CAP 09: "Visita"
Apenas Namjoon mencionó que su padre iría a visitarlos esa noche, Seokjin entró en un pequeño ataque de nervios. Mordió sus labios sin saber qué decir e inconscientemente, empezó a dar vueltas por toda la sala.
No estaba seguro. Conocer al padre de Namjoon estaba clasificado como dar el siguiente paso y él, sin duda alguna, no estaba preparado. No ahora que empezaba a dudar de su relación con el alfa.
Sabía que era un poco tonto dejarse llevar por algo tan simple como lo era no percibir el tercer olor de tu pareja, pero también estaba asustado, no quería terminar como su madre: con un lazo roto y sola.
Pero justo cuando iba a abrir la boca para decirle a Namjoon que cancelara la visita, su lobo intervino y le impidió hacer cualquier estupidez.
«Dale una oportunidad. Si lo rechazas, lo vas a hacer sentir mal y lo harás quedar mal en frente de su papá»
Gruñó por lo bajo, acto que no pasó desapercibido para el alfa. Su lobo tenía razón, no podía hacerle eso a Namjoon después de lo grandioso que había sido con él, no se lo merecía.
—Está bien ¿Qué debo ponerme?— trató de sonreír un poco para alivianar el ambiente. Tal vez no sería tan malo, después de todo, conocería a su ¿Suegro? No tenía idea si debía llamarlo como tal, pues Namjoon apenas lo estaba cortejando y aún no tenían una relación formal. Mejor sólo lo llamaría "Señor Kim", así se sentiría mucho más cómodo.
Namjoon no pudo evitar detallar cada facción que se reflejó en el rostro del castaño cuando anunció la visita de su padre. Podía darse cuenta de que no le agradaba mucho la idea; a él tampoco, pero tenían razones distintas. En ese momento, su teléfono sonó, indicando un mensaje entrante. Sacó perezosamente el artefacto de su bolsillo para ver de qué se trataba.
Papá
Hijo, tu papá también irá. Le comenté de la
visita y me insistió en llevarlo. No tienes
problema con eso ¿Verdad?
Visto a las 07:34 p.m.
Al ver el mensaje en la pantalla, puso una cara de sufrimiento. Ahora sí estaba hecho, no sólo lo visitaría su padre alfa, sino que también su padre omega. No tendría problema con lo último sino fuera porque el hombre que lo trajo al mundo era un tanto... ¿Cómo decirlo? Comunicativo.
Con un gruñido, respondió al mensaje.
Hijo
No papá, no hay problema :)
Visto a las 7:35 p.m.
Papá
¡Perfecto! Me alegra que te ponga feliz su
visita. Nos vemos, adiós.
Visto a las 7:36 p.m.
Frunció los labios ante la respuesta. Si tan sólo su padre supiera que esa carita no significaba precisamente felicidad. No era tan viejo, pero, aunque se lo explicara, no entendería mucho del tema, así que mejor lo dejó pasar.
Alzó su vista para ver a Seokjin, quien aún estaba cruzado de brazos, esperando por su respuesta.
—Eh... Mi papá me acaba de decir que papá también vendrá— el castaño ladeó su cabeza un poco confundido —Puedes ponerte ropa ni muy casual, ni muy formal.
—Está bien, pero... ¿Tienes dos papás?— preguntó curioso, dejando de lado sus dudas para entablar una conversación amistosa por primera vez en el día. Cosa que Namjoon agradeció internamente.
—Sí. Tengo un papá omega y uno alfa— empujó delicadamente a Seokjin para que se sentara en el sofá junto a él —¿Tú tienes papá y mamá?
—Sí, pero...— dudó unos segundos si contarle o no acerca de su situación familiar. Al final terminó haciéndolo —Papá se divorció de mamá porque encontró a su predestinada. A causa de eso, la marca en el cuello de mamá desapareció.
Namjoon se mordió la lengua, hubiera sido mejor no preguntar acerca de eso. Ahora el omega tenía un semblante medianamente triste y su olor se había tornado ligeramente agrio. Sin dudarlo dos segundos, lo abrazó por los hombros y escondió su rostro en el cuello contrario, una vez en esta posición, empezó a restregarse para impregnarlo con sus feromonas y así calmarlo un poco. Luego de un rato, sus peticiones fueron escuchadas y el aroma del omega volvió a la normalidad.
—¿Sabes? Quiero que mamá encuentre una pareja, alguien que la haga sentir amada de verdad, quiero que encuentre a su pareja predestinada— se sinceró, revelándole al alfa uno de sus mayores deseos que siempre mantenía oculto hasta de la misma Yuna.
—Tu mamá debería salir más, así conoce personas nuevas y se expande en nuevos horizontes. Trata de convencerla para que salga más a menudo, verás que le hace bien— aconsejó, terminando por dejar un suave beso en la frente de Seokjin.
—Lo haré— afirmó decidido, quería volver a ver a su madre feliz y lo conseguiría —Iré a arreglarme, ya vuelvo— se levantó rápidamente para correr escaleras arriba hasta su habitación y así empezar a ponerse bonito. Debía dar una buena primera impresión a los señores Kim después de todo.
Había tardado media hora en salir de su habitación a pesar de ya estar bañado para cuando Namjoon llegó. Un cuarto de ese tiempo se la había pasado desordenando su ropa porque no encontraba algo lo suficientemente lindo para ponerse, no quería que la primera impresión de los señores Kim acerca de él fuera la de un omega descuidado, ni más faltaba.
Al final optó por colocarse una camisa de manga larga color celeste con rayas blancas, un jean negro y unos botines de tacón medianamente alto del mismo color.
Cuando el asunto de su ropa estuvo arreglado, tomó su kit de maquillaje y empezó a repartir colores suaves por su rostro. No era de maquillarse mucho, pues no lo necesitaba, pero esta ocasión era especial. Un poco de rosa pálido en sus mejillas, acompañado de un suave delineado en sus párpados y algo de brillo en sus labios. Se miró por décima vez en el espejo y supo que estaba listo.
Abrió la puerta de su cuarto listo para bajar, pero se sorprendió al ver a Namjoon frente a él con el puño levantado.
—¿Qué haces?— preguntó con voz suave mientras ladeaba su cabeza, pero no obtuvo respuesta inmediata debido a que el alfa se había quedado petrificado al verlo; Seokjin había quedado sumamente hermoso ante sus ojos y ante los de cualquiera, por eso estaba agradecido de que sólo él tuviera el privilegio de verlo.
—Dios mío, estás hermoso, Jinnie— las mejillas del castaño se tornaron aún más rosas que su maquillaje. Una sonrisa se estableció en su rostro y sus ojitos brillaron.
—Gracias Nam— miró la vestimenta del susodicho, notando que él también se había arreglado para la ocasión. Dios, esos pantalones de cuero negros y esa camisa blanca ceñida al cuerpo deberían ser ilegales —Tú también te ves muy guapo— halagó con una sonrisa antes de recobrar su postura y volver a preguntar —¿Por qué tenías el puño alzado hace unos segundos?
—Te estabas demorando mucho, por lo que me preocupé y decidí venir a ver qué pasaba— se encogió de hombros, restándole importancia —Ahora veo en qué te estabas demorando, valió la pena la espera.
Nuevamente el castaño sufrió un sonrojo en sus mejillas, por lo que tuvo que andar con la cabeza gacha para que Namjoon no viera los estragos que causaba en él con sólo unas cuantas palabras, aunque él claramente ya lo había visto.
Casi una hora después, el timbre de la casa fue tocado, indicando que la visita había llegado. Namjoon se apresuró a abrir la puerta mientras que Seokjin se mantuvo sentado en el sofá, esperando paciente y con un pequeño ataque de taquicardia por los nervios. Sólo esperaba caerles bien a los padres del alfa.
Escuchó un par de voces desconocidas en la puerta, las cuales asumía que pertenecían a sus suegros. Lo siguiente que vio fue cómo dos hombres bien vestidos entraban y el más bajo de ellos le brindaba una cálida sonrisa mientras se apresuraba en ir hacia él.
—Mucho gusto. Soy Kim Daehyun— el padre omega del moreno se presentó muy animadamente, contagiando de su alegría al menor.
—Un gusto, Kim Seokjin— hizo una reverencia para después voltear a ver al padre alfa de Namjoon.
—Mi nombre es Kim Minho. Es un gusto conocerte, Seokjin.
—Igualmente— se limitó a decir, sintiendo cómo su corazón parecía querer salirse de su pecho. Dios, estaba muy nervioso, los señores Kim eran muy elegantes y él se sentía como un lobito en un basurero. Seguramente ahora mismo estaba actuando como un idiota y quedando como tal frente a ellos.
Namjoon se percató de esto e inmediatamente se acercó a él, rodeándolo por los hombros en un abrazo reconfortante y susurrando unas palabras a su oído.
—No te preocupes, Jinnie. Estoy aquí contigo— después de decir aquello, depositó un beso en su sien y se alejó unos centímetros para ver a sus padres.
Los señores Kim mantenían su porte distintivo sin llegar a ser pretenciosos. El alfa observaba detenidamente a Seokjin, examinándolo en silencio y tratando de averiguar porqué era diferente, según su hijo. Pero ya habría tiempo para eso, tampoco quería incomodarlo por estarlo mirando tanto.
Casi por instinto, Seokjin se aferró al brazo del moreno para tratar de calmarse y no salir corriendo. Tantas miradas sobre él lo estaban poniendo más nervioso de lo normal.
—Alfa ¿Por qué no servimos la cena? Tus papás deben tener hambre— sonrió con naturalidad cuando miró a los mencionados y volteó su vista a él.
—Mm está bien, ustedes quédense en la sala y yo iré a servir— se dirigió a los tres presentes antes de perderse en la cocina, abandonando al pobre omega y dejándolo solo con sus padres.
Muchas gracias. Pensó sarcásticamente.
Iba a ir tras él para "ayudarlo" y así huir de sus suegros, pero la voz de Daehyun lo detuvo.
—Espera, mientras Namjoon sirve la cena, podemos conocernos— dijo amistosamente, sentándose en uno de los sofás y haciéndole señas para que sentara a su lado. Temeroso caminó hacia él y se sentó a su lado derecho, tomando la debida distancia.
Minho estaba sentado del otro lado de su esposo, mirándolo sin decir palabra alguna y limitándose a escuchar la conversación entre ambos omegas.
—Entonces dime ¿Cuántos años tienes?— inició con las clásicas preguntas para no incomodarlo mucho.
—Dentro de dos semanas cumpliré veinte— respondió, sonriendo inconscientemente de sólo pensar en la idea de que por fin sería mayor de edad y podría tener mejores oportunidades.
—Ow, estás muy joven— dijo con ternura —Pero está bien, Namjoon sólo te lleva cuatro años.
El omega mayor era muy alegre, Seokjin podía deducirlo por su comportamiento y manera de expresarse. También lo deducía por la manera tan linda en que sus ojos se hacían dos medialunas cada vez que sonreía.
Pronto, la charla se fue soltando más y ahora ambos conversaban de manera más amena, aunque sí con el debido respeto. Seokjin fue perdiendo poco a poco la pena conforme iba respondiendo a las preguntas curiosas de Daehyun, habían pasado de hablar de su madre y de él hasta tocar temas escolares.
El omega menor le contó que hasta el momento no había pensado en la opción de estudiar por la falta de dinero, pero sí le confesó que deseaba estudiar administración de empresas para convertirse en un gran empresario y conseguir una estabilidad económica sin necesidad de depender completamente del alfa. Él deseaba superarse y demostrar que es capaz de ocupar un puesto alto en una empresa reconocida a pesar de su condición de omega.
Aún recordaba cuando fue a buscar empleo como ayudante de carga en un supermercado. La tarea era simple, recoger los paquetes de productos que llegaban en la mañana y cargarlos hasta los estantes para acomodarlos. Ese día fue con toda la emoción del mundo para pedir el empleo, pero el encargado prácticamente se había burlado en su cara, diciéndole que era un trabajo pesado y los omegas no eran capaces de ejercer tales oficios.
Tal fue la rabia que sintió que dejó sin descendencia al alfa que lo había humillado, dándole una patada lo suficientemente fuerte en sus partes nobles como para hacerlo doblar del dolor. Ese día le gritó e insultó de todas las maneras que conocía, terminando por escupirle que los omegas no eran simplemente unas máquinas de hacer cachorros y darle placer a su alfa.
Después de eso, se fue con toda la dignidad que poseía y dejó a aquel tipo de aires alfistas en el suelo, siendo socorrido por uno de sus compañeros y la burla de algunos que pasaban por ahí.
Tras contarle esa anécdota no tan agradable a Daehyun, éste se rio escandalosamente, llamando la atención de su hijo desde el comedor y la de su esposo a su lado.
—¡Muy bien hecho, Seokjin!— le palmeó la espalda amistosamente —Se lo merecía el hijo de su omega madre.
—Mi esposo tiene razón, hiciste bien en dejarlo en su lugar— esta vez, Minho se incluyó en la conversación, queriendo aportar algo y no solamente quedarse de "adorno" —A pesar de que soy alfa, respeto mucho a los omegas porque sé lo que valen. No sólo fueron hechos para hacernos compañía y traer cachorros al mundo, ustedes también tienen grandes potenciales y deben saberlos aprovechar en el mundo desigual en el que vivimos. Sino mira a Daehyun, es un importante diseñador de logotipos para marketing, inclusive fue él quien diseñó el logo de mi empresa.
El omega mayor se sonrojó por los recientes halagos recibidos, pero siendo consciente también de su valor y talento.
—Minho tiene razón. Solamente necesitas un pequeño empujoncito para progresar. Es más, si quieres, me gustaría proponerte algo.
El corazón de Seokjin palpitó con fuerza en su pecho y sus ojitos brillaron como dos estrellas brillantes en el cielo.
©AlejaDeMin
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