CAP 37: "Una posible cura"
Seokjin sostenía el teléfono contra su oreja mientras sollozaba y trataba de concentrarse para dar la dirección de la casa a los servicios de emergencia. Tuvo que explicar qué sucedía y seguido de esto, la teleoperadora le indicó que cuidara del alfa mientras esperaba, que los paramédicos ya iban en camino.
Una vez colgó, dejó el teléfono en cualquier lado y se acercó a Namjoon, quien aún se hallaba inconsciente en el suelo.
Quiso levantarlo, pero le resultaba demasiado pesado cargarlo o intentar arrastrarlo, sin mencionar que en uno de sus controles, el doctor le había aconsejado que evitara a toda costa hacer sobre esfuerzos debido a lo riesgoso de su embarazo. Aun así, corrió hasta la habitación del alfa para traer una manta y arroparlo, no quería que se resfriara a causa de la temperatura del suelo.
Sostuvo la cabeza del moreno por lo que le parecieron horas. Pudo darse cuenta de que, a pesar del maquillaje, las ojeras eran bastante visibles. Detalló sus labios resecos a pesar de haber bebido café hace unos minutos y se sintió verdaderamente mal por no preocuparse por ello antes.
Se había acostumbrado a ver al alfa en tal condición durante los últimos dos meses, que ya había olvidado que no era nada normal; esto lo llevó a recordar la conversación que tuvo con él aquella vez en el local, aquel día donde le hizo saber sobre su embarazo.
Un dolor en el pecho lo atacó cuando a su mente llegó la posible causa del desmayo de Namjoon. No quería pensar que fuera a causa de la pérdida de sus lobos, pero era lo más seguro. Si bien él también había sufrido este tiempo, no quería imaginarse lo mal que la tuvo que haber pasado su pareja.
El sonido del timbre lo sacó de su ensimismamiento y lo llevó a salir corriendo para abrir la puerta. Dos hombres con uniforme de paramédicos hicieron presencia y tras una rápida indicación para que ingresaran, ambos alfas corrieron hacia el que estaba en el suelo y empezaron a examinarlo.
Las preguntas no tardaron en aparecer y Seokjin tuvo que hacer un esfuerzo para poder responder a todas sin titubear. Luego de unos minutos y tras corroborar que el moreno no tuviera ninguna herida que impidiera moverlo, ambos lo cargaron y llevaron hasta su habitación, por supuesto, todo con indicaciones y un poco de ayuda por parte del castaño.
Una vez lo dejaron con cuidado sobre la cama, le pidieron al menor que saliera y esperara en el pasillo; al principio se negó, pero finalmente tuvo que hacerlo.
Sus uñas fueron víctimas de la ansiedad que lo carcomió durante varios angustiosos minutos. Cuando ya no tuvo más que morder, escuchó la puerta de la habitación siendo abierta y seguido de esto, uno de los paramédicos salió y se dirigió a él con una expresión preocupada.
—¿Puedo hacerle unas cuantas preguntas?
El menor asintió frenéticamente y se alejó junto a él por el pasillo hasta que el mayor se detuvo.
—Para empezar, mi compañero y yo estamos un poco confundidos con respecto a su posición jerárquica— Seokjin frunció el entrecejo, confundido —¿Podría decirme qué rango es usted y el hombre que está allí dentro?
—Yo soy omega y él es un alfa— respondió sin salir de su confusión —Pero ¿Por qué me pregunta eso? ¿Tiene algo que ver con lo que le pasó?
—Mucho, en realidad— respondió lo más sereno posible —Si le soy sincero, mi compañero y yo estábamos seguros de que ambos eran betas, pero algo en sus físicos no concordaba y por eso decidí preguntarle.
Seokjin dio un asentimiento, todavía sin poder entender lo que estaba pasando. Ésto fue notado por el paramédico, quien suspiró un poco antes de colocar su mano en el hombro del omega para dirigirse a él.
—Sé que está confundido, créame, yo también lo estoy. Este tipo de casos no son muy comunes.
»Examinamos a su pareja y por lo que pudimos ver, él está experimentando las consecuencias de haber perdido a su parte lobuna y por lo que veo, usted también lo está haciendo. Esto es muy peligroso; sin contar que usted está embarazado, perder a tu lobo siempre lleva a la persona a deteriorarse hasta morir. Su pareja está sufriendo y a este paso, sino hacemos algo, puede que no le quede mucho tiempo.
Un pinchazo en el pecho de Seokjin hizo acto de presencia tras escuchar esas palabras, sus ojos se cristalizaron y un jadeo escapó de sus labios.
—Pero ¿Qué podemos hacer? Si hay algo que yo pueda hacer para que se salve, dígamelo, por favor, no quiero perderlo por nada del mundo— llevó una mano a su vientre mientras miraba en dirección a la habitación de su alfa.
El paramédico pudo notar la aflicción en sus ojos y le sonrió levemente para darle esperanza.
—No se preocupe, no es algo que no se pueda solucionar— Seokjin elevó la mirada, esperanzado —Nosotros no nos especializamos en este tipo de casos, pero sabemos que cuando esto sucede es porque se rompió el lazo entre parejas predestinadas. Para arreglarlo, solo tienen que volver a formar el lazo.
El omega tuvo que tomarse unos cuantos segundos para procesar la información.
—¿Volver a formar el lazo? ¿Se refiere a...?
—La marca— respondió de inmediato.
Un brillo de esperanza se estableció en sus ojos al tiempo que se giraba nuevamente en dirección a la habitación.
No negaba que la sola idea le provocaba algo de nervios; no se había mentalizado para concretar su relación con Namjoon puesto que aún no se sentía preparado, pero si de esta manera lograba salvarlo, entonces lo haría sin pensarlo dos veces.
—Pero... Hay algo que no entiendo todavía. Si ambos perdimos a nuestra parte lobuna... ¿Por qué él está sufriendo más que yo? No niego que a veces me dan náuseas y dolor en el pecho, pero esto es mayormente por mi embarazo. No entiendo porqué a él le están dando más fuerte los síntomas.
El paramédico se tomó su tiempo para responder.
—No soy conocedor de su vida privada y tampoco conozco las razones por las que se rompió el lazo entre ustedes, pero por lo que usted me dice, probablemente sea por un problema que haya ocasionado su alfa.
Seokjin frunció el entrecejo en una mezcla entre confundido y asustado.
—¿Usted cómo sabe...?
—Lo deduzco por lo que examiné en él, lo que examino en usted y lo que me acaba de decir. Cuando se rompe el lazo, la parte que ocasionó el daño es la que más sufre porque su lobo piensa que fue su culpa y por eso se esconde.
El shock no tardó en aparecer. ¿Sería posible que por eso Namjoon estuviera sufriendo de esta manera? Aún sin salir de su trance, hizo una reverencia a modo de agradecimiento hacia el paramédico.
—Está bien. Le agradezco mucho por venir y por decirme esto.
El alfa le sonrió gentilmente antes de imitar la venia —No tiene que agradecer, solo hacemos nuestro trabajo. Lo más probable es que despierte en la próxima hora; asegúrese de que tome mucha agua y se alimente correctamente. No olvide lo que le dije.
Seokjin negó —No se preocupe, no lo haré.
Después de que el otro paramédico saliera de la habitación y le diera otro par de indicaciones, ambos salieron de la casa, dejando al omega y al alfa solos.
Lo primero que hizo fue bajar a la cocina para hacer algo de comer. Resolvió preparar bibimbap con arroz y kimchi; calculaba que cuando todo estuviera listo, Namjoon despertaría y podría comerlo caliente.
Y no se equivocó. Aproximadamente hora y media después, escuchó los pasos del moreno al bajar las escaleras. Dejó los platos servidos sobre una bandeja y se encaminó hacia él con rapidez para asistirlo.
—¿Te sientes bien, alfa?— se detuvo a examinar su rostro por unos cuantos segundos. Seguía pálido, pero al menos no tanto como cuando estaba inconsciente.
—Estoy bien— respondió con voz ronca —¿Qué me pasó?
—Te desmayaste y tuve que llamar a emergencias. Te subieron a la habitación, te examinaron y me dieron unas indicaciones para cuidarte— respondió serenamente, retirando un mechón que cubría la frente del más alto.
Ante esta declaración, pudo notar cómo los ojos del mayor se oscurecían por algo que le pareció tristeza. No quería permitir que la mente de su pareja se llenara de pensamientos negativos, por lo que tomó el rostro contrario entre sus manos y plantó un delicado beso en sus labios.
—Sabes que estoy contigo ¿Verdad?
Namjoon asintió cabizbajo, aún sin pronunciar una palabra. Debido a esto, Seokjin resolvió indicarle que subiera de nuevo a la habitación mientras él iba por la bandeja de comida.
Al llegar, encontró al moreno sentado cual flor de loto sobre la cama, alzando su vista solo cuando se percató de su presencia dentro del cuarto. Seokjin le dedicó una cálida sonrisa y se encaminó hacia él para después sentarse a su lado y poner la bandeja con comida sobre sus piernas.
—Te alimentaré. Abre la boca.
Y como Namjoon no tenía fuerzas ni ánimos para refutar, se halló obedeciendo a su omega mientras éste metía pequeñas porciones de bibimbap a su boca y él gustoso las recibía.
Ambos se tomaron su tiempo. Namjoon le indicaba con ademanes que comiera él también, por lo que Seokjin acataba y probaba de igual manera su comida. Media hora después, los platos estaban vacíos y el menor salía de la habitación para lavarlos.
Sentía que el alfa estaba deprimido. No sabía cómo, pero podía compartir su tristeza; ésto conllevó a que unas cuantas lágrimas escaparan de sus ojos mientras colocaba el último plato en el secador. Secó sus manos y se encaminó de vuelta al cuarto, aún pensando en qué palabras utilizaría para decirle lo que estaba sucediendo y cómo podrían arreglarlo. Por la Madre Luna deseaba obtener una respuesta positiva por parte suya y que decidiera marcarlo. Ansiaba con todas sus fuerzas volver a recuperar a sus lobos y ser los mismos de antes.
Cuando ingresó por la puerta, se asustó momentáneamente al no ver a su alfa por ningún lado, pero solo le llevó segundos darse cuenta de que estaba en el baño, probablemente cepillándose.
Aprovechó para también cepillarse en el baño de la habitación contigua y mandar un mensaje a su madre, avisándole que no llegaría esa noche a su casa. La fémina entendió sin necesidad de que le explicara nada y le tranquilizó diciéndole que no había problema, que de todas formas, ella tampoco estaba en casa debido a que había salido con Hyunmi.
Torció su boca ante ésto último y guardó su teléfono en su bolsillo antes de volver a la habitación. Namjoon ya había salido del baño y tenía su ropa de dormir, cosa que se le veía de lo más tierna si añadía su cabello desordenado y esa carita de sueño.
—Príncipe— llamó su atención —¿Podrías quedarte a dormir esta noche? No quiero estar solo.
Seokjin asintió lentamente y se encaminó hacia él mientras se quitaba la camisa y dejaba su torso al descubierto. Claro que Namjoon se sorprendió un poco por esto, pero no dijo nada más que un simple "Gracias".
—Joonie— el susodicho alzó su mirada y la conectó con la contraria —Sé que estás cansado, pero tenemos que hablar de algo muy importante y tiene que ser ahora.
En ese momento, pensó que continuarían con su charla de hace unas horas, por lo que no pudo evitar preguntarle —¿Te refieres a lo que me ibas a decir antes de que saliera corriendo?
El castaño negó —No, eso no tiene verdadera importancia ahora. Lo que te tengo que decir es algo que me dijo el paramédico y que tienes que saber cuanto antes.
Namjoon asintió comprendiendo y le indicó con un ademán que hablara.
—Escucha. Ese hombre me dijo que todos estos síntomas los está provocando la pérdida de tu parte lobuna, creo que esto ya lo sabes ¿No?— el moreno asintió con pesadez —Bueno, pues... Creo que esto es más grave de lo que pensábamos.
Al escuchar ésto último, el alfa llevó una mano al vientre de su omega para transmitirle calma. —No te preocupes por explicármelo, ya sé qué vas a decir— Seokjin lo miró confundido —No me queda mucho tiempo.
Sin querer, los ojos del castaño se inundaron de lágrimas que luchó por no derramar. —Pero hay algo más. El paramédico me dijo que existía una forma para que te salvaras— Namjoon lo miró confundido y esperanzado —Dijo que para recuperar a nuestros lobos, solamente tenemos que formar el lazo.
Los ojos de Namjoon brillaron y a Seokjin le pareció realmente linda la expresión que tenía en su rostro.
—¿Hablas de hacer la marca?— el menor asintió.
Marcar a su omega. Eso sonaba genial.
Pero en ese instante, la sonrisa que adornaba su rostro se convirtió en una mueca de tristeza y amargura, expresión que por supuesto, desconcertó al castaño.
—¿No estás feliz? ¡Podemos salvarte! Solo tienes que marcarme y todo volverá a...
—No lo haré— lo interrumpió abruptamente.
El entrecejo fruncido de Seokjin le hizo saber que debía darle una explicación. No podía mentirle; se moría por marcar a su lindo omega, pero no podía atarlo a él solamente para salvarse, eso sería muy egoísta de su parte.
—Jinnie, no quiero arruinarte la vida. Sé que aún no estás listo para ser marcado y jamás me perdonaría hacerlo para salvarme a mí mismo. No puedo hacerlo, no te lo mereces.
Dicho esto, bajó la cabeza ya que no era capaz de sostenerle la mirada, pero en ese momento, sintió las tibias manos del menor tomar su rostro nuevamente y levantarlo de manera delicada.
—No me arruinarás la vida marcándome, Namjoon. Yo te amo, eres mi alfa y el padre de mi bebé— lo abrazó con fuerza sin llegar a lastimarlo.
Sin saberlo, aquellas palabras ocasionaron que el corazón del moreno latiera con fuerza y rapidez. Sintió los brazos contrarios rodearlo y pegarlo más a su cuerpo, pudiendo de esta forma sentir los estragos que había ocasionado con unas cuantas palabras.
—¿Dijiste que me amas?— preguntó sin poder borrar esa sonrisa de oreja a oreja de su rostro.
Seokjin asintió frenéticamente —Te amo mucho, alfa.
Solo necesitó decir eso para sentir los labios contrarios estampándose contra los suyos antes de iniciar un beso fogoso y lleno de sentimientos.
Cerró los ojos y se dejó llevar por las sensaciones que comenzaba a sentir en su cuerpo. Sintió cómo era volteado cuidadosamente por el mayor y a éste acomodándose entre sus piernas.
—Por el momento, te marcaré temporalmente, pero me aseguraré de que jamás olvides esto, príncipe— volvió a besar sus labios y comenzó a retirar las prendas contrarias con una lentitud desesperante, cosa que no importaba demasiado. Con tal, esta vez se tomaría su tiempo.
Esta noche le haría el amor a su omega.
©AlejaDeMin
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