CAP 16: "Plática con papá"
Seokjin dejó la nota nuevamente en la mesa y miró el dinero, era una cantidad algo exagerada para solo ordenar comida, pero ¿Qué podía hacer? Esa era la actitud de Namjoon que apenas estaba descubriendo, algo irresponsable si lo pensaba a fondo.
¿Quién podía asegurarle a ese alfa que él era confiable y no se aprovecharía de su dinero? Obviamente no lo haría, ni siquiera lo pensaba, pero realmente debía enseñarle a Namjoon a no confiar tanto en las personas.
Aunque después, aún seguía enojado con él.
Tomó su teléfono y llamó a una pizzería que conocía muy bien ya que quedaba a un par de cuadras del restaurante donde antes trabajaba. Luego de pedir dos rebanadas de pizza hawaiana y una botella de refresco, se dedicó a esperar en el sofá de la sala mientras leía el primer libro que Daehyun le había facilitado.
Sentía una sensación desagradable en el pecho. Por mucho que tratara de concentrarse, simplemente no era capaz, tal vez era por estar pensando demasiado en ese alfa tonto que le había gritado ayer, tal vez por los nervios del examen que vendría la próxima semana o por miedo de no entender a tiempo el tema y fallar el examen de admisión.
Negó con su cabeza. No, no era el momento de ponerse negativo. Leería todos los libros que pudiera antes del lunes, entendería el tema a la perfección y pasaría el examen de admisión con puntuación máxima, pero sobre todo, le demostraría a su alfa que él era capaz de salir adelante por sí solo y que no necesitaba de su dinero para eso.
El sonido del timbre lo sacó de sus pensamientos, se levantó de golpe e intuyendo que era el repartidor, caminó con el dinero suficiente en mano. Al ver que no se equivocaba, le recibió la bolsa con su pedido y le pagó por ella, añadiendo una cantidad generosa de propina. Notando que había sobrado la mitad del dinero, lo dejó sobre la mesa de entrada, se dirigió a la cocina y empezó a servirse.
Con su plato de pizza y un vaso lleno de refresco, se sentó en el sofá y se dedicó a ver cualquier película que estuvieran dando a esa hora mientras disfrutaba de su "almuerzo".
Se sentía solito, pero no podía llamar a su madre porque sabía que ésta estaba en sus clases de costura —las cuales había empezado hace poco— y Jackson estaba ocupado en el restaurante de su hermano, además no tenía mucha confianza con él como para invitarlo a entrar a la casa para charlar un rato.
Estaba pensando seriamente en conseguir un empleo de medio tiempo para entretenerse por las tardes, eso de estar en completa soledad en la casa no le gustaba mucho.
Luego de terminar, lavó los cubiertos y vajilla que utilizó para después volver a sumergirse en su lectura. Debía leer por lo menos todo el libro antes de que cayera la noche.
El libro tenía 300 páginas.
Todos los empleados se hicieron a un lado para no desesperar al hijo del presidente de la empresa, el cual traía una cara de pocos amigos y desprendía feromonas pesadas que delataban su malhumor. Desde que llegó a mediodía, estaba en ese plan y nadie tenía suficiente valentía para atreverse a hacer cualquier cosa que lo hiciera enfadar.
Aquello llegó a los oídos de Kim Minho, quien no dudó ni un segundo en llamar a su hijo a su oficina para cuestionarle su actitud; no debía ni era bueno que el vicepresidente andara por ahí intimidando a los demás empleados, aunque fuera inconscientemente.
La figura del moreno entrando por la puerta de la oficina llamó la atención de su progenitor, éste se levantó de su escritorio, caminó hasta la mesa donde se hallaba la cafetera y le preguntó en silencio si quería una taza, recibiendo una afirmativa como respuesta. Sirvió dos tazas de café amargo y le ofreció una a su hijo, éste la tomó y se sentó en el asiento frente al escritorio, esperando a que su padre hiciera lo mismo.
—Bueno Namjoon, voy a ser directo contigo porque sé que tienes demasiado trabajo y mi intención no es hacerte perder el tiempo— inició una vez se sentó y dio un sorbo a su café —Me enteré que andas de malas pulgas y quiero saber qué es lo que te pasa.
Por unos segundos, Namjoon se quedó en silencio, dudando si decirle la verdad o no a su progenitor. No quería confesarle que había hecho lo primero que le recomendó no hacer con Seokjin, pero tenía que hacerlo, tal vez su padre tenía algún consejo para hacer que el castaño lo perdonara.
Oh. De aquí saldría con un regaño.
—Es que... Papá inscribió a Seokjin en una universidad para que estudie administración.
—Sí ¿Y?— su respuesta salió tan directa que hasta parecía sarcástica, pero no lo era.
—¿Cómo que "¿Y?", papá? Él no tenía porqué hacerlo, Seokjin es mi omega, yo quiero mantenerlo, él no tiene la necesidad de trabajar ni estudiar.
Minho se le quedó viendo como si no lo entendiera, pero a la vez, su expresión se mostraba relajada, sabía que esto tarde o temprano pasaría. Se lo esperaba conociendo la actitud de su hijo y su esposo, por lo que no le extrañaba estar teniendo esta conversación en estos momentos.
—Namjoon ¿Recuerdas lo que te dije esa noche que fui a tu casa?— el susodicho asintió avergonzado —¿Entonces?
—No pude evitarlo, simplemente sucedió... Apenas me enteré de esto, le grité a Seokjin... Usé mi voz de mando contra él, le dije que cancelara la inscripción, pero él no quiso, lo que me alteró y terminé provocando que su lobo se deprimiera— escondió su rostro entre sus manos, totalmente avergonzado por su actitud del día anterior.
Kim mayor lo escuchó atentamente, haciendo una mueca. Se alejó unos segundos para tomar unos papeles debajo de su escritorio y una vez los tuvo en su poder, se los entregó a su hijo. Éste lo miró confundido, pero decidió revisarlos luego de ver la mirada severa del mayor sobre él.
—Es todo lo que ha hecho papá durante los últimos cinco años— observó luego de leer un poco —Pero ¿Por qué me muestras esto?
—Precisamente para que veas lo que ha sido capaz de hacer tu padre a pesar de ser un omega— le quitó los papeles sin arrebatárselos y los guardó nuevamente —Escucha, no me gusta decirte esto porque soy tu padre, pero tengo que abrirte los ojos antes de que cometas una estupidez con ese muchacho— dio otro sorbo a su café antes de continuar —Seokjin es alguien brillante, es inteligente, tiene aspiraciones altas y quiere salir adelante. Solo tienes que tomar a tu padre como ejemplo para ver que un omega puede lograr lo mismo que un alfa y hasta más. Daehyun le está dando la gran oportunidad a Seokjin de lograr su sueño y él no debe desaprovecharla, no todos los días se presentan oportunidades como esta. Antes de ser tu omega, Seokjin es un chico con sueños y aspiraciones como lo fuiste tú; tú querías estudiar administración y eso hiciste, querías ocupar un cargo alto en mi empresa y luchaste mucho hasta lograrlo... Mira, mi punto es: que tú no eres el único que tiene sueños y metas, existen demasiadas personas allá fuera que también los tienen, Seokjin es una de ellas. Antes de pensar en ti mismo, tienes que pensar en lo que tu omega quiere para él, no es justo que solo quieras limitarlo a casarse contigo, tener cachorros y cuidarlos todo el día encerrado en una casa. Él merece más, Namjoon, cosas que no puedes comprar con el dinero.
El alfa moreno estuvo escuchando cada palabra con suma atención. Su padre tenía razón, nunca se había sentado a pensar en lo que quería su omega, solo intuyó que lo que quería él era lo mismo que quería Seokjin, pero estaba equivocado. Era un estúpido, debía remediar esto cuanto antes.
Por eso cuando compró una caja de chocolates que sabía, eran los favoritos de su lindo omega y un peluche de una alpaca blanca, supo que había tomado una decisión que no estaba dispuesto a echar para atrás. Ese sería el mejor regalo que le daría a Seokjin ese día, algo no material, algo mucho más importante que no podía comprar con el dinero.
Su apoyo.
Condujo con rapidez responsable por las calles de Seúl, quería ver a su omega lo más pronto posible, quería besarlo, abrazarlo y pedirle perdón.
Una vez se estacionó en el garaje, bajó del auto con ambos regalos y entró a la casa.
No tardó mucho en encontrar a Seokjin.
El castaño estaba sentado en el sofá con un libro abierto de par en par, pero no lo estaba leyendo.
Estaba dormido.
Con una sonrisa enternecido, caminó hasta él, le quitó el libro, le puso un bolígrafo entre las páginas y lo cerró. Se sentó en el sofá y lo movió con delicadeza por los hombros, de vez en cuando, dejó besitos cortos en su cuello y mejillas, logrando despertarlo luego de un par de minutos.
—¿Qué haces?— gruñó suavemente, removiéndose y apartándose del mayor para evitar sus toques.
—No despertabas— se limitó a responder —¿Cómo te sientes? ¿Si viste mi nota y el dinero que te dejé?
—Sí.
Se mordió el labio inferior, pensando en si debería darle sus regalos ya o más tarde. Seokjin se veía todavía molesto y no sabía si era el mejor momento para darle la noticia y los presentes.
Al final decidió sí hacerlo. Tampoco quería que Seokjin se fuera y lo dejara solo nuevamente.
—Príncipe, quería darte esto— sacó de detrás de su espalda ambos regalos y se los ofreció.
El castaño abrió sus ojos notoriamente al verlos, miró a Namjoon unos segundos antes de volver a ver los regalos. Estaba en shock, tanto que no sabía cómo reaccionar o qué decir, o peor aún, no sabía si recibirle los regalos a ese alfa. Ese peluche se veía muy adorable y los chocolates se veían deliciosos, pero no quería dejarse comprar por ellos, él no quería verse como un omega fácil de contentar después de haber sido lastimado.
—¿Por qué? ¿Por qué me das esto?— alzó su vista nuevamente para ver al moreno a los ojos.
—Quería pedirte perdón, Jinnie. Sé que unos presentes no remedian nada, pero...
—Es cierto, no lo hacen— interrumpió secamente.
—Dulzura... Esto no es todo— insistió —También hay algo más.
—Namjoon, no tienes nada qué darme que pueda recompensar lo que hiciste. No te imaginas lo mal que me sentí cuando me gritaste de esa forma y peor, que me hubieras dado la espalda tan vilmente. Yo no te necesito, no necesito que me apoyes en esto, si quieres dejar el proceso de cortejo, lo entiendo y lo acepto, pero no voy a dejar de cumplir mi sueño por un simple capricho tuyo...
—¡Voy a apoyarte en esto, Seokjin!— esta vez fue él quien interrumpió a su contrario, cansado y herido de estar escuchando todas esas cosas tan feas provenir de su omega.
El mismo se quedó quieto y callado, todo el impulso que tenía hace unos segundos había sido atajado por esa simple frase. Miró unos segundos a su alfa, sintiéndose realmente mal por la expresión que éste tenía, se veía lastimado. Tal vez debió quedarse callado desde el principio y solo escuchar lo que el mayor tenía para decirle.
—¿Tú... De verdad...? Ahg— se quejó por no poder formular bien una pregunta —¿Lo dices en serio, Namjoon?
—Sí, lo decía en serio— agachó la cabeza, esquivando su mirada —Seokjin... Tú ya no estás a gusto conmigo ¿Verdad?— hizo todo lo posible para que su voz no saliera en un hilo.
—Yo...— pasó saliva —No es eso... Estaba molesto, creí que me dejarías solo en esto y por eso reaccioné así— ahora estaba frustrado, había lastimado a Namjoon así como él lo había hecho con él —De verdad lo siento, alfa.
Sacó valor de donde no lo tenía y abrazó al mayor, enterrando su rostro en el cuello contrario y sentándose en su regazo para liberar feromonas de tranquilidad, esto para intentar recomponer el estado de humor de su alfa.
—Estoy muy feliz de estar contigo, alfa— susurró a su oído —Perdón por haber dicho lo que dije, no era mi intención.
—No tienes de qué... Lo entiendo, es justo que pienses de esa manera, de todos modos, he sido un estúpido contigo y...
Dejó de hablar al sentir las manos del omega sobre sus mejillas y sus labios sobre los propios. Inconscientemente, cerró los ojos y se dejó llevar por la sensación tan agradable.
—Deja de hablar, alfa tonto— murmuró una vez se separaron por la falta de aire —Te quiero mucho... De verdad lo hago— volvió a sellar sus labios y se aferró al cuerpo fornido del mayor, éste a su vez, llevó sus grandes manos a la cintura de Seokjin y la apretó con emoción.
—Te quiero mucho, Jinnie— lo miró a los ojos y dejó un beso en su frente —Por eso te voy a apoyar en todo, ya no voy a ser un idiota contigo, te lo prometo.
—¿Por el meñique?— alzó el dedito mencionado y agudizó un poco su voz para formular la pregunta, sonando realmente tierno a los oídos del moreno.
—Por el meñique— confirmó, entrelazando ambos dedos y sellando la promesa con un nuevo beso.
Ambos lobitos volvieron a sonreír. Sus partes humanas eran muy idiotas a veces, pero lo verdaderamente importante es que se amaban y por fin se habían reconciliado.
Seokjin y Namjoon se amaban aunque no lo supieran todavía.
©AlejaDeMin
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