CAP 40: "Revelación"
El lunes había llegado más rápido de lo esperado. Después de dejar a su omega en la universidad, condujo a una velocidad moderada hasta la clínica donde había quedado de verse con Younha.
¿A quién engañaba? Se sentía muy nervioso. Pudo darse cuenta de ésto cuando se detuvo en un semáforo y pudo sentir su corazón palpitar con fuerza en su pecho, sin mencionar que sus manos sudaban y sentía un ligero cosquilleo en su espalda. Estaba ansioso por conocer el sexo de su bebé y al parecer, su lobo también.
No había entablado una conversación con él, pero lo adivinaba por lo inquieto que había estado durante todo el fin de semana. Admitía que volver a sentirlo era extraño, inclusive su sentido del olfato se había vuelto un poco sensible ante el regreso de sus feromonas, pero no importaba demasiado, ya volvería a acostumbrarse a su amigo lobuno tarde que temprano.
Cuando la clínica apareció frente a sus ojos, se estacionó en un lugar permitido, se bajó del auto y empezó a caminar hacia la entrada. Allí, la omega pelinegra ya lo estaba esperando con una enorme sonrisa en el rostro.
—Hola Namjoon— se acercó para saludarlo, pero se detuvo en seco cuando le notó algo diferente a la última vez que se habían visto —Oye, estás diferente... Más cambiado— empezó a olfatear y no pasó mucho para que soltara un chillido sorprendida —¡Por la Madre Luna, recuperaste tu olor!— aspiró fuertemente para así deleitar su sentido del olfato con el olor a madera y petricor.
Namjoon frunció su entrecejo un poco incómodo y trató de alejarse para evitar seguir siendo olfateado, pero la omega se siguió acercando.
—Extrañé esto. Y te veo más repuesto, ya no tienes ojeras— un pequeño pinchazo le atravesó el pecho al recordar lo dicho por la omega meses atrás.
Y por supuesto que no se iba a quedar con la espinita.
—Sí, ya no tendrás que marcharte lejos y alejarme de mi hijo solo porque ya no me encuentras atractivo.
Younha pareció shockeada durante unos cuantos segundos, al parecer se le había olvidado lo cruel que había sido hace un par de meses cuando la salud de Namjoon empezó a decaer y ella le había dado la espalda.
—Yo... Lamento haberte dicho eso, no entendía muy bien lo que te sucedía y dije cosas de las que ahora me arrepiento— bajo la cabeza avergonzada —Prometo no volver a amenazarte con algo así. Mi pequeño necesita a su padre y yo no tengo el derecho de quitárselo.
El alfa empujó la carne interna de su mejilla con su lengua y soltó un largo suspiro, tratando así de calmarse y no decir algo más que provocara que la omega se alterara. Tenía entendido que hacerlo era malo mientras se estaba en cinta y no quería contribuir a que pasara algo malo.
—Está bien, no te preocupes— le tranquilizó —Más bien entremos, ya casi es hora.
La omega asintió emocionada y sin pensarlo dos veces, tomó la mano de Namjoon para caminar hacia el interior de la clínica. Claro que él trató de soltarse, pero cuando menos pensó, ya estaban frente a la recepcionista.
—Eh... Buenos días, tenemos una cita en el área de obstetricia— le informó a la chica, quien rápidamente tecleó algo en su computadora y tras pedirle su documento de identidad a Younha, les indicó que aguardaran en la sala de espera en el tercer piso.
Después de agradecer, ambos tomaron el ascensor para que Younha no tuviera que someterse a las tortuosas escaleras. Tras unos segundos de espera, llegaron a su destino y se sentaron en el área que les habían indicado.
—¿Estás emocionado? ¿Qué crees que sea?— preguntó con notorio entusiasmo mientras acariciaba su vientre.
Namjoon lo pensó por unos segundos antes de responder. —Estoy casi seguro de que será una niña.
Younha lo miró ladeando su cabeza. —¿Y cómo estás tan seguro?
—Por la forma de tu vientre— señaló —Mi papá me enseñó a diferenciar cuando será un niño y cuando una niña. Los vientres redondos casi siempre se tratan de una nena, mientras que los ovalados y algo caídos, en su mayoría de casos, se tratan de un niño.
La omega asintió comprendiendo, acariciando con amor su vientre de cinco meses.
—Pues entonces comprobaremos tu teoría en unos minutos— rió un poco —Espero que tengas razón. Me hace mucha ilusión tener a una cachorra para hacerle peinados y ponerle lindos vestidos.
Namjoon asintió con una sonrisa que desapareció a los pocos segundos. Escuchar a la omega profesar sus deseos por tener a una niña, le había hecho recordar a su padre Daehyun; el cómo había sufrido cuando él no se presentó como omega sino como alfa. No quería que Younha pasara por la misma desilusión si se terminaba equivocando.
Con este temor encima, decidió añadir: —Pero no te vayas a sentir mal si resulta un niño ¿Está bien?
La pelinegra asintió felizmente. —No te preocupes.
En ese momento, una doctora salió del consultorio para acto seguido, pronunciar el nombre de 'Lee Younha'. La susodicha se levantó de su asiento junto a Namjoon y comenzó a caminar hacia la habitación con su mano sujetando fuertemente la del alfa.
Éste simplemente se dejó hacer. Sabía que era un momento muy importante y no tenía sentido echarlo a perder por idioteces.
Una vez entraron, la doctora les pidió que tomaran asiento mientras les pedía algunos datos, principalmente a la pelinegra, quien era la que había estado asistiendo a las consultas prenatales. Luego de unos minutos, la mujer se levantó de su asiento y le pidió a la chica que se recostara en la camilla.
Younha hizo lo pedido y levantó su blusa hasta dejar su vientre al descubierto. La mujer encendió un monitor y tras echar el muy conocido gel frío sobre la zona del vientre bajo, tomó el transductor y comenzó a pasearlo suavemente por el anterior mencionado.
Al principio no se lograba ver nada hasta que después de unos segundos, la doctora sonrió y volteó el monitor hacia ellos para que pudieran apreciar la silueta de su bebé.
Namjoon se quedó estupefacto.
—Esta es la cabecita de su bebé— señaló una pequeña bolita en la pantalla —Aquí está su torso, sus bracitos y sus piernas— iba apuntando cada parte del cuerpo mientras lo mencionaba —Y por lo que puedo ver, está sano. Se está desarrollando muy bien.
Decir que tenía ganas de llorar sería poco. Su orgullo de alfa no le permitía llorar en público, pero ahora sentía que si no lo hacía, terminaría explotando más adelante.
—Namjoon... ¿Estás llorando?— la omega se quedó sorprendida al ver unas cuantas lágrimas brotar de los ojos del moreno. Ella también estaba llorando, pero ver a Namjoon hacerlo era nuevo para ella.
—No, solo se me metió algo de basura al ojo— mintió mientras se apresuraba a limpiar sus mejillas.
La doctora soltó una pequeña risa. —Señor, estamos en un hospital y la ventana está cerrada— Namjoon la miró feo —Descuide, es muy normal que los padres lloren al ver los ultrasonidos, veo estas escenas a diario— hizo una pequeña pausa —¿Están listos para conocer el sexo de su bebé?
Younha y Namjoon asintieron emocionados. La omega tomó la mano de Namjoon y éste le correspondió el agarre. Sentía que si no se aferraba de algo, se iba a desmayar por tantas emociones juntas.
La doctora mantuvo su semblante serio y profesional mientras movía el transductor, buscando un ángulo en el cual se pudiera ver lo que tanto estaba buscando.
—Te encontré— murmuró con una sonrisa —Felicidades, tendrán una hermosa niña.
Y a pesar de que Namjoon se estaba sosteniendo de la mano de Younha, se desmayó.
Una hora después del incidente, ambos salían de la clínica con Younha riéndose a más no poder de un avergonzado Namjoon con un chichón en la cabeza.
—¡Ya deja de reírte!— exclamó bastante irritado y sonrojado por la vergüenza —La doctora dijo que había sido normal. No tienes porqué reclamarme.
La chica limpió las lágrimas que habían salido por la risa para después hacer un esfuerzo por calmarse. —Y no te estoy reclamando, solo que... Fue muy chistoso verte desmayarte, casi me arrastras contigo sino fuera porque alcancé a zafar mi mano.
Namjoon torció su boca. —Lo siento por eso. No supe cómo reaccionar a la idea de que vamos a tener una niña. Me emocioné mucho.
—¡Yo igual!— exclamó —Ahora sí puedo confirmar que en efecto, tu teoría es bastante acertada— rió un poco antes de ponerse nuevamente seria. Namjoon iba a preguntar el porqué del cambio de su actitud hasta que la escuchó preguntar —¿Seokjin y tú ya saben el sexo de su bebé?
El alfa se quedó shockeado unos segundos, no pensaba que Younha le preguntara algo como eso. Sin embargo, se apresuró a responder. —Aún no, apenas tiene tres meses. A partir del próximo mes podremos averiguarlo.
La pelinegra asintió en silencio. Namjoon ya se estaba preparando para la clásica conversación que tenían todas las veces que se veían, pero grande fue su sorpresa al verla sonreír calidamente.
—Cuando te enteres, cuéntame. Me da curiosidad saberlo— mencionó antes de hacerle señas a un taxi. El moreno le iba a decir que él podía llevarla, pero al ver su intención, ella rápidamente habló —Voy a visitar a mis padres, sabes que su casa queda muy lejos de aquí y no se me hace justo que vayas hasta allá para después devolverte. Voy a darles la noticia.
Namjoon asintió comprendiendo. En ese momento, el vehículo amarillo se detuvo frente a ellos y Younha no tardó en abrir la puerta, pero justo antes de que subiera, el alfa habló.
—¿Sabes? Eres muy agradable cuando no te empeñas en arruinar mi relación con Seokjin.
La omega soltó una risa nasal y asintió antes de subirse al auto. Bajó la ventana y se dirigió a él. —Muchas gracias por lo de hoy. Nos vemos después.
Y tras decirle la dirección al taxista, éste comenzó a conducir hacia el lugar indicado, perdiéndose segundos después del campo visual del moreno.
Namjoon se quedó en el mismo lugar durante algún tiempo mientras organizaba en su cabeza todo lo que acababa de acontecer. Iba a tener una bebita ¡Una cachorra! Su corazón comenzó a latir con fuerza y una hermosa sonrisa se estableció en su rostro. Podía imaginarse a una linda niña con cabello negro y bonitos hoyuelos en sus mejillas. La sola idea le llenaba el pecho de alegría.
Sin poder borrar la sonrisa de su rostro, regresó a su auto y empezó a conducir hacia su lugar de trabajo. Debía darle la noticia a su padre, sin mencionar que cuando Seokjin saliera de la universidad, la buena nueva sería lo primero que le dijera.
Mientras tanto, una omega pelinegra sonreía de lado mientras veía por la ventana del vehículo, ordenando en su cabeza el plan que se le acababa de ocurrir.
—Lo siento, Kim Seokjin, pero no pienso compartir a Namjoon ni contigo ni con tu bebé.
©AlejaDeMin
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