CAP 39: "Cita perfecta"
Luego de que el nudo se desinflamara, alfa y omega decidieron mantenerse acostados mientras se repartían caricias y trataban de pensar en qué pudo haber sucedido. Las iris de Namjoon ya habían vuelto a adoptar su color café natural, sin embargo, aún podía sentir a su lobo inquieto en su pecho. Podía sentirlo corretear de un lado a otro, pero aunque su parte lobuna estuviera feliz de haber vuelto, su parte humana se encontraba sumida en una profunda culpa y tristeza.
No entendía porqué su lobo había sido el único en volver, si había hecho todo bien. Le había hecho el amor a Seokjin y lo había marcado, se supone que eso tendría que haber provocado el regreso de ambos lobos, no solo el suyo.
En ese momento, una idea se le pasó por la mente y se sintió más culpable de lo que ya se sentía.
—Lo siento— murmuró contra el cabello del más bajo, éste alzó la mirada para verlo a los ojos y le preguntó en silencio porqué se disculpaba —Debí haberte marcado oficialmente, no hacerte una tonta marca temporal. Estoy seguro de que por eso tu lobo no regresó.
Seokjin parpadeó perplejo y se acomodó de manera que pudiera tener el rostro de Namjoon de frente.
—No te disculpes, es más, ya hasta había dejado de pensar en eso— soltó una ligera risa, pero al ver que el alfa no cambiaba su semblante, carraspeó y lo miró seriamente —No te preocupes, Nammie. Estoy muy feliz porque recuperaras a tu lobo.
—Pero me hubiera gustado que tú también lo recuperaras, no puedo estar tranquilo sabiendo que tú y nuestro cachorro aún están en peligro— llevó una mano al vientre del menor para acariciarlo —De verdad lo lamento tanto... Quisiera hacer algo para tratar de compensarte esto.
Seokjin le sonrió cálidamente y posterior a esto, le dio un suave beso en los labios.
—Si no pude recuperar a mi lobo es porque todavía no es tiempo de hacerlo, pero estoy seguro de que pronto lo haré. Confío en la Madre Luna— susurró contra su boca —Pero si quieres compensarmelo, hay algo que podrías hacer.
Namjoon lo miró atentamente con ojos de cachorro —¿Y qué puedo hacer?
—Bueno...
—¡Namjoon, así no!
—¿Entonces cómo lo pongo? No quiero ser demasiado brusco. Se ve tan frágil como si fuera a romperse.
—¡Se puede romper! Déjame lo hago yo.
Seokjin le quitó el móvil que iría sobre la cuna y tras subirse con cuidado a la escalera, lo enganchó al cáncamo que había sido previamente colocado en el techo.
Sobra decir que a Namjoon casi se le baja la presión al ver a su omega subirse a una escalera en su estado, pero no era como si pudiera hacer algo más que detener la escalera para evitar un accidente. Él se había ofrecido a hacerlo, pero había terminado enredando los muñequitos colgantes y casi engancha el móvil de donde no era.
Una vez Seokjin bajó y puso sus pies firmes sobre el suelo, estalló en carcajadas.
—Hubieras visto lo pálido que te pusiste— lo señaló mientras que con una mano se sostenía el estómago, aún burlándose.
Ante ésto, Namjoon abrió su boca ofendido —¡Pues perdón por preocuparme por ti y por el bebé!
Seokjin rió nuevamente al tiempo que se acercaba dudoso hacia él —¿Te enojaste, alfa?
No recibió respuesta.
—¡Oye, no seas así!— puchereó —Respóndeme— silencio —¡Respóndeme, no seas un alfa berrinchudo!— exigió con ambas manos en la cintura.
Namjoon lo miró de reojo al tiempo que estiraba sus labios de manera disimulada, dándole a entender lo que requería para otorgarle su perdón. Afortunadamente, el castaño entendió de buenas a primeras y sin decir nada, plantó un casto beso en los labios ajenos.
—¿Mejor?
—Mucho— afirmó sonriente.
Seokjin rodó los ojos divertido y se fue por los cojines y acolchados que cubrirían la cuna. Mientras él se encargaba de acomodar este espacio, Namjoon salió de la habitación para ir por unas latas de pintura que recién había comprado; minutos después, regresó con las manos ocupadas y una mancha de pintura en su overol.
—No puedo creerlo, no hemos empezado a pintar y ya te manchaste— murmuró con burla el castaño.
—¡No fue mi culpa! La lata estaba manchada por fuera y yo la recosté contra mi pecho para traerla hasta aquí— se defendió al tiempo que descargaba las latas en el suelo —Por cierto... ¿Ya has pensado en qué color quieres para el cuarto?
El castaño hizo sus labios una línea y negó —Aún no sabemos si el bebé será niño o niña. Sé que los colores no tienen género, pero realmente no me gustaría que pintáramos el cuarto de azul y termine teniendo una niña o al revés. Me gustaría usar un color como el verde, amarillo o blanco.
El alfa dio un asentimiento comprensivo y buscó entre las latas uno de los colores dichos por el omega. Después de unos segundos, encontró unas cuantas latas de color verde claro.
—Creo que este le gustará a mini Jin— comentó el mayor con una sonrisa, Seokjin lo acompañó con un asentimiento y un abrazo por los hombros.
—Le fascinará. Ahora vamos a pintar.
El resto de la mañana se podría resumir como la cita perfecta que Namjoon deseó para él y su omega. Después de cubrir los muebles que estaban en la habitación con un plástico seguro, ambos se colocaron cubrebocas para evitar enfermarse por el olor a pintura y comenzaron a decorar las paredes de la habitación de su cachorro.
Aunque todo no podía ser color de rosa. En un arrebato, al alfa se le ocurrió la maravillosa idea de pasar su brocha por la frente de Seokjin para después empezar a cantar...
—¡La cigüeña trajo a Simba hasta acá!
—¡Kim Namjoon!
Esto, acompañado de un par de gritos molestos por parte del menor, terminó con ambos pintados hasta el cabello de verde y unas fotos que en un futuro le mostrarían a su bebé.
Ahora mismo, Namjoon salía del baño con una toalla enredada a la cintura y otra en mano con la que se frotaba el cabello. El menor se hallaba acostado en su cama con una pijama de felpa y su teléfono celular en sus manos.
El de cabellos cenizos se acercó a él con lentitud y tras acomodarse en el colchón, atrajo al castaño en un abrazo bastante cómodo que le fue correspondido. En ese instante, Namjoon rió al observar qué estaba viendo su omega.
—Mini Jin va a creer que su padre es el Grinch— murmuró bajo, pero lo suficientemente alto para que el menor escuchara.
—¡Hey! Eso te lo digo a ti— contraatacó, dándole una pequeña palmada en el pecho.
Con el sueño apoderándose de él a pesar de ser las dos de la tarde, dio un bostezo y apagó el teléfono para colocarlo en cualquier lado de la cama. Ambos estaban cansados por el trabajo que les había tomado toda la mañana, sin mencionar que deberían esperar por lo menos un día para acomodar los muebles y peluches en sus respectivos lugares.
Namjoon tenía toda la disposición de dejar dormir a Seokjin, por lo que lo acurrucó en su pecho y acarició su cabello para hacerlo caer en los brazos de Morfeo, pero antes de conseguir su objetivo, la voz del menor hizo acto de presencia.
—Nammie ¿Puedo hacerte una pregunta?
—Claro.
El omega se mordió los labios un segundo, pensando en si sería buena idea preguntar tal cosa. Al final optó for hacerlo.
—¿Ya sabes cuál es el sexo del bebé de Younha?
Apenas formuló esa interrogante, pudo sentir el cuerpo de su alfa tensarse en su lugar y al momento de alzar su mirada, pudo observar que tenía el entrecejo fruncido. Rápidamente se incorporó y lo miró preocupado.
—¡Lo siento por preguntar! Solo fue una duda que me surgió y...
—No te preocupes— le interrumpió serenamente —Es solo que me tomó por sorpresa que me preguntaras eso, en realidad... Yo tampoco sé la respuesta— admitió apenado.
Al escuchar ésto último, Seokjin frunció el entrecejo en una clara confusión. —¿Por qué? ¿No has ido con ella a averiguarlo?
Namjoon negó con la cabeza —He estado tratando de evitarla porque... Ya sabes, siempre que nos vemos trata de meterme cucarachas en la cabeza y estaba harto de eso. No me puse a pensar en ese bebé— admitió con amargura, sintiéndose el más bajo de los alfas.
El castaño le miró entristecido, compartiendo de alguna forma el sentimiento que estaba atormentando a Namjoon. No dispuesto a dejar que el momento se arruinara, se colocó a horcajadas sobre él y dejó un cálido beso en sus labios.
—No te diré que lo que hiciste estuvo bien, alfa— comenzó diciendo apenas rompió el contacto —Pero comprendo que tus intenciones eran buenas, no querías que ella te alterara la calma, ya bastante estrés tenías con tu trabajo y las demás cosas. Solo querías estar en paz— Namjoon asintió melancólico, sorprendido por lo mucho que lo entendía su omega —Sin embargo, es muy importante que remedies esto y estés más pendiente de ella y su bebé, ese cachorro también es tu hijo y merece todo el amor que le das a mini Jin.
El moreno dio un asentimiento, sintiéndose como un cachorro regañado. —Lo sé y lo lamento, me da pena que precisamente seas tú quien me diga esto.
—No tienes que atormentarte ni disculparte conmigo, más bien ve y llámala, dile que quieres ir con ella a saber el sexo de su bebé.
Namjoon asintió con una sonrisa, pero antes de levantarse, tomó las mejillas del menor entre sus manos. —¿Cómo es posible que seas tan bueno?
—N-no lo soy, solo soy consciente y responsable, es todo— desvió la mirada con sus mejillas tornándose de un color carmín bastante bonito.
Enternecido, el alfa dio un besito en cada mejilla y se levantó, recostando a Seokjin en la cama. Tomó su teléfono, marcó el número de la omega pelinegra y salió de la habitación. Mientras escuchaba los característicos pitidos, se replanteaba cómo era posible que su novio fuera el que le hiciera abrir los ojos y le dijera que estuviera pendiente de su otro bebé. Estaba seguro de que Younha en su lugar, sería más egoísta y hasta le diría que se olvidara de Seokjin y su bebé. Por esto mismo, ahora encontraba una razón más para convencerse de que estaba haciendo lo correcto.
Cuando la voz de la pelinegra resonó en su oído, su lobo se removió inquieto.
—¿Namjoon? ¡Por la Madre Luna! Qué milagro que me llamas.
—Hola Younha, sí, es un milagro— contestó algo incómodo —Escucha, quisiera proponerte algo, pero no sé si tengas libre el lunes.
—¿El lunes? Mm, creo que estoy libre toda la mañana ¿Por qué? ¿Vas a invitarme a salir?— el tono de diversión que empleó para decir aquello, le hizo sentir algo raro en el pecho.
—No exactamente— escuchó una pequeña queja del otro lado —En realidad, me gustaría proponerte que vayamos a una clínica para averiguar el sexo del bebé.
Hubo unos cuantos segundos de silencio antes de que la omega gritara a todo pulmón, provocando que un pitido se estableciera en su oído.
—¡No puede ser! ¿En serio me lo estás proponiendo tú? ¡¿Tú?!— Namjoon sabía que la pelinegra estaba dando brincos en donde quiera que se encontraba, lo deducía por los pequeños golpecitos al suelo que se lograban escuchar —Yo encantada, también estoy muy ansiosa por saber si tendremos un cachorro o una cachorra ¿Quieres que agende la cita?
—No, no hace falta. Yo la agendaré apenas cuelgue. Te enviaré los datos de la cita por mensaje— aunque la omega no le cayera muy bien, no pudo evitar soltar una pequeña risa al notarla tan contenta.
—Está bien, como tú lo prefieras está perfecto... ¡Ay, todavía no puedo creerlo! Estoy demasiado feliz ahora— chilló verdaderamente emocionada.
Después de unos cuantos segundos más de intercambio de palabras, el alfa colgó la llamada para volver a ingresar a la habitación. Seokjin aún continuaba acostado en la cama, solo que ahora se encontraba revisando algo en su teléfono, probablemente estaba mirando algo que lo distrayera mientras Namjoon hablaba con Younha.
Al percatarse de su presencia, dejó el celular a un lado y gateó hasta la orilla de la cama para confrontar al mayor.
—¿Ya hablaste con ella? ¿Qué te dijo?
Namjoon soltó una risa nasal al tiempo que se rascaba la nuca. —Se puso muy feliz, creo que casi le da algo sino es que le dio. Se sorprendió mucho de que fuera yo el que se lo propusiera— hizo una pequeña mueca —Ahora en verdad empiezo a creer que los tenía bastante descuidados.
—¿Todavía lo dudabas?— el menor puso su dedo índice en la frente del más alto —Debes ser más cuidadoso de ahora en adelante— hizo una pequeña pausa donde un ligero puchero salió a relucir —No es que me haya arrepentido, pero por favor no te vayas a olvidar de mí y de nuestro bebé, Nammie. Nosotros también te necesitamos.
El moreno dio un asentimiento enternecido antes de atraer al más joven en un reconfortante abrazo. Sabía que Seokjin podía ponerse algo inseguro debido a las hormonas por el embarazo, pero para eso estaba él ahí, para darle todo el amor que tenía para ofrecerle y hacerlo sentir querido y seguro.
Sin embargo, había un lobito que desde que escuchó la voz de la omega pelinegra, no había dejado de removerse inquieto.
©AlejaDeMin
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