CAP 27: "Condición"
—Sí, ha pasado un tiempo— coincidió, sintiéndose cada vez más cohibido por la presencia del contrario.
Namjoon se veía muy diferente a la última vez, podría hasta asegurar que se veía más delgado. Sin saber cómo ni porqué, se sintió mal por esto. Tal vez porque él también estaba pasando por lo mismo y no se lo deseaba, a pesar de estar molesto con él, no le agradaba que se hubiera descuidado tanto.
—Mandé tu ropa y tus cosas con una persona de confianza ¿Sí te llegaron?
—Sí, no faltaba nada— respondió serenamente, bajando su cabeza —¿Qué haces aquí?
Ante su pregunta, Namjoon se tensó —Yo... Vine a visitar a mi papá. Aproveché que hoy salí temprano del trabajo y no tenía nada para hacer, así que vine aquí.
Seokjin pareció convencido de su respuesta y solo se limitó a dar un asentimiento. Estaba nervioso, no solo porque estaba al lado del alfa que hirió hace un mes, sino porque también existía la posibilidad de que estuviera en cinta y él fuera el padre de su hijo.
¿Debería decírselo? Él tenía todo el derecho, pero... Su embarazo no era algo seguro, además... ¿Cómo se lo diría? Después de todo lo que le dijo aquella vez, se sentiría como un completo descarado.
Ninguno de los dos dijo nada el resto del trayecto y únicamente se permitieron salir de su trance cuando las puertas del ascensor se abrieron. Namjoon salió primero y seguido de él, Seokjin. El primero creyó que la idea de su padre no había funcionado hasta que escuchó la voz del menor dirigirse hacia él.
—Namjoon, yo...— el nombrado se giró hacia él y le prestó su completa atención —Quiero pedirte perdón por lo que te dije aquella vez en mi casa... Estaba molesto contigo y dije cosas que no quería decir y ahora me arrepiento muchísimo por esto— sin querer, sus ojos se llenaron de lágrimas, dándole a entender al alfa que su arrepentimiento era genuino.
Su corazón se removió y no pudo evitar esbozar una sonrisa entristecida. Seokjin no quería herirlo, osea que... ¿En qué términos estaban ahora?
Al no recibir una respuesta inmediata, el omega se dio la vuelta para marcharse, pero detuvo su caminar al sentir los brazos del contrario apresarlo contra su pecho. Su corazón se aceleró ante el contacto y tuvo que morderse los labios para no dejar salir un jadeo por la sorpresa.
—Está bien, Jinnie. No sabes cuanto me alegra que lo que dijiste esa vez no fuera en serio— el castaño se giró para verlo, quedando sus rostros demasiado cerca por el abrazo que aún no se rompía —Te extrañé mucho.
Yo también, quiso decir, pero las palabras murieron en su boca cuando el moreno trató de besarlo y él, por instinto, reaccionó, alejándose unos cuantos pasos hacia atrás.
—Lo siento, yo... No puedo hacerlo— Namjoon mentiría si dijera que aquello no lo decepcionó —Yo también te extrañé mucho, pero no le puedo hacer esto a tu hijo— instintivamente, llevó su mano a su vientre, llamando la atención del mayor —Tengo que irme, tu padre me está esperando.
—Jinnie, espera...— el susodicho no le dio tiempo de hablar, ya que apresuró el paso y entró rápidamente a la oficina de Daehyun.
Tras cerrar la puerta, llevó una mano a su pecho para tratar de controlar los latidos desenfrenados de su corazón. De repente, unas irremediables ganas de llorar lo abrumaron y se permitió llorar como un niño, ignorando completamente la presencia de una segunda persona en el cuarto.
No fue sino hasta que escuchó un leve carraspeo que se sobresaltó e inmediatamente, limpió sus lágrimas con sus dedos para no arruinar el maquillaje.
—Señor Daehyun— saludó con una reverencia segundos antes de caminar hacia su escritorio y sentarse en la silla frente a él —Lo lamento por eso, es que yo... Últimamente ando muy sensible— se disculpó con una pequeña sonrisa avergonzada, sintiendo otra lágrima resbalar por su mejilla.
El omega mayor le sonrió con fraternidad y negó con su cabeza —Descuida, por tu reacción, veo que te encontraste con mi hijo ¿O me equivoco?
Seokjin negó con su cabeza —No señor, no se equivoca— dejó salir un suspiro —Me encontré a Namjoon en el ascensor y hablamos un rato— de repente, un pensamiento cruzó por su mente y boqueó como pez fuera del agua —¿Usted... Está enterado de todo?
Daehyun asintió, dejando el lápiz que sostenía entre sus dedos sobre la mesa —Mi hijo me lo cuenta todo— al ver que Seokjin abrió la boca con la intención de disculparse, decidió intervenir —Pero no estamos aquí para hablar de eso, ustedes arreglarán las cosas, yo no tengo porqué meterme en eso.
Seokjin bajó su cabeza apenado y se limitó a susurrar un pequeño "Gracias".
El omega mayor se colocó de pie y caminó hasta la dispensadora —Tengo que hablar contigo de algo muy importante, así que quiero que estés concentrado en lo que diré— dicho esto, regresó con dos tazas de café y le entregó una a Seokjin.
Él no solía beber cafeína, pero la aceptó de todos modos para no parecer descortés —Tiene toda mi atención, señor— le hizo saber, una vez tomó un sorbo del humeante líquido.
Daehyun se sentó y le entregó un papel —La noticia que tengo que darte es muy buena— Seokjin lo miró confundido, no entendiendo lo que decía en aquella hoja —Pasaste el examen de admisión, te aceptaron en la universidad.
El menor dejó de escuchar por un momento y se sumergió en un estado de shock. El omega mayor se asustó al verlo en tal estado, por lo que se levantó y lo sacudió levemente para hacerlo reaccionar.
—¿Estás bien? Te pusiste pálido de repente.
Al escuchar esto, llevó una mano a su rostro, sintiéndose repentinamente mareado. Su ex suegro le recibió la taza antes de que la dejara caer y lo miró fijamente.
—Seokjin, reacciona ¿Quieres que llame a un doctor?
Como pudo, negó con su cabeza. No estaba seguro de si el mareo lo atacó por la noticia o por otra cosa que prefería no pensar ahora. Cuando logró estabilizarse, miró fijamente al mayor.
—Estoy bien, señor... ¿Lo dice en serio? ¿Me aceptaron a mí?— preguntó repentinamente emocionado.
—Así es. El papel que te entregué es el pensum académico de las materias que te enseñarán. Tienes que presentarte la próxima semana para matricularte e inicias clases a finales de mes.
Pero al escuchar esto, su emoción se esfumó, pues cayó en cuenta de un detalle importante. ¿Cómo haría para pagar los semestres? No tenía ni siquiera un trabajo; su madre y él sobrevivían con los artes a crochet que ambos creaban, con eso les alcanzaba para comprar comida y demás necesidades que tuvieran, pero ¿Una carrera? El dinero no les alcanzaría para pagarla.
Su semblante decayó, provocando que Daehyun se preocupara; estaba seguro de que la noticia lo pondría feliz, pero al parecer no lo hizo. Antes de que pudiera preguntar, Seokjin alzó la cabeza y lo miró entristecido.
—Lo lamento mucho, señor, pero no voy a poder aceptarlo— los ojos del mayor se abrieron desmesuradamente —No tengo cómo pagar los semestres.
Ante esto, Daehyun frunció el entrecejo —Pero ¿Qué dices? ¿No habíamos quedado en que yo te los pagaría?— Seokjin lo miró confundido.
—Pero señor... Yo ya no soy el omega de su hijo, usted no tiene ningún parentesco conmigo y no creo que usted quiera ayudarme con todo el daño que le hice a Namjoon.
El mayor le sonrió levemente para después encaminarse de nuevo hacia su escritorio. El castaño creyó que el asunto terminaría ahí, pero la voz del contrario le llamó la atención.
—Escucha, Seokjin. Creo que entiendo tus razones para haber terminado con mi hijo, pero lo que sucedió entre ustedes no tiene nada que ver con tus estudios. Yo me comprometí contigo no solo porque eras el omega de Namjoon, sino porque eres un chico inteligente que quiere salir adelante. Quiero que tengas las mismas oportunidades que yo tuve para progresar. No me gustaría verte encerrado en una casa, lleno de cachorros y haciendo nada más que los quehaceres del hogar, tú estás para grandes cosas, no para eso.
El menor bajó su cabeza avergonzado, las palabras de Daehyun calaron tan dentro de él que decidió tomarse unos cuantos minutos para pensarlo. Realmente quería aceptarlo, poder estudiar y ejercer su carrera era algo que verdaderamente quería, pero no estaba seguro, su intención no era parecer un interesado.
Después de un rato, tomó una decisión.
—Está bien, acepto su generosa oferta, señor— el mayor sonrió inevitablemente, pero antes de que dijera algo, Seokjin decidió continuar —También voy a conseguir un trabajo de medio tiempo para poder cubrir los gastos de la universidad, ya sean libros o lo que sea que me pidan.
—Eso no es necesar-...
—Sí lo es y quiero hacerlo, señor— le interrumpió rápidamente —Esa es mi condición para aceptar.
Daehyun no tuvo que pensarlo mucho para dar un asentimiento, demostrando que estaba de acuerdo con ello —Está bien, si eso es lo que quieres, no me opondré.
El omega menor le sonrió en demasía y en un acto de atrevimiento, se levantó de su asiento y fue hacia él para abrazarlo, demostrándole a través del contacto lo agradecido que estaba por ser tan generoso con él.
—Muchas gracias, señor.
Y Daehyun no dudó ni un segundo en corresponder el abrazo.
Al llegar a su casa, el sol se había ocultado casi por completo. Para su buena o mala suerte, no se encontró con Namjoon cuando salió de la oficina de su ex suegro, cosa que le alivió y le decepcionó al mismo tiempo.
Debía aceptar que si antes era bipolar, ahora lo era el doble.
Cuando las llaves fueron puestas sobre la mesa de entrada, su madre vino corriendo y tras verificar que había llegado bien, empezó a bombardearlo de preguntas sobre lo que había acontecido en su reunión.
Sobra decir que cuando Seokjin le comentó lo que había pasado, Yuna se emocionó posiblemente más que él y empezó a felicitarlo, diciéndole lo orgullosa que estaba de tener un hijo tan inteligente. Por supuesto, el menor se sonrojó al recibir tales halagos y también le informó sobre el acuerdo que había tenido con Daehyun.
—Siendo así, yo también tendré que conseguir un empleo— respondió risueña ante su idea, tomándole de las manos —Así, sumándole lo que ganamos con el crochet, vamos a poder comprar tus libros, cariño.
Seokjin sonrió en demasía y asintió emocionado —Gracias, mamá.
Dando su charla como finalizada, la mujer se dirigió hacia la cocina para empezar a preparar la cena. Al mismo tiempo, el castaño se encaminó hacia la sala para ver algo de televisión mientras esperaba, pero en ese mismo instante, un mareo más fuerte que el anterior se adueñó de su cuerpo y sin poder evitarlo, cayó al suelo.
Tras escuchar el golpe, la fémina se acercó corriendo y se alarmó al ver a su único hijo inconsciente —Seokjin... ¡Seokjin!— se arrodilló a su lado y trató de reanimarlo, dando suaves golpes en sus mejillas.
Al ver que esto no funcionaba, corrió al baño para traer el botiquín de primeros auxilios. Una vez lo tuvo entre sus manos, mojó una pequeña mota de algodón con alcohol y la acercó a la nariz del menor en un intento por hacerlo reaccionar.
Nada.
Como pudo, lo cargó y dejó sobre el sofá para segundos después, buscar su teléfono y llamar al doctor que los había atendido esa mañana. El profesional les había otorgado su número de teléfono para que lo contactaran en caso de que se presentara algo como esto, también les pidió su dirección de residencia para acudir en caso de ser necesario.
Tras escuchar unos pitidos, pudo distinguir la voz del doctor Lee del otro lado de la línea.
—Buenas noches, habla con el doctor Lee Jongsuk ¿Con quién tengo el gusto de hablar?
—Sí, habla con Kim Yuna, la madre de Seokjin, el paciente que usted atendió esta mañana.
—Ah, sí lo recuerdo. Dígame ¿Sucedió algo grave con el joven?
—Sí señor, él... Se acaba de desmayar y no reacciona.
Tras escuchar un horrible silencio que la alarmó más de lo que ya estaba, el médico volvió a hablar —Ya voy para allá— y dicho esto, colgó la llamada.
©AlejaDeMin
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