✦ Al llegar Chuseok | ChanBaek, HunHan, XiuLay.
https://youtu.be/fmANbcR57-k
➝ Universo: Moon Lovers | Drama.
➝ Autor(a): OhAireni
➝ Género: Fantasía, histórica, humor.
➝ Advertencias: Ninguna.
➝ Palabras: 4,8K
➝ Resumen: Chuseok es una fiesta de la cosecha celebrada en cada Equinoccio de otoño, donde se visitan los pueblos ancestrales y comparten comidas tradicionales, celebrando cada aniversario del inicio de la dinastía de Goryeo.
Chanyeol, Sehun y Minseok necesitan un cambio en sus vidas, y algo les dice que la noche de Chuseok será igual que las demás, pero ¿qué pasa si se equivocan? Todo puede llegar a cambiar con tan solo mil años de diferencia, aunque la idea del amor siga siendo la misma.
AL LLEGAR CHUSEOK.
Sehun tardó exactamente veinticinco minutos en ponerse el hanbok, ayudado de las estilistas. Había tenido un día horrible, apenas tuvo tiempo de ensayar las tarjetitas que debía leer, y para colmo de males le estaban empezando a salir de nuevo raíces negras sobre un pelo rubio platino. Era lo que más detestaba del mundo. Para colmo de males, tenía que salir dentro de diez minutos, y no había pasado aún por maquillaje.
Chanyeol, sin embargo, llevaba ya bastante tiempo enfundado en su hanbok, y había corrido de un lado a otro para que todos los preparativos que tenía el Music Core programados para Chuseok salieran tal y como ellos querían. Al fin y al cabo, él era un mandado. Se sabía su texto de memoria y no tendría problema en recitarlo frente a las cámaras.
Por otra parte, Minseok también se lo sabía, pero él sin embargo se encontraba mordiéndose las uñas. Su pánico a hablar frente a las cámaras no había disminuido en estos años. Es más, quizá había aumentado incluso más, sobre todo en un día festivo como Chuseok, donde, si se equivocaba, estaba perdido. Era cierto que, en pleno siglo XXI, seguir creyendo que con un error no habría cosechas, era una tontería. Pero igualmente, esa noche todo el mundo estaría pendiente de mirar el programa, debía hacerlo bien sí o sí.
Sehun se cogió la parte de debajo del pantalón tradicional con mala gana mientras intentaba andar sin tropezarse por enésima vez. Estaba harto de tener que hacer todo con prisas y fingir que todo iba bien. A él lo que le gustaba era la determinación, precisión y concentración. Y, según él, ningún miembro del staff de esa cadena reunía aquellos requisitos. Se cruzó por el pasillo con Chanyeol, quien le paró de golpe, entregándole las tarjetitas que debía memorizar en cinco minutos. Este lo miró resoplando y las aceptó de mala manera.
Una vez Minseok consiguió reunirlos a los dos en el plató, justo dos minutos antes de empezar el programa, Sehun los advirtió de que sería el último programa que haría en Chuseok. Minseok asintió con la cabeza sin decir nada, pero Chanyeol rodó los ojos como si no pudiera creerlo. Su compañero se estaba comportando como un verdadero cretino, y todo eso lo aburría soberanamente. ¿Hacía cuánto tiempo que no se reían todos juntos? Ellos vivían ya amargados, en una continua rutina de programas, mentiras y poco descanso.
La luz roja de las cámaras se encendió y los tres cambiaron su expresión facial por otra totalmente distinta. Ya casi iban a ser las doce de la noche, y a pesar de estar totalmente agotados, se comportaron como los chicos dulces y caballerosos que se suponía que eran.
"¡Buenas noches a todos! Hoy es la noche de Chuseok, como todos saben ya, y Chanyeol, Sehun y yo, Xiumin, querríamos que nos acompañarais en una velada tan especial, ¿cierto, chicos?" habló Minseok de forma adorable.
"Así es, hyung, ¡este Chuseok es muy importante! ¿Sabes por qué, Chanyeol?" cuestionó Sehun, con una sonrisa.
"¡Claro que sí! Todos llevamos nuestros hanboks, ¿cierto? Hoy se celebra el octavo centenario de la cosecha que se..." paró de hablar, mirando al micro confuso.
Sehun y Minseok se miraron entre sí, y Chanyeol aún seguía helado, notando cómo su micro no funcionaba. Los cámaras y encargados se revolvieron, nerviosos, buscando otro micro por otra parte. Minseok se apresuró a pasarle el micrófono con su nombre a su compañero, que lanzó una risa nerviosa.
"Ah, perdón, como iba diciendo, hace ochocientos años, la cosecha del songpyon, que como todos sabemos, pertenece a la época de Goryeo, ¿cierto, chicos?"
"Así es, justo cuando el rey Taejo llegó al poder, ¡ah, me tomaría uno ahora mismo!"
"Por favor, disfruten de esta primera noche de Chuseok rodeados de su familia, y coman mucho por nosotros y por sus antepasados, todos estaremos en..."
Los tres chicos miraron hacia arriba, se acababa de ir la luz. Podían oír sus respiraciones, acompasadas. Miraron hacia el frente de nuevo, sin saber bien qué hacer, cuando vieron que el cámara parecía estar teniendo problemas también, y la retransmisión estaba fallando. De repente, un foco se descolgó del techo y cayó justo al lado de Sehun, quien pegó un salto del susto.
"¿Qué... qué está ocurriendo?" soltó Chanyeol, alarmado.
Las paredes parecía que comenzaban a moverse, hacía un viento terrible y el suelo empezó a desaparecer. Ambos tres cayeron dentro de este, o casi, pues Minseok intentó agarrarse a lo que quedaba aún de plató, asustado. Clavó sus uñas con fuerza, pero por mucho que lo intentó, no consiguió vencer a la gravedad.
Aquello parecía un agujero negro y sin fin. Chanyeol se permitió gritar fuertemente mientras caían hacia el vacío, mientras Minseok aguantaba la respiración y Sehun intentaba agarrarse a algo. Todo daba vueltas, tanto que llegó un momento en el que los tres se quedaron inconscientes. Ni siquiera se percataron del golpe que se dieron contra el suelo de aquella casa.
Pasadas las horas, Chanyeol abrió un ojo, confundido por el dolor de cabeza repentino. Era de día, lo supo por la luz natural que entraba en la habitación. Su vista era borrosa, pero se fue haciendo más y más clara al ver una cara, mirándolo expectante. Su primera reacción fue cerrar los ojos y seguir durmiendo, la segunda, abrirlos de golpe y gritar como un psicópata. El chico se apartó de golpe, y Chanyeol retrocedió, chocándose con un baúl.
"¡Han despertado!" soltó alegre aquel chico y se fue corriendo, dejando a los tres jóvenes tirados en el suelo.
"No puedo ver nada... ¿estamos muertos?" habló Minseok, con una manta por encima de la cabeza.
Sehun se la quitó de mala manera y miró a su alrededor. La sala parecía sin duda antigua, de madera, llena de tarros y especias enfrascadas. Se levantó como pudo y miró unos papeles que había encima de la mesa.
"Ah, me estoy volviendo loco... Esto de aquí no es hangul, es hanja, lleva sin utilizarse siglos... Pero no es posible, ¿no?"
Chanyeol se acercó a observarlos también, y asustado dio vueltas por la habitación, comprobando que aquello no parecía el Music Core.
"¿Dónde se supone que estamos?" susurró.
"En Goryeo" habló una voz a sus espaldas.
Cuando se dieron la vuelta, vieron a un joven con cara de ángel, junto al mismo chico de antes. Sehun se sorprendió mucho al ver cómo se acercaban hacia ellos con total naturalidad. Examinando sus ropas, parecía que también iban caracterizados.
"¿Cómo se os ha ocurrido pasar la noche en la sala de especias del palacio real? Hay posadas para los viajeros que no tienen sitios donde dormir."
"¿Viajeros...?"
"Ya entiendo" declaró Sehun. "¿Acaso nos hemos metido en alguna especie de celebración privada de Chuseok?"
"¿Chuseok?" ladeó la cabeza el otro. "¿Qué es eso?"
Los tres chicos se miraron, confusos, sin saber bien qué decir. Observando su ropa y la de ellos, aquello no parecía poder estar pasando.
"¿Qué año dices que es?"
"Es el año 922, por supuesto. Escuchen, viajeros, este no es un sitio apropiado para dormir, han infringido una de las normas más importantes del Damiwon."
"¡¿El Damiwon?! ¡Lo convirtieron en el Palacio Gyeongbukgung hace siglos!"
"¿De dónde venís que os llegan noticias tan erróneas?" frunció el ceño.
Los tres se miraron de nuevo entre sí, y decidieron callar para no empeorar la situación.
"Somos viajeros extraviados, solo pretendíamos pasar una noche aquí, lo sentimos mucho."
"Esto se condena con pena de muerte, pero..." miró al otro muchacho. "Mi hermano me ha suplicado para que no lo haga. Os uniréis a la corte del rey, pero tranquilos que cada uno se encargará de un príncipe, nada de involucrar al rey Taejo."
"Yo lo estudié cuando iba a la escuela..." susurró Minseok.
"Está bien, como digáis, ¿y dónde están esos príncipes?" inquirió saber Sehun.
El chico sonrió de lado y miró a su hermano.
"Aquí mismo, somos Luhan y Baekhyun, de la primera dinastía de Goryeo. Claro que, falta nuestro hermano Yixing, que no tardará en venir. Bien, cada uno se encargará de las necesidades del príncipe que le corresponda, no se hable más, esto será un secreto que no tiene por qué saber el rey, ¿entendido? Baekhyun, acompáñalos para que se cambien de ropa por una más limpia."
El más joven cogió a Chanyeol del brazo y arrastró a los otros dos fuera de la habitación, guiándolos hasta los baños públicos. Los chicos observaron la estructura del edificio, sorprendidos. ¿Sería de verdad aquello el Damiwon? Pronto estuvieron frente a una gran terma con asientos de madera.
"¡Aquí es donde nos bañamos todos!" habló animadamente Baekhyun. "Rápido, desvestíos, yo mandaré que laven la ropa."
Los tres se miraron entre sí, y no muy convencidos se deshicieron de sus prendas. Sehun primero se zambulló en aquella gran terma, y después se quitó toda su ropa. Minseok por su parte, se cambió detrás de una columna. Chanyeol lo hizo frente a Baekhyun. El chico, al verlo así, sonrió tapando juguetonamente sus ojos con las manos, como si fuera un niño pequeño.
Una vez estuvieron completamente aseados, las damas de la corte se encargaron de proporcionarles ropa apropiada. Ahora ellos serían algo parecido, caballeros de la corte, o algo por el estilo. Pasadas las horas, tuvieron que reunirse en el vestíbulo sin rechistar. Aún andaban mirando todo con gran entusiasmo. No se creían que nada de eso estuviera pasando.
"No me puedo creer que los hayáis dejado entrar, espero que su visita acabe pronto..." susurró un joven, abriendo las puertas con fuerza mientras Luhan iba a su lado, con el ceño fruncido.
Una vez estuvo delante de los chicos, se dedicó a examinarlos cuidadosamente. Paseó por la sala, dando círculos alrededor de ellos.
"De modo que estos son los viajeros extraviados que nos servirán a partir de ahora" concluyó. "Decidme vuestros nombres, caballeros."
Uno a uno fueron presentándose con un sumo respeto hacia aquel chico, ya que debía de tratarse del príncipe restante.
"Yo soy Yixing, el mediano de los príncipes de la primera dinastía de Goryeo. A cada uno, según me ha dicho mi hermano mayor, se le ha asignado un príncipe para proteger y cuidar. Yo estoy en contra de esa decisión, pero no puedo desobedecer las órdenes de mi hermano" rodó los ojos.
"¡Ya estoy aquí!" salió corriendo el príncipe Baekhyun de una de las habitaciones, posicionándose al lado de sus hermanos mientras reía.
"Como iba diciendo" continuó Yixing, un tanto molesto "hay que asignar quién acompañará a quién el resto de su vida. Así pues, Baekhyun merece empezar al ser el más joven."
Baekhyun se paseó mirando a todos a los ojos, y sonrió mientras se posicionaba en frente de Chanyeol y lo señalaba con el dedo. Aquello parecía la elección de los juguetes de Navidad.
"¡Lo quiero a él!"
"Estupendo, pues. Así que solo quedan dos..." pensó Yixing. "Me quedaré con el de en medio, ¿tu nombre?"
"Minseok..." titubeó el nombrado.
"Bien, querido hermano, a ti te toca el sobrante."
Luhan miró a Sehun detenidamente y resopló con resignación. Este, al verlo, agrandó sus ojos al notar su gesto de indiferencia. Normalmente tenía un séquito de fans que lo seguían a todas partes, incluso sus compañeros besaban el suelo que pisaba. Pero allí, en ese mundo, no era nadie importante. Sería el esclavo personal de un príncipe, y nunca había estado acostumbrado a ser la sombra de nadie.
Esa noche, todos se fueron a dormir temprano, ya que a la mañana siguiente empezarían sus nuevas vidas. Era increíble cómo habían cambiado las cosas en menos de veinticuatro horas. ¿Qué había sido eso? ¿Cómo estaban en la época de Goryeo el día de Chuseok? Nadie podía responder a esas preguntas, sin embargo, no se sentían como si quisieran volver a casa. Algo les decía que sería interesante experimentar cómo sería la vida en el año 922.
A la mañana siguiente, Chanyeol siguió al príncipe Baekhyun por todo el Damiwon. Le sirvió té por la mañana, colocó sus aposentos y lo siguió durante cuatro horas. Cuando vio que los tres príncipes tenían hora de lecciones conjuntas, se alegró al saber que vería a sus compañeros. Una vez allí, todos andaban distraídos por el aburrimiento, hasta que Chanyeol advirtió una cosa.
Los otros dos chicos ya habían terminado de leer las páginas del decreto monárquico, mientras Baekhyun aún no había superado la primera. El príncipe parecía frustrado mientras miraba a sus hermanos, pero con su mejor cara, intentó sonreír y parecer alegre. Nadie más se dio cuenta de ese detalle, solo su sirviente.
A la hora del almuerzo, Sehun estaba derrotado y hambriento, hacía ya media hora que quería haber comido, pero por lo visto ser sirviente no te permitía hacer lo que quisieras todo el rato. Más bien, nunca. Por eso frunció aún más el ceño cuando Luhan le dijo que no irían a comer aún, ya que necesitaba practicar con la espada. Por lo visto, su príncipe entrenaba más duro que el resto.
Mientras sucedía aquello, Minseok se encontraba entretenido al ver cómo Yixing revisaba papeles y leía pausadamente un libro. Para cualquier otra persona aquello sería un completo aburrimiento, sin embargo este parecía muy interesado en el tema. Estar en una antigua dinastía con uno de los príncipes que marcó la historia de su país, le hacía prestar mucha atención a todos sus actos, que observaba fascinado.
Pasados los días, una tarde, mientras caía el sol, los príncipes se reunieron para entrenar con sus espadas para la ceremonia real que se realizaría la noche de luna llena. Chanyeol observaba divertido cómo Baekhyun intentaba pelear contra un maniquí. Se habían vuelto bastante amigos a pesar de su distinta condición social. Minseok se encontraba con los ojos tapados mientras Yixing manejaba la espada con elegancia. Sin embargo, Sehun miraba a Luhan intensamente con los brazos cruzados, aquellos movimientos tan diestros y correctos le ponían los pelos de punta.
Entonces Baekhyun, mientras reía alegre, se dio sin querer con el mango de su espada un buen golpe en la cabeza, haciendo que cayera estrepitosamente al suelo. Chanyeol abrió los ojos, sorprendido, y corrió hacia él agachándose para comprobar que estaba bien.
"¡Su alteza! ¿Está bien?" gritó Chanyeol sujetándole la cabeza mientras Baekhyun sonreía.
"¿Cuántas veces debo decirte que me llames Baekhyun?"
"Al menos una más, alteza" sonrió Chanyeol, comprobando que estaba bien.
"Tutéame, te pondré un castigo sino. Me protegerás siempre, ¿prometido?"
"No creo que estar cerca de ti sea un castigo..." susurró mientras sonreía.
Yixing miró la escena desde su posición y pudo notar la relación de cercanía que tenían ambos. No le pareció correcto, pertenecían a clases demasiado distintas y no estaba bien visto una amistad de príncipe y sirviente. Por ello, abordó a Chanyeol por la noche mientras se dirigía a comprobar que Baekhyun ya estaba acostado.
"Park Chanyeol, hablemos" inquirió este.
"¿Qué sucede, majestad?" preguntó confundido.
"Veo que le has cogido mucho cariño a mi hermano, Baekhyun."
"Así es, alteza, su hermano me hace reír, es tan alegre y vivaz" sonrió.
"Debo advertirte de algo, Chanyeol" sonrió falsamente Yixing. "Como habrás podido observar, en las familias reales normalmente hay problemas, ya sea porque hay muchos hijos en una familia, o porque los dioses lo han querido así. Gracias a todo, Luhan y yo salimos bien, pero la maldición cayó sobre el menor de nosotros."
"No entiendo qué me quiere decir..."
"Verás, Chanyeol, no sé si te has dado cuenta de que Baekhyun tiene deficiencia mental. Pero no es su culpa, ha sido el destino. Los dioses lo han querido así, estaba escrito en la historia. Aun así, que tenga una relación tan estrecha con su sirviente no está bien visto. Te recuerdo que tú estás aquí para complacer a mi hermano en todos sus caprichos, por muy aniñados que sean, así que limítate a cumplir con tu tarea."
Chanyeol sabía perfectamente de qué hablaba Yixing, solo que ellos aún no habían descubierto que, la razón para el retraso de su hermano era por los matrimonios reales entre hermanos y primos, juntando la misma sangre. Faltaban demasiados años para que aquello fuera descubierto, por lo que se calló ante el príncipe, pero no pudo evitar decir:
"Creo de todo corazón que a Baekhyun le viene bien mi compañía. Si lo que su alteza dice es cierto, él nunca tendrá oportunidad de aspirar al trono, por lo que su vida nunca se verá afectada por ello. Con permiso, majestad" hizo una reverencia y siguió su camino.
Yixing se quedó allí, consternado, sin entender nada.
Sehun se encontraba en la habitación de Luhan, con apenas tres velas encendidas, viendo cómo su príncipe afilaba su espada pesadamente. Sus manos eran demasiado delicadas para tener que hacer un trabajo tan pesado, sin embargo a él no parecía importarle, más bien intentaba aparentar que era fuerte y seguro de sí mismo cada vez que cogía esa espada. Sehun se la arrebató sin ningún decoro y se puso a hacer el trabajo por él.
"No necesito ayuda, gracias."
"Yo creo que sí" lo miró fijamente. "Vos sois el príncipe, majestad, ¿qué diría vuestro padre si os viera haciendo el trabajo del herrero? Es cierto que nunca ayudo en nada, pero en esto no me puedo resistir, alteza."
El chico se tumbó remolonamente en su cama, observando cómo Sehun hacía el trabajo por él. No le gustaba que la gente pensara que era inútil por su cara bonita, era el que más entrenaba de todos, y pronto sería un gran guerrero. Al fin y al cabo era el heredero del imperio.
"Sehun, para ya, no te he dado permiso para que hagas eso."
"Es cierto, ¿pero sabe? Es mi trabajo, incluso si nadie me paga" sonrió divertido. "Por cierto, ¿qué es esa ceremonia de la noche de la luna llena?"
"Es mi coronación" soltó pesadamente. "Seré oficialmente heredero del trono, pero Yixing está pensando derrocarme" sonrió. "Verás, nuestro padre dice siempre que los dioses nos han aportado cosas distintas a cada uno. Baekhyun es alegría y felicidad, Yixing es sabiduría y responsabilidad, y yo, justicia y bondad. Hay quienes piensan que Yixing debería gobernar, y no yo."
"¿Y vos?" le cuestionó. "¿Qué pensáis vos, majestad?"
"¿Yo? Yo solo quiero huir de todo esto" suspiró. "Ojalá pudiera cambiarme contigo, que tú fueras el príncipe y yo el sirviente, tener que atender los favores y caprichos de un señor, porque yo no tengo caprichos propios."
Sehun sonrió ladinamente al escuchar eso último. Por fin alguien quería volver a satisfacer sus necesidades como pasaba en el siglo XXI. Luhan le parecía demasiado tierno, pero sabía que este lo evitaba por todos los medios. Por eso siempre andaba practicando todo el día con la espada.
"Si quieres que sea el príncipe, lo seré, a partir de ahora no te tutearé, intercambiaremos los papeles."
"¿Qué...?" preguntó el otro, confundido.
"Tú serás el sirviente cuando no haya nadie" sonrió al ver las mejillas coloradas del príncipe. "No eres solo dulce, ¿a qué no?"
"Eso descúbrelo tú mismo" sonrió Luhan.
"No, no, ahora yo mando, ¿recuerdas? Se acabaron las informalidades."
"Está bien, su alteza" añadió soltando una carcajada.
Esa noche, ambos se hicieron más cercanos. Tanto, que no se dieron cuenta de que las velas reflejaban sus sombras al otro lado de la pared translúcida, y por lo tanto, sus cuerpos deshaciéndose de la ropa del contrario mientras caían en la cama, cegados por la pasión.
Por otra parte, cuantos más días pasaban, Yixing se encontraba más desesperado con la condición de sus hermanos. Minseok era un buen sirviente, siempre pendiente de él, y sabía que podía contar con él para lo que hiciera falta. Lo que no sabía es que Minseok lo admiraba profundamente.
"No puedo que se enamoren todos. Me ayudarás, ¿verdad?" comentó mordiéndose las uñas.
"Sí, majestad" susurró.
"Es un error, enlaces de distinta clase social... ¡Si nuestro padre se enterara! Por suerte, la ceremonia de la luna llena será dentro de muy poco y no tendremos que preocuparnos más por nada..."
En ese preciso momento vio cómo Baekhyun y Chanyeol venían jugando por el pasillo, animadamente, mientras gritaban. Yixing estaba más que cansado de verlos, y su sola presencia hacía que se irritase con facilidad.
"¡Tú, estúpido!" se levantó. "Escúchame bien, Baekhyun, porque no te lo repetiré otra vez. Olvida la ceremonia de luna llena, no asistirás. No puedo permitir que arruines un acto tan importante, ¿me has oído?"
El joven príncipe dejó de jugar y miró a su hermano, consternado. Su cara se descompuso al oír eso, y le entraron unas enormes ganas de llorar.
"Pero he estado ensayando todo el año..." intentó cambiar su expresión. "¡Hyung, me he esforzado, he memorizado cada uno de los pasos y se me han quedado en la cabeza, sé que puedo hacerlo! No lo fastidiaré, practicaré aún más para que la coronación de Luhan sea perfecta" sonrió.
"¡Luhan no será rey! Y tú no irás a la coronación, ¿quieres que todos recuerden ese día para la posteridad como un acto fallido y estropeado gracias a ti? No se hable más, hablaré con nuestro padre sobre ello."
En ese momento, Baekhyun no lo pudo soportar más. Sus lágrimas se acumularon en los ojos y salió corriendo hacia su habitación. Chanyeol no lo dudó ni un segundo y lo persiguió. Su querido príncipe se había tumbado a llorar en la cama desconsoladamente, y lo único que pudo hacer fue sentarse a su lado y acariciarle la espalda lentamente.
"Baek..."
"Él tiene razón, soy estúpido, lo sé..." se separó lentamente de la cama para mirarlo. "Cuando todos están hablando de los problemas de palacio, o incluso cosas que debería comprender... no entiendo nada..." lo miró fijamente. "Hay algo en mí que me impide ser como los demás, y..." miró sus manos bajando la cabeza "probablemente ese día lo estropearía todo..."
"Baekhyun, mírame" le inquirió Chanyeol. "Hacía mucho que no me divertía tanto, y es gracias a ti. Yo creo, sinceramente, que eso es un don. Baek, tienes el don de hacer feliz a las personas, y yo creo que eso es más importante que los problemas de palacio o las cosas más simples. Ser feliz es nuestra razón de vivir."
"¿De verdad... lo piensas?" se secó las lágrimas, mirándolo fijamente.
"Al cien por cien. Yo antes... era alguien que no tenía ganas de vivir, pero ser tu sirviente y tu amigo me ha enseñado que hay cosas por las que merece la pena sonreír" le agarró la mano, acariciándola lentamente.
"Siempre me tratarás... como a uno igual, ¿verdad?" dijo no muy convencido.
"¿Crees que puedo ver algún defecto en ti? Nada, Baekhyun, nada es lo que cambiaría de ti. Eres perfecto así, por favor, no cambies."
"Chanyeol... quiero hacer algo, pero seguro que soy tan tonto que no sé hacerlo bien..."
"¿De qué se trata? Yo lo haré por ti, debes relajarte ahora."
"Quisiera... bueno, darte un beso" soltó cubriendo su rostro rápidamente con las manos.
Chanyeol sonrió feliz, al ver su reacción. Sin quitarle por completo las manos de la cara, las colocó solo encima de sus ojos, dejando el resto de su cara visible. Aun de esa manera, se acercó para darle un delicado beso en los labios y cerrar los ojos ante aquel contacto. Lentamente se acercó más a él, y le volvió a besar otra vez, y otra, y otra. Baekhyun era muy inocente y vulnerable, y eso lo sabía de sobra, por lo que decidió no propasarse ni un poco con él. Por fin eran felices de aquella manera.
El día de la noche de la luna llena, Luhan había estado preparando la coronación todo el rato, por lo que apenas había tenido tiempo de prestarle atención a Sehun. Cuando se reunió con él, lo miró ansioso. Ambos habían acordado que, lo mejor sería seguir con el plan como si nada fuera a pasar. Como si Luhan fuera a ser el rey.
"¿Está todo preparado?" le preguntó acercándose a él una vez las puertas estuvieron cerradas.
"Nos iremos justo antes de la ceremonia. Mi sol, debes procurar que nadie te vea salir de palacio, ¿entendido? Solo así podremos huir juntos."
"Huir, huir lejos de aquí..." lo abrazó Luhan, buscando consuelo en su pareja. "Promete que seremos felices."
"Trabajaré duro para darte los mejores lujos allá donde vayamos, te cuidaré y protegeré de todos."
"Sé defenderme..."
"Conmigo no tienes que representar ese papel, ya no, Luhan."
Al mismo tiempo, Yixing y Minseok estaban preparando todo su plan para que saliera a la perfección. Faltaba apenas una hora para que todo sucediera, y Minseok no sabía cómo decirle a su príncipe que, por mucho que lo intentaran, ser rey no haría que las dos parejas se separasen. De hecho, él deseaba lo que todos ellos tenían, pero nunca podría ser. Yixing jamás entendería sus sentimientos, y los rechazaría al instante.
Chanyeol y Baekhyun se habían quedado en el Damiwon, abrazados en la cama mientras todo pasaba fuera de esas paredes. No querían saber nada, solo querían despejarse de aquello y asumir las consecuencias que tendría el hecho de tener otro rey. Esa noche ellos aprovecharían para demostrarse por primera vez cuánto se querían de verdad, y así sellar por fin su amor.
La ceremonia estaba a punto de empezar, y todos los planes estaban saliendo a la perfección. El rey se encontraba ya en el trono, disfrutando de la ceremonia de iniciación. Cuando terminó y dieron paso a la coronación, sucedieron tres sucesos que marcarían el tiempo.
Sehun y Luhan estaban huyendo en ese preciso instante, saliendo de la ciudad entre besos fugaces y risas de libertad. Chanyeol y Baekhyun se encontraban piel con piel, desfogándose el uno con el otro, entregándose en cuerpo y alma. Minseok trataba de impedir que Yixing destronara a su hermano en un acto de traición. Y en ese preciso instante, el suelo se volvió a caer.
Mientras corría, Sehun notó cómo su mano y la de Luhan se desprendían, haciendo que cayera por un agujero en el tiempo nuevamente. Por mucho que gritó su nombre, no pudo volverlo a ver. Chanyeol fue absorbido por la nada mientras le decía a Baekhyun cuánto le quería entre sonrisas. Justo cuando Minseok se iba a abalanzar sobre Yixing para detenerlo, su cuerpo cayó al vacío. Volvieron a intentar agarrarse a lo que fuera para quedarse en esa dimensión, pero todo fue en vano.
Y de repente todo fue igual.
Los tres chicos se miraron, consternados, en el set de grabación mientras los realizadores los miraban con cara de preocupación. Debían haberse quedado en blanco. Todo fue un sueño.
Minseok se quedó sin palabras, Chanyeol notó cómo se le deslizaba una pequeña lágrima por la mejilla y Sehun estampó el micrófono contra el suelo, frustrado. Nadie pudo entender qué les había pasado a los presentadores del Music Core ese día.
En los camerinos, recogiendo sus cosas fugazmente, los tres chicos se encontraban desolados, sin saber qué decir.
"Yo iba a huir, íbamos a ser felices..." se ahogó Sehun en sus palabras. "Y lo he dejado solo, atrapado en el tiempo."
"Yo solo quería decirle a Yixing que... que no luchase tanto por la corona, que me tenía a mí a su lado..."
"¿Qué va a hacer Baek sin mí? Me necesita, tanto como yo a él, estábamos... casi destinados a estar juntos, y ahora todo ha acabado..."
"Hemos alterado la historia de nuestro país, enhorabuena, chicos."
Con un pésimo ánimo salieron a la calle, donde miles de fans los recibieron con gritos y pancartas. Pero a ellos no les interesaba eso, estaban hartos de su anterior vida. Las apartaron como pudieron y se dirigieron hacia el coche. Sin embargo, Minseok se quedó helado en mitad de la acera. Palmeó el hombro de Sehun y Chanyeol, quienes estaban distraídos, y no pudieron creer lo que veían.
A su izquierda, entre la gran multitud de fans que había, se encontraban tres jóvenes totalmente desconcertados, mirando hacia todas partes. Tenían ropa moderna y peinados actuales. Sin embargo, lucían igual de desorientados que ellos cuando cayeron en el Damiwon. Eso hizo que sonrieran.
Sin poder evitarlo, Sehun se lanzó a abrazar a Luhan, enterrándolo en su pecho mientras sonreía con los ojos cerrados.
"Mi Sol..." le susurró al oído. "Creí que te perdía."
Esto hizo que el joven sonriera también y le abrazase aún más fuerte. Sin embargo, Baekhyun fue mucho más directo que Sehun. Se tiró en brazos de Chanyeol, quien le comió la cara a besos mientras le cogía en brazos dando vueltas, eufórico. Minseok los miró, tristemente feliz por ellos, y notó cómo Yixing se acercaba a él discretamente.
"¿Esto... es normal en esta dimensión?" le preguntó tímidamente.
"Esto es el futuro, y aquí es completamente normal."
Yixing no tardó más de dos segundos en agarrarle de la chaqueta y darle un efusivo beso en los labios. Minseok se sorprendió tanto que casi se cae para atrás, lo que hizo sonreír al príncipe. Por fin todo estaba en su sitio.
✦
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro