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CAP 22: "A quemarropa"

Un silencio sepulcral se adueñó del lugar. Jackson se mantenía con la mirada en el suelo mientras procesaba todo y Namjoon no veía la hora para que el de mechas castañas dijera algo.

—¿Qué mierda?— logró pronunciar después de un rato —¿Cómo que embarazaste a Younha? Explicate, Kim Namjoon.

El moreno miró hacia el interior de la casa para asegurarse de que Seokjin se mantenía ajeno a la situación. Cuando se percató de que así era, habló.

—Ella me buscó hace unos días y me mostró la prueba de embarazo, tiene dos meses y...

—Y la muy descarada te descargó toda la responsabilidad a ti ¿No?— intuyó, mirándolo con el entrecejo fruncido a más no poder.

—Jackson entiende, ese bebé es mío, las fechas concuerdan y todo indica que la embaracé una semana antes de que me engañara.

—Y si es así ¿Por qué mierda no te protegiste?— se cruzó de brazos, no pudiendo evitar mirar hacia el comedor, donde Seokjin yacía comiendo su ensalada de frutas con una expresión de pura satisfacción en el rostro.

—Porque estaba en celo ¿De acuerdo?— respondió exasperado —Mira, no te pido que me apoyes en esto, pero sí que por favor guardes el secreto, no quiero que Jinnie se entere y me mande a la mierda.

—Pues te va a mandar allá si se lo sigues ocultando ¿Qué crees que vas a ganar si dejas que el tiempo pase? Tarde o temprano se va a enterar y te juro que ese día va a caer una bomba sobre ti— dejó salir un suspiro molesto —No diré nada, pero como tu amigo, te aconsejo que se lo digas lo más pronto posible. No es justo que un omega tan bueno como Seokjin esté siendo engañado por su alfa.

Namjoon asintió con la cabeza baja. Su mejor amigo tenía razón ¿Pero cómo se lo decía al castaño? No era algo fácil de discutir.

Sin querer aportar algo más a la conversación, palmeó el hombro de Jackson y regresó al interior de la casa, encontrando a Seokjin sirviendo dos platos de ensalada sobre el comedor.

—Ya volvieron— sonrió mientras les apartaba el asiento —Hice ensalada de frutas así que coman, me quedó deliciosa— antes de que Namjoon se sentara, se acercó a él y depositó un delicado beso sobre sus labios —Gracias por comprarme todo esto, eres el mejor alfa del mundo.

Dicho esto, tomó la bolsa con las compras y subió hasta su cuarto, dejando a ambos alfas nuevamente solos.

Jackson volvió a mirarlo reprobatoriamente y Namjoon no pudo sentirse más mal por estar engañando de esta manera tan vil a su lindo omega.

La música resonaba a alto volumen por los parlantes, las luces neón iluminaban todo el lugar y las personas bailaban, comían y bebían, aunque claro está que no todo era alcohol, también habían personas que no bebían de eso y pasaban la noche con refrescos.

Una de esas personas era Seokjin.

El omega castaño se encontraba bailando una canción bastante movida junto a su alfa, riendo y dándole besos de vez en cuando.

—¿De dónde salió tanta gente?— tuvo que gritar para que el mayor lo escuchara.

—Jackson tiene sus contactos y prácticamente invitó a todo el mundo— contestó de la misma manera, volteando a ver a su mejor amigo y dándose cuenta de que éste estaba coqueteando con un omega en la mesa de bocadillos.

Seokjin dejó salir su particular risa mientras se pegaba más al pecho de Namjoon y se aferraba a su cintura.

—Me gusta mucho la fiesta... Pero me gustaría que pudiéramos estar solos en estos momentos— ronroneó, jugando un poco con la camisa que portaba el alfa. Éste tuvo que concentrarse mucho para lograr descifrar lo que decía, ya que la música estaba tan fuerte que casi no lo permitía, pero una vez entendió lo que pasaba, se separó un poco y miró con los ojos bien abiertos al omega.

—Jinnie ¿El efecto de los supresores ya pasó?— preguntó en su oreja, provocándole una corriente eléctrica que le recorrió toda la espina dorsal.

—Me duele mucho, alfa— y con eso respondió a su pregunta.

Miró hacia todos lados, dándose cuenta de que algunos alfas ya empezaban a notar el aroma a coco y vainilla. Alzaban su nariz en el aire y se dejaban llevar por sus instintos, caminando en dirección a donde provenía aquel olor tan exquisito, pero cuando lo encontraban, no solo veían a un omega en celo, sino también a su alfa gruñirles territorialmente.

—Voy a sacarte de aquí.

Tomó al castaño por el brazo sin lastimarlo y lo sacó del tumulto de personas. Habían personas conversando en la escalera que tuvieron que quitarse cuando Namjoon pasó gruñéndoles para que lo hicieran.

Cuando llegaron a la habitación del menor, cerró la puerta con seguro y lo sentó en la cama. El plan era suministrarle supresores simples y de olor para calmarlo y que los demás alfas lo dejaran en paz el resto de la fiesta. Tomó la tableta y un vaso con agua para dirigirse al castaño, pero grande fue su sorpresa cuando éste apartó todo de un manotazo y lo acercó hacia él para estampar sus labios con los suyos.

El vaso se quebró en el suelo y las tabletas fueron a parar debajo de la cama.

Seokjin no quería supresores, quería el gran miembro de su alfa dentro de él y lo conseguiría ¿Qué importaba que hubieran personas allá abajo? Se encargaría de gemir por lo alto para hacerles saber a todos que ese alfa moreno y guapo era solo suyo.

Cerca de las once, alfa y omega salieron de la habitación con los ánimos más calmados.

Sí, Namjoon le dio gusto a su omega y lo folló hasta hacerlo delirar de placer.

Ahora mismo, Seokjin estaba bajo el efecto de los supresores. También tuvo que colocarse más parches para poder seguir bailando como hace rato. Al bajar, algunos los miraron con picardía, pues los habían visto subir hasta su habitación y encerrarse; otros fueron más (des)afortunados que pasaron cerca de allí y escucharon los gruñidos y gemidos de alfa y omega, respectivamente.

Al llegar al salón, posaron su mirada en Jackson y no pudieron evitar soltar una carcajada cuando vieron que éste estaba haciendo de Dj y maestro de ceremonias al mismo tiempo, tal vez era porque ya tenía demasiado alcohol en su organismo o porque su aura de por sí era bastante fiestera y despreocupada.

—¡Ahí vienen los novios!— gritó con el micrófono en mano, señalando a la parejita —Ya se nos estaban demorando, picarones.

Las mejillas de Seokjin se encendieron en rojo vivo y Namjoon apenado le hizo señas para que se bajara de allí, pero el alfa ignoró a su mejor amigo y siguió en lo suyo.

—¡Hoy estamos celebrando la mayoría de edad de nuestro querido Seokjin!— y como si todos estuvieran confabulados para hacerlos avergonzar, empezaron a aplaudir y a rodearlos, dejándolos a ambos en la mitad del salón.

«Esta me la pagas, Jackson Wang»

«Déjalo que se divierta, alfa aburrido»

Bufó al tiempo que rodaba los ojos. Le haría caso a su contraparte lobuna por esta vez, pero mañana se encargaría de sacarle la resaca a punta de agua fría para vengarse.

—¡Namjoon! ¿Por qué no le das el regalo que compraste a nuestro lindo Seokjinnie?— éste último no podría estar más avergonzado. Tenía todas las miradas puestas sobre él gracias a que Jackson no podía mantenerse alejado de la barra de tragos.

«Ay qué vergüenza»

«Es tu fiesta, disfrútala, omega tonto»

Rió por la reprimenda de su lobo. ¿Sería buena idea hacerlo? ¡Al carajo! ¿Cuántas veces puedes celebrar tu mayoría de edad? Exacto, solo una.

Le dedicó una linda sonrisa a su alfa, quien pareció relajarse con ello. Éste, después de que prácticamente toda la fiesta lo alentara a darle a Seokjin su regalo, sacó una cajita algo alargada de su saco y la colocó en frente suyo.

Todos los invitados empezaron a gritar eufóricos, pero la reacción a la que más le dio importancia fue a la de Seokjin. Éste se mantuvo con sus ojos bien abiertos, mirando de soslayo a Namjoon y luego a la cajita.

—¿Qué es, Nammie?— se atrevió a preguntar. El alfa colocó la cajita con delicadeza sobre sus manos y le sonrió, mostrando sus hoyuelos.

—Averígualo, príncipe.

El castaño le sonrió y con determinación abrió la cajita, quedándose boquiabierto al ver un hermoso collar descansar sobre el terciopelo.

—¿Pero qué?— boqueó como pez fuera del agua. Era el collar más hermoso que alguna vez pudo haber visto. La cadena parecía ser de plata fina y la joya en forma de corazón lo hacía resaltar aún más.

Namjoon se dio cuenta de su asombro y no pudo evitar sonreír por ello, apenas lo vio en la joyería, supo que sería el indicado para adornar el bonito cuello de su omega. Con una sonrisa, sacó el collar de su lugar de descanso, guardó la cajita en el bolsillo de su saco y tras tener el accesorio entre sus dedos, le hizo una señal a Seokjin para que se diera la vuelta.

Éste obedeció, aún anonadado. Cuando menos pensó, la joya ya colgaba de su cuello. Era hermosa, sabía que era una piedra de jade y por eso mismo se sentía culpable de estar llevando algo tan valioso encima.

—Por la Madre Luna, alfa— se dio la vuelta y lo miró con los ojos cristalizados —Esto se ve demasiado caro, no debiste haber gastado tanto— antes de que pudiera seguir hablando, las manos del moreno tomaron sus mejillas con suavidad para que pudiera verlo a los ojos.

—Jinnie, por un momento, no pienses en el valor de las cosas que te ofrezco— tomó la joya delicadamente y luego plantó un besos en sus labios —Si te lo estoy dando es porque de verdad lo quiero así, además... Tengo algo importante que decirte.

El omega lo miró fijamente y le sonrió —¿Y qué es?

Estuvo practicándolo todo el día, pero aun así, tenía algo de nervios. Hace pocos días decidió que hoy sería en el que le pediría a Seokjin ser su omega oficialmente. Ya no aguantaba más, sus sentimientos fueron creciendo las últimas tres semanas y se fueron adueñando de cada fibra de su ser y su alma. Quería decir aquellas dos palabras que tanto anhelaba y que su lobo le animaba a decir. Ahora era el momento perfecto.

—Seokjin, yo te...— un golpe se escuchó provenir de la puerta de entrada y segundos después, la persona que más temía que apareciera, hizo acto de presencia en la sala.

Todos se quedaron viendo con confusión a la omega pelinegra, su cara reflejaba toda la molestia que sentía hacia la pareja, más específicamente, hacia el omega castaño que le había robado el amor de su alfa.

Seokjin frunció el entrecejo al verla, instantáneamente, volteó a ver a Namjoon, preguntándole en silencio que sucedía, pero éste no le contestó, pues se había quedado petrificado. No sabía qué hacer o decir, la simple presencia de Younha lo puso a temblar como un cachorro asustado.

—¿Qué haces aquí?— al ver que ninguno decía nada, Seokjin tomó la iniciativa de preguntar. Le molestaba en demasía que esa omega tan irritante hubiera aparecido en el momento menos indicado.

—Necesito hablar contigo, Seokjin— miró de reojo a los demás invitados —A solas.

—Él no irá contigo, Younha— intervino Namjoon —Vete de aquí sino quieres que te saque a la fuerza.

La pelinegra lo miró con desdén para luego acercarse a ellos. Namjoon por instinto, se colocó delante de Seokjin para protegerlo de cualquier intención que tuviera la omega. Ésta rió sin gracia antes de ver al castaño.

—Si te estoy pidiendo que hablemos a solas es porque te quiero evitar una humillación frente a todas estas personas, pero si no quieres...

—¡Basta!— el castaño salió de detrás de Namjoon —Hablaré contigo, vamos al jardín.

Namjoon lo tomó por el brazo para evitar que se fuera con ella, pero el castaño se deshizo del agarre rápidamente. Le dijo que no se demoraría y sin más, salió por la puerta trasera hacia el jardín.

Todos se quedaron extrañados y en silencio, hasta la música se había detenido y a Jackson se le había bajado la borrachera apenas vio a Younha entrar al salón. El alfa bajó de la tarima y se dirigió hacia su mejor amigo, quien hasta el momento, no se había movido de su sitio.

—Nam...— tocó su hombro y se sobresaltó al notar que estaba temblando.

Miró de reojo a todos los invitados, quienes estaban expectantes de lo que sucedía y algunos murmuraban cosas ininteligibles sobre lo que creían que estaba sucediendo. Molesto por esto, se encaminó de nuevo a la tarima, tomó el micrófono y habló lo suficientemente alto como para que todos lo escucharan.

—La fiesta se acabó, todos fuera.

Algunos salieron sin protestar, otros quejándose y alguno que otro corrió hasta la mesa de bocadillos para llevarse unos cuantos antes de irse.

Cuando ya estuvieron completamente solos, el de mechas castañas abrazó con fuerza al moreno para transmitirle seguridad y apoyo. Todo se había ido a la mierda en el momento menos indicado.

—¿Por qué tenía que venir justo ahora?— preguntó en un susurro, aún abrazado a él —¿Por qué tenía que pasar esto cuando por fin estaba empezando a ser feliz?

El corazón de Jackson recibió una punzada. Se sentía mal por Namjoon, pues él había sido testigo de las noches que el alfa lloró por todas las relaciones que resultaron en un fracaso. No le parecía justo que por un error, estuviera a punto de perder a su predestinado.

—Maldita sea, Namjoon, te dije que se lo dijeras— masculló molesto —Pero no puedes quedarte aquí de brazos cruzados ¿Qué estás esperando para ir por él? Tienes que ser tú quien le aclare las cosas, no ella— se separó del abrazo y palmeó su hombro para darle fuerza.

Namjoon agradeció en un susurro antes de hacer caso a sus palabras e ir corriendo hacia el jardín para hablar con Seokjin.

Ambos omegas salieron al jardín trasero para hablar con más privacidad. La noche era bastante fría, por lo que Seokjin tenía que cubrirse con sus propios brazos para darse algo de calor; Younha, como venía desde su casa, sí traía ropa abrigada para protegerse del frío.

Un silencio se estableció entre ambos hasta que el castaño habló —¿De qué quieres hablar, Younha? Creí ser muy claro cuando te dije esa vez que te alejaras de nosotros. ¿Qué tienes contra mí? Yo solo quiero ser feliz junto a mi alfa, pero tú te empeñas en arruinar nuestra felicidad.

La pelinegra escuchó con calma cada palabra hasta que se convenció de que el chico no diría una palabra más. Dejó salir un suspiro antes de sacar una carpeta de su bolso y entregársela.

—¿Qué es esto?— preguntó confundido, sacando los papeles que contenían aquella carpeta.

—Solo leelos.

Con algo de desconfianza, miró los documentos. Leyó palabra por palabra, sintiendo la presión en su pecho hacerse más fuerte con cada renglón que leía. Cuando terminó, miró amargamente a la omega, ésta retiró su abrigo y alzó un poco su blusa, mostrándole su vientre levemente abultado.

—¿Y esto qué quiere decir?— apretó sus dientes, luchando por no romper esos documentos ahí mismo.

—Que estoy en cinta, Seokjin— respondió calmadamente —No sé si Namjoon te haya dicho que hace poco terminó conmigo.

—¡Claro que lo sé! Terminó contigo porque le fuiste infiel y aun así tuviste el descaro de seguirlo buscando.

—¿Y tienes alguna idea de porqué lo hice?— preguntó un poco más alterada. Seokjin negó con su cabeza —Lo seguí buscando porque él es el padre del bebé que llevo en mi vientre.

Como si un valde de agua fría le hubiera caído encima, Seokjin se quedó congelado en su sitio. Las lágrimas no tardaron en aparecer y el hombre de quien estaban hablando, tampoco.

Namjoon hizo acto de presencia en el jardín, corriendo hasta Seokjin para tomarlo por el brazo. Tenía la intención de llevárselo lejos y explicarle todo, pero el castaño se deshizo del agarre con brusquedad y lo empujó con fuerza.

—¡¿Cuándo planeabas decírmelo?!— le tiró los documentos a la cara, apretando sus puños y mandíbula para tratar de contenerse. Sus lágrimas caían por sus mejillas y no podía hacer más que mirar con rabia al alfa que tenía en frente.

—Jinnie, escúchame. Yo no quise decirte nada porque sabía que reaccionarías así. Además, apenas me enteré hace unos días, estaba buscando la manera correcta para decírtelo.

—Entonces es cierto— bajó su mirada. Le dolía el pecho, su lobo se sentía decepcionado y engañado.

Namjoon iba a acercarse para tratar de abrazarlo, pero los brazos del omega lo empujaron lejos de nuevo.

Younha observaba todo con una sonrisa disimulada desde una distancia considerable, por fin había cumplido con su cometido, pero como ella quería añadirle más leña al fuego, se acercó a ambos para decir algo más.

—Seokjin, yo no quería interferir en tu relación con Namjoon— miró al susodicho, quien la veía como si quisiera golpearla —Si estuve molestándote es porque me sentí abandonada. Namjoon ahora estaba contigo y no quería verme, yo necesitaba buscarlo porque no soy capaz de cargar con esta responsabilidad yo sola, en verdad necesito de su apoyo en estos momentos— al ver que ninguno decía nada, decidió continuar —Aunque ya empezó a ayudarme, inclusive ayer me llevó a comprar cosas para el bebé.

Seokjin abrió sus ojos de golpe, alzando su mirada para verla, segundos después, volteó a ver a Namjoon.

—¿Es cierto eso? Me dijiste que habías salido con Jackson... ¿En realidad, estabas con ella?

Namjoon apretó sus puños y bajó su cabeza. No podía ser un cobarde en estos momentos, debía aceptar su error como el alfa que era. Por eso mismo, se halló asintiendo, destrozando más el corazón del menor.

—Te mentí porque no quería que te enteraras todavía— admitió —Ayer salí con Younha para comprarle cosas al bebé, pero te juro que no pasó nada más entre nosotros.

Le dolía demasiado todo esto, su alfa iba a tener un hijo con otra omega y debía hacerse cargo. No podía ser egoísta y quitarle a ese bebé el derecho de tener a su padre y a su madre con él. Lo entendía, pero también le dolía en lo más profundo de su pecho. Había creído que Namjoon era su alfa predestinado y por eso mismo estaban hechos para estar juntos, pero ahora se daba cuenta de que las circunstancias y el destino lo odiaban y le jugaban en contra.

—Tienes que hacerte cargo de tu hijo, Namjoon— dijo con la voz rota.

El susodicho abrió sus ojos y lo miró asustado —Jinnie...

—No vuelvas a buscarme, Namjoon. Lo que sea que hayamos tenido, se acaba aquí. Sé feliz con esta omega que dentro de poco será la madre de tu hijo— y dicho esto, se fue caminando a paso rápido del lugar.

El alfa miró unos segundos a Younha antes de salir corriendo detrás de su omega.

—¡Príncipe, espera!— lo alcanzó en el jardín delantero, pero al ver que Seokjin no planeaba escucharlo, no le quedó de otra más que usar su voz de mando —¡Dije que te detengas, Seokjin!

El cuerpo del castaño se estremeció y se detuvo. Su omega se sentía humillado nuevamente y las ganas de llorar aumentaron.

—Seokjin, no puedes dejarme así... Yo quiero seguir contigo y podemos continuar juntos si nos lo proponemos. Yo voy responder por mi hijo, pero eso no quiere decir que vuelva al lado de Younha, yo a ella no la amo ¿Entiendes? Al único que amo es a ti.

—Basta— su voz salió tan rota que a Namjoon se le encogió el corazón —¿No lo entiendes? Yo ya no quiero tener nada que ver contigo, así que déjame en paz y haz tu vida como lo consideres conveniente, solo no me involucres en tus planes, por favor— caminó hacia el alfa, se quitó el collar y se lo entregó —Te lo devuelvo, ya no lo quiero.

Y sin decir más, salió corriendo de allí, destrozando su propio corazón y el de Namjoon.

©AlejaDeMin

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