10: El incognito y triste pasado de Yerin.
— Mamá ¿Por qué tu no eres como las demás madres?
La pregunta de su hijo la saco de onda haciendo que lo miré fijamenre y deje la crema que le estaba colocando en el rostro a un lado.
— ¿Por qué lo dices kook?
Jungkook se alejó un poco de su madre y se quedó pensando unos segundos mientras miraba el suelo.
— No lo se con exactitud —dijo intentando buscar las palabras correctas— será porque me apoyas en cosas que otros padres no. Me aconsejas en otras cosas que a la mayoría de los demás padres les joderia mucho...
Sus palabras apenas salían y rogaba que su mamá le entendiera lo que le quería decir sin ser explícito.
A Jungkook siempre le dio vergüenza hablarle a su mamá de su sexualidad o de que un chico le parecía lindo, cosa que agradecía que su madre tenga un sexto sentido para esas cosas haciendo que Jungkook no tuviera que explicar nada sino simplemente escuchar las cosas que su madre tenía que decir.
— ¿Lo dices por que eres Gay y por el beso que le dio Yeonjun a Soobin? —exclamó casi sin rodeos viendo como su hijo asentía no muy seguro del todo, haciendo que riera. Pero luego de unos segundos y de un profundo suspiro su rostro se puso más serio— Hijo, yo fui criada por unos padres ultra católicos, osea, religiosos estrictos... De esos que te hacen leer la biblia hasta en el baño y que todos los domingos cátedra ban a a la iglesia a las ocho de la mañana. Cuando quede embarazada de tu hermano ellos no me apoyaron, aunque fuera su fiel hija, ellos no me tuvieron conpasión y es más echaron de casa. Recuerdo haber estado unos meses viviendo con mi mejor amiga y luego Taemin me propuso matrimonio después de enterarse de que tu estabas en mi vientre y eras su hijo.
Jungkook se quedó en silencio procesando todo lo que su madre le decía, porque. Primero que ella nunca hablaba de los abuelos y segundo ella está hablando de su padre y de la que fue su mejor amiga.
Cosa que su madre nunca hacía.
Conocía a sus abuelos, aunque sea por fotos los había visto, y sabe bien que su mamá no se lleva con sus padres y hasta ahora se entera que era por eso.
Debió ser duro nacer en una familia así.
Y no mal interpreten, Jungkook no tiene en mente que todos los religiosos son malos o que la religión es mala en sí. Sino que como en todo el mundo hay gente que lleva todo al extremo.
— A lo que voy, es que se, que es que tus padres no te apoyen con respecto a algo —exclamó casi con dolor y nostalgia recordando su "familia"— Que cuando tu le cuentas con mucha ilusión lo que para ti era bueno o que te hace feliz, que ellos te miren con asco, como si fueras el mismísimo anti cristo. Cosa que hacía que toda tu vida cambie porque luego de esas palabras... ellos te trataban como si estuvieras enfermo, como si fuera contagioso, como si fueras algo que nunca debió de existir. Se que es que tus propios padres te nieguen a sus amigos o demás familiares porque tus gustos o porque eres diferente —exclamó sin ser consiente que toda su aura se iba distorsionando cosa que alarmó a su hijo que la miraba preocupado— Se que es que luego de decir eso te separan de la persona que amas, te hacen vivir una vida que tu nunca quisiste y te aferraste a otra persona con tal de que te quite de ese infierno que le llamabas hogar. Tuviste una vida "digna" como ellos hubieran querido pero aun así tu y estabas tachado de por vida.
— Y-yo... —aunque quizá decir algo más Jungkook simplemente se quedó callado mirando preocupado a su mamá.
Era claro que su mamá no sólo hablaba de lo que era su educación, se... se le hacia que estaba hablando de algo más haya de lo que él supiera.
Yeji parece que había tocado un botón interno que siempre le resultó muy sensible.
Recordar el hermoso amor que le tenía a su mejor amiga y dejar todo eso para casarse con Taemin.
Fue algo de lo que siempre se arrepintió.
Su mejor amiga, no solo era su amiga, era su confidente, su amante, el amor de su vida y la persona que más amo.
Y ahora...
Ahora no sabe ni si sigue en Corea.
— Lo siento hijo... —exclamó luego de un silencio incómodo y bajo la mirada de su hijo se avergonzó y apeno de dejar que su pasado le afectará así— No quería que conozcas esta parte fea de tu madre.
Jungkook la miró incrédula.
— Mamá, quizás y tu no seas perfecta para ti, yo se que me quejo de ti pero no es enserió. Tu siempre fuiste la que me apoyó y estuvo y esta conmigo. A mis ojos quizás no solo eres perfecta con tus todos tus defectos, eres mi mamá y una gran persona a la cual admiro mucho.
Y aunque yerin quiso, no logró retener las lagrimas que caian por sus mejillas. Sin dudarlo un segundo atrajo a su hijo y lo apretujo contra su pecho en un abrazo.
— Gracias hijo...
De repente unos pasos apresurados se escuchan y un gran golpe resuena en el pasillo que conducia de la puerta al living.
— ¡Estoy bien! —la suave y tierna voz de Yeonjun hizo que ambos se rieran— ¡El que no está bien es el Señor pato de cerámica! ¡Ay, Por dios!
Yerin soltó a su hijo y luego se limpiar las lagrimas que aun bajaban miró hacia la puerta y vió a Yeonjun sosteniendo -lo que en su momento era una hermosa alcancía en forma de pato de cerámica, ahora en- dos piezas partidas
— ¡Decapite al Señor Pato!
Jungkook se río mirando a su hermano uno segundos hasta que se sintió como su vista se nublaba y su ojo izquierdo se desviaba insistentemente hacia el costado.
Le estaba pasando... de nuevo.
Bueno, ya se había tardado en no tener síntomas.
Desde que era chiquito Jungkook tuvo que usar lentes con decenas de filtros para que no afectará a su vista, tanto para sus problemas a la hora de leer un simple libro, como para lo demás del día cotidiano. Por eso, había veces en que su vista prácticamente decía "Basta de lentes de contactos" y le daba dolores de cabeza o sus típicos síntomas de la acromatopsia.
Él ya sabía que hacer, claro esta, pero de todas formas no siempre eran las misma cosas y la mayoría de veces le daba algo de la nada y le molestaba mucho.
Siempre cargaba en su mochila tres tipos de lentes; los de lectura, los de la vida cotidiana y unos oscuros que son los que le sacan los rayos del sol. Además de un par de lentes de contactos extras, solución para los lentes, medicamentos para los dolores de cabeza o demás y gotas para los ojos cuando se le secan mucho y se vuelven rojos.
Si, era algo catastrófico para alguien que no entiende esa patología.
Porque la acromatopsia, o como es conocido el monocromatismo. No es solo una enfermedad que es producida por los problemas que tiene los conos de las corneas que no te permiten distinguir todos los colores, sino, que es una patología que además de eso, trae más enfermedades o problemas tanto a la visión como a la salud.
Le molestaban las luces altas, los tonos blancos, la luz del sol, la luces intermitentes. Tenía que tomar pastillas diarias para no volverse loco debido al inebitable dolor de cabeza, su día se pasaba quizás, en unas constante punzadas en si cien. Y por sino podía faltar era las gotas para que sus ojos no se separan, aunque últimamente no les había falta más de dos o tres veces al día.
Cerró los ojos y simplemente dejó que su dolor pasara.
O eso esperaba...
— ¡Mami yo también un abrazo! —reprochó el Jeon menor cruzándose de brazos mirando a su mamá con el ceño fruncido y los labios abultados.
Jungkook dejó salir una risita apesar del dolor en su cabeza y elevó la vista mirando a su hermano quejándose con su madre.
— Tu vete a pedirle un abrazo y quizás besos a Soobin —peleo con el menor haciendo que este lo mire con los ojos abiertos sorprendió y avergonzado.
— Por lo menos yo si bese a alguien —canto con victoria haciendo que Jungkook entrecerrara los ojos mirándolo fijamente— No como tu que solo babeas por Taehyung Hyung...
Yerin miró a su hijo menor incrédula de lo que escuchó dejando salir un carcajada. Mientras que Jungkook solo viró como pudo los ojos.
— Aunque no lo creas Jungkook ya ha besado a un chico antes —comentó con cierta nostalgia— El chico era bastante guapo y rarito, pero tu hermano parecía encantado con el. Cuando nos mudamos perdí el contacto con la que se suponía que era su madre...
— ¡¿Enserio?! —habló sorprendido Yeonjun mirando a su hermano y a su mama— Y yo que pensé que morirían virgen de labios.
— Ja ja ja —exclamó sarcástico con una pequeña sonrisa— Eres un idiota.
— Y tú un tonto que no le dices al chico que te gusta, que te gusta —le reclamó Yeonjun alzándose de hombros y dejó salir un chillido cuando un cojín golpeo con fuerza su rostro haciendo que cayera de trasero al suelo— ¡Mamá!
— ¡Jungkook!
— ¡Burro!
Y luego de eso los tres dejaron salir risas mientras se veian entre ellos.
Quizás la vida no era color de rosas como ellos quisieran, ni siquiera de acercaba a lo que ellos hubieran querido que pasase, pero si podían decir que tenían buenos momentos como esos.
El pasado se debía quedar atrás y ellos debían seguir con el presente y pensar pensar el futuro por eso mismo Yerin había decidió mudarse hace años con tal de que sus hijos pudieran seguir adelante.
Y por mas doloroso pasado que tenia debía seguir por sus hijos y por ella.
Aunque quizás el pasado no estaba tan lejos como ella hubiera querido.
Del otro lado de la vereda dos hombres miraban la escena por la ventana que agradecían que se encontraba con las cortinas abiertas.
— Ya los viste, vamonos —habló el mayor de los dos tomando la mano del más chico que se veía sumamente afligido y nostálgico.
— Quedémonos un ratito más, por favor —exclamó casi en suplica queriendo observar a su familia en persona por unos segundos más.
— Minho, ya hemos hablado de esto —pronunció Taemin con la mandíbula tensa.
No era que no le agradará la idea de ver sus hijos, ya que había pasado varios años desde oa última vez que vio a su primogénito Jungkook y a su último y menor hijo Yeonjun. Los veía tan saludables y sanos que una punzada en el pecho le hizo recordar esos doloros años de soledad y tristeza luego de dejar dejar para empezar su nuevo amorío con Minho.
Y aunque queria acercarse y dejar que Minho viera con más detenimiento a sus hermanos y madre, sabia que si pisaba un paso más de eso, su ex esposa le pondría otra orden de alojamiento como hace años atrás hacia ella.
No quería lastimar más a Yerin de lo que le hizo, pero inevitablemente siempre tuvo ese pensamiento de querer acercarse a su hijos para saber como estaban, como les iba en la escuela o a Jungkook si ya tenia alguna novia.
Novia...
— ¡MI HIJO NO VA A SER NINGÚN MARICON! —el grito furioso de su amigo a su hijo lo dejo aturdido, mientras veía como el menor se sostenía su mejilla y tenía todas las intenciones de llorar.
Miró a su propio hijo que se veía con las mismas intenciones de llorar que el niño.
Veía como Taeyon ignoraba por completo a todos los demás que estaban en la fiesta y tomó el brazo del niño que conocía como Taehyung para sacarlo de ese lugar.
Pudo observar como su hijo veía toda la escena desgarradora con los ojos ceistalizados mientras que lloraba en los brazos de Yerin.
Desde ese momento supo que su hijo no le gustaban las mujeres.
Y aunque él quizo hacer algo como su esposa para apoyarlo su mente le jugo una mala pasada.
— Te le vuelves a acercar a ese fenómeno y te castigaré —esas palabras vacías y sin sentimientos salieron de su boca logrando hacer que su hijo llorara con más fuerza y que su esposa le tuviera un cierto odio que sumado con todo, terminó logrando con la separación de ambos.
La vida tiene un increíble karma que hace que las cosas se te de vuelvan por mil.
Por qué después de ser terriblemente homofobico con su hijo, el término enamorándose de un hombre...
Y aunque no era cualquier hombre, lo amaba más que nada en en mundo.
Incluso más que a sus hijos.
Algo que le costo muy caro.
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