
©AlejaDeMin
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