✦ Do You Believe in Destiny | KaiSoo
➝ Universo: Shaman King | Anime, manga.
➝ Autor(a): ohbany
➝ Género: Romance,aventura, sobrenatural.
➝ Advertencias: Glosario al final del texto.
➝ Palabras: 12,3K
➝ Resumen: Jongin descubre realmente lo que es el destino y cómo creer en él después de conocer a ese pelirrojo de mirada penetrante y coqueto, en medio del más importante Torneo de Shamanes.
DO YOU BELIEVE IN DESTINY.
En el mundo, algo hay profundo,
Cuando ya lo inevitable llega.
La vida te puede dar otra oportunidad
Lo primero que Jongin vio cuando sus ojos focalizaron el imponente cielo azul marino fue una estrella fulgurando con el brillo de mil estrellas en fusión. Jongin abrió los ojos grandes, tallándolos y tratando de creer que de verdad estaba pasando, que no era una visión de su mente producto del extenuante entrenamiento al que se había sometido.
—Esa es Ragoh* —dijo Soojung, la mejor amiga de Jongin y aquella que le había motivado en su entrenamiento. Su pelo rubio y su parche en el ojo le daban una imagen en demasía misteriosa, a Soojung le gustaba vestirse como ninguna chica y marcar la diferencia—. Sabes lo que significa ¿verdad?
Jongin asintió bastante convencido de lo que, durante años, los tíos y abuelos de Soojung le habían enseñado. Ragoh no era más que aquella estrella que simboliza la destrucción en cultos secretos. Una estrella que aparece cada quinientos años junto al cometa Keito* y era reconocida por las ciencias ocultas, que, además, traía desastre con ella. Siempre que Ragoh aparece nace a su vez un salvador capaz de librar a la humanidad del desastre. En pocas palabras, la aparición de la estrella, sólo estaba dando pie a una nueva era. La era del Rey Shaman*
—¿Cuánto crees que tarden los oficiales en aparecer? —preguntó Jongin, a sabiendas de que, por su entrenamiento, Soojung solía ser un poco más fluida en cuanto a términos se refería.
—Muy pronto estarán aquí, y tú, como futuro participante debes estar preparado.
Jongin asintió esa vez con una fuerte convicción reverberando en su ser. El sueño de su vida era convertirse en Shaman, en el Rey, en aquel salvador capaz de hacer un camino en medio de las tinieblas y encomendarse a los Grandes Espíritus* ese era Kim Jongin.
A Jongin le latía el corazón cada que recordaba cómo se hizo un Shaman, y cómo fue que obtuvo su Espíritu Acompañante* El recuerdo, aunque era bastante agradable, no dejaba de provocarle un pequeño sin sabor en la boca, porque fue esa vez, el día en que Jongin perdió el campeonato de danza para el que había estado preparándose arduos meses. Ese día contempló la desilusión de su madre y la decepción de su padre. Jongin estaba frustrado consigo mismo. Había estado más que preparado para dar el salto por el que había ensayado tanto tiempo, pero segundos antes de que pasara lo vio. Era un oso descomunalmente enorme, un oso marrón y perdido en medio de la tribuna, codeándose con la gente y lo peor de todo era que nadie podía verle.
Jongin gritó como nadie en ese momento, se desesperó ¡Era un oso! ¿Es que acaso no podía sentir miedo de ello? Pero más allá de todo, sólo sirvió para hacer el ridículo y para que los demás se burlaran de su ineptitud. Fue demasiado extraño; pero aún más extraño fue cuando, llorando la pérdida de aquel importante logro, el oso llegó hasta él. A principio sintió el más ferro miedo, sobre todo cuando el animal en cuestión le habló, es decir, el oso le habló. Le dijo que no tuviese miedo, que los dioses y el destino lo habían querido así, a ellos juntos.
Sin meditar de nada, sin creer siquiera qué era lo que estaba pasando, el oso tomó posesión de su cuerpo; fue una fusión de almas en la que Jongin sintió una fuerza incontenible fluir y al mismo tiempo agotarle. El oso le dijo que él podía, que entrenando llegaría tan lejos, tan fuerte y tan vivaz como nadie nunca lo había hecho.
Las cosas después de eso se pusieron todavía más extrañas, porque su amiga Soojung —la que siempre había estado a su lado, siendo su confidente— no estaba sola. Estaba con alguien más, conversando y riéndose con ese alguien que jamás en su vida había visto, alguien que no parecía de este mundo, alguien como Hoduro su nuevo amigo oso.
—¿Quién es ella? —Fue lo primero que le preguntó a Soojung, y esta se sorprendió, miró al espíritu que viajaba junto a ella, y sin más terminó resoplando.
—No puedo creer que seas capaz de ver a Amber.
Ese día no sólo se enteró del misterio que envolvía la aparición repentina de Hoduro, sino el misterio alrededor de la tal Amber, que no era más que el Espíritu Acompañante de Soojung, alguien a quien podía ver debido a la sensibilidad con la que había respondido su cuerpo y alma frente a Hoduro.
Fue Soojung la que le contó acerca de los Shamanes, del torneo que se celebraba cada quinientos años, de los espíritus que rondaban entre el mundo actual y el espiritual. Jongin lo comprendió hasta muy tarde, fue un paso a paso muy insistente y todo gracias a Soojung, sus tíos y abuelos, todos ellos Shamanes de la antigua dinastía. La verdad es que desde que Soojung le contó sobre aquel maravilloso mundo, Jongin se ilusionó, quiso ser algo más que un bailarín frustrado, quiso ser un Shaman, el Rey de todos.
Su amiga, más que interesada por ser Shaman, estaba al pendiente de usar sus dotes y poderes para ayudar a los demás, aunque no recibiera la más mínima gratificación. Ella no deseaba convertirse en nada más que lo que era ahora, y era una verdadera pena porque el poder espiritual de Soojung daba para mucho, realmente era muy poderosa cuando llevaba al máximo su energía.
Jongin recuerda, recuerda el día en que el Oficial Apache encargado de aprobarlo para el torneo se apareció delante de él y lo hizo escoger entre la vida y la muerte. Jongin escogió pelear, y ganar.
Al principio usó la fusión de almas, tenía un nivel aceptable por todo el entrenamiento con Soojung día tras día, ganando y perdiendo delante de Amber, pero delante del Oficial del Torneo Jongin se vio en la escabrosa situación de cuestionarse si eso era lo que deseaba, o si bien, era bueno para ello. Recordó el fracaso en el campeonato de danza, recordó la burla y aunque nadie sabía que era Shaman realmente no deseaba pasar por eso nuevamente.
Hoduro le iluminó el camino como buen Espíritu Acompañante, le regaló unas garras de oso y él mismo hizo posesión de ese objeto, incrementando en un nivel superior su poder espiritual. Soojung lo había dicho, el Hyoi Gattai* que equivalía a la posición de alma era fuerte, pero no era más poderoso que el Oversoul*, la posesión de objetos, en ella no se cuestionaba el poder del espíritu acompañante, sino del propio Shaman.
Tomar posesión de las garras de oso fue el equivalente a una victoria segura y la aprobación para el Torneo de Shamanes. Todavía sentía el orgullo fluir por sí mismo porque aquello había sido su primera victoria.
—¿Jongin?
La verdad es que el camino ha sido extenso pero gratificante. Su primera pelea fue con un tipo llamado Tao, quien fue un duro contrincante, desde entonces ha tenido infinidades de peleas Shamanes que han medido su fuerza y la filosofía con la que se rige. Esta es la oportunidad que había estado esperando para ser algo mejor que un bailarín mediocre que nunca pudo completar un paso crucial en su número.
—¿Jongin?
De hecho, es mucho más que eso.
—¡¡¡¡Jongin!!!!
Jongin abre los ojos cuando el sol flamea de frente y le quema la cara mientras gotas perladas de sudor se realzan desde su frente. Está sentado en una piedra, en un camino desértico sin nada más que arena y pequeños árboles secos y enclenques. Focaliza en la distancia y por el sol y la sed que tiene, mira agua en la lejanía donde no hay más que arena y carretera. Su compañero de al lado, engalanado con una camisa fresca blanca, pantalones militares y gafas oscuras, lo escruta como si quisiese enviarlo a Corea de una sólo patada.
—¡Tengo más de media hora tratando de pescar tu atención! —grita, no parece nada contento. Jongin no lo culpa, de todos, Kris es el más huraño y gruñón—. ¡¿Dónde tienes la cabeza?! ¡¿Qué vamos a hacer?! Por si no te habías dado cuenta, ¡Estamos varados en América!
Jongin rueda los ojos porque a veces y sólo a veces se pregunta cómo fue que alguien como Kris vino a dar a su lado, siendo su compañero de viaje. De hecho, Jongin mira a los lados y ve a sus camaradas y empieza a hacerse muchas preguntas.
Están varados sí, en América, muy a pesar de que el encuentro final de la Pelea de Shamanes va a ser en Tokio, Japón. Jongin no es el único deseoso de convertirse en Shaman, hay muchos repartidos en todo el mundo, tres de esos muchos viajan con él, y déjenme decirles que no todo es color de rosa.
—No grites tío Kris, me vas a dejar sordo —se queja un pequeño de doce años, es mediado y va vestido casi igual que Kris.
—¡Cállate Jongdae! ¡No te das cuenta que estamos perdiendo el tiempo! —se queja Kris, Jongin no puede ver sus ojos enfurecidos porque los lleva cubiertos por las gafas, pero sabe que están rojos de la rabia.
—¡No oigo, no oigo soy de palo, tengo orejas de pescado!
—¡Ángelus!
—No tío, Kris. ¡Con la cola de tu dragón no!
Mientras Ángelus, el Espíritu Acompañante de Kris azotaba con furor a Jongdae su sobrino, y se pasaba por el arco del triunfo los ataques de trueno de Hácil, el Espíritu del chiquillo. Jongin se reunió con Chanyeol para tratar de resolver el problema que tenían con la comida, la bebida y el transporte, sin aspiración a hallar soluciones. Ya habían padecido toda una carretera desde que bajaron del avión que Soojung había conseguido para ellos, y sin reservas ni dirección, todos estaban realmente perdidos.
Por órdenes de los Oficiales Apaches, cada Shaman debía viajar hasta América por su propio pie sólo para encontrar la Aldea Apache* donde serían las eliminatorias de aquel gran torneo, pero estando en el presente y con sol, Jongin no sabe dónde está, ni qué dirección tomar hasta la aldea.
—Creo que debemos inclinarnos por la posición del sol, y los elementos —comenta un Chanyeol bastante optimista.
—Ay no, ya va a este con sus anhelos naturales —salta Jongdae, a pesar de que ha sido regañado muchas veces en lo que va de viaje por su propio tío—. Chanyeol, el que Flame sea de fuego y sea tu Espíritu Acompañante no te hace el dios supremo de los elementos. Te recuerdo que Joonmyun sigue manipulando el agua, y oh Kyungsoo manipula la tierra, y recuerden que Yixing tiene estos dos Espíritus que tienen viento y telequinesis, en pocas palabras Chanyeol, no eres nada.
—P-pero y-yo sólo estaba hablando de los Puntos Cardinales —se queja el pobre Chanyeol y Kris no lo resiste más. De la nada, saca todo el poder que se concentra en su objeto de fusión e imposibilita a Jongdae de manera que no pueda molestar en todo lo que queda de camino, es más fácil cuando ese niño no está revoloteando por doquier.
Jongin sonríe un poco porque este es su grupo, y bueno están perdidos. No sabe qué será de él, pero están unidos y es una fortaleza que se ha cimentado en tres largos meses de recorrido y camino. Por ejemplo: Chanyeol, a ese lo conoció cuando por accidente tuvieron una disputa, Chanyeol fue un duro oponente de derrotar porque Flame, su Espíritu Acompañante manipula el fuego y Chanyeol es prácticamente un piro-maníaco cuando se fusiona con su Espíritu. Su nivel de pelea es impresionante, no obstante. Así mismo, y aunque no lo parezca, está Jongdae, quien es el sobrino de Kris y el que se coló en el avión de ida después de haberle descuartizado el Espíritu Acompañante a unos de los Oficiales del torneo, aprobó sí, pero Kris lo quería lejos. Al final, más ganó su insistencia y su poder de escondite que todo lo demás.
Y por último está Kris, que es como la mano derecha de Jongin, es una persona que, aunque parece huraño y molestoso, es un fuerte contrincante, además tiene un Espíritu Acompañante impresionante, es un dragón de tres cabezas y lleva por nombre Ángelus, fue heredado y lleva en su familia al menos unos trescientos años.
Kris es un buen amigo, sólo que últimamente no ha estado en su pleno como debería. Él está afligido.
—Sólo porque mencioné a Joonmyun el innombrable se pone así, ay sí, ay sí —refuta Jongdae, casi, casi cayendo en la inconsciencia.
Es cierto, el misterio de por qué Kris se comporta más huraño de lo que se acostumbra tiene un nombre y un apellido, Kim Joonmyun.
Desafortunadamente este nombre trae otros desenlaces, unos que a Jongin no le gustaría recordar. Nombres como Kyungsoo, uh, Kyungsoo.
—Va a agotar todo mi Furyoku, pero vamos, todos móntense encima de Ángelus.
Jongin sonríe y sabe que, a pesar de todo, Kris siempre está velando por el bienestar del grupo
✖✖✖
Joonmyun había llegado en el paquete de Kris y Jongdae, también en el de Chanyeol. De hecho, él estaba más que decidido a abordar el avión conjuntamente con Jongin y los demás. Habían creado este lazo de amistad de pocos días que los hacía ver como cercanos, por ello fue tan fácil llevarse bien unos con otros. Jongin define a Joonmyun como el espíritu libre y tranquilo que es la contraposición de Kris, juntos son como negro y blanco, luz y oscuridad, Ying y Yang. Pero fue ese mismo día de abordaje, en el hangar del avión de la familia de Soojung que ocurrió un desenlace, el que precisamente tenía a Kris echando humo por la boca y los oídos, y a Jongin danzando entre la fina línea del odio y la curiosidad (Quiere creer él que es por el mismo odio)
Antes de embarcarse en el avión, Jongin y sus amigos fueron interceptados por un grupo de chicos, un grupo de Shamanes.
Jongin abrió los ojos completamente anonadado por el estado en el que la pista había quedado, fue una cosa de locos porque de repente, un chico de piel blanca, pequeño y de pelo rojo como el fuego, puso sus manos sobre la tierra y ésta enseguida se abrió en dos desapareciendo completamente lo que alguna vez fue la pista de despegue y aterrizaje. Chanyeol gritó de la impresión y comenzó a preguntar acerca del avión y cómo iba a despegar, pero realmente ese era el menor de los problemas.
—Joonmyun, ¿hasta cuándo vas a estar perdiendo el tiempo? —dijo el chico de pelo rojo, con esa mirada ceñuda y de cejas pobladas que hacía que Jongin temblara sólo un poco en su lugar.
Kris quien estaba al lado de Joonmyun tomado de las manos, mirando la escena comenzó a preguntarle al pelirrojo y a sus acompañantes quienes eran, y que necesidad había de romper toda la pista.
—Kyungsoo... ¿qué h-haces aquí...? —preguntó un nervioso Joonmyun, sujetándose más fuerte de las manos de Kris—. Ya t-te d-dije que n-no...
—Lo sé, por eso hemos venido a buscarte cariñosamente. Te lo dijimos querido, este viaje lo haces con nosotros o no lo haces y punto.
—¡¿Quién eres para hablarle así?! —espetó Kris, cabreado por la situación.
—Soy más de lo que te imaginas, y por supuesto, más de lo que eres tú —respondió el llamado Kyungsoo—. Entonces, Joon, decide. ¿Quieres que tus nuevos amigos queden sepultados entre torres y torres de arena y asfalto, o te vienes conmigo?
Jongin miró la duda en Joonmyun, vio el miedo plantado en sus ojos mientras Kris le decía que no debía dejarse llevar por ellos, fuese lo que fuese, peleando lo iban a resolver; Jongin todavía recuerda las manos temblorosas de Joonmyun, sus pasos indecisos y sus ojos aguados casi queriendo derramar lágrimas. La decisión de Joonmyun fue inmediata una vez soltó las manos de Kris, tomó sus cosas y se unió al grupo de Kyungsoo, quien sonrió con sorna.
Joonmyun hizo camino lejos, siendo recibido por un chico de pelo negro que de todos era el único que se mostraba en exceso preocupado por él, Jongin identificó a su Espíritu Acompañante o más bien, sus espíritus. ¿Era eso posible?
Kris estaba en estado shock, mirando como la persona que había permanecido junto a él se iba con personas que él no conocía, sin explicación, sin nada, no hizo nada, sólo se quedó ahí; observando.
Fue entonces cuando a Jongin lo embargó la rabia de tan sólo mirar la sonrisa sínica de ese chico y atacó. Hoduro apareció en su santiamén y sin previo aviso poseyó las garras de oso lanzando el primer ataque, mismo que fue detenido por una onda de luz que por poco dejó ciego a Jongin, cuando logró focalizar sin ser encandecido se dio cuenta que el ataque no había venido del tal Kyungsoo sino del rubio de al lado.
—Nadie toca al jefe, moreno —siseó, con un tono jocoso en su voz. Hasta un guiño le dio a Jongin.
—Gracias, Baekhyun —le respondió Kyungsoo.
—¿Ah sí? —De la nada, y como si hubiese sido una estricta orden, Flame el Espíritu de Chanyeol hizo acto de presencia, atacando directamente a Baekhyun—. Pues te cuento que yo también tengo un jefe, y no me gusta que lo toquen.
—¡No me hagas reír, Park Chanyeol! —aludió lo suficientemente alto como para que los presentes se diesen cuenta que ese par ya se conocía—. Casi me chamuscas el pelo.
—¡Pues lo que te quería chamuscar era la boca!
—¡Bien que te gusta esa boca alrededor de tu pene!
—¡Cállate!
—¡Cállame tú!
Lo que había iniciado como un ataque de Jongin hacia Kyungsoo, se había convertido en una pelea personal entre Chanyeol y Baekhyun, el fuego y la luz disputándose quién sabe qué cosa. Jongin había quedado extremadamente picado con Kyungsoo, tanto que nuevamente retomó su marcha e izó sus garras para atacarlo y esta vez iba con toda la intención de lastimarlo, pero otra vez su ataque fue detenido y de nuevo no había sido por dictámenes de Kyungsoo.
El chico pelinegro que había recibido cándidamente a Joonmyun, estaba delante de Kyungsoo con un inmenso campo de fuerza; lo peor era que su sonrisa parecía tan agradable que Jongin no podía molestarse completamente.
—Lo siento amigo, no puedo dejar que lastimes a mi jefe —le dijo, todavía sonriente.
Jongin estaba sorprendido, ¿cómo era que ese tipo podía manipular a dos espíritus a la vez?
—¿Por qué hay dos aquí? ¿Qué es esto?
—Este se llama Luhan, ¿no es adorable? Tiene el poder de la telequinesis, y el otro es Sehun, no quieres conocerlo. Luhan es sólo mi posesión de objetos, pero Sehun es mi espíritu acompañante. Lo sé, es demasiado profundo, hasta a mí me costó entenderlo. Por cierto, me llamo Yixing, mucho gusto.
Luhan era un chico delgado muy bonito con expresión angelical que tenía cuernos en su cabeza, viéndolo bien, parecía un ciervo. Su aura salía justo de un prendedor en forma de cuernos de ciervos que Yixing llevaba en el pelo. El llamado Sehun no se miraba por ningún lado cosa que sorprendió a Jongin porque cómo podía ser posible que sólo estuviese delante de una posesión y no es un Espíritu como tal.
Pero más allá de eso, Yixing se veía tan pacífico. Y era real cuando decía que en ese tipo no había malicia tal, tanto que estiró su mano presentándose delante de él, con esa sonrisa que no borraba de sus labios y unos muy adorables hoyuelos remarcados en sus mejillas.
Yixing deshizo su campo de fuerza y le obsequió una sonrisa a Kyungsoo, quien sólo le dio una media sonrisa, así mismo hizo camino hacia un Joonmyun apartado de todo el bullicio.
Jongin realmente quería atacar a Kyungsoo, o al menos poder recuperar a Joonmyun porque aquello prácticamente era secuestro, pero ese pelirrojo tenía dos escudos protectores, y esos escudos a su vez tenían más escudos. Una puta locura.
—Pelearemos en otro momento, moreno —le dijo Kyungsoo, dándole esa mirada negra y profunda que erizaba los vellos de Jongin de punta a punta.
—Jongin, mi nombre es Jongin —le respondió adusto, y ni siquiera supo por qué lo hizo. Decir su nombre no era necesario.
Pero el fulano Kyungsoo sólo asintió, moviendo su cabeza con esa sonrisa y esos ojos que no paraban de intimidarlo, dio unos pasos más adelante y cuando Jongin se dio cuenta, estaba muy cerca.
—Lindo nombre —siseó—. Ya nos veremos después, Jongin-ah.
Kyungsoo se dio la vuelta y le indicó a Baekhyun y Yixing que debían irse; Baekhyun detuvo su pelea con Chanyeol en el instante que aquellas palabras salieron de la boca de su jefe, y Yixing sólo tomó la mano de Joonmyun y los condujo a la camioneta que estaba estacionada cerca de las puertas del hangar. Se fueron en rotundo silencio, llevándose a su amigo, llevándose las buenas ganas que caracterizaban a Kris, llevándose la paciencia del inmutable Chanyeol y dejando en Jongin una sensación picosa en su piel, y el recuerdo de unos ojos negros, un pelo rojo y una sonrisa sínica de labios en forma de corazón.
—Jongin...
Tal vez sólo debe dejar de pensar en el asunto, y quizá se le pase porque sólo han pasado semanas desde conoció a Kyungsoo y no se han visto más.
—Tu malteada de fresa, Jongin.
Pero la cosa es que aquel aspecto no ha abandonado su mente y ha pensado demás en ello, demasiado tiempo invertido y de verdad, quiere creer que es porque tienen a Joonmyun, pero Jongin se siente tan curioso.
—¡Maldición, tómate la jodida malteada antes de que te la eche en el hueco del...!
—Bien tío, no hay necesidad de terminar esa frase —se apresura Jongdae a interrumpir, con una sonrisita nerviosa obsequiada a los presentes en la cafetería.
Jongin despierta de su letargo, y cuando se da cuenta hay una linda americana extendiendo con una risilla contagiosa la malteada que él había ordenado en tanto Ángelus arribó muy cercano a esa cafetería de camino.
—¿Tienes mucho en qué pensar en estos días, no Jongin? —le pregunta Chanyeol, mordiendo un pan con delicadeza y pasando el bocado con un trago de jugo de moras.
—Sólo estoy algo casado, llevamos muchos días caminando —responde, porque ni loco va a decir que ha ocupado gran parte de sus pensamientos en Kyungsoo y las incógnitas acerca de sus labios con esa forma singular. Ni loco.
Chanyeol termina hablando de cómo los días caminando lo han agotado, y cómo han hecho de Kris alguien más huraño que de costumbre, nadie se atreve a decir que es porque Joonmyun ya no está, el único capaz de hacerlo es Jongdae, pero él teme sinceramente por su vida.
Desde que bajaron de Ángelus han estado preguntando en la zona por la Aldea Apache, destino que al parecer nadie conoce. Decidieron tomar algo en una cafetería de camino, pero el siguiente paso es seguir con la investigación, de manera que puedan llegar antes de que sus huesos se consuman en la arena o por el sol.
—Debemos encontrar esa aldea, o encontrar un lugar en donde pasar la noche —alude Jongdae, siendo ese el veintiúnico cometario serio que ha hecho desde que se coló en el avión.
Kris está más que estresado, su cara de limón agrio lo grita, Jongin realmente desea que se ponga bien, que al menos encuentre un poco de paz, pero todo se vuelve patas para arriba cuando a la cafetería entra nada más y nada menos que el grupo de Kyungsoo, y por supuesto, con Joonmyun incluido.
—¡Oh, hola Jonginnie~! —saluda Yixing en tanto su mirada cruza con la de Jongin.
Los demás de su grupo voltean rápidamente, Baekhyun, Joonmyun y Kyungsoo muestran reacciones distintas, mientras Baekhyun está increpando a Chanyeol y Joonmyun está rehuyendo de Kris, Kyungsoo tiene esa mirada con sonrisas incluida que no ha dejado en paz a Jongin en ese tiempo. Al parecer ese pequeño sabe el efecto que causa en él, ni siquiera él mismo lo sabe; no sabe si es miedo, curiosidad o algo mucho más fuerte que ello.
Luego de un rato, Jongin le devuelve el saludo a Yixing porque es el único que realmente le cae bien y que parece ajeno a los propios problemas de su grupo.
El grupo de Kyungsoo, de buenas a primeras se sienta en la misma mesa del grupo de Jongin, cosa que no parece agradarle en lo absoluto a Kris, quien, tragándose todos sus más ácidos comentarios, se levanta y sale del lugar dejando sólo el sonido de la campanilla detrás de él.
Joonmyun le sigue.
Los demás dejan que se vayan, Kyungsoo tiene más interés en robarse la malteada de Jongin y pintarse los labios todavía más de rosa que en velar por su secuestrado o algo así.
—Hola, Jongin —le saluda, como si anteriormente no hubiesen tenido un mal primer encuentro—. Justo estaba pensando en ti.
—¿A-ah sí?
—Sip, este sol que hace me tiene la piel un poco bronceada, y luego me acordé de ti —responde con tal naturalidad que asusta; Kyungsoo tiene clavado sus ojos en los brazos de Jongin, escaneando y al mismo tiempo jugando con la pajilla del vaso de malteada en su boca. ¿Existirá peor imagen que esa?
A Jongin se le tesan enormemente los músculos, el corazón le late a una velocidad impresionante, y suda como nadie, aunque dentro de la cafetería no hace tanto calor. Eso no es bueno, a Jongin le inquieta cómo se está sintiendo.
—Siento como si te estuvieses burlando del color de mi piel —le dice, haciendo inconscientemente un mohín.
Kyungsoo sonríe y niega.
—Al contrario, tu piel me parece de un color bastante... —Y absorbe más de la malteada hasta ya no dejar nada— atractivo.
Jongin se sonroja, lo sabe, está rojo como un tomate porque sus mejillas arden. Los presentes de aquel espectáculo le observan entre risas y guiños, pero él sólo quiere que la tierra se abra y lo trague; y cuando recuerda que Kyungsoo manipula la tierra entonces se vuelve más rojo.
De todas formas, no hay tiempo de analizar nada, ni de montar excusas como que Hace calor, por estoy rojo porque desde afuera, se escuchan perfectamente las voces de Joonmyun y Kris, discutiendo, se escucha más que todo la reacia e inclemente voz de Kris.
Todos los chicos salen rápidamente encontrándose con Kris, su posesión de objetos, y a Joonmyun absurdamente acorralado; Kyungsoo y Baekhyun buscan fervientemente ayudarlo, pero Yixing todavía con su perenne sonrisa, les indica que esos problemas, sólo ellos deben arreglarlos.
—¡Te odio tanto, sabes! —grita Kris henchido de coraje—. Quisiera que tu existencia se borrara completamente de esta tierra. ¡Eres un puto desertor, un traidor!
Joonmyun no hace ni dice nada y es ese letargo el que Kris aprovecha para atacar, Ángelus se eleva en todo lo alto del cielo, y luego va en picada contra Joonmyun quien ha perdido su posesión de objetos, aunque Jongin duda que alguna vez la haya usado. Todos los amigos de Kyungsoo salen al rescate, incluyendo Yixing y cosas como Esto no debe suceder así.
No obstante, nada pasa.
Es el mismo Kris quien deshace el ataque y se pierde entre los arboles detrás de la cafetería. Joonmyun sale de su estupor y nuevamente hace camino detrás de él.
—¡No lo sigas, no quiere saber nada de ti! —dice Kyungsoo, pero Joonmyun niega.
—Tengo que hablarle, explicarle...
Joonmyun no oye razones, y sale tras la pista de Kris, y es el mismo Kyungsoo quien molesto y apresurado toma la mano de Jongin y le dice algo que suena como Vamos, antes de que pase algo peor.
✖✖✖
Sin espíritus acompañantes, sin fusiones, ni nada más que sólo ellos dos, Kris y Joonmyun se dedican a arreglar sus problemas. Tampoco es que haya mucho progreso puesto que Kris es un obtuso de primera y Joonmyun un cobarde que poco habla.
Escondidos entre los arbustos, tratando de escuchar la plática, aunque esta no hubiese comenzado, están Kyungsoo y Jongin, y no hay mentira alguna cuando Jongin dice que no sólo está nervioso por Kris y Joonmyun, sino por la cercanía de Kyungsoo. Esconderse entre la verdosa vegetación ha sido de las peores ideas, porque al fin de cuenta ellos no deberían estar ahí, pero es más que todo para evitar que alguno de los dos salga lastimado, considerando el daño que ya ha sido hecho.
Kris camina de aquí para allá mientras Joonmyun sólo le sigue con la mirada, el silencio que perpetúa en el ambiente sólo es roto por el ondear de las hojas yendo y viniendo en la boscosa zona.
—¿Qué no piensan resolver sus problemas? —gruñe Kyungsoo, soplando un mechón de pelo rojo que se vino hacia delante—. Ya quiero que Joonmyun supere aquello.
—Eran los mejores amigos y tenían algo más antes de que vinieras tú a rompernos la pista y llevártelo como niño chiquito —le reprocha Jongin, bajándose más para no ser visto, pegándose a Kyungsoo inconscientemente.
—Mira moreno, esto fue necesario, sabes —increpa Kyungsoo rápidamente—. Joonmyun es un Shaman débil que pasó la prueba yo no sé cómo. Lo único que no quiere mi abuela es que vaya por la vida desprotegido, y oh sorpresa, me envió a mí para hacer el trabajo.
Jongin mira a Kyungsoo como tratando de comprender qué es realmente lo que está pasando y sólo cuando su cara ya no puede revelar más curiosidad, Kyungsoo le cuenta la razón por la que no pudo dejar que Joonmyun viajara junto a su grupo, y que, en su lugar, debía hacerlo con su equipo.
Joonmyun es primo de Kyungsoo, de la misma línea hijos de hermano y hermana y criados y entrenados por su abuela. Durante tanto tiempo vivieron en un templo antiguo en Busan, siendo orientados para estos días, instruidos y capacitados para viajar en su momento juntos hasta el momento en que alguno de los dos pudiese convertirse en el Rey Shaman. El dictamen siempre fue estar juntos, pero ni Kyungsoo ni Joonmyun se llevan bien. Kyungsoo dice que Joonmyun es demasiado retraído para formar parte de su círculo amistoso, y Jongin está seguro que pensamientos iguales tiene Joonmyun para con su propio primo. El problema entre los dos, que hasta hace un año estaban más que decididos a viajar juntos, fue precisamente Kris.
—Joon conoció a Kris y creo que fue amor a primera vista porque desde entonces le salió agallas de donde no tenía —explica Kyungsoo, mirando a los dos pares de mudos temerosos—. Se enfrentó a la abuela y le dijo que iba a viajar con Kris, que este le iba a cuidar, blah, blah, a la abuela no le pareció la idea por eso me envió a buscarlo. Y no es que yo quiera tenerlo cerca, su sólo presencia me enerva, odio a las personas calladas y distantes.
—Joonmyun no es callado ni distante, sólo está con un grupo que no le conoce bien —alega Jongin, rápidamente—. Él es de espíritu libre, y qué si le gusta Kris, o la protección que este le da. De todas maneras, ¿cuántos años tiene y en qué siglo estamos? Joonmyun ya está lo suficientemente grandecito como para hacer lo que le venga en gana, no.
Kyungsoo observa a Jongin con una sonrisa irónica en los labios; una sonrisa que hace que sus labios adopten esa forma de corazón que tanto le perturba. Jongin no entiende cómo es que es posible que una persona que apenas conoce sea tan cautivante para él, porque aunque se niegue a admitirlo, le atrae en demasía como ese chico se muerde los labios y le mira con esas pozas color negro, haciendo un poderoso juego de colores con su pelo rojo y su piel blanca, piel que se ve suave.
—Me gusta como piensas, Jongin-ah —susurra Kyungsoo, tan cerca de Jongin, tan descarado, mirando con esos ojos grandes a sus labios—. Se añade algo más a la lista larga de cosas que me gustan de ti.
—¿L-lista? —titubea Jongin, encogiéndose en su lugar, comportándose tan temeroso y sin poderlo evitar.
—Tu piel morena, la forma de tu cuerpo, tu determinación, tu voz suena adorable, tus ojos... es una lista muy larga.
Jongin no sabe qué hacer, se siente tan nervioso mientras es escrutado por los sagaces ojos de Kyungsoo, por su aura caliente que le paraliza todo. Jongin siente mariposas en el estómago y aunque la sensación precipita desde adentro le gusta y se crece más cuando Kyungsoo descaradamente se acerca y rompe los espacios.
Justo cuando Jongin se siente más acorralado, Kris decide por fin hablar.
—¿Por qué me sigues si no vas a decir nada? —increpa a Joonmyun aun estando de espalda—. Si no tienes nada que hacer solo vete y déjame solo.
—Y-yo... quiero pedirte perdón. T-tenía que hacerlo. Debía irme.
—Claro, bueno ahora que ya distes tus excusas, ¿puedes irte?
—Yifan.
Jongin abre los ojos cuando escucha cómo Joonmyun pronuncia ese nombre, Yifan es el nombre chino de Kris, uno que por cierto odia, Jongin se enteró de casualidad cuando Jongdae lo mencionó, pero es una cosa que no debe ser dicha, y viendo cómo lo dice Joonmyun y Kris no le hace nada, resuelve que lo de ellos debe ser más fuerte de lo que siquiera pudiese imaginar.
—Por favor entiéndeme, debía hacerlo.
—Está bien, lo entiendo.
Kris hace amago de retirarse del lugar, pero Joonmyun le toma de la cintura y le abraza desde atrás haciendo impedimento de todo movimiento; Jongin escucha como Kyungsoo musita un Qué romántico, mirándolo por el rabillo del ojo y sabe por sus mejillas calientes, que nuevamente está sonrojado.
—No te vayas así, por favor. Sólo quiero que estemos bien —susurra Joonmyun, pegándose a la espalda de Kris.
—No me pidas eso sí de todas maneras vas a viajar con el equipo de Kyungsoo y permaneciendo lejos de mí.
—Pero eso no cambia mis sentimientos y lo sabes —refuta, casi lloroso—. Eso no cambia lo mucho que te quiero.
—Pero no es fácil, Joon.
Kris se da la vuelta y encara de frente a Joonmyun, la diferencia de altura es absurdamente notoria; es esa misma altura la que hace que Joonmyun se ponga de puntillas y acaricie con su nariz la punta de la nariz de Kris. Es una imagen muy hermosa, Jongin sonríe porque esto es todo lo que Kris necesita para estar tranquilo, el contacto de Joonmyun es todo lo que está bien para él.
—No era cierto cuando te dije que te odiaba —sisea Kris, tomando las mejillas de Joonmyun, acariciando tenuemente—. Nada de lo que dije es lo que siento, yo te amo.
Jongin deseó taparse los ojos en cuanto Kris comenzó a besar a Joonmyun, pero no quiso mirarse tan púber delante de Kyungsoo quien tiene toda su atención concentrada en ellos. Los ojos le brillan per se, pareciese que estuviese haciendo su propio análisis de la situación y no es para menos, porque Kris y Joonmyun se besan como si ese fuese el fin de la era, como si luego de ahí no existiese nada más y secretamente Jongin se exaspera porque no deja de mirarlos a ellos y mirar a Kyungsoo y a sus labios rojos.
—Entonces, esto es lo que significa desafiar a tu familia por amor —susurra Kyungsoo más para sí mismo, con una sonrisa que Jongin no logra identificar.
—S-supongo —responde el moreno, ridículamente nervioso.
Kyungsoo por fin deja de ver la romántica escena para mirar fijamente a Jongin.
—¿Estás nervioso por algo, Jongin-ah? —pregunta Kyungsoo divertido—. ¿Acaso te avergüenza mirar como las lenguas de esos dos se entremezclan, o eres homofóbico?
—¡Por supuesto que no! —se altera, él definitivamente es como ellos dos—. Es sólo que me parece una falta de respeto observarlos cuando ellos están teniendo un momento íntimo.
—Bueno, no es como si estuviesen follando.
—Es un beso, y es íntimo e importante.
—Ja, ¿no me digas que para ti un beso tiene que ser tan secreto e íntimo? —pregunta, acercándose y rompiendo todas las barreras del especio existidas entre los dos—. Luces tan nervioso, ¿qué pasa si te beso aquí y ahora?
Jongin abre los ojos para luego cerrarlos apretujadamente, se siente nervioso por las palabras de Kyungsoo, por sus acciones, por el pensamiento de que de verdad lo bese; pero al mismo tiempo está deseando que lo haga de una vez, porque Jongin ha reemplazado sus pensamientos acerca de ser Shaman, de la aldea, de los torneos para pensar en una persona misteriosa que apenas conoce. Jongin está tan embriagado del olor de Kyungsoo que le parece una eternidad la que pasa ahí, con los ojos cerrados.
Cuando los abre, Kyungsoo le está mirando con una sonrisa pícara en los labios, y los ojos inyectados de algo que no puede identificar.
—Eres tan adorable, sabes. Voy a agregar eso a mí lista.
Kris y Joonmyun no hablan más después del beso, en su lugar se toman de la mano y salen por el mismo camino por el que entraron, Kyungsoo estira sus manos y piernas quejándose de la mala posición que adoptó sólo para ver al par besuquearse.
Mientras tanto Kim Jongin tiene un lío de emociones en la piel, en la cabeza y en el corazón.
✖✖✖
Jongin debe admitir que, de todos los que viajan con él, Jongdae es el más vivo y astuto. No lo dice porque haya destrozado a su oponente en la prueba inicial, o porque se haya colado en el avión sin que nadie percibiese su presencia, ni siquiera lo dice porque realmente su Espíritu Acompañante sea de armas tomar, en realidad Jongin lo dice porque Jongdae es la única persona con la suficiente desfachatez y agalla para pedirle la dirección de la Aldea Apache al equipo de Kyungsoo.
Y Yixing lo suficientemente amable como para dársela.
Entonces están estos hombres (Y Jongdae) viajando en la misma camioneta, y no es que sea pequeña pero la situación es realmente incómoda para todo el mundo, menos para Yixing y para Jongdae que parecen conversar amenamente en su mundo. Por una parte, están Chanyeol y Baekhyun que fueron arrojados a la parte trasera de la camioneta por sus constantes peleas y encontronazos, en la parte delantera está Kris, quien no deja de bufar cada dos minutos al haber sido obligado a subir al transporte sólo porque era necesario, Joonmyun está dormido al lado de Jongin y este está siendo intimidado por la mirada de Kyungsoo al volante a través del espejo retrovisor.
Ese viaje de dos horas hasta unas ruinas lejanas más allá de las montañas y el mismísimo sol, fue el viaje más incómodo, cansino y silencioso que Jongin haya vivido en años, y decir eso ya es mucho porque a él le ha tocado viajar con los primos de Soojung (También y Leo no son nada fáciles de tratar)
Durante ese viaje Jongin rehuyó de la mirada de Kyungsoo hasta cansarse, no entendía porque esos ojos le parecían ver a través de su alma. Negros y oscuros, profundos y enigmáticos; Jongin no sabía cómo manejar la situación por lo que el resto del viaje le quedó cerrar los ojos y hacerse el dormido.
Ya hasta entendía a Joonmyun.
La Aldea Apache no es nada a como Jongin la imaginó. Para empezar en un lugar hecho a base de ruinas y escalinatas, que, como todos los sitios, tiene su comercio y personas yendo y viniendo entre la multitud, sino fuese por el enorme campo de energía celestial pasaría por un lugar cualquiera. Pero la Aldea Apache se convierte en todo lo que Jongin soñó cuando nada más al instalarse en uno de los hoteles cercanos, fueron avisados de una gran junta para discutir el modo operandi del Torneo.
El equipo de Jongin por fin pudo cortar los lazos del grupo de Kyungsoo (al menos por ese rato) quien había musitado algo que sonó como Que pena, nos vemos luego moreno. Cada quién había tomado un lugar distante del otro, pero permaneciendo en la misma área, escuchando todo lo que los oficiales del Torneo tenían para decir.
—¡Bienvenidos, Shamanes!
Durante esa media hora, lo único que le quedó claro a Jongin era que debía formar un equipo de tres personas y que pronto anunciarían su primera competencia.
La disyuntiva de la historia entre ellos está en que son cuatro, y los equipos son de tres integrantes, entonces todos miraron a Jongdae.
—¿Esas miradas quieren decir que no voy para el baile? —pregunta, extrañamente sonriente—. No voy a participar; lo que quería ya lo tengo.
—¿Qué es lo que querías? —le pregunta Chanyeol.
Jongdae mira hacia esa fuente inmensa de energía que irradia el centro de la Aldea Apache y sonríe.
—Sólo quería pasar tiempo con el tío Kris.
Jongdae se levanta de su asiento cuando ve que Yixing pasa por su lado así que sin más se va detrás de él y el resto de los presentes sólo le sonríen a Kris porque a pesar de que Jongdae es terriblemente impredecible y fastidioso, deja entrever un cariño especial que tiene hacia el único tío que es capaz de soportarlo.
Kris no dice nada, pero el sonrojo que revela es más que suficiente para que Jongin esté consciente de que aprecia a su sobrino, y le tiene cariño a pesar de todo.
Luego de la reunión en la que se decidieron todos los detalles de los primeros torneos, Jongin decidió vagar por los alrededores del lugar, echándole ojo a los suvenires, tenía ganas de llevarle un bonito regalo para Soojung. Tal vez un bolso, unos pendientes, un parche nuevo, está seguro que cualquier cosa que compre le va a lucir y le va a quedar bien.
—Señor, ¿tiene bolsos menos femeninos que estos? —le pregunta al vendedor en un inglés bastante precario.
El vendedor le sonríe sacando más de la mercancía que tiene de los lados y mostrándosela a Jongin para este pudiese elegir. Bolsos rosas eran demasiado femeninos, pero el negro con franjas fucsias es quizá la mejor opción que se le pudo presentar así que con una sonrisa lo pide para envolver.
Jongin está dando las últimas monedas del bolso que acaba de adquirir cuando siente un calor extraño acariciarle el cuello, segundos después es un dedo que delinea su espalda y cuando se da la vuelta precipitadamente para golpear al que osa tocarlo, tiene a Kyungsoo tan cerca de la punta de su nariz que abruma. Las luces y los tiempos se van cuando percibe su olor, cuando conecta con sus negros ojos, cuando siente la sonrisa de corazón sobre él.
No es capaz de mover sus articulaciones, de respirar con regularidad. Todas las preocupaciones que tiene acerca de ser Shaman o el Torneo se difuminan delante de esta persona que está tan cerca que hace que su corazón se acelere a una velocidad abrumadora y agobiante.
—A no ser que ese regalo sea para tu mamá, tu hermana o alguna prima, me tendrás aquí muy, muy, pero muy celoso.
Jongin traga duro ahí, inmóvil de cuerpo entero y temblando.
—M-mi mejor a-amiga... —responde, aunque realmente no sabe por qué. A Kyungsoo esto no le importa.
Kyungsoo asiente y sonríe gustoso con la respuesta, dejando de invadir el espacio personal de Jongin rápidamente. Hay una sensación de descanso, pero a la vez de vacío que invade a Jongin de punta a punta cuando Kyungsoo se aparta, haciéndolo entender que las cosas no están bien, que lentamente y desde que conoce a Kyungsoo, nada lo ha estado. Pero a pesar de la distancia, la mirada de Kyungsoo sigue quemando como si fuese candela pura, y Jongin se derrite; el calor le abruma no solo el cuerpo sino en la cabeza.
—Aunque la verdad, una mejor amiga sigue siendo peligrosa para mí —sisea al cabo de un rato, tomando el bolso que compró Jongin y observándolo atentamente—. ¿Qué tal que luego te salga con que está enamorada de ti en secreto?
Jongin se ríe porque le parece un comentario bastante gracioso, es decir, ¿Soojung enamorada de él, o peor, ellos juntos? ni en los distantes universos alternos existidos por ahí. Soojung es bastante asexual y a él...
Pues le gustan otras cosas.
—Sólo es una amiga —responde, tratando de reponerse—. Y, de todas formas, eso no tiene nada que ver contigo, sabes.
Jongin toma el bolso que compró para su amiga y emprende una caminata lejos de Kyungsoo con el único propósito de alejarse de ese efecto que le ensordece, que le adormece y que le tiene en una pequeña y fina línea tamborileando.
—Oh, claro que tiene que ver conmigo, moreno —le dice, siguiendo más bien, pisando sus pasos—. Eso me deja el camino libre. No quisiera meterme en ninguna relación.
—No te meterás en ninguna relación simplemente porque no tendremos nada.
—Al parecer no crees en el destino —le dice Kyungsoo, con su sonrisa todavía imborrable.
Jongin se detiene para mirar al pelirrojo directamente a los ojos.
—¿Destino?
—Sip —alude Kyungsoo, rozando su hombro con el brazo de Jongin—. El que Joonmyun viajara en tu grupo, el que yo llegara a llevármelo, el que nos conociéramos, que nos volviéramos a ver, esta... conexión que hay. ¿No la sientes? Déjame decirte que yo sí, me eriza la piel cada vez que estamos cerca.
Si Jongin hubiese estado bebiendo algo posiblemente se hubiese atragantado o algo peor, ahogado hasta la asfixia, elementalmente no tiene nada, pero si se queda sin aire de todas maneras porque Kyungsoo no suavizó en ningún momento su caía ante el impacto de tales palabras. Son palabras que en su vida esperó escuchar, ninguna persona le había dicho tal secuencia de vocablos, tan directos y que se sienten tan sinceros como nada.
Quiere decir que él puede que sienta ese pequeño corrientazo en la piel cada que están juntos, de hecho, quisiera ser tan transparente como lo es Kyungsoo, decirle que piensa lo mismo, pero antes de que si quiera pueda mover los labios, una fuerte onda de calor y rayo de luz salen de la nada iluminando y arropando toda la zona en la que se encuentran.
En una sorpresa darse cuenta que aquello proviene nada más y nada menos que de Chanyeol y Baekhyun.
—¡Baekhyun, deja de atacarme! —grita Chanyeol tratando de esquivar los arrolladores ataques de Baekhyun—. ¡Ya te dije que no le estaba coqueteando!
—Claro que sí —espeta Baekhyun, lanzando rayos de luz directamente contra Chanyeol—. ¡Incluso le estabas dando esas miradas coquetas tuyas!
—¡Eso no es cierto! Me estaba preguntando una dirección, sólo estaba siendo amable.
—¡Amable mi trasero!
Jongin se acerca más al lugar tratando de entender un poco la situación, aunque la cosa está lo suficientemente entendible para él. Chanyeol y Baekhyun están teniendo una pelea de amantes celosos, o algo parecido a eso. Hasta la hora, lo único que ha hecho Chanyeol es defenderse de los ataques de luz de Baekhyun (que salen de todos los lados habidos) hablar para excusarse y tratar de que Baekhyun no lo deje ciego o algo peor, lo mate. Jongin quisiera hacer algo por su amigo, pero es la misma mano de Kyungsoo la que le detiene y le dice algo que suena a Déjalos resolver sus asuntos, y a Jongin le suena como a Déjà vu; la misma escena de Kris y Joonmyun, pero con gente más temperamental.
Es una ráfaga de luz incandescente en forma de pequeños V abiertas que, incluso parecen filosas de parte de Baekhyun, la que detienen la pelea, Chanyeol cae largo a largo en el terreno donde se lleva la disputa y su brazo comienza a sangrar con un corte largo.
Jongin sale corriendo a atender a Chanyeol, preocupado y hecho un manojo de nervios; lo primero que hace es retirar a Baekhyun de encima porque ya estaba echado sobre Chanyeol, increíblemente sorprendido.
—¡Chanyeol, amigo, reacciona! —espeta preocupado, dándole palmadas a Chanyeol en las mejillas—. Vamos Orejas, dime algo.
—J-Jongin... —sisea Chanyeol a duras penas.
—¡No lo toques! —brama Baekhyun, volviendo en sí. Apartando a Jongin de un solo golpe—. No lo toques, Yeol es mío. Mío.
Chanyeol se desmayó una vez que sus fuerzas se apagaron completamente, Baekhyun entró en modo desesperación tomándolo estilo princesa para llevarlo hacia ningún lugar. Jongin nuevamente reacciona, tratando de apartarlo, pero prácticamente Baekhyun le gruñe dándole un buen empujón rumbo al suelo.
—Es mi culpa, de acuerdo. Estaba tan celoso de él y esa chica que me dejé llevar por la rabia, no te le acerques, Chanyeol es sólo mi responsabilidad.
Baekhyun no le rinde más explicación a Jongin así que exasperado, se aleja con Chanyeol entre sus brazos. Jongin lo ha visto, preocupado, inestable y lloroso, pero si no hubiese visto con sus propios ojos que él fue quien lo lastimó estuviese menos preocupado.
Kyungsoo quien ha estado detrás de Jongin todo este tiempo se acerca y sacude la arena de la ropa de Jongin producto de la fuerte sacudida de Baekhyun. Con sus labios vueltos una sonrisa se encarga de disipar toda esa onda de negatividad creada alrededor; es algo mágico, aquellas sus manos sacudiendo por la piel de sus brazos es suficiente para mitigar todo esa vibra mala que el mal rato dejó.
—A nuestra línea de Kris y Joonmyun, se agregan nuestros amigos, Chanyeol y Baekhyun —sisea, tan sonoro, pero al mismo tiempo seductor—. No sé tú Jongin, pero incluso de lejos escucho cómo el destino no está hablando, digo... a ti y a mí.
Jongin no abre la boca para decir nada acerca del destino, no porque no crea que sea posible, sino porque si lo hace y no está seguro de poder controlar todas esas cosas que empiezan a fluir de él como manantial en el desierto.
✖✖✖
Jongin asistió como espectador a las primeras batalles del Torneo de Eliminatorias, vio equipos realmente fuertes, grupos en los que sólo un participante daba la cara y aun así salían victorioso. También escuchó algunas historias que comentaban los Shamanes que iban y venían por la aldea, de quienes eran los candidatos más fuertes y quien realmente estaba sonando con tanta fama a los alrededores.
—Hay un tal equipo del Fuego cuyos combates no duran ni dos segundos —comenta Jongdae, mientras una toalla caliente se ciñe sobre su frente—. Son tan buenos, me da hasta miedito por todos ustedes.
—¡Nosotros somos fuertes! —gruñe Kris inmediatamente, echándole agua a su sobrino—. No debemos acobardarnos cuando ni siquiera hemos tenido nuestro primer combate.
—Sólo me preocupa el estado de Chanyeol —sisea Jongin, moviendo las aguas termales y dándose masajes por sus hombros tensos.
—Chanyeol va a estar bien —responde rápidamente Kris—. Él es más fuerte que eso, además está bajo los cuidados de su noviecito secreto.
—No hables de novios secretos —le espeta Jongdae, con una sardónica sonrisa—. Todos sabemos que te arreglaste con Joonmyun hyung y que por eso estás tan feliz que hasta el agua la calientas.
Jongin cierra los ojos perdiéndose de los sonidos de golpes y coscorrones que le da Kris a su sobrino. Mientras tanto, deja su mente volar a lo largo de estos tres días que han transcurridos desde que llegaron a la aldea, estos días siendo testigos de cada batalla y viendo el potencial y poder que tiene cada Shaman allá afuera. Hay personas de todo tipo y de todas las nacionalidades, personas que también tienen historias para contar, con sueños y con el mismo sueño, ser El Rey Shaman.
Las cosas no han sido fáciles para Jongin porque incluso ahora, no sabe qué le depara el destino, pero está bien acompañado, no sólo por Kris, Chanyeol y Jongdae, sino por Hoduro, oso que le ha dado ene cantidad de consejos a lo largo del recorrido, también están Flame, Hácil y Ángelus.
Cuando Hoduro no está peleando, prefiere ocupar sus horas dentro de su sagrada tablilla porque dice que la voz de Jongdae es demasiado atorrante y el humor de Kris es de los mil demonios, Jongin siempre se ríe cada que dice algo que suena como No, ya comenzaron a pelear, ahí nos vemos y desaparece dejando a Jongin a merced de sus amigos. Sin embargo, y a pesar de todo, Hoduro es uno de sus mejores amigos, e imaginarse una vida sin él es algo que hace que su corazón duela.
No puede quejarse, no obstante, haber salido de su país natal, estar rodeado de sus amigos y Shamanes de todo el mundo, ser parte de algo, es un hecho que ha estado reverberando muy dentro de él. Jongin ya no es un bailarín fracasado, ahora es un Shaman, y aunque no gane el Torneo, todavía Hoduro permanecerá a su lado, así como Amber acompaña a Soojung a sol y a sombra. Esto es un ganar por todos lados, la sensación sólo arranca de él sonrisas, aunque Jongdae esté siendo bestialmente ahogado por su tío.
—¡Wu Yifan suelta al niño en este mismo instante!
Jongin, y el resto de los presentes voltean ante el clamor de esa potente voz, tono que nunca han escuchado proveniente de la persona que lo espetó, Kim Joonmyun. Kyungsoo y Yixing permanece detrás de él vistiendo solo toallas alrededor de su cintura y listos para tomar un baño de aguas termales.
Cuando Jongin conecta su mirada con la de Kyungsoo y sin querer, barre sus ojos por aquel cuerpo desnudo lo único que le grita su mente es ¡Peligro!
Jongdae sale del agua totalmente rojo y abrazándose a Joonmyun y a Yixing, Jongin sonríe cuando se da cuenta que el niño se está haciendo el sufrido para que todo el peso de la ley caiga sobre su tío, es algo que siempre hace y que, por cierto, le sale muy bien.
—¡Trató de ahogarme, Myunnie! —dice sacándole la lengua a Kris sin que nadie lo vea—. S-siento que me f-falta el a-aire...
Jongdae se tambalea y es el mismo Yixing quien lo toma cual princesa y lo saca de ahí, esbozando una sonrisa y susurrando que hará todo lo posible por sanar sus dolencias. Joonmyun por su parte tiene los brazos cruzados y una expresión no muy amigable tatuada en la cara; se parece más al Joonmyun de antes y no al tímido, y eso le deja más que en claro a Joonmyun que de verdad ha arreglado los problemas que tenía con Kris.
Kris está rojo de la vergüenza que implica ser regañado por Joonmyun.
—Levántate de ahí, necesitamos hablar —espeta, y como cosa anormal de la vida, Kris se levanta en silencio, toma su toalla, tapa la desnudez de su cuerpo y sigue el camino que le indica un muy enojado Joonmyun.
Jongin está demasiado ocupado riéndose por lo hilarante de la escena como para darse cuenta que de verdad todos se han ido y él ha quedado a merced de Kyungsoo y desnudez tapada sólo por una toalla de color blanco.
Esto no puede estar pasando.
El problema con Jongin es que tres días han sido más que suficiente para volverse loco. Sí, había estado asistiendo a cada batalla programada sólo para distraerse de su real problema; Jongin intentó converse que el único foco de su atención debía ser su Furyoku y el entrenamiento mental que mantenía con Hoduro, que su única meta era ser el Rey Shaman, pero todos sus deseos e intenciones se venían abajo cuando Kyungsoo aparecía por la zona, pisando a lo bravo sus enfoques y dejándole más cosas en la mente de las que podía soportar.
Kyungsoo cada vez era más descarado con sus insinuaciones, con sus cosas del destino, con los toques furtivos que daba ahí y allí, y Jongin lentamente flaqueaba y se rendía a esas caricias que le daba cuando lo pillaba desprevenido, cuando sin miramientos ni antesalas le hablaba y le miraba directo a los labios. Kyungsoo es así, tan arrollador como los rayos que salen de los dedos de Jongdae cuando está en fusión con su espíritu.
El aire se vuelve más caliente y el agua cambia aún más de temperatura una vez Kyungsoo entra al estanque sin dejarle de mirar, Jongin tuvo que voltear a otro lado en tanto esa toalla que estaba atorada en la cintura del hizo amago de caer al suelo.
El sonido del agua es algo que a Jongin siempre le ha parecido relajante de alguna forma, pero hoy, en ese momento, con Kyungsoo desnudo a una distancia poco prudente se vuelve la musicalización de su desdicha.
—En este centro de aguas termales hay treinta estanques —le dice Kyungsoo, cerrando sus ojos y echándose hacia atrás dándole a Jongin una vista predilecta de sus pezones oscuros—. Y había al menos como cuatro disponibles, decidimos tomar este. Justo este dónde estaban tú y tus amigos, si esto no es el destino yo no sé qué sea.
Jongin lanza un sonoro bufido al término de esas palabras. Esa es otra cosa que Kyungsoo ha repetido como mantra, el destino y esas cosas que lentamente se han hecho un hueco en su mente y pensamientos.
—A veces siento que me espías, y posteriormente me acosas.
—Dime quién no quisiera acosarte, Jongin —le dice en tono jocoso, abriendo sus ojos de forma graciosa—. Tienes todo lo que me gusta de un hombre.
Jongin ahoga un gritico que está seguro hubiese salido bastante femenino, y mira a otro lado. Ojalá lo caliente del agua disfrace el hecho de que está sonrojado.
—Sabes, no suelo ser así de directo con nadie, pero contigo es diferente —continúa Kyungsoo—. El día que te conocí, Yixing me había leído las cartas del Tarot, me dijo que algo grande y especial me iba a suceder; creí que se refería al Torneo de Shamanes, pero cuando te vi supe... que eras tú lo que me sucedería.
Kyungsoo no espera que Jongin procese las palabras que le dice, que asimile que prácticamente se ha declarado delante de él, a nado lento y silencioso, se acerca a Jongin tanto que el aire se escasea cuando la distancia se reduce en cámara lenta.
—A veces pienso que nos conocimos en otra vida —sisea Kyungsoo, el cuerpo caliente se pega al de Jongin tanto que quema, pero no tanto como su mirada—. No puede ser que sea yo el único sintiendo eso...
Jongin comienza a balbucear, le falta el aliento. Piensa en el día que se convirtió en Shaman, el día que venció al Oficial Apache y a sus contrincantes seguidamente, el viaje, piensa en tantas cosas sólo para ocupar su mente en algo más que el cuerpo de Kyungsoo, pero fracasa míseramente cuando ese pequeño pelirrojo insiste, cuando sin pudor ni antesalas se sienta sobre su pelvis y hace que sus intimidades choquen.
No sabe si la cordura está bloqueada, se ha ido o es que el agua caliente le entumeció todo, pero no se mueve, no hace nada cuando Kyungsoo con su mano mojada pero suave le acaricia las facciones. No puede evitar cerrar los ojos, no puede evitar suspirar, ni siquiera es capaz de detener a Kyungsoo cuando la otra mano se aventura más allá del agua, más allá de todo hasta llegar a sus muslos y hacer círculos.
Los labios de Kyungsoo sisean palabras, pero Jongin es incapaz de escucharlo, no cuando al mismo tiempo le está acariciando las mejillas con sus abultados labios, no cuando le deja besos casi invisibles en la piel de su cuello.
—Yo me detengo si así lo quieres —gime Kyungsoo, afianzando sus menos en la cintura de Jongin y moviéndose en círculos y arrancando los más sinceros gemidos de Jongin—. Hazlo ahora que tengo la voluntad para detenerme... después... yo no creo que pueda.
Jongin contempla las posibilidades de sacar a Kyungsoo de encima, de decirle que no lo vuelva a tocar en su vida, esas son las oraciones adustas que le grita su cerebro mas su corazón tiene un revoltijo de sentires y de palabras, su corazón pide a gritos el tacto de Kyungsoo porque él también se siente como si de verdad fuese este chico pelirrojo algo más que una persona que conoció hace unas semanas, tal vez creer en el destino sea todo a lo que tenga que aferrarse.
—Jongin, tres, dos, un...
—No, Kyungsoo —gime y se mueve, tomando entre sus manos las caderas suaves de Kyungsoo—. N-no me dejes a-así.
—Entonces dime lo que quieres —le pregunta mientras sus caricias se vuelven todavía más intensas—. Habla Jongin, habla porque me estoy desesperando.
—Tócame...
Jongin no dice nada más pero sí que responde con acciones, nunca ha sido bueno con las palabras después de todo. Sí, su corazón le grita que le diga a Kyungsoo que no es el único que se siente así, que ha estado sintiéndose igual y que en ese momento, lo único que quiere es besar esos labios en forma de corazón, lo ha deseado desde que le conoció aún si no se lo reconoció a sí mismo.
El beso que llega es tan tormentoso como el agua a su alrededor. Las manos, la piel, las piernas que se mezclan al punto de que no se sabe quién es quién, es todo a lo que realmente desea aferrarse.
Jongin sabe que no hay marcha atrás cuando Kyungsoo escabulle sus dedos por ahí, donde pocos han tocado, sabe que no está perdido cuando el calor le abraza de una forma casi... mágica.
Es el destino, definitivamente.
✖✖✖
A Jongin casi se le cae la boca al suelo al leer su Oráculo Virtual* decía explícitamente cuándo, dónde y con quién sería su primera batalla eliminatoria. Al principio no pudo creer cuando Jongdae se lo dijo, ni siquiera cuando lo leyó meramente escrito en la pantalla de su Oráculo de color verde.
—El equipo de los Elementos—susurra Jongdae, y los presentes en el lugar se miran a los ojos con demasiado énfasis—. El equipo de Kyungsoo.
El nombre del equipo de Kyungsoo y el de Jongin brilla en la pantalla, pero hay demasiado qué asimilar; para empezar Chanyeol está casi rodando por el piso al saber que va a enfrentar a Baekhyun otra vez, ni siquiera habían superado la disputa pasada y ya debían enfrentarse oficialmente, Kris no tenía deseos de pelear contra su amado y Jongin...
Jongin tiene las manos atadas.
Sinceramente todavía seguía con la mente en las aguas termales, todavía seguía idealizando ese momento, fundiéndose con el recuerdo de la piel de Kyungsoo, de sus robustos muslos, de la forma en la que le hizo en amor lentamente y tiñó el agua de sus deseos, de sus ansias. Jongin tiene que cerrar los ojos y sujetarse a cualquier cosa cercana a sus manos porque recordar que Kyungsoo lo hizo suyo tres veces esa noche es demasiado para soportar. Recordar cómo ese pelirrojo ardiente como la tierra en pleno mediodía abrió paso en su interior y se movió dictaminado penetraciones certeras fue el hecho más placentero de la noche, a Jongin nadie lo había tomado de esa forma, exprimiendo hasta lo último de su ser. Los besos no se detuvieron ni siquiera cuando sus miembros estuvieron flácidos y extasiados, no se calmaron sus ansias ni en la puerta del hotel de Jongin cuando Kyungsoo le acompañó.
No se detiene el pensamiento en ningún momento, y representa un problema para Jongin porque ¿Cómo pelea con alguien con el que sintió tres de los orgasmos más contundentes y exquisitos de su vida? ¿Cómo envía si quiera un ataque cuando lo único en lo que puede pensar es el momento siguiente que va a tocar la suave y blanquecina piel de Kyungsoo?
Jongin no cree que pueda, sin embargo, en esas andaba, tratando de focalizar su mente porque su batalla se llevará a cabo en menos de cuatro horas lo cual es una falta de respeto hacia su estado mental porque con qué tiempo medita y piensa muy bien las cosas. Desde el fracaso como bailarín, Jongin siempre había querido ser algo más que sólo el recuerdo de algo que no pudo lograr, ser Shaman, su arduo entrenamiento, todo el optimismo que siempre tiene ha sido la única cosa de la que se ha podido sujetar. Quiere intentarlo, ser parte de esto, poder decir con orgullo que pudo, pero no estaba contando con los detalles de medio camino, esos detalles que había obviado por haberlos creído completamente innecesarios, como llegar a enamorarse de alguien, aunque el término Enamorar es demasiado fuerte para catalogar esta química pasional y absurda que tiene con Kyungsoo.
Lo peor de todo es que Jongin es netamente correspondido, que Kyungsoo es picaron y coqueto con él siempre que puede y no le permite estar en una zona diferente, aunque realmente ese no es el problema. A Jongin le gusta que Kyungsoo le corresponda, y que sea así de osado porque de otra forma no le hubiese gustado nunca.
—Veo que estás dándole muchas vueltas al asunto, Jongin.
Ni siquiera se sobresalta cuando percibe la presencia de Hoduro detrás de él, teniendo esas expresiones faciales serenas y ese cuerpo marrón y peludo que, con el tiempo, Jongin se ha acostumbrado de ver. Hoduro camina sobre sus cuatro patas y toma asiento al lado de Jongin, justo en lo alto de una montaña que tiene vista predilecta hacia el campo de energía donde se concentran los grandes espíritus. No dice nada más durante los primeros tres minutos, sólo silbando un poco y dándole a Jongin esa tranquilidad que siempre ha sucedido desde que están juntos.
—Tienes razón —le dice Jongin, al cabo de un rato—. Estoy dándole tantas vueltas al asunto, y me siento mal por sólo pensarlo.
—¿Por qué deberías hacerlo? Es decir, es la primera vez que alguien te gusta de esta manera, ¿por qué sentirse mal cuando tu cuerpo y corazón están estables?
Jongin mira a Hoduro fijamente tratando de pescar alguna otra expresión que no sea esa serena que tiene, la misma de siempre, desde que lo conoce, desde que apareció en medio de su presentación de baile. Sin embargo, Hoduro permanece estable, mirando al frente mientras el viento fresco despeina su pelaje suavemente.
—Es q-que, estoy nervioso por este combate sabes, Kyungsoo me pone nervioso y... ¡Oh por Dios! ¿Y si lo hizo a propósito? ¿Y si sólo me enamoró para ganar ventaja?
Hoduro rueda los ojos.
—Jongin, eres mi amo, pero eres bastante idiota —farfulle el oso—. Cuando Kyungsoo comenzó con ese coqueteo ni sabía que iban a enfrentarse, y ni hablar de lo que pasó en el sauna.
A veces a Jongin le choca un poco el hecho de que Hoduro sepa todo de él, y que luego lance la información como si de los buenos días se tratase. Bien, de todas maneras, con Hoduro se siente que puede ser totalmente transparente porque su espíritu es incapaz de juzgarlo, de decirle siquiera algo que lo pueda avergonzar o hacer sentir mal.
—Tienes razón, pero de todas maneras... —Jongin comienza suave y refugia su rostro en sus rodillas—, me siento tan inestable ahora mismo, mi corazón está tan confundido. Hace unas semanas hubiese sido fácil tomar esta pelea y luchar con todas mis fuerzas, pero qué hay ahora —Jongin se detiene un momento y suspira—. Estoy absurdamente atraído por mi contrincante, ¿qué pasara si uno de los dos equipos pierde? ¿Cómo será nuestra relación después? Es decir, me gusta Kyungsoo, y debido a toda esta insistencia de su parte, que el destino, que qué se yo, me ha convencido totalmente y ahora estoy teniendo pensamientos acerca de él y yo en una relación de verdad.
Hoduro tiene el tupe de reírse, con su risa de oso marrón, peludo y gigante, también hace como si fuese un papá oso y Jongin una especie de osito bebé porque le pasa una de sus cuatro patas por la espalda.
—Qué bueno que al menos asumes esto, y Jongin, lo otro puedes hablarlo con él —explica—. No todo tiene que ser difícil, las cosas de humanos pueden resolverse hablando, ¿no? entonces, aprovecha justo ahora y habla con él, te dejo.
Hoduro desaparece tan rápido como sus últimas palabras son dichas y Jongin tarda sólo un instante en comprenderlo porque cuando se da la vuelta, la figura de Kyungsoo le saluda con un sutil hola y una sonrisa en forma de corazón que es tan tranquilizadora como mortificante.
Kyungsoo camina hasta el lugar donde está sentado Jongin y este comienza a preguntarse cosas como quién le habrá dicho en qué lugar se encontraba, o si esta cosa viene con el coqueteo, los besos y las caricias debajo del agua.
—Por si te preguntas cómo supe dónde estabas, tengo un Espíritu Acompañante muy eficiente —le dice Kyungsoo rápidamente, como si hubiese leído los pensamientos de Jongin—. Es un topo que puede percibir las esencias de todo ser que esté pisando la tierra.
—Es realmente efectivo en estos casos —dice Jongin, por no quedarse callado—. ¿Por qué no lo vi el día que nos... conocimos?
Kyungsoo rueda los ojos, pero se echa a reír.
—Bin es un poco, y sólo un poco tímido.
—¿Un poco?
—Bueno. Mucho. Es una ventaja para él que su campo sea debajo de la tierra cuando está atacando porque se moriría de la vergüenza el sólo tener que darle la cara a un público mayor de tres personas.
Jongin no puede evitar echarse a reír sonoramente porque le parece una historia graciosa y al mismo tiempo adorable; es una risa que sale de él tan espontánea que también contagia a Kyungsoo y cuando se dan cuenta, juntos están riéndose y mirándose con los ojos cristalinos y sus estómagos un poco fruncidos.
—Nunca había escuchado tal cosa —canturrea Jongin al cabo de un rato—. Pero, de todas maneras, es muy fuerte.
—Lo es, realmente confío mucho en él. Nunca hemos perdido nada cuando trabajamos juntos.
Jongin mira hacia el lugar donde están los Grandes Espíritus rehuyendo de la mirada de Kyungsoo y escapando de la conversación que se avecina. Sinceramente, piensa que Hoduro tiene razón en decir que deben hablar, pero Jongin tiene miedo que en este momento Kyungsoo le diga que hará todo lo posible por derrotarlo y que después de esto Si te vi, no te conozco porque el simple hecho de que alguna vez fueron contrincantes y que, elementalmente, uno de los dos perdió.
Es posiblemente porque Jongin ha deseado tanto alguien a su lado que la simple idea de dejar ir a Kyungsoo le parece un poco pesimista, sobre todo ahora que ya sabe a qué sabe su piel, sabe cómo son sus expresiones durante un orgasmo, sobre todo desde que Kyungsoo lo hizo sentir como nunca nadie lo había hecho.
—Escucha Kyungsoo, yo...
—Una de mis habilidades con la tierra, aparte de saber qué hay debajo y encima de ella, es percibir las emociones de las personas —dice Kyungsoo, calmo y tranquilo como él solo—. La tierra me susurra tus preocupaciones, Jongin-ah.
Jongin baja la cara avergonzado, porque si eso es cierto, entonces Kyungsoo incluso puede leer sus pensamientos porque es demasiado transparente. No quiere verlo a los y enfrentar lo que sea que deba ser enfrentado porque Jongin se quiere aferrar a su ilusión con uñas y dientes.
—Yo también quiero hacer eso, Jongin —le dice Kyungsoo con la mirada en la lejanía—. También me quiero aferrar a mis sentimientos, independiente del resultado de unas horas. Uno de nosotros quedará eliminado del Torneo, pero aun así quiero seguir contigo, porque me gusta cómo se siente todo cuando estoy a tu lado.
Jongin levanta la mirada y deja expuesta su emoción cuando esas palabras siguen taladrando en su cabeza. Hay demasiados sentires, pero el primero de todos son deseos de abrazar a Kyungsoo hasta que el mundo se acabe, o hasta que tengan que pelear.
—Y si tienes deseos de abrazarme, ¿por qué no lo haces?
Jongin se lanza sobre Kyungsoo y sin haber dicho alguna palabra de lo que en su corazón abunda, le abraza como si la vida dependiera de ello. Hay algo en abrazarlo que lo lleva lejos de donde se encuentran, en su mirada hay demasiado iconismo, y en sus besos están todas las respuestas a sus más febriles preguntas.
Sabe a azúcar, a chocolate a suavidad y a la vez es espeso, la lengua de Kyungsoo sabe tan bien y luce increíble enredada a la de Jongin que sinceramente nada importa más. Jongin está consciente de todo ese rollo del destino, de que las almas se unen después de tanto tiempo porque han encontrado un momento justo para reencontrarse, sabe que siendo Shamanes y fusionándose con Espíritus Acompañantes la cosa se eleva en probabilidades, quizá sea cierto que conoció a Kyungsoo en una vida pasada y sea la explicación lógica de por qué existe esa atracción casi magnética en ellos. Era su turno para conocerse por fin.
Sea como sea, el momento de ellos es ahora, donde Jongin y Kyungsoo son amantes en un instante, pero rivales en el segundo siguiente.
De repente, cuando Jongin abre los ojos, tiene a Hoduro en las garras de oso, Chanyeol, Flame, Kris y Ángelus lucen más decididos que nunca a pelear por ese triunfo.
Baekhyun, Joonmyun y Kyungsoo ya están en sus posiciones, Yixing los observa desde las gradas, acompañado por Luhan y Sehun, Jongdae también aplaude emocionado, junto a Hácil. A su manera, ambos envían buenas vibras.
Como Shaman, el destino de Jongin es batallar y triunfar, pero más allá de eso, centrado en esa mirada oscura y esos labios en forma de corazón, su destino es Kyungsoo.
Sigue adelante sin miedo a fracasar,
Pues nuestro triunfo ya está muy próximo
Nuestro destino es batallar y triunfar,
Pero entregando siempre lo máximo.
Amor, pecados y sueños en unión
Se van a convertir en un solo ser
Y cuando llega a ser ya por fin la fusión
Lo que vendrá será positivo.
¡Lograré, mi anhelo! En el destino hay que creer.
✖✖✖
Terminología, WikiBany:
▶Ragoh: estrella que anuncia el fin de los tiempos, y el resurgimiento de un nuevo ser de luz, pasa cada 500 años.
▶Keito: Una estrella imperial muy conocida en ritos hindús.
▶Shaman: Vínculo directo de las deidades, espíritus o fantasmas.
▶Grandes Espíritus: Básicamente la gente guay que te dice si vas al baile o te quedas para vestir santos.
▶Espíritu Acompañante: Básicamente, un humano puede tener cualidades o ser sensible a ciertas presencias, pero no puede hacerlo todo solo. Necesita de alguien que esté ahí para incrementar sus habilidades, es aquí cuando los Espíritus hace comeback, sigue al Shaman a todos lados.
▶Hyoi Gattai: Posesión de almas, (fusión de un espíritu y un Shaman)
▶Oversoul: Posesión de objetos.
▶Aldea Apache: Lugar donde se llevan a cabo los torneos eliminatorios.
▶Furyoku: Poder espiritual (Energía)
▶Oráculo Virtual: Es el aparato digital (bueno, más o menos) que es proporcionado a cada participante Shaman, en él se ven las próximas batallas, anuncios oficiales, en el último nivel se ve la energía del Shaman, resumida en números. Ejemplo: Oh Bany, 10.0000000000. (Porque soy bien pinche fuerte y nadie me gana)
▶Dato extra: Considero a Yixinggie es el más poderoso de este fic al poder fusionar dos o más espíritus a su conveniencia, pero Yixinggie es tan amors y paz que no participó sólo para que en su grupo fuesen tres participantes. Yixing tenía un espíritu acompañante, ese era Sehun, el señor de los vientos, pero tenía un prendedor en el cabello negro en forma de ciervo en el cual mantenía una fusión con Luhan, que tenía forma de ciervo humano, pero tenía el poder de la telequinesis, el señor de los campos de fuerza. Como les dije, el Xing pudo haber destruido al mismísimo Hao Azakura si no hubiese sido tan come flor Aplausos para Yixinggie.
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