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CAP 38: "Marca temporal" 🔞

El proceso de retirar las prendas fue lento. Mientras Namjoon se encargaba de retirar el pantalón de Seokjin, éste luchaba por quitarle la camisa, acto que por supuesto, era algo complicado puesto que necesitaba que el alfa alzara los brazos.

Después de algunos forcejeos por la anticipación y unos cuantos estallidos de risa por parte de ambos, terminaron de desnudarse, quedando completamente vulnerables el uno con el otro. Hacía tanto tiempo que no se veían de esta manera que hacerlo les resultaba algo extraño, pero no un extraño malo, sino más bien, una sensación de que lo habían extrañado mucho sin darse cuenta.

Namjoon se posicionó entre las piernas del omega y empezó a besarlo con pasirmonía, disfrutando de la textura de los labios contrarios. Sus manos recorrieron con sutileza la tersa piel contraria hasta que se detuvieron en el pequeño bultito, en ese momento, una sonrisa llena de amor salió a relucir al recordar que en ese pequeño lugar, su bebé estaba formándose.

—Eres tan perfecto, cariño— le profesó, agachándose un poco para llenar de besos su torso y cada parte de su cuerpo.

Seokjin sonrió perdido mientras llevaba su cabeza hacia atrás al momento de sentir cómo su miembro era atrapado por la cavidad bucal del contrario.

—¡Mmgh, agh!— un gemido de sorpresa abandonó sus labios cuando sintió una leve succión en su glande y segundos después, una caliente humedad esparcirse por toda su extensión.

Namjoon bajaba y subía su cabeza con lentitud, dedicándose a disfrutar cada centímetro de la longitud de su omega. Escuchar los gemidos de Seokjin era un completo deleite y verlo retorcerse de vez en cuando, lo hacía querer profanarlo de inmediato.

—Alfa... Alfa— el menor dirigió sus manos al cabello de Namjoon y lo jaló con algo de fuerza, sintiéndose desfallecer en ese momento —No más... Te quiero a ti, por favor... Entra en mí, por favor.

Sin embargo, el mayor hizo caso omiso y siguió con sus movimientos de cabeza por unos cuantos minutos más, tiempo en el que se encargó de acariciar el vientre del menor con una mano y sobreestimularlo en sus pezones con la otra. Siguió con estos movimientos hasta que el menor no pudo más y se corrió dando un sonoro gemido, su semilla yendo a parar a la garganta del más alto. Éste sacó el miembro de su boca y tragó todo con cuidado de no dejar escapar ni una gota; cuando logró hacerlo, volvió a retomar su sesión de besos en el cuerpo de Seokjin.

Para este punto, el castaño no sabía si amaba u odiaba a Namjoon. Es decir, adoraba que fuera gentil con él, pero ahora en serio lo quería dentro de sí y que volviera a hacerlo suyo como aquella vez. Todo esto con la única diferencia de que en este momento, él no estaba bajo la influencia de ningún celo. Esta vez era él pidiéndole a su alfa ser tomado, anudado y marcado.

Las manos de Namjoon lo acompañaron en su recorrido y se detuvieron en sus muslos. En un movimiento rápido, el alfa alzó las piernas del omega hasta su pecho y las abrió, dejando al descubierto su entrada medianamente húmeda.

—Namjoon...

—Como no estás en celo, no estás lo suficientemente lubricado— dicho esto, se agachó para dar una lamida por toda la zona, arrancándole un gemido —Sostén tus piernas, voy a prepararte.

El menor asintió e hizo lo pedido. Pudo ver cómo Namjoon salía momentáneamente de la cama y se acercaba a una de las mesas de noche, abrió una de las gavetas y de ésta sacó un pote de lubricante con olor a cereza. Con éste en mano, volvió a su posición inicial, quitó la tapa y untó en sus dedos una generosa cantidad para después empezar a esparcirla por la cavidad del omega.

—Se siente frío— murmuró, cerrando sus ojos.

—Es normal, cariño— dejó un beso en uno de sus muslos —Pero debo prepararte con esto para que no te duela después.

—Está bien, continúa.

Una vez se aseguró de haberlo lubricado lo suficiente, metió un dígito y empezó a dar pequeños toques. Segundos después, introdujo el segundo y no mucho después, el tercero. Empezó a dar embestidas con éstos, arrebatándole varios gemidos y algunos gritos cuando lograba dar en su punto. Seokjin estaba nuevamente duro y si Namjoon seguía de esta forma, iba a hacer que se corriera de nuevo.

—¡Por favor!— gimió por lo alto, abriendo más sus piernas e inclinando su cuello en señal de sumisión.

Eso fue todo. El impulso de Namjoon le hizo apartar sus dedos, los cuales por cierto, estaban notoriamente mojados, para después acomodar su glande en la entrada de Seokjin e irse introduciendo con lentitud.

Tuvo que apretar su mandíbula para no morderlo en ese momento, pues la estrechez de Seokjin por haber estado tanto tiempo en abstinencia lo volvía loco y le hacía querer follarlo sin control alguno. Claro que eso lo haría en otra ocasión, por esta noche, cumpliría su promesa de hacerle el amor y lo haría con detenimiento y lentitud.

Una vez se introdujo completamente, esperó por unos segundos a que el menor se acostumbrara. Éste mantenía sus ojos cerrados y relamía sus labios de vez en cuando. Sentía un pequeño ardor allí abajo, pero era algo mínimo; ahora solo quería que Namjoon empezara a moverse.

Sin embargo, al ver que éste no tenía intenciones de hacerlo pronto, empezó a mover sus caderas para darle a entender que estaba listo, solo entonces, Namjoon captó la idea y tomó algo de impulso antes de arremeter contra él.

Un gemido inundó la habitación, seguido de otro y otro. Namjoon daba estocadas lentas pero certeras, logrando dar en el punto dulce del menor varias veces. Seokjin, con la mirada perdida, llevó sus brazos a la fornida espalda del alfa y lo atrajo hacia sí para tener algo a lo qué aferrarse. Namjoon se dejó hacer, abrazando de igual forma el cuerpo de su pareja mientras continuaba con las embestidas.

La noche comenzaba a helar, pero ninguno de los dos cayó en cuenta de ésto por lo increíblemente cálido y bien que se sentía estar en los brazos del otro.

El de cabellos plateados soltaba gruñidos y gemidos bajos contra el cuello del menor. Se sentía en el paraíso; cada estocada que daba le hacía sentirse en las nubes y le hacía desear que este momento no se acabara jamás. De igual forma, Seokjin se aferraba al cuerpo del más alto, soltando incoherencias mientras agradecía a la Madre Luna por estar de esta forma con su predestinado.

Llegado a cierto momento, sus bocas volvieron a encontrarse en un beso desordenado y candente. Saliva sin identificar a quien pertenecía, escurría por entre sus comisuras e iba a parar a la almohada. Tarde que temprano, los besos se transportaron al cuello y clavículas del omega, lugares donde el alfa se dedicó a lamer y succionar para preparar el lugar donde iría su marca.

—¡Namjoon!— su atención se vio desviada al escuchar el grito del menor —¡Más fuerte, por favor! No quiero más así.

Su mirada se vio descolocada —Pero... Estás embarazado, príncipe. Podría hacerle daño al bebé.

—¡No lo hará!— inconscientemente, se halló haciendo un puchero —El doctor me dijo que no le haría daño si lo hacíamos rudo.

Namjoon todavía se mostraba indeciso, quería darle gusto a Seokjin, pero no quería hacerle daño a su cachorro. Al ver que el alfa no cedería de buenas a primeras, con toda la fuerza que pudo reunir, le dio la vuelta a sus cuerpos y se sentó a horcajadas sobre el mayor.

—Jinnie— se cayó de inmediato al ver cómo el susodicho colocaba sus manos sobre su pecho y empezaba a saltar desesperadamente sobre su pene.

La tenue iluminación que les brindaban las lámparas, le permitía ver las gotas de sudor que escurrían de la frente y cuerpo del castaño, sin mencionar que podía apreciar el hermoso sonrojo que adornaba sus mejillas y orejas. La expresión de placer que poseía era exquisita y le invitaban a dejarse llevar un poco.

Haciendo caso a sus impulsos, colocó las plantas de sus pies firmes sobre la cama, dirigió sus manos a la cintura del contrario y empezó a embestir con algo de fuerza en el momento exacto que el omega bajaba sus caderas, llegando así más profundo y ocasionando que la boca del menor se abriera para dejar salir un grito de placer.

—¡Así! Por favor, hazlo así.

Tal y como se lo pidió, Namjoon comenzó una serie de embestidas certeras y fuertes mientras Seokjin no dejaba de saltar sobre su pene húmedo y goteante.

El sonido de choque de pieles inundó la habitación, haciendo sincronía con los gemidos de ambos. El cabello de Seokjin se pegó a su frente por el sudor, dándole una vista bastante sexy a Namjoon, quien sentía sus colmillos picar y un agradable calor en su vientre bajo. Sin cesar las embestidas, se dedicó a ver la exquisita manera en que el omega movía sus caderas y echaba sus ojos para atrás. Podría atreverse a asegurar que dichos movimientos parecían dignos de un bailarín con experiencia.

—Te mueves tan bien, Jinnie— se atrevió a decir con voz ronca —Ugh, vas a provocar que me corra pronto.

—Hazlo— gimió agudamente —Córrete dentro.

Namjoon lo miró medianamente aturdido —Pero...

—Ya estoy embarazado— le cortó sin dejar de mover sus caderas en círculos de manera rápida —Por favor, anúdame. Quiero sentirte derramar dentro de mí ¡Quiero tu marca, alfa!

Los ojos de Namjoon adoptaron un color amarillo, sintió como si algo le rasgara el pecho y seguido de ésto, un gruñido se escuchó desde lo más profundo de sí.

¡Omega!— los colmillos del alfa salieron a relucir para segundos después, clavarse en la nivea piel del cuello de Seokjin.

De la garganta de éste último se escuchó un gemido desgarrador combinado entre dolor y placer, al tiempo que su esencia caliente salía disparada de su miembro e iba a parar al pecho de Namjoon.

Sus ojos momentáneamente adoptaron un color azul, pero ésto tardó poco, pues pronto volvieron a adoptar su café natural. Gemidos para nada bajos se le escaparon mientras sentía cómo el mayor seguía penetrándolo, aún con sus colmillos incrustados en la curvatura de su cuello. No tardó mucho en sentir el nudo formándose y cuando vio al alfa detener sus movimientos, sintió el semen caliente inundar su interior.

—¡Aahh!— cerró sus ojos con fuerza mientras abrazaba a su pareja para no desmayarse. Podía sentir la sangre escurrir de la herida recién hecha, pero lejos de sentir ardor, sintió un increíble alivio. La lengua de Namjoon se paseó por la marca temporal para ayudarla a sanar y muy pronto, todo quedó en silencio.

Seokjin había entrado en una especie de shock, lo único que provenía de él era su respiración agitada. Namjoon estaba en un estado similar, a excepción de que éste no emitía ningún sonido y solamente se limitaba a acariciar la cintura de su menor mientras esperaba a que el nudo se desinflamara.

Un par de minutos después, el castaño decidió mirar a los ojos al mayor y apenas pudo hacerlo, su corazón dio un brinco.

Los iris del mencionado aún poseían ese color amarillo característico de los alfas y sus facciones pareciesen haber recuperado toda su vitalidad. Ya no encontraba nada del Namjoon débil de hace unas horas.

—Jinnie— el susodicho lo miró aturdido, aún sin poder pronunciar una palabra —Puedo sentirlo... Puedo sentir a mi lobo.

Su mirada bajó al pecho contrario y puso una mano allí, de inmediato sintió una conexión y como si algo se moviera en su pecho. Emocionado, miró su propio cuerpo e imitó la acción consigo mismo, pero poco a poco, su sonrisa se fue desvaneciendo.

—Namjoon... Yo todavía no puedo sentir a mi lobo.

Y toda la felicidad que Namjoon sintió por haber recuperado el suyo, se desvaneció al escuchar esa pequeña frase.

©AlejaDeMin

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