CAP 10: "Belleza"
Ahora mismo, los cuatro estaban sentados en la mesa, cenando en total armonía y charlando muy a gusto, todos a excepción de Seokjin, quien se mantenía en silencio gracias al estado de trance provocado por las palabras previamente dichas por el omega mayor.
—Si gustas, puedo inscribirte en la mejor universidad que haya en Seúl para que estudies administración de empresas. También puedes optar por ejercer tu profesión en la empresa de mi esposo, pero esto sólo es opcional. Entonces ¿Qué dices?— Minho estaba de acuerdo con su omega; si Seokjin estaba preparado en cuestión de estudios, él estaba dispuesto a darle una oportunidad en su empresa.
La respuesta no llegó inmediatamente, es más, ni siquiera llegó. Seokjin había quedado en un estado de shock por no saber qué hacer o decir.
No se mentía a sí mismo, deseaba aceptar esa propuesta para estudiar su tan anhelada carrera, pero también era consciente de que no quería aprovecharse del dinero de sus suegros, él no era un oportunista y no quería verse como tal. Apenas estaba siendo cortejado por Namjoon y aún no estaba seguro de si su relación funcionaría. Quería hacer todo paso a paso.
—Seokjin, príncipe. No has tocado tu plato— la voz de Namjoon lo sacó de sus pensamientos, haciéndolo mirar instintivamente a su cena. Era verdad, no había probado bocado por estar pensando demasiado.
—Lo siento— hizo una pequeña reverencia, mirando apenado a sus suegros. Daehyun lo miró con una sonrisa comprensiva y dejó sus cubiertos de lado para hablar.
—Seokjin ¿Estás pensando en la propuesta que te hice?— el susodicho asintió con la cabeza —No es necesario que lo pienses ahora, tómate tu tiempo, piénsalo y después tomas una decisión, tranquilo— le brindó una mirada reconfortante antes de volver a su plato —Ah y come, está muy rico.
El castaño asintió nuevamente con una sonrisa tímida, sintiendo como su apetito regresaba de a poco. Tomó los cubiertos y empezó a comer, comprobando que, en efecto, estaba delicioso. La cena les había quedado de maravilla.
Luego de un par de horas, el matrimonio Kim debía retirarse, pero antes de hacerlo, Daehyun invitó a Seokjin y a su madre a pasar una bonita tarde en el centro comercial. Esa idea sí le agradaba, por lo que aceptó inmediatamente, acordando así verse el próximo fin de semana en la tarde.
Aprovechando que los omegas estaban hablando, Minho llevó a su hijo al jardín para hablar con más privacidad y sin temor a ser escuchados.
—Ya lo conociste, ahora ¿Qué te parece?— se cruzó de brazos, esperando obtener una respuesta positiva.
—Seokjin es lindo— confesó, hablando en el buen sentido de la palabra —Es inteligente, agradable y se hace respetar, además, por lo que observé, no es interesado ni oportunista, tu padre le hizo una propuesta bastante tentadora, pero no quiso aceptarla de inmediato, tú mismo fuiste testigo de eso— Namjoon asintió, mirando de reojo a Seokjin, quien seguía hablando con Daehyun —Cualquier omega que me presentaste antes hubiera aceptado de inmediato, así que creo que escogiste bien, sólo no lo eches a perder— palmeó su hombro —Ah, por cierto, el chico tiene deseos de estudiar, trabajar y superarse, no le vayas a cortar las alas.
—No lo haré— sonrió, mostrando sus hoyuelos —Gracias, papá— le ponía feliz en sobremanera que su padre haya aceptado a Seokjin, no era ni necesario cuestionarse lo mismo con respecto a Daehyun, pues se notaba a leguas que le había caído bien y que también lo aprobaba.
—No hay de qué. Ahora sí debemos retirarnos, tenemos que madrugar y tú también, así que no vayan a tener acción hoy porque no te quiero ver mañana con ojeras.
—¡Papá!— un sonrojo se apoderó de sus mejillas, causando que el alfa mayor se soltara a reír, mostrando de quien había heredado Namjoon esos preciosos hoyuelos.
Luego de despedirse, los señores Kim se retiraron en su auto, dejando a Namjoon y a Seokjin solos nuevamente. El mayor de ambos acunó el rostro del más bajo y depositó un suave beso en su nariz.
—¿Qué te parecieron mis padres, Jinnie?
—Fueron muy lindos conmigo, me agradaron mucho— respondió sinceramente con una bonita sonrisa —Tu papá me invitó a salir de compras el sábado ¿No te parece genial?
—Lo es— concordó, pasando su semblante a uno más sentimental —Me alegra que te hayan agradado, no sé qué hubiera hecho si no.
—Descuida, tus papás me cayeron muy bien, no tienes de qué preocuparte— recostó su cabeza en su pecho, pasando sus manos por la cintura contraria para abrazarlo —Vamos a dormir, tengo mucho sueño— un bostezo de su parte confirmó lo que decía.
En un sólo movimiento, pasó de estar en el suelo a los cálidos brazos del alfa, quien lo llevó al estilo nupcial hacia su habitación, teniendo cuidado de no tropezarse en el camino. Al llegar, lo recostó en la cama y le quitó los zapatos.
—Descuida alfa, puedo cambiarme solo— iba a levantarse, pero Namjoon se lo impidió.
—Vamos, déjame hacerlo. Estás cansado y yo, en cambio, tengo toda la energía del mundo— esa era una pequeña mentirita piadosa, pero gracias a ella, el castaño accedió y lo dejó cambiarlo.
Caminó hasta el armario y sacó una pijama de short y buzo blanco, ya que estaba haciendo algo de calor esa noche. La colocó en una esquina de la cama y se dirigió al kit de maquillaje que reposaba en el armario de tocador, allí buscó unos cuantos pañitos húmedos y volvió con Seokjin. Éste ya se había quedado dormido, por lo que, con mucho cuidado de no despertarlo, se sentó a su lado y empezó a pasar el pañito delicadamente por su rostro, retirando el delineado, el rubor y demás exceso de maquillaje que tenía, dejando su rostro totalmente limpio y sus labios en su color rosa pálido natural.
Cuando terminó, desechó los pañitos y procedió a quitarle la ropa con cuidado de no tocarle el vientre, no quería ganarse una mordida o dislocación en su mano por descuidado.
Cuando lo hubo dejado únicamente en ropa interior, se dedicó unos segundos a apreciarlo; Seokjin tenía un color de piel pálido bastante bonito, tenía el vientre plano y alcanzaba a notar unas cuantas marquitas, productos del ejercicio que hace tiempo no hacía. Demonios, se veía tan lindo que quería besarlo, lo quería tanto.
Decidió primero cerciorarse de que el castaño siguiera dormido, cuando comprobó que así era, se agachó y plantó un beso en sus labios, disfrutando de su suavidad y de lo voluptuosos que eran. Sólo duró unos segundos, pero fueron los suficientes para dejarlo satisfecho y feliz.
Terminó vestirlo con la pijama y lo dejó listo.
—Descansa, príncipe— antes de retirarse, dejó otro beso en su frente y salió de la habitación.
«Descansa, alfa»
La parte lobuna de Seokjin se removió feliz como un cachorrito, totalmente encantado por los cuidados brindados a su parte humana.
El fin de semana llegó más rápido de lo esperado, lo cual sólo significaba una cosa:
Salida de omegas.
No era extraño que Seokjin se estuviera arreglando desde temprano. Antes del almuerzo ya estaba bañado, vestido y maquillado. Había quedado con su madre y Daehyun de verse a las dos de la tarde en el centro comercial más cercano al barrio donde vivía con Namjoon, por lo que no tendría problemas en irse caminando.
Pero apenas le mencionó al moreno sobre sus planes de gastar la suela de sus zapatos por caminar dos kilómetros, éste se opuso rotundamente y prácticamente se ofreció a llevarlo en plan obligatorio. No estaba dispuesto a dejar que Seokjin caminara todo ese tramo pudiendo llevarlo él en su auto.
Mientras iban en el auto, el alfa colocó una melodía suave para ambientar y así entablar una conversación amena para entretenerse durante el trayecto, aunque este plan no había dado mucho resultado, pues ya llevaba rato hablándole al castaño sobre cosas banales a las que, para su desgracia, no estaba prestando mucha atención. Seokjin se hallaba ensimismado, pensando en cómo sería su salida de esa tarde y sobre lo que debía hacer o decir —o qué no hacer y qué no decir— para no echar a perder lo que había avanzado con su suegro.
Al parecer, Namjoon se dio cuenta de esto y decidió dejar de hablar, sumergiendo el interior del auto en un silencio para nada incómodo que sólo se veía levemente interrumpido por la canción que sonaba en la radio.
—¿Estás nervioso?— decidió preguntar de repente, causando que el omega saliera de su burbuja y le prestara atención.
—Un poco. No sé qué hacer o qué no hacer con tu papá, no quiero echarlo a perder— confesó, esperando que el alfa tuviera una solución y se la brindara más pronto que inmediatamente.
Al parecer sus palabras fueron escuchadas por la Madre Luna, ya que la respuesta llegó en seguida.
—Puedes ofrecerle ir a comer helado primero que todo, a él le fascina el de mango— inició con su pequeña clase sobre "cómo complacer a tu querido suegro y que éste no te termine odiando y queriendo lejos de su hijo" —Luego de eso, pueden ir de compras, cualquier almacén está bien para él, la única condición es que tengan ropa color rosa a montones, es la única manera en la que se amaña en uno.
—Espera— lo cortó —¿A tu padre le gusta el color rosa?— sin siquiera recibir la respuesta, esbozó una sonrisa inconscientemente.
—Sí, es su color favorito— afirmó, teniendo que taparse uno de sus oídos cuando Seokjin gritó de la emoción.
—¡No puede ser, no puede ser, no puede ser! ¡El rosa también es mi color favorito!— dramatizó, dando brinquitos en el asiento por la repentina emoción que lo embargaba, ahora tenía algo más en común con su suegro y eso le alegraba mucho.
—¿De verdad?— preguntó, soltando una risa nasal; al parecer su tormento con el rosa no acabaría nunca. Al recibir una afirmación, decidió contarle su pequeña, pero "dramática" historia —Cuando era pequeño, mi papá siempre buscaba vestirme con colores pasteles, mayormente de color rosa, pero mi padre alfa no estaba de acuerdo porque decía que esos no eran colores para vestir a un futuro alfa como yo, así que mantenían discutiendo por ese aspecto. Claramente no pasaban de discusiones ridículas y sin sentido, pero no dejaba de preocuparme por la gran posibilidad de decepcionar a uno de los dos cuando me presentara. Si salía omega, mi papá Daehyun seguiría vistiéndome de colores bonitos y rosas, pero claramente decepcionaría a mi papá Minho. Por el contrario, si me presentaba como alfa, lo complacería a él, pero decepcionaría a mi otro papá por no poder seguirme vistiendo como le gustaba.
Seokjin asentía ante cada cosa que decía el contrario. No podía evitar sentirse mal porque, por lo visto y sin querer, Namjoon había terminado por decepcionar a Daehyun.
—¿Y qué sucedió cuando te presentaste como alfa?— indagó, queriendo saber más de la historia.
—Bueno, mi papá Minho se puso muy feliz, pero mi otro progenitor no tanto, se deprimió mucho ya que soy su único hijo y ya no tenía la posibilidad de tener un hijo o hija omega, sus ilusiones quedaron pisoteadas y yo no dejé de sentirme mal por semanas— soltó un suspiro pesado, recordando aquellos tiempos —Después se le pasó, pero sé que hubiera sido más feliz con un hijo omega.
Seokjin meditó la situación, también se sentía mal por Daehyun y hasta le gustaría aportar alguna idea para hacerlo sentir mejor.
—¿Y no intentaron tener otro cachorro?
Namjoon negó —Papá quedó embarazado de un segundo bebé cuando yo tenía siete años, pero lastimosamente, lo perdió a los cuatro meses debido a un aborto espontáneo y quedó infértil.
La conversación se había tornado deprimente. A Seokjin jamás se le ocurrió pensar que un omega tan sonriente como él pudiera tener un pasado tan trágico y horrible.
Se quedó callado por un par de minutos, en los cuales el silencio volvió a reinar en el vehículo, después de un rato, se le ocurrió una fantástica idea y decidió comunicársela al alfa a su lado.
—Oye, pero ahora estoy yo— señaló su pecho con su pulgar —Yo puedo ayudarlo a cumplir ese sueño que dejó inconcluso. Puede hacer conmigo todo lo que desearía haber hecho contigo si te hubieras presentado como omega.
Namjoon aprovechó el semáforo en rojo para mirarlo con ojos brillantes ¿De verdad Seokjin estaría dispuesto a hacer algo como eso?
—¿Lo harías, príncipe?— cuestionó, recibiendo un asentimiento bastante alegre.
—¡Por supuesto! Es más, hoy aprovecharé para hacer muchas cosas con tu papá, ya verás que se pondrá muy feliz.
Se quedó mirando a Seokjin unos segundos antes de volver a aterrizar, le parecía estar soñando o tener un ángel frente a él, uno muy hermoso.
Nuevamente descubrió que la belleza de Seokjin no se limitaba únicamente a la física.
©AlejaDeMin
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