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CAP 07: "Plática con mamá"

Se sentía algo intimidado por la manera en que Namjoon lo miraba, en ningún momento cruzó por su mente que el alfa le hiciera algún tipo de daño, sólo le daba un poquito de miedo porque ya lo había visto enfadado y, honestamente, no es una escena que quisiera presenciar hacia sí mismo, ni de broma.

El de cabellos cenizos volvió a insistir con la mirada para que le contara todo lo que le había dicho aquella omega, pero él estaba absorto en sus pensamientos y no estaba en condiciones para entablar una conversación en ese momento. Debía admitir que esas palabras lo habían descolocado.

«¿Qué hace usted en la casa de mi alfa?»

«¡¿Entonces tiene a otro?!»

«Tengo asuntos qué atender con "tu alfa"»

Esas, más las otras cosas feas que había escuchado de ella, le daban vueltas en la cabeza como una especie de bucle. Se sentía mareado y a la vez confundido. No quería creerle nada, debía preguntarle primero a Namjoon lo que estaba sucediendo y el porqué del comportamiento de la omega. Debía haber una respuesta lógica.

—Ella me dijo que tú eras su alfa— comenzó diciendo —Me dijo que tenía asuntos pendientes contigo y no me creyó cuando le dije que no estabas en casa— se sentía como un soplón, o al menos así se había escuchado.

Vio de reojo cómo el mayor apretaba los puños, haciendo que resaltaran las venas de sus manos y brazos.

—¿Qué más te dijo?— preguntó, tratando de no sonar brusco.

—También dijo que eras un estúpido.

Se mordió los labios para no soltar una risa inconsciente. Okay, eso había sonado mejor en su cabeza, ahora sí se escuchaba como un niño chismoso.

Pero al alfa no se le había hecho ni pizca de gracia, por lo que Seokjin volvió a su estado neutro, no queriendo hacerlo enfadar más de lo que ya estaba.

Esa hija de su...

—¡Alfa!— le regañó —Quiero saber qué está pasando ¿Qué sucede entre ustedes? ¿Acaso tuvieron algo?

Namjoon se mordió los labios algo nervioso, no quería decirle a Seokjin nada de lo acontecido con la omega porque seguramente se enfadaría con él. El castaño lo miraba arrugando el entrecejo y cruzándose de brazos, exigiendo una pronta respuesta; si bien ese gesto se le había hecho tierno antes, ahora no pensaba eso en lo absoluto. Lo estaba acorralando en un camino sin salida y no sabía qué hacer.

La única opción era decirle la verdad... A medias.

—Jinnie, mira... Yo tuve algo con Younha hace unos meses, fue algo reciente— dejó en claro lo último, no quería continuar, pero la mirada intensa del castaño lo obligó a hacerlo —Ella vivió aquí, así como tú, pero el asunto cambió después de un par de meses... Ella... Yo la descubrí teniendo relaciones con otro alfa en mi propia cama— confesó amargamente —Ese día le grité y la eché de mi casa, pero ella siguió viniendo. Si bien me gustaba mucho hace unos meses, echó nuestra relación y todo lo que yo sentía por la borda. No quiere aceptar que ya no siento nada por ella, está loca.

Seokjin escuchó cada palabra con atención, comprendiendo la situación. Tenía sentido lo que decía, la omega se veía bastante empalagosa y no le extrañaría que estuviera acosando a su alfa. Gruñó de sólo pensar en ello, no quería que Younha siguiera acercándose a Namjoon, él ya no tenía nada que ver con ella, tenía que dejarlo en paz. A su lobo tampoco le gustaba, podía sentirlo removerse incómodo y molesto.

—Entiendo... ¿Por qué no le pones una orden de restricción?— sugirió, pensando que esa sería una buena idea. Desechó ese pensamiento al ver la negación del moreno.

—Su padre trabaja en el departamento de policía y tiene un cargo alto. Aunque le ponga una demanda, estoy seguro de que va a convencer a su papá para que la deje seguir haciendo lo que le plazca. Es una niña mimada.

Seokjin remojó sus labios para después morderlos un poco, la situación sí era algo complicada.

Alzó su vista hacia el mayor, sonriéndole cálidamente para que se le subiera el ánimo, cosa que logró después de unos segundos; ahora mismo estaba siendo abrazado por el moreno mientras recibía cortos besitos en su cabello.

—Alfa— le llamó suavemente —Vamos a desayunar ¿Sí? Aunque tendremos que comer todo frío— hizo un puchero —¿Trajo el jarabe?

Namjoon se levantó de golpe, asustándolo —Mierda, lo dejé en el auto. Ya vengo— salió corriendo hacia la calle. Aprovecharía para guardar el Ferrari en el garaje de una vez.

En ese momento, Seokjin pensó que Namjoon era el alfa más tierno y gracioso que había conocido.

La mandíbula del omega castaño cayó al piso al momento de entrar a la nueva casa de su madre. No tuvo la oportunidad de verla por dentro aquella vez, pero ahora estaba totalmente embelesado; Namjoon no pudo escoger una mejor casa para su progenitora.

—Esto es hermoso mamá— giró su vista hacia los ventanales que daban al jardín; pudo apreciar cómo la fémina había colocado sus plantas favoritas a lo largo de ellos. Le parecía bonito, le daban un aspecto fresco a la casa y hacían resaltar la personalidad de la omega.

Además, las feromonas de ésta se sentían por toda la casa, producto de la emoción y felicidad que seguramente estaba sintiendo. Seokjin teorizaba que la casa debía gustarle mucho para haberla impregnado del rico aroma a almendras y moras. Cuando algo le gustaba en demasía, tenía la costumbre de marcarlo con su olor, así que de ahí sus conclusiones.

La mujer se sentó con su hijo en el cómodo sofá y le ofreció unas galletitas que preparó minutos antes de su llegada. Seokjin no tardó en tomar una y probarla, haciendo sonidos de satisfacción al sentir el sabor adueñándose de sus papilas gustativas.

—Rico— comentó, haciéndolos reír a ambos.

—¿Cómo has estado, mi vida?— le preguntó con una sonrisa mientras dejaba la charola de comida en la mesita frente a ellos —¿Qué tal se ha comportado Namjoon contigo? ¿Te trata bien?

El menor asintió efusivamente, calmando los nervios que sentía su madre. Aunque no lo admitiera en voz alta, le había preocupado que su hijo se fuera con un perfecto desconocido de su casa, la única razón por la que lo había dejado marchar era porque deseaba verlo viviendo una mejor vida, cosa que ella no podría ofrecerle. Así que ahora que Seokjin le había dicho que estaba en perfectas condiciones, sentía como su lobo se calmaba y pasaba a estar más tranquila.

—Eso me alegra, Seokjinnie. Ya sabes que, si sucede algo, no debes dudar en decírmelo— los ojos de su mamá cambiaron de color, dando lugar a unos azules bastante profundos, dándole a entender que estaba hablando completamente fuera de broma.

—Lo sé mami, no te preocupes. Cualquier cosa que suceda te la diré— colocó sus manos delicadamente sobre los hombros de la mujer, sonriéndole tranquilamente —Por cierto, tengo que contarte algo.

La señora Kim recobró su anterior postura para poner toda su atención en su hijo —Cuéntame.

—Verás. Es que hoy vino una omega a la casa exigiendo hablar con Namjoon, se veía muy molesta con mi presencia— jugó con sus deditos —Luego llegó él y empezó a gritarle, hasta utilizó su voz de mando para hacer que se fuera— Yuna asentía con su cabeza, totalmente concentrada en el relato —Luego de eso, le pregunté quién era ella y me dijo que era su ex novia, que estuvo con ella un tiempo, pero terminaron porque ella le fue infiel. Luego me dijo que siguió viniendo a la casa como si nada hubiera pasado y no lo quiere dejar en paz.

Terminó de contar con un inconsciente puchero en sus labios, aún se sentía molesto por lo que había pasado, no podía evitar pensar que fue mala idea no invitar al alfa a estar con él y su madre; la tal Younha podría volver y tratar de hablar con él. La mera idea le revolvía el estómago.

Tal vez había revelado algunos detalles innecesarios, pero su madre era una mujer de confianza, así que no había problema. Luego de unos cuantos segundos, ésta decidió hablar.

—Por lo que veo, esa omega te está peleando a tu alfa— dijo seriamente —Tú no puedes dejarla que se salga con la suya, no debes cometer el mismo error que yo cometí.

Seokjin miró apenado a su madre, no hace mucho había sucedido lo de su padre.

—Aunque el caso de tu padre fue distinto porque ella sí es su predestinada, yo no pude hacer nada ante eso. El asunto de los predestinados es algo serio— Seokjin la miró intrigado, sentía curiosidad por saber si Namjoon podría ser su predestinado.

—¿Y cómo se sabe si dos personas son predestinadas o no?— se quitó las pantuflas de estar en casa para sentarse al estilo indio sobre el sofá, cosa que a su madre no le molestó en lo absoluto.

—Bien, te voy a explicar. Cuando dos personas están destinadas a estar juntas, desde el principio existe una conexión. Te sientes en confianza con esa persona y tu lobo lo aprueba, sorprendentemente, le dejas hacer cosas que no dejarías que hiciera otra persona y no sólo hablo de eso, Seokjin— aclaró al ver la cara que puso su hijo, quien había malpensado sus palabras —Aunque no haya una marca presente, puedes sentir algunas de las emociones de tu predestinado; puedes saber si está llorando, está feliz, estresado, entre otras emociones. Cuando se hace la marca, el vínculo se hace más fuerte y puedes sentir todas esas emociones más intensas, como si fueran las tuyas propias.

Seokjin escuchaba atento cada palabra. Era la primera vez que su madre y él tenían este tipo de conversación.

—Y aparte de eso ¿Hay otra forma de saberlo?— preguntó curioso.

—Sí la hay— respondió luego de un suspiro pesado —Fue por culpa de no prestar atención a ese detalle, si lo hubiera hecho, me habría dado cuenta de que tu padre no era mi predestinado.

El menor se acercó a ella y la abrazó, tratando de consolarla para que no pensara más en su ex esposo. Tal vez debía dejar el tema hasta ahí para no seguirla lastimando.

—Mejor ya no hablemos de eso, mami— dijo después de separarse y estirarse para comer otra galleta.

—No, aún no te he respondido la pregunta y es necesario que me escuches para que te des cuenta si ese alfa está destinado para ti o no— sorbió su nariz e imitó la acción de su hijo, agarrando otra galleta.

Cuando terminó de comerla, decidió hablar.

—La otra manera de descubrirlo es si puedes oler su tercer aroma.

Seokjin se quedó estupefacto ¿Tenían tres aromas? ¿Por qué nadie le había contado acerca de eso?

«Tal vez porque no tienes amigos, humano tonto»

Bufó ante la respuesta de su lobo.

«No te estoy preguntando»

Trató de dejar de pensar en su lobo para concentrarse nuevamente en lo que le había dicho su madre, quien comía otra galleta en silencio.

—¿Entonces tenemos tres aromas?— preguntó, aún descolocado por la nueva información.

Yuna asintió con su cabeza —Poseemos dos aromas que pueden ser percibidos por todo el mundo, en tu caso, son el coco y la vainilla— ejemplificó —Y tenemos un tercer aroma oculto, que sólo puede ser percibido por nuestro predestinado.

En ese momento, el menor comenzó a olerse a sí mismo para tratar de percibir su tercer aroma, pero no logró nada, sólo distinguía sus dos aromas ya conocidos.

—¿Y yo por qué no puedo olerlo?— aquella pregunta hizo reír a su madre.

—Ya te lo dije, sólo lo percibe tu predestinado, ni siquiera tú puedes saber cuál es tu tercer olor— ante esto, Seokjin hizo un mohín.

—¿Y si alguien me miente diciéndome mi supuesto tercer olor y yo le creo?— ahora estaba asustado, existía esa horrible posibilidad.

—Tu lobo va a saber manejar la situación en ese caso, no te preocupes.

Sonrió maravillado, su mamá era la mujer más sabia que conocía en el mundo.

©AlejaDeMin

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