CAP 13: "Propuesta arriesgada"
Ya rondaban las ocho de la noche cuando Seokjin salió de la habitación de Namjoon. Como había intuido, un cuarto de hora después de haberse dormido, el moreno despertó y empezó a besarlo en el cuello, tocarlo a su antojo y hasta los dedos le había metido. Aunque en ningún momento realizaron el acto como tal, Namjoon se abstuvo de hacerlo y supo controlar bien a su lobo cuando quiso tomar las riendas de la situación.
Luego de haber causado que el alfa eyaculara por quinta vez en la tarde, Seokjin se escapó hacia el baño para tomar una tableta de supresores, unas pastillas para dormir y un vaso con agua. Aunque al principio, Namjoon se rehusó a tomarlos, terminó accediendo bajo la amenaza de no ser ayudado en lo que restara de su celo.
Así que ahora el alfa dormía como un cachorro con la sábana cubriéndolo hasta el pecho. Se veía realmente tierno a percepción del castaño, sino fuera por los restos de semen y demás fluidos que adornaban la cama.
Bajó hasta la cocina, encontrando a Jackson preparando la cena con el televisor encendido para tener algo de ruido de fondo. Al parecer estaba tan ensimismado que no se había dado cuenta de la presencia del omega hasta que éste carraspeó lo suficientemente alto para que lo notara.
—Ah, hola Seokjin— saludó con una sonrisa —Veo que ayudaste muy bien a Namjoon. Sus gemidos se escuchaban hasta la sala— alzó y bajó las cejas de manera sugerente, riendo ante el sonrojo que se había apoderado de las mejillas del castaño.
—¡No digas eso!— manoteó en el aire, sintiéndose ya lo suficientemente avergonzado.
—Tranquilo, es normal— le tranquilizó después de calmarse —¿Te gusta el ramen? Estoy preparando un poco.
Inconscientemente se relamió, no recordando la última vez que comió aquel platillo, pero que sin duda alguna, le fascinaba.
—Sí me gusta— se limitó a responder.
—Bien, siéntate. Voy a servir.
Caminó hasta el comedor y se sentó donde solía hacerlo. Al rato, el alfa de mechas castañas apareció en su campo de visión con dos tazones llenos hasta el borde y dos pares de palillos. Se acomodó a su lado y luego de agradecer, se dedicaron a disfrutar de la sazón del más alto.
—Esto está muy rico ¿Quién te enseñó a cocinar?— cuestionó asombrado del buen sabor que tenía la comida.
—Mi hermano mayor tiene un restaurante. A veces solía colarme en la cocina para curiosear y casi sin darme cuenta, aprendí a preparar muchos platillos. Ahora me gusta mucho hacerlo, es algo que disfruto— terminó con una sonrisa que contagió de inmediato al omega. Parecía que era de esas personas que te hacían sonreír solo con hacerlo ellos mismos.
—Pues déjame decirte que cocinas de maravilla— halagó sinceramente —Un día de estos me gustaría pasarme por el restaurante de tu hermano, quisiera probar su comida.
—Pues eres bienvenido cuando quieras. Es el restaurante chino de la calle principal, ya ha adquirido fama.
—Te prometo que iré a algún día.
Su amena plática fue interrumpida por el timbre que resonó por toda la casa. Instintivamente, ambos giraron su mirada hacia la puerta y luego se miraron entre ellos, tratando de preguntarse por medio de telepatía si estaban esperando a alguien.
Al final, decidieron que no sabrían quien era si no iban a abrir, por lo que Wang se levantó y se dirigió hacia la puerta.
—¿Qué haces tú aquí?
Se escuchó decir. Seokjin deseó con todas sus fuerzas que no se tratara de cierta personita de la cual no quería pronunciar su nombre, pero que empezaba con "Y" y terminaba en "ounha". Pero, al parecer, sus deseos fueron desechados a la basura en el momento que empezó a sentir ese aroma dulzón empalagoso y escuchó la chillona voz de la omega.
Rodó los ojos ¿Acaso no le había quedado claro que no era bienvenida en esa casa? No es que se diera más méritos de los que poseía, pero entendía perfectamente que Namjoon quería ver a esa omega, pero lejos.
Se levantó de la mesa y se encaminó hasta la puerta, jalando "accidentalmente" su suéter para que se vieran todos los chupones que le hizo su alfa en el cuello y las clavículas.
Al aparecer en el campo de visión de la chica, ésta lo ahorcó con la mirada y peor aún, al ver las marcas que tenía en el cuello, sintió como toda la sangre se le subía a la cabeza. Se veía a simple vista que estaba temblando, no sabía si de la ira o del frío, pero si algo era seguro era que no la estaba pasando para nada bien y que deseaba con todas sus fuerzas abalanzarse sobre Seokjin y sacarle los ojos con el tacón de sus zapatos.
—¿En qué puedo ayudarle, señorita?— pronunció con sarcasmo la última palabra, causándole más enojo a la omega.
—Vine a ver a Namjoon, así que quítate que no me iré de aquí sin verlo— intentó apartarlo, pero él fue más rápido y se interpuso, ocasionando que se golpeara la nariz contra su pecho —¡Dije que te quites!
—No lo haré— contestó seco, mirando de reojo a Jackson, quien se mantenía expectante de la situación como si de una película de acción se tratase —Mi alfa no quiere verte, te lo dijo el otro día ¿No es así? Además, déjame decirte que está durmiendo porque estuvimos teniendo relaciones toda la tarde.
—¡Mentira! Él se está escondiendo para no darme la cara— apretó los dientes y trató de empujarlo, esta vez siéndole impedido aquello por Jackson —Tú no te metas.
—No me meto, solo soy turista— colocó ambas manos detrás de su cuello —Pero no voy a dejar que le hagas daño a Seokjin, él al menos sí vale la pena, no como tú— la escaneó de arriba abajo con desprecio.
—Además ¿Por qué te estaría mintiendo?— complementó el castaño —Acaso no te basta como prueba esto?— jaló más el cuello de su suéter —Y sumándole el hecho de que él no tendría porqué esconderse de una omega como tú. Te estás dando demasiados aires de grandeza ¿No lo crees?
Kim Seokjin podría ser el omega más cariñoso y tierno de la existencia, pero cuando se trata de defender algo que le importa, se convierte en una persona totalmente diferente, hasta agresiva se podría decir.
Younha infló sus cachetes, sintiendo cómo su orgullo era pisoteado por aquellos dos. No podía permitir que barrieran el piso con ella sin contraatacar, ella también tenía por donde golpear.
—Al menos yo me gocé primero a Namjoon, yo lo hice sentir como tú nunca podrás hacerlo. Solamente eres un cualquiera que se le metió por los ojos para aprovecharse de él.
—¿Me estás insultando o te estás describiendo?
Seokjin: 1; Younha: 0.
Jackson se retiró unos metros para reír a carcajadas, el castaño la estaba jodiendo de una manera colosal y la cara de la Younha lo delataba.
—Por última vez, te exijo que me dejes hablar con Namjoon. Estoy perdiendo la paciencia.
Y la dignidad.
Seokjin empujó la carne interna de su mejilla, pensando seriamente en cómo deshacerse de ella. Miró hacia el comedor unos segundos antes de que se le ocurriera algo.
—Muy bien— suspiró —Ya lo llamo— se dio la vuelta y caminó hasta el comedor.
Pero en lugar de hacer lo que había dicho, tomó su plato de ramen y se devolvió a la puerta de entrada. Younha, al verlo volver sin el alfa, se cruzó de brazos y lo retó con la mirada.
—¿Y bien?
Seokjin no respondió, en su lugar, tomó el tazón y lo volteó sobre la cabeza de la omega, bañándola en sopa, fideos y narutos.
—¡¿Pero qué te pasa?!— gritó histérica, tratando desesperadamente de desenredar los fideos de su cabello.
—Qué interesante. Parece que cuando el ramen se desperdicia, se convierte en ramera.
Ese fue el broche de oro para que Jackson terminara recostado a la pared, carcajeándose y ventilándose por la falta de aire.
—¡Te humillaron!— la señaló, sosteniéndose el estómago con su otra mano.
Seokjin le brindó una última sonrisa cargada de satisfacción, terminando por cerrar la puerta en su cara, dejándola afuera hecha una fiera. No era que le pareciera bien el hecho de humillar a una persona para sentirse bien consigo mismo ¡Pero hombre! la chica ya estaba necesitando un freno y Seokjin se lo dio en seco. Él solo defendió lo que era suyo.
Apenas se recompuso, el alfa a su lado alzó su mano en el aire en una clara invitación a que "chocaran los cinco" que fue gustosamente recibida por el omega.
—Te juro que a partir de ahora te respeto muchísimo más, es que... Wow, le echaste el plato de ramen encima.
—Lo sé, no sé qué me pasó— rió algo nervioso —Supongo que mi lobo tomó el control, es algo agresivo a veces.
—Pues déjame decirle a tu lobo que ni estando borracho me metería contigo. Primero me vuelvo un delta antes que eso.
El castaño soltó una suave risa, caminando nuevamente hacia el comedor para continuar con su cena como si nada hubiera pasado, pero teniendo que pasar por la cocina primero para servirse otro tazón.
Después de tres días, el celo de Namjoon pasó y todo volvió a la normalidad. Jackson se había quedado en el cuarto de invitados durante esas noches para estar pendiente de su mejor amigo y el omega de éste. Aunque ya había pasado el periodo de celo, aún no quería irse, estaba amañado y bueno, tampoco tenía razones para abandonar la casa pronto. Así que los tres estaban viviendo en total armonía sin ningún problema de por medio.
Por eso, cuando Seokjin avisó que se daría un baño, a Jackson se le hizo super raro que su mejor amigo se acercara a él y le hablara de manera confidencial, casi como temiendo que el omega pudiera escucharlo y le arrancara la boca de un mordisco por chismoso.
—¿Qué pasó, hombre? Me estás asustando— admitió con los ojos un poco más abiertos de lo normal.
—Eres mi mejor amigo y te tengo la suficiente confianza como para decirte esto— inició —Así que por favor, prométeme que no le dirás ni una palabra de nuestra conversación a Seokjin.
—Está bien, lo prometo— mostró la palma de su mano como clara señal de su promesa —Ahora ¿Qué pasó?
—Es que... Cuando estuve en celo... Le pedí a Seokjin que me dejara acariciar su vientre y accedió— susurró esto último.
Los ojos de Jackson se abrieron en sobremanera al igual que su boca. El alfa menor lo veía como si estuviera viendo un fantasma o a la mismísima Samara Morgan.
—¡¿Que qué?!— gritó, teniendo Namjoon que taparle la boca para que su dramatismo no llegara a oídos del omega en el segundo piso.
—Cállate que te puede escuchar— regañó entre dientes para después quitarle la mano de la boca —Lo sé, es raro. Yo no pensé que aceptaría, ningún omega con el que estuve antes me lo había permitido— habló en voz baja, mirando paranoico hacia las escaleras —¿Qué crees que signifique?
Jackson lo meditó un poco, tratando de encontrarle una respuesta lógica que no fuera la que tenía en mente.
—Bro, tengo dos hipótesis— el de cabellos cenizos se acomodó para escucharlo mejor —Uno, a él no le afecta que cualquier alfa le toque el vientre. O dos, es tu predestinado.
Namjoon dejó de escuchar por un momento ¿Predestinado? ¿Seokjin era su predestinado?
Una sonrisa inconsciente se estableció en su rostro, pero así como apareció, se desvaneció por el simple hecho de que aún existía la otra posibilidad.
—¿Estás seguro? ¿No hay más hipótesis?— indagó, queriendo asegurarse primero antes de hacerse falsas ilusiones.
—No que yo las vea— aseguró.
El alfa mayor se mordió los labios con ansiedad. Si aquello era verdad, la búsqueda de su predestinado había acabado y por fin podría darle fin a tantas desilusiones y decepciones amorosas.
—¿Podrías ayudarme a comprobarlo?— preguntó con ojos de cachorro, esperando obtener una respuesta positiva.
—¿Eh? ¿Cómo puedo ayudarte yo en eso?— cuestionó confundido y temeroso de lo que su mejor amigo pudiera estar maquinando en esa alocada cabeza.
—Quiero que intentes tocarle el vientre a Seokjin.
©AlejaDeMin
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