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CAP 14: "Una noticia (des)agradable"

Esto es una mala idea.

Jackson se hallaba escondido detrás de una pared en espera de Seokjin, éste último estaba en su cuarto vistiéndose para ir a visitar al padre omega de Namjoon, por lo que no tardaría mucho en salir de allí.

Dio una mirada al piso de abajo donde estaba el alfa de cabellos cenizos, desde donde éste estaba, podía verse perfectamente lo que ocurría en esa zona del segundo piso. Se sentía un poquito mal por exponer a su mejor amigo de esa forma, pero de verdad quería salir de dudas y asegurarse de que Seokjin fuera su predestinado.

El sonido de la puerta siendo abierta los puso en alerta. El omega salió completamente arreglado y levemente maquillado, llevaba puesto un conjunto rosa y blanco que había comprado con su madre y su suegro, acompañado de unos tenis blancos con plateado y un bolso de mano de color rosa pastel.

Caminó por el pasillo dispuesto a bajar las escaleras, pero se detuvo en seco al ver a Jackson aparecer de repente.

—Por la Madre Luna, qué susto me diste— llevó una mano a su pecho, sintiendo cómo su corazón palpitaba fuerte contra su caja torácica. Al final soltó una risa y empujó amistosamente al alfa —¿Qué hacías?

—Ahh, lo siento. Es que quería hablar contigo antes de que te fueras— rascó su nuca un poco nervioso, pensando seriamente en salir huyendo y cancelar el plan.

Su padre alfa le había dicho cuando era un adolescente que nunca jamás en su vida intentara tocarle el vientre a un omega porque las consecuencias serían graves. Ya lo había visto en persona, su hermano accidentalmente le había tocado el vientre a una omega que trabajaba en su restaurante, como resultado, ésta lo atacó como una fiera y él tuvo que curarle las heridas el resto de la noche.

Tragó grueso, esta era una mala idea.

—Por supuesto ¿De qué quieres hablar?— preguntó con naturalidad, echándole un vistazo a Namjoon, quien fingía estar organizando el sofá de la sala.

—Este...— antes de que Seokjin lo volteara a mirar, llevó su mano con rapidez al vientre del omega, consiguiendo rozar la zona y un dolor fuerte en la muñeca —¡Mierda!

El castaño le había doblado la muñeca hacia atrás mientras le gruñía con los colmillos al aire y las iris de sus ojos torneadas de azul.

Jackson cayó al suelo en un grito, sosteniendo con fuerza la zona afectada y poniendo una cara de evidente dolor. Namjoon corrió escaleras arriba para auxiliar a su mejor amigo, miró asustado a Seokjin, buscando alguna respuesta por sus acciones, pero no encontró nada más que unas disculpas y al castaño encogiéndose en su lugar.

—Lo siento. Jackson trató de tocar mi vientre— se excusó, llevando su mano al área mencionada, acariciándola en círculos suavemente.

El alfa de mechas castañas miró con rabia al otro alfa presente —¡Esto es tu culpa, Kim Namjoon!

El mencionado llevó su mano a la boca del contrario, evitando así que revelara al omega que todo aquello había sido plan suyo. Lo ayudó a levantarse y le sonrió cariñosamente a Seokjin, librándolo así de cualquier sentimiento de culpa que pudiera estar teniendo.

—Yo me encargaré de Jackson, príncipe. Me aseguraré de que no vuelva a intentar tocarte— sonrió tan malévolamente que si Wang no supiera que estaba bromeando, sin duda saldría corriendo de allí.

—No es necesario, Nam— bajó hasta el escalón por donde iba el susodicho —Ya me voy, no quiero llegar tarde. Nos vemos después— dio un cálido beso en su mejilla y terminó de bajar las escaleras.

El moreno se ofreció a llevarlo pero terminó accediendo a que Seokjin se fuera en un taxi, pues el castaño no quería molestar y además sabía valerse por su cuenta.

Luego de despedirlo y ver cómo el taxi se iba, se internó de nuevo en la casa y caminó hasta el botiquín de primeros auxilios. Una vez lo llevaba en sus manos, caminó hasta su lastimado amigo e hizo que colocara su mano en sus piernas para facilitar el proceso de curación.

—Eres un idiota, Namjoon. Mira cómo terminé, todo por seguirte la corriente— bufó con molestia, viendo cómo su mano y muñeca eran vendadas por el contrario.

—Lo siento, no pensé que un omega fuera capaz de hacer esto, creí que eran exageraciones de alfas débiles... Ahora veo que no.

Cuando terminó de curarlo, guardó el botiquín y se sentó en el sofá nuevamente, esperando que Jackson fuera quien concluyera los resultados de su pequeño experimento.

—¿Y entonces...?— inquirió.

—Está más que claro. Seokjin es tu predestinado.

Al bajar del taxi, pagó el dinero y agradeció al conductor antes de encaminarse al edificio frente a él. Daehyun lo había invitado el anterior sábado antes de que Jackson lo recogiera, pidiéndole que se vieran en su agencia para hablar de unos asuntos algo profesionales. Estaba nervioso, no se podía imaginar de qué asuntos podría hablar su suegro con él, pero sabía que si no entraba, jamás lo descubriría.

Al llegar a recepción, saludó amablemente a la secretaria y preguntó por Kim Daehyun. La agradable chica tomó sus datos y llamó a la oficina del susodicho, esperando paciente a que respondiera.

—Señor Kim, hay un chico que lo está buscando— anunció cuando hubo contestado —Dice que su nombre es Kim Seokjin... Sí señor... Está bien— colgó el teléfono y se dirigió al omega frente a ella —El señor Kim Daehyun lo está esperando en su oficina. Está en el tercer piso, última oficina del pasillo— indicó con amabilidad, señalando el ascensor.

—Muchas gracias— hizo una reverencia con una sonrisa y se dirigió a la cabina de metal. Presionó el botón del piso, apenas las puertas se abrieron, entró y esperó a llegar a su destino.

Al salir, encontró varias oficinas a los lados del pasillo. Como la secretaria le había indicado, caminó hasta la oficina del fondo y tocó la puerta.

—Pase.

Abrió la puerta, sonriendo naturalmente al ver a su suegro sentado detrás de un escritorio. La oficina era amplia, iluminada y elegante. Habían algunos puffs de cuero negro, unos cuantos cuadros distribuidos estratégicamente por las cuatro paredes, algunas plantitas sobre las superficies y una foto familiar junto al escritorio de mesa.

—Hola Jinnie ¿Cómo estás? ¿Te sirvo un café o un té?— se levantó de su sillón y caminó hasta una mesa.

—Muy bien... Am, un té de manzanilla está bien, por favor— se sentó en la silla frente al escritorio y esperó pacientemente a que su suegro volviera.

Daehyun regresó con dos tazas de té, solo que uno con aromática a manzanilla y el otro de limón. Le ofreció el primero al menor y se sentó detrás del escritorio, acomodó la taza en el portavasos y recobró su postura profesional.

—Bueno, supongo que te preguntas porqué te cité aquí— Seokjin dio un sorbo al líquido tibio y le puso total atención —Bueno, es que quería darte una noticia, pero no estoy muy seguro de cómo vayas a reaccionar.

—Puede decirme con entera confianza— animó, dejando la taza sobre sus piernas.

Daehyun dio un suspiro antes de hablar de nuevo.

—Jin, no quiero que pienses que soy un entrometido y que me estoy metiendo en tu vida más de lo que debería, pero de verdad tenía el deseo de hacer esto— tomó una carpeta con unos documentos y se los entregó al omega menor, éste los tomó y leyó detenidamente, abriendo sus ojos como platos al comprender de qué se trataba —Me tomé el atrevimiento de inscribirte en la Universidad Nacional de Seúl en la facultad de administración.

El aire abandonó los pulmones de Seokjin, las lágrimas inundaron sus ojos y una bonita sonrisa tímida y sincera se estableció en su rostro. No lo podía creer, de verdad su suegro se había tomado la molestia de hacer eso por él. Osea, apenas se estaban conociendo, Daehyun no podría saber si él tenía buenas o malas intenciones con su hijo y aún así se colocó en la tarea de ayudarlo a cumplir su sueño.

—Usted... Es un ángel— logró decir con las mejillas empapadas —¿Cómo pudo molestarse en hacer esto?— dejó los documentos a un lado y empezó a llorar más fuerte.

—Oh no, Jinnie. No llores— se levantó y fue hacia él para abrazarlo con fraternidad —Eres el omega de mi hijo, esto es un regalo para ti, tómalo porque te lo ofrezco con mucho cariño— acarició su cabello, recostando su mentón en la coronilla del menor.

—Muchísimas gracias, le prometo que voy a rendir mucho en mis estudios y pronto podré pagarle todo esto— habló apresuradamente, limpiándose las lágrimas y correspondiendo al abrazo del mayor.

—No tienes porqué pagármelo, ya te dije que es un regalo. Además, confío en ti y sé que vas a ser el mejor. Debes presentar el examen de admisión el próximo lunes, así que te proporcionaré unos cuantos libros para que te familiarices con el tema y obtengas un buen puntaje, sé que te va a ir muy bien.

—Muchas gracias por su confianza y por todo lo que está haciendo por mí, no le fallaré, se lo prometo— finalizó, separándose del abrazo y brindándole una cálida sonrisa a su suegro.

Este era el mejor día de su vida.

Al llegar a casa, sacó la copia de las llaves que Namjoon le había dado hace unos días y entró con rapidez. Divisó a ambos alfas en el sofá y se acercó radiante, deslumbrando felicidad por los poros.

—¡Hola! ¿Cómo están?— dejó su bolso de mano sobre uno de los sofás y se sentó frente a ellos.

Jackson se sobresaltó al verlo e instintivamente, protegió su muñeca vendada con su cuerpo. Le brindó una sonrisa nerviosa y se apegó más a Namjoon.

—Hola dulzura, estamos bien ¿Y tú?— para desgracia del alfa castaño, Namjoon se fue de su lado para ir a abrazar a su omega y llenarlo de besitos en el rostro.

—Demasiado bien, me fue excelente— ambos mayores se miraron entre sí con curiosidad para después verlo fijamente.

—¿Y eso, príncipe?— indagó curioso.

—Después te cuento, Nam, pero te aseguro que es algo muy bueno— dejó un besito en la mejilla del moreno antes de tomar su bolso y mirar a Jackson —Lo siento por lo de la muñeca, es que el vientre es una zona... Por así decirlo, íntima. Fue algo instintivo.

—Descuida, entiendo que hice mal en intentar tocarte ahí— miró cómplice a su mejor amigo —Pero bueno, estaba haciéndole compañía a Namjoon hasta que vinieras, tengo que regresar a la casa de mi hermano para ayudarle con el restaurante, dice que le hago falta— arrugó la nariz divertido, tomando las maletas previamente arregladas —Nos vemos, chicos.

—Adiós, Jackson, cuando quieras puedes volver, sabes que eres bienvenido— se despidieron y acompañaron al alfa hasta la puerta. Éste se subió a su auto y luego de despedirse por última vez, encendió el motor y se marchó.

Al cerrar la puerta, el alfa miró al omega con una sonrisa antes de cargarlo en su hombro y caminar escaleras arriba hasta su habitación. En medio de carcajadas, el de cabellos cenizos cerró la puerta de la habitación y tiró con cuidado a Seokjin sobre la cama, posicionándose sobre él para llenarlo de besos en el cuello y el rostro.

—Me hiciste tanta falta, príncipe— enterró su rostro en el cuello contrario para deleitarse con su aroma —Ya quería que volvieras para hacer esto.

Posicionó sus grandes manos en la diminuta cintura del menor. Con algo de descaro, alzó su camisa y empezó a besar su vientre, haciéndole cosquillas al castaño.

—Basta— pidió entre risas —Aún no te he contado lo que me pasó— posicionó sus manos en la cabellera del mayor para detenerlo.

—Está bien, cariño. Dime qué pasó— se acostó sobre su pecho, procurando de no poner todo su peso sobre él —Soy todo oídos.

Seokjin tomó una bocanada de aire antes de hablar, esperando de todo corazón contagiar a su alfa de la emoción que sentía.

—¡Pasa que tu papá Daehyun me inscribió en la mejor universidad de Seúl!— exclamó con una sonrisa de oreja a oreja.

La sonrisa en el rostro de Namjoon desapareció automáticamente, se incorporó sobre la cama y lo miró fijamente.

—¿Qué?

©AlejaDeMin

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